ALGUNAS LEYENDAS DE SEVILLA
Leonor Dávalos, Urraca Osorio y la Cruz de la Tinaja.
En 1350, y tras la muerte del rey Alfonso XI, se originan una serie de enfrentamientos entre los que defendían a Pedro I de Castilla como sucesor de la corona, al ser el hijo legítimo de Alfonso XI y María de Portugal, y los que apoyaban a Don Enrique de Trastámara, hijo ilegítimo del monarca y Leonor de Guzmán.
Debido al
descontento general de la nobleza andaluza por el reinado de Alfonso XI, junto con el alto clero se posicionaron de parte
del bastardo Don Enrique.
Finalmente, en
1367 Pedro I acabaría derrotando a su hermano Enrique de Trastámara en la batalla de Nájera (La
Rioja), lo que obligó a Enrique a exiliarse al país galo.
Tras el
nombramiento de Pedro I como rey de Castilla, este emprendió una verdadera
persecución y castigo de todos aquellos que había colaborado con su hermanastro.
Uno de los caballeros que
más se distinguió en el bando de Enrique fue Don Alonso Pérez de Guzmán, Señor
de Sanlúcar la Mayor.
Alonso era hijo de Guzmán
el Bueno que recibió este nombre por su fidelidad al rey y por su heroico
sentido del honor, al perder a su hijo antes que entregar a los moros la ciudad
de Tarifa, de la que era gobernador.
Don Alonso estaba casado
con una dama ilustre, llamada Doña Urraca Ossorio de Lara, y al ser vencido
Enrique de Trastámara, fue apresada y acusada como
principal instigadora de la conspiración contra el rey. En el proceso
subsiguiente fue condenada a muerte por Pedro I.
Según las leyes de la
época, la condena era la muerte viva en la hoguera y el lugar de la ejecución
se determinó en la laguna de la Feria o laguna de la Cañavería (actual Alameda
de Hércules).
Durante la ejecución una ráfaga de aire levantó la falda de Urraca, quedando visibles sus partes íntimas. En ese momento se abrazó fuertemente a ella Leonor Dávalos, para evitar que las faldas de Urraca se siguieran levantando ante la burla de los presentes.
Ambas murieron en la hoguera, demostrando Leonor Dávalos su fidelidad hacia Urraca, puesto
que, siendo niña y huérfana, la señora la había recogido y criado en su casa
como una hija.
Los huesos y cenizas mezclados de ambas mujeres fueron entregados a la familia Guzmán y enterrados en el monasterio de san Isidoro del Campo, junto con los restos de Don Alonso Guzmán.
El mausoleo, en alabastro, tiene las
dos estatuas yacentes de Don Alonso y su esposa Doña Urraca y a sus pies Leonor
Dávalos en actitud de cubrirle las piernas con su falda.
En el epitafio de la tumba se recoge este suceso:
"AQUI
REPOSAN LAS ZENIZAS DE DOÑA VRRACA OSSORIO DE LARA MVJER DE DON JVAN
ALONSO PEREZ DE GVZMAN ILLMO SEÑOR DE SAN LVCAR. MVRIO QVEMADA EN LA
ALAMEDA DE SEVILLA POR ORDEN DEL REY DON PEDRO EL CRVEL POR LE QVITAR LOS
TESOROS E RIQVEZAS. TAMBIEN SE QVEMO CON ELLA PORQVE NO PELIGRASE SU HONESTIDAD
LEONOR DAVALOS LEAL CRIADA SVIA. AÑO 1367".
En el lugar de la ejecución, se hizo levantar una Cruz, sobre un
pedestal con forma semejante a un jarrón por lo que recibió el nombre de Cruz
de las Tinajas, nombre con el que actualmente se conoce dicha calle y de donde
se retiró la cruz en 1840.
Con los nombres de Urraca Osorio y Leonor Dávalos se rotularon dos calles en 1875 en relación con la Alameda de Hércules (ver)