miércoles, 29 de marzo de 2023

 AREA ALAMEDA

Iglesia de Los Luises.

Las congregaciones marianas, eran asociaciones de fieles de espiritualidad ignaciana, de las que existían varias, cada una especializada en un grupo social. Una de ellas es la Congregación Mariana de María Inmaculada y San Luis (Los Luises) que se ocupaba de la vida cristiana de jóvenes varones en su mayoría universitarios.

Existió antes de 1868, fue restaurada en 1880, y se formó definitivamente el 21 de junio de 1899, bajo la dirección del P. Oliver Copons. Entre sus directores podemos citar a Pedro M.ª Ayala (enterrado en Los Luises) y Jesús Granero. Las congregaciones marianas fueron disueltas en 1967 para dar lugar a las Comunidades de Vida Cristiana (CVX).

Esta congregación necesitaba un local y su nombre proviene de la Congregación Mariana de San Luis Gonzaga, para la que fue construida a comienzos del siglo XX.

El Padre Jesuita Carlos Gálvez encargó las obras a Aníbal González, nuestro particular “Gaudí” costumbrista. Para comenzar las mismas se derribaron las tres casas existentes en este lugar.

El edificio tiene una historia apasionante pues está ubicada entre lo que eran, antaño, otras construcciones religiosas importantes como la parroquia de San Miguel, o el viejo convento-noviciado de la Orden de Frailes Mínimos de San Francisco de Paula.

EXTERIOR.

La fachada de la calle Trajano, del conocido como Colegio de los Luises, es de estilo neogótico italiano. 

Es un edificio básicamente hecho de ladrillos rojos vistos, labrados en su fachada y en partes de su interior.

Vista desde la Alameda

Destaca la portada, de estilo neogótico, con elementos ornamentales, en especial en la excelente puerta coronada por delicados arcos polilobulados, con imágenes impresionantes.

Portada

Vista del arco desde abajo 

Parte superior del arco de la portada

Detalles de la Portada

Detalles de la Portada

Detalles de la Portada


Llamadores de la puerta metálica

Sobre la Portada una imagen de San Ignacio de Loyola (protegida con una malla, que no impide que penetren las palomas), realizada por el escultor José Lafita Díaz (1887-1945).


Portada con San Ignacio de Loyola

Detalle de San Ignacio de Loyola y detalle del pedestal

El inmueble, consta de dos plantas de altura, y como hemos comentado, usa el ladrillo tallado, minuciosamente trabajado, en alargadas cenefas que recorren toda la fachada, compuestas con motivos vegetales y diminutas figuras. 

Fachada en imagen desde la Alameda mostrando la cenefa 

Una de las imágenes de la cenefa, es un lagarto que los viandantes tienen desgastado y decapitado de tanto acariciarlo, como un fetiche de la suerte.


Figurilla del Lagarto sin cabeza

Se muestra también el grabado de las virtudes cardinales, fe, esperanza y caridad y  los símbolos de la Pasión de Cristo: el gallo, el búho, los dados, la columna y los azotes, la corona de espinas, el martillo y los clavos, el paño de la Verónica, la lanza y la esponja y la tablilla con el INRI. 
Buena parte de todos estos elementos nos encontramos en la fachada como todo un canto a la simbología cristiana.

Caridad, Esperanza y Fe
El gallo y el búho
La columna con los látigos y La corona de espinas
El martillo con los clavos y el paño de la Verónica 
La lanza con la esponja y la tablilla con el INRI
Luego, lo que son los siete pecados capitales en una especie de caricatura simiesca o demoniaca, deforme y singular: lujuria, ira, soberbia, envidia, pereza, gula y avaricia.

Todo ello, en esta fachada tan inusual como importante, como toda la información y cultura que ofrece su lenguaje oculto.

La lujuria y la ira

La soberbia y la envidia

La pereza y la gula

La avaricia


También se incluyen en la cenefa una serie de imágenes de animales demoniacos.

Caricaturas demoniacas

Caricaturas demoniacas

Caricaturas demoniacas

Caricaturas demoniacas

En la parte alta, la fachada acaba en unos pináculos neogóticos y un torre-mirador, de una gran originalidad, de base cuadrada abierta por los cuatro lados y rematada por una alta crestería neogótica, en uno de los extremos.

Torre-mirador

INTERIOR

Otra puerta, con arco escarzano y crestería gótica, después de un zaguán, da acceso a la capilla.

Hall y puerta de acceso al templo

Placa del Hall

Desde este Hall, por la puerta de enfrente se accede a un pequeño Oratorio con la Imagen del Sagrado Corazón. 

Puerta de acceso al Oratorio

Imagen de Sagrado Corazón

Detalle de la cara y los pies


El interior es de bella factura, de estilo neogótico de influencia italiana, con una limpieza de líneas y perfección admirable. Con una sola nave, que se divide en tres tramos mediante unas fastuosas bóvedas de crucería. 

Llaman la atención las nervaduras de la nave, que arrancan de un friso de ladrillo labrado, con motivos diferentes, en todos los lienzos de las paredes.

Vista desde los pies de la Capilla

Detalle de las nervaduras

Detalle del coro a los pies de templo

Detalle del soporte del coro


Detalle a los pies del templo y bajo el coro

En el suelo la Placa funeraria del padre Pedro María Ayala

En el presbiterio destaca el púlpito como una filigrana de hierro forjado y dorado, también diseñado por Aníbal González. 

Visión general y detalle del pulpito

El retablo es de caoba tallada en su color, sin dorar, en el que aparecen escenas de las vidas de los Santos de la Compañía de Jesús, siendo tallado por Adolfo López, junto con la imagen de la Inmaculada, que preside el retablo, que es una copia de la Cieguecita, de Martínez Montañés, que se conserva en la Catedral de Sevilla.

Vista general del retablo

Detalle de los ángeles situados a los lados del retablo

Inmaculada

Crucificado

Detalles del retablo. Primer banco. Parte superior de ambas calles

Detalles del retablo. Primer banco. Parte inferior. Calle derecha

Detalles del retablo. Primer banco. Parte inferior. Calle izquierