martes, 6 de febrero de 2024

 AREA DE MACARENA-FERIA

Torre de los Perdigones.

Torre de los Perdigones

En 1878, el ayuntamiento presidido por Jose Morales Gutiérrez puso en subasta dos paquetes de terreno en Resolana, en el espacio existente entre la tapia del ferrocarril y el arrabal de la Macarena

El segundo de esos lotes fue adjudicado a Manuel de Mata y Muñoz, trabajador de la compañía de ferrocarril M.Z.A., que construyó hacia 1885 un complejo industrial metalúrgico de derivados del plomo que denominó “San Francisco de Paula”, más conocida como la “Fabrica de Perdigones”.

En 1892, el citado empresario adquirió el otro lote de terreno con lo que amplió la fábrica.

Era una de las muchas fundiciones de la ciudad y su producción habitual era de perdigones, balas y zinc en planchas, que servían de materia prima para posteriormente hacer las bañeras de zinc muy famosas en la época.

En esa época, Sevilla era una ciudad con una importante actividad cinegética por lo que la producción de perdigones era un próspero negocio.

Dentro del conjunto industrial destaca la torre (Torre de los Perdigones) diseñada por el arquitecto sevillano José Balbontin de Orta, y construida en 1890 como una torre de planta cuadrada, realizada en ladrillo visto, con trece pisos. Se manifiesta al exterior mediante seis cuerpos, con ventanas, separados por cornisas molduradas. Se remata con un cuerpo circundado por un balcón metálico. Tiene una altura de 46 metros, de tal manera que siendo un gran mirador es superada en altura por la Giralda que la duplica y por la Torre Sevilla que casi la cuadriplica.  

Fundición San Francisco de Paula con la Torre de los Perdigones

En ella se realizaba la fabricación de los perdigones, para ello, se subía el material, en forma de placas de plomo, a lo alto de la torre, se fundía el plomo en un horno y, con unos grandes cucharones se realizaba un volcado en cribas de distintos calibres (según el tamaño deseado del perdigón). Por las ventanas se refrigeraba la estancia permitiendo el paso del aire. Por efecto de la gravedad los perdigones caían como lluvia, sobre una piscina de agua fría donde se enfriaban, resultado esferas perfectas y del calibre deseado. Las que no eran completamente redondas se volvían a fundir.

Además de la producción de perdigones, durante la Guerra de la Independencia fue utilizada como punto estratégico para la defensa de la ciudad.

En el siglo XIX, se utilizó como faro para los barcos que navegaban por el rio Guadalquivir.

Durante la Guerra civil se empleó como punto de observación por las fuerzas republicanas. 

Fabrica san Francisco de Paula en 1920

El heredero de Manuel de Mata, Francisco de Mata Hepburn, tras el fallecimiento de su padre en 1918, alquiló la fábrica, casi en su totalidad, a la sociedad Figueroa y CIA Sociedad Civil Limitada. En 1948, los arrendatarios adquirieron la instalación definitivamente, manteniendo la fundición hasta los años 50, en que la fábrica fu cerrada y demolida, permaneciendo la torre.  


El 28 de marzo de 2007, fue inaugurada como “Cámara oscura”. La cámara oscura es un instrumento óptico capaz de obtener la proyección plana de una imagen. Consta de una pantalla blanca, un espejo y unas lentes de aumento. El espejo y las lentes están al final de un tubo situado encima de la pantalla a modo de periscopio. La luz entra a través de una ventana, incide sobre el espejo, y pasa por las lentes haciendo que la imagen se refleje en la pantalla. El resultado es una especie de fotografía dotado de movimientos que resulta espectacular. 

 AREA DE MACARENA-FERIA

Calle Resolana.

Calle Resolana en 1930

La calle Resolana forma parte de la Ronda Histórica, discurriendo entre la Puerta de la Macarena y el Puente de la Barqueta.

Por la derecha nacen Carranza, Torrigiano, Adelantado y Perafán de Ribera; por la izquierda desembocan Alonso Vázquez, Fray Luis Sotelo, Feria, Pacheco y Núñez de Prado, Luis Peraza y Vib Arragel.

En el siglo XII se levantó la Puerta de la Macarena (ver), uno de los accesos al recinto amurallado de la ciudad, y en el siglo XIV existía, frente a ella, la ermita de san Antón donde se realizó la primera procesión de la Hermandad del Silencio en 1356.

Puerta de la Macarena

La primera mención que se hace del topónimo Resolana corresponde al padrón de 1665, en el que aparece como Resolana del Barrezuelo, aludiendo al barrio que había surgido extramuros.

En la década de 1830 el espacio inmediato a la Puerta de la Macarena es conocido como sitio del Murillo.

En el siglo XIX se la cita, en ocasiones, como Resolana de la Macarena.

Fue conocida también, desde antiguo, como Paseo de la Resolana, pues el término "resolana" se refiere a un espacio abierto, expuesto a los rayos solares pero resguardado del viento. 

Hasta 1868 no se le conoció oficialmente el nombre que hoy posee, aunque en el plano de 1848 de José Herrera Dávila ya existía esta denominación.

Calle Resolana en 1892

En 1931 se propuso rotularla con el nombre del poeta y periodista José Nakens y Pérez (1841-1926), pero no prosperó, dándoselo a otra calle.

Como hemos comentado, desde los tiempos islámicos era un espacio extramuros, un arrabal fácilmente inundable, entre la muralla y las huertas inmediatas, y en fecha imprecisa comienza a formarse el barrio que sería conocido como Barrezuela (1665).

En la década de 1860 se efectuó la apertura de la puerta a la actual calle Feria y se acometieron definitivamente trabajos de infraestructura y dotaciones.

El ferrocarril, el derribo de la muralla (década de 1870) y la condición de periferia de este espacio, fomentaron el establecimiento, en la acera de los pares, de almacenes como el de maderas de Luis López Rebolledo (Resolana 25) e instalaciones fabriles del ferrocarril, y de fundiciones, como la Fábrica de San Francisco de Paula, de Manuel Mata, popularmente llamada de los “Perdigones” (1885), y la de Domingo de la Prida (1916), así como la construcción de viviendas en los impares, de tal modo que un documento de 1874 utiliza la expresión "nueva calle"".

Área de la fábrica san Francisco de Paula

La Fundición de Domingo de la Prida llegó a tener una producción muy extensa y variada con un gran volumen de trabajo que obligó a trasladarla a Bellavista, manteniendo las oficinas en Resolana.

Se ocupó de realizar, bajo la dirección de Aníbal González, las farolas de la plaza de España. También construyeron la verja interior de la fábrica de tabacos, la cerrajería del edificio de Rafael Moneo de Previsión Española frente a la Torre del Oro, así como tapas de alcantarillado y compuertas para riego, guarda esquinas, veladores etc. 

La fábrica de san Francisco cerró en los años de 1950, las naves fueron derruidas y solo quedó la torre (ver), dando lugar a un extenso asentamiento chabolista.

El espacio se recuperó en parte, por estar en las inmediaciones de la Exposición Universal de 1992, para darle un mejor aspecto. En 2001 se acabó con todas las chabolas y se restauró, por parte del Ayuntamiento,  la parcela al completo, creando un parque con fuente, edificios de viviendas y la facultad de Odontología.

Fuente del jardín

En la esquina con la calle Feria se instalaron a finales del siglo XIX las denominadas Escuelas de la Macarena, que en la actualidad conforman el Colegio Público Macarena” Los Altos Colegios” (ver).

Altos Colegios

Frente a la Puerta de la Macarena destaca el Bar Plata, en la esquina con la calle Don Fadrique.

Tertulia en un velador del bar y comestibles San Isidro en la calle Don Fadrique. Finales de la década de 1920. Fotografía de Antonio Passaporte

Calle Don Fadrique en 1902

Calle Don Fadrique en 1958

Bar Plata

Azulejos del interior del bar Plata



La Resolana a la altura del bar Plata. Años 1920

En primer plano la muralla de la Macarena y al fondo el Hospital de las Cinco Llagas