AREA ALAMEDA
Iglesia de Los Luises.
Las congregaciones marianas, eran asociaciones
de fieles de espiritualidad ignaciana, de las que existían varias, cada una
especializada en un grupo social. Una de ellas es la Congregación Mariana de
María Inmaculada y San Luis (Los Luises) que se ocupaba de la vida cristiana de
jóvenes varones en su mayoría universitarios.
Existió antes de 1868, fue restaurada en 1880,
y se formó definitivamente el 21 de junio de 1899, bajo la dirección del P.
Oliver Copons. Entre sus directores podemos citar a Pedro M.ª Ayala (enterrado
en Los Luises) y Jesús Granero. Las congregaciones marianas fueron disueltas en
1967 para dar lugar a las Comunidades de Vida Cristiana (CVX).
Esta congregación necesitaba un local y su
nombre proviene de la Congregación Mariana de San Luis Gonzaga, para la
que fue construida a comienzos del siglo XX.
El Padre Jesuita Carlos Gálvez encargó las obras a
Aníbal González, nuestro particular “Gaudí” costumbrista. Para comenzar las
mismas se derribaron las tres casas existentes en este lugar.
El edificio tiene una historia apasionante pues está ubicada entre
lo que eran, antaño, otras construcciones religiosas importantes como la
parroquia de San Miguel, o el viejo convento-noviciado de la Orden de Frailes
Mínimos de San Francisco de Paula.
EXTERIOR.
La fachada de la calle Trajano, del conocido como Colegio de los Luises, es de estilo neogótico italiano.
Es un edificio
básicamente hecho de ladrillos rojos vistos, labrados en su fachada y en partes
de su interior.
Vista desde la Alameda
Destaca la portada, de estilo neogótico, con
elementos ornamentales, en especial en la excelente puerta coronada por
delicados arcos polilobulados, con imágenes impresionantes.
Portada
Vista del arco desde abajo
Detalles de la Portada
Sobre la Portada una imagen de San Ignacio de
Loyola (protegida con una malla, que no impide que penetren las palomas),
realizada por el escultor José Lafita Díaz (1887-1945).
Portada con
Detalle de San Ignacio de Loyola y detalle del pedestal
El inmueble, consta de dos plantas de altura, y como hemos comentado, usa el ladrillo tallado, minuciosamente trabajado, en alargadas cenefas que recorren toda la fachada, compuestas con motivos vegetales y diminutas figuras.
Fachada en imagen desde la Alameda mostrando la cenefa
Una de las imágenes
de la cenefa, es un lagarto que los viandantes tienen desgastado y decapitado
de tanto acariciarlo, como un fetiche de la suerte.
El gallo y el búho
La columna con los látigos y La corona de espinas
El martillo con los clavos y el paño de la Verónica
La lanza con la esponja y la tablilla con el INRI
Todo ello, en esta
fachada tan inusual como importante, como toda la información y cultura
que ofrece su lenguaje oculto.
La lujuria y la ira
La pereza y la gula
Caricaturas demoniacas
Caricaturas demoniacas
En la parte alta, la fachada acaba en unos pináculos neogóticos y
un torre-mirador, de una gran originalidad, de base cuadrada abierta por los
cuatro lados y rematada por una alta crestería neogótica, en uno de los
extremos.
INTERIOR
Otra puerta, con arco escarzano y crestería gótica, después de un
zaguán, da acceso a la capilla.
Hall y
Placa del Hall
Desde este Hall, por
la puerta de enfrente se accede a un pequeño Oratorio con la Imagen del Sagrado
Corazón.
El interior es de bella factura, de estilo neogótico de influencia italiana, con una limpieza de líneas y perfección admirable. Con una sola nave, que se divide en tres tramos mediante unas fastuosas bóvedas de crucería.
Llaman la atención las nervaduras de la nave, que arrancan de un friso de
ladrillo labrado, con motivos diferentes, en todos los lienzos de las paredes.
En el presbiterio destaca el púlpito como una filigrana de hierro
forjado y dorado, también diseñado por Aníbal González.
Visión general y detalle del pulpito
El retablo es de caoba tallada en su color,
sin dorar, en el que aparecen escenas de las vidas de los Santos de la Compañía
de Jesús, siendo tallado por Adolfo López, junto con la
imagen de la Inmaculada,
que preside el retablo, que es una copia de la Cieguecita, de Martínez Montañés, que se conserva en
la Catedral de Sevilla.
Vista general del retablo
Inmaculada
Detalles del retablo. Primer banco. Parte superior de ambas calles
Estos
zócalos fueron hechos en la fábrica de azulejos de Julio Laffitte (Los
Remedios), sobre cartones pintados por el gran artista
Gustavo Bacarisas (1873-1971), que en esta obra deja una de las mejores
muestras de tema religioso de toda la pintura modernista en Sevilla.
A ambos lados del presbiterio están las escenas de la Anunciación y la Natividad del Señor.
En los muros cuadros de la Inmaculada, Santa Teresita de Lisieux,
el Calvario y de los santos de la Orden de los jesuitas, San Ignacio, San
Francisco Javier, San Luis Gonzaga etc.
Muro de la Epístola