viernes, 23 de septiembre de 2022

 AREA DE MACARENA-SAN LUIS-SAN JULIAN

IGLESIA DE SAN MARCOS

La Iglesia de san Marcos se sitúa en la calle san Luis, dando nombre a la plaza donde se encuentra ubicada, dentro del casco antiguo de la ciudad, en lo que fue su zona intramuros. 

Se trata de una de las calles de mayor trascendencia histórica, pues en ella estuvo el “Cardo Máximo” de la ciudad romana, que posteriormente sería Calle Mayor de la Sevilla Iislámica, gracias a confluir en uno de sus extremos uno de los principales accesos a la ciudad desde el exterior, la actual Puerta de la Macarena. En la época cristiana fue la calle del Padrón Real, por ser la vía utilizada por las Comitivas Reales cuando venían a Sevilla para alojarse en los Reales Alcázares.

Su fundación se remonta al “Repartimiento” realizado por el Rey Fernando III tras la toma de la ciudad en 1248, asentándose en el solar de una antigua mezquita islámica, algunos estudiosos creen que su edificación fue promovida por su hijo y sucesor Alfonso X el Sabio.

Su nombre se debe al arzobispo Don Raimundo, que llegó a Sevilla acompañando a Fernando III el Santo y había sido bautizado en la parroquia de san Marcos de Segovia.

Desde su designación como parroquia (una de las primitivas “Collaciones” que estableció Fernando III) ha sufrido numerosas alteraciones.

Siendo mezquita, fue destruida en un terremoto en el siglo XII y nuevamente fue reducida a escombros en el terremoto del Cabo de san Vicente de 1356, siendo edificada como nueva iglesia durante el reinado de Pedro I.

En 1470, sufrió importantes daños durante un incendio, provocado por los seguidores de los condes de Arcos, dentro del contexto de las luchas intestinas que enfrentaron durante siglos a los Guzmanes (casa ducal de Medina Sidonia) con los Ponce de León, siendo reconstruida en 1478.

También se vio afectada por el terremoto de Lisboa de 1755, aunque causo daños menores.

En 1793 sufrió un incendio fortuito que afectó gravemente a la techumbre por lo que la parroquia fue trasladada a la capilla de los Servitas y necesitó una nueva reedificación.

En 1881, se vuelve a declarar en ruina por el mal estado de la techumbre y la Comisión Provincial de Monumentos, de la que formaba parte José Gestoso, se ocupó de la reconstrucción que finalizó en 1887. Durante ella aparecieron los capiteles del Arco Toral, se reformó la capilla principal y se trasladaron hasta ella algunas piezas que provenían del desaparecido Convento de Santa María de las Dueñas.

En 1936, durante la guerra civil, fue incendiada de nuevo y se perdió todo su patrimonio y además el de la Hermandad de la Hiniesta que se había refugiado en ella tras el incendio de la iglesia de san Julián en 1932. 

Se perdió la techumbre, el altar de la virgen de Belén (pintura del XVI), el retablo del Cristo del Amor (escultura del XVI), un retablo barroco de estilo goticista del siglo XVI con pinturas de Matías Arteaga, el retablo de san José de estilo rocalla, un retablo neoclásico con la escultura de la Flagelación de Jesús, Imágenes de Evangelistas, Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora del Carmen, san Antonio, san Francisco, santa Rita, la Inmaculada Milagrosa, Nuestra Señora de los Dolores, junto a objetos de orfebrería, cuadros, ornamentos y archivo.

Aspecto después del incendio de 1936

Tras muchos años de abandono la última restauración finalizó en 1987. 

Imágenes antiguas

Como curiosidad, en esta Iglesia tuvo lugar la boda entre Luisa Ignacia Roldán Villavicencio, la Roldana, primera escultora española registrada, y el dorador Luis Antonio de los Arcos, una boda a la que se oponía el padre de la primera, el escultor sevillano Pedro Roldán, hasta el punto que Luisa tuvo que llevar el asunto a los tribunales porque su padre no le daba el consentimiento necesario. 

Luisa Rolda, escultora de Carlos II

EXTERIOR

En el barrio de la Macarena, en la zona que rodeaba la muralla, en época islámica existían innumerables mezquitas y con la reconquista estos lugares religiosos pasaran de ser musulmanes a cristianos y en este sentido, la Iglesia de san Marcos presenta un estilo gótico- mudéjar, mezcla de la tradición musulmana y los diseños góticos de la época, constituyendo una de las combinaciones gótico-mudéjar más interesante de la ciudad, a pesar de las múltiples vicisitudes sufridas a lo largo del tiempo.

De su exterior destaca su Portada Principal situada a los pies del templo. 

Se trata de una portada de piedra que destaca sobre el frente de ladrillo con el que se construye la fachada, de este modo surge la belleza de la composición muro de ladrillo-portada de piedra que caracteriza a los templos de esta tipología.

Facha frontal a la plaza de san Marcos

La portada presenta un arco apuntado con nueve arquivoltas, las dos más exteriores y la más interior están decoradas con los característicos dientes de sierra o puntas de diamantes.

Portada principal

En la clave del arco ojival se presenta una estatua del “Padre Eterno” en actitud de bendecir al pueblo con su mano derecha mientras que sobre sus rodillas y con su mano izquierda sostiene el orbe terrestre.

Padre Eterno

A los lados y un poco más abajo, dos pequeñas figuras sobre pedestales con dos cabezas de león y bajo doseletes góticos, que representan a la “Anunciación”, el arcángel san Gabriel a su izquierda y la Virgen María a su derecha, que sustituyeron, en el siglo XVIII, a otras similares previamente existentes pero muy deterioradas.

Las tres figuras de la portada

La Virgen María

Arcángel san Gabriel

Sobre el dintel de la portada, se muestra una franja horizontal que incluye un friso de ataurique y lacería a base de pequeños arcos lobulados y paños de sebka, muestra del esplendor mudéjar. 

Por encima una artística cornisa y tejaroz sostenida por ménsulas con doce cabezas de leones.

Friso mudéjar y ménsulas de cabezas de león

Detalle de las cabezas de león

La imposta se decora con hojas de vid y de higueras y cabezas humanas. 

Línea de imposta sobre baquetones

Detalle de la Línea de imposta 

Detalle de la línea de imposta 

Deben ser muy antiguos los dos grandes postes de granito situados ante la puerta principal.

Postes de granito 

Cuando comparamos el aspecto actual con foto antigua de 1925, del fotógrafo francés Lucien Roisin, desde la embocadura de la calle Bustos Tavera, comprobamos que ya no existen dos ventanillas ojivales a ambos lados de la puerta, ni el rosetón sobre la misma. 

Fotografías comparativas 

La Portada Sur se ubica en la calle lateral Siete Dolores de Nuestra Señora, es de estilo renacentista, esta cegada, presenta un dintel con rosetas y bucaneros apoyados en pilastras toscanas y esta rematada con un frontón triangular con escudo y jarrones en los extremos. 

Comienzo de la calle Siete Dolores de Nuestra Señora y Portada lateral

Dintel de la portada lateral

Escudo de la portada lateral

TORRE

La torre se ubica a los pies de la nave del evangelio, tiene planta cuadrada y construida enteramente en ladrillo. Tiene 22 metros de altura hasta la cornisa y su planta es de 4,75 metros de lado.

Para Gestoso era el alminar almohade de la primitiva mezquita, pero para A. Morales fue levantada en el siglo XIV como obra de directa inspiración en la Giralda. En la “Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía” se afirma: “Se conservan restos del alminar de la antigua mezquita….. a los pies de la nave del Evangelio”.

Su matacán superior fue construido con carácter defensivo para protección de las luchas del siglo XV entre los bandos de las casas de Niebla y Marchena Arcos y Medina sidonia.

El campanario fue añadido en 1603 por Vermondo Resta y fue restaurada en 1916, mediante obra financiada por el Conde de Urbina (Federico de Amores y Ayala), por Aníbal González que le añadió los arcos del frente oriental y la ventana más baja del paramento norte, de un solo vano. 

Como en la Giralda, las ventanas de los cuatro frentes están dispuestas a distintas alturas para salvar el trazado de la escalera y facilitar la entrada de la luz. En la fachada delantera (occidental) se abren cuatro de ellas, en la norte solo dos, en la oriental tres y en la sur, solo una.

Fachada delantera (occidental) y norte. Fachada norte y posterior (oriental). Fachada delantera (occidental) y sur

Tanto la decoración como el aspecto general la asemejan a la Giralda, con ventanas germinadas enmarcadas por alfiz y paños de sebka decorando el exterior.

Casi todos los capiteles de los parteluces son de barro cocido. El único capitel que pudiera ser sevillano es el de la ventana gemela del frente septentrional y son góticos los de las ventanas de poniente, con hojas de acanto.  La mayor parte de los fustes son de mármol blanco de Macael, pero hay algunos que están muy mal conservados, especialmente los que corresponden a las ventanas del frente norte y poniente. 

Lo más inspirado en la Giralda son las albanegas. En la fachada occidental y en la ventana inferior de arcos gemelos se conservan restos de azulejos. 

Paños de sebka

Culminando el cuerpo superior de torre, un tejaroz con canecillos de prótomos y decoración vegetal.

Detalle del tejaroz con canecillos de prótomos y decoración vegetal

Ventana germinada                                                                                       Ventana ojival

Ventana segada                                                                                     Ventana cuadrada

Remata la torre un cuerpo de campanas, añadido en 1603 por Vermondo Resta, abierto en los cuatro frentes con un vano de medio punto con pilastras que sustentan una cornisa ornamentada en las esquinas por un juego de volúmenes y un capitel cerámico y cruz de forja.

Se accede a ella, a través de una puerta que se une a la nave del Evangelio. En su interior, la escalera se desarrolla a lo largo de un manchón central y los tramos están cubiertos con bóvedas de arista. 

Cuerpo de campanas

Capitel cerámico y cruz de forja

Cuenta la tradición, que Miguel de Cervantes se subía a esta torre al venir a Sevilla con objeto de ver la cercana de Isabela, donde moraba la mujer que más amó. Esto se relaciona con el personaje central de su novela ejemplar “La Española Inglesa” y con algunos datos biográficos del escritor, entre ellos el hecho de que su hija natural se llamara Isabel. Asencio y Toledo asegura que Cervantes “vivió a la entrada de esta calle (Santa Paula). Díaz de Benjumea, en su libro “La verdad sobre el Quijote”, señala que, en la lista de un recuento de armas, en la época en que Cervantes vivía en Sevilla, se lee el nombre de un Miguel de Cervantes como huésped de un mesón cercano al convento de Santa Paula.  La leyenda, incluso considera que la enamorada de Cervantes era una monja profesa de este convento, en alusión a la que el escritor refiere como una extraordinaria cantora. 

Curiosas las vicisitudes del reloj. En la segunda mitad del siglo XVI, el cabildo municipal instaló dos nuevos relojes en los campanarios de las iglesias de san Marcos y de san Lorenzo, para ordenar la vida ciudadana, junto al que ya existía en la torre de la Giralda, incrementando los “soundmarks” característicos de la ciudad. Su situación era estratégica, pues triangulando con la Giralda sería audible en toda la trama urbana hispalense.

El de la torre de san Marcos, cuenta la leyenda, que fue traído de Londres e instalado en 1533 en la fachada de poniente, y estaba provisto de una campana con una inscripción latina, que en castellano sería: “Nada más veloz que el tiempo y para que no se malgaste señala, o insigne Sevilla, a tus moradores las horas. El senado y el pueblo de Sevilla cuidó de construir este reloj con sus caudales para el bien público el año de Cristo Salvador de 1533”. Su mantenimiento y el cargo de “concertar los relojes” fue encargado al maestro relojero Diego Flamenco.

El terremoto de Lisboa 1755, estropeo el reloj y el 13 de junio de 1776, la antigua maquinaria fue sustituida por una nueva construida por Thomas Hatton en Londres, según se lee en su esfera, junto al nombre de Eugenio Escamilla, nombrado relojero por el cabildo municipal el 25 de febrero de 1789. Finalmente, este reloj desapareció en la restauración realizada por Aníbal González en 1916. 

Miguel de Cervantes Saavedra

INTERIOR. 

El templo se organiza en tres naves, una central y dos laterales, separadas entre ellas por pilares de ladrillos rectangulares en los que se sustentan cuatro arcos de herradura apuntados enmarcados por un alfiz, dentro del estilo mudéjar.

Visión del templo desde los pies, con sus tres naves

Arcos de herradura apuntados enmarcados por un alfiz

Todo el templo, a excepción del presbiterio, está pintado de blanco y se encuentra prácticamente libre de decoración añadida, con las paredes desnudas, lo que hace resaltar más la belleza de los elementos constructivos del templo.

Las cubiertas originales no se han conservado tras los incendios, por lo que todas ellas proceden de la restauración realizada en 1987. La nave central es más alta y se cubre con un tejado a dos aguas, mientras que las naves laterales presentan cubiertas de colgadizo.  

Cubierta de la nave central a dos aguas. Cubierta de colgadizo de una de las naves laterales

Presbiterio.

A la nave del presbiterio se accede a través de un arco toral, de estilo gótico u ojival apuntado y apoyado en dos grandes columnas y capiteles romanos. 

El ábside, de poca profundidad, se divide en dos tramos, el primero es rectangular, cubierto con bóveda de crucería y el segundo es poligonal y cubierto con bóveda sexpartita.  

Las paredes presentan el ladrillo a la vista con colores en las bóvedas donde predomina el blanco sobre el amarillo. 

Arco toral sobre columnas de acceso al presbiterio. Cubierta del presbiterio

Paredes laterales del Presbiterio

El Presbiterio no tiene Retablo Mayor, solo la presencia de un Crucificado y una Inmaculada, ambas tallas del siglo XX, aunque en una visita el presbiterio estaba ocupado por la Hermandad de los Servitas. 

Las paredes están prácticamente desnudas con el ladrillo a la vista y los únicos colores están en las bóvedas donde predomina el blanco sobre el amarillo. 

Se ilumina con ventanas y óculos en la cabecera y en el muro de los pies. 

Presbiterio

Crucificado                                      Inmaculada

Detalles del crucificado 

A los pies de la nave central figura el sepulcro del Procurador Mayor del cabildo de Sevilla, Don Alfonso Leandro de Herrera y su mujer, Doña Ana de Vargas, con escudo nobiliario y fecha de 1606. 

En el centro está el enterramiento de Don Rodrigo Fragoso, sacerdote ejemplar (1625).

Lápidas funerarias en el suelo de la nave central 

NAVE DERECHA DE LA EPISTOLA

La nave de la epístola está relativamente desnuda. 

Al fondo hay una pequeña capilla ante la que hay un trio de bancos y una pila bautismal. 

Vista de la nave de la epístola desde los pies del templo. Pila Bautismal

En un arcosolio entelado se encuentra la urna del Cristo de la Caridad, una talla de Jesús yacente del siglo XX, sobre un lecho de sábanas blancas, obra de José Lemus, inspirada en la escuela Castellana de Gregorio Fernández. 

Cabe destacar su exquisita anatomía.

Cristo de la Caridad


Detalles del Cristo de la Caridad

Seguidamente una Dolorosa tallada por Pedro de Ávila y un Crucificado del siglo XX. 

Virgen Dolorosa


Crucificado

Sobre la pared una placa de la hermandad de los Servitas, recordando el III centenario de la fundación de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores, en esta  parroquia en 1696, otra de la Hermandad de la Lanzada celebrando el II centenario de la talla de Nuestra Señora del Buen Fin, bendecida en este templo en 1810. 

Placa de la Hermandad de los Servitas y de la Lanzada

También, se pueden observar dos lapidas funerarias, una de ellas bajos los bancos y la lápida de Don Gregorio Romero y su mujer, Magdalena Rojas (1684) y un azulejo cerámico del año 1987 recuerda al primer párroco de la nueva etapa Don Ernesto Iriarte y Segura.


En la cabecera, se encuentra actualmente adosada la Capilla de los Dolores, sede de la “Hermandad de los Servitas”, la Virgen de los Dolores con el Cristo de la Providencia en sus brazos, obra de Montes de Oca de 1730 y la Virgen de la Soledad obra de Castillo Lastrucci de 1968.

NAVE IZQUIERDA DEL EVANGELIO

Desde la cabecera a los pies del templo.

Nave del Evangelio desde los pies del templo. Cabecera de la nave del Evangelio

Al fondo de la nave, una estatua de san Marcos Evangelista del siglo XVII, con libro y pluma, en actitud de escribir su Evangelio, atribuida a Juan de Herrados Beces y dorado por Gaspar Ribas pero también atribuida al círculo de Juan de Mesa. 

Anteriormente, en la Iglesia había una segunda escultura de san Marcos, desaparecida en uno de los incendios.

San Marcos Evangelista

A su lado un espléndido crucificado.

Crucificado

En una gran hornacina más cercana a la puerta dela Iglesia, la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, de principios de siglo XX y realizado en Paris por Cachal Froc.

Imagen Sagrado Corazón

Al inicio de la nave está la puerta de acceso a la torre y en el suelo lápidas.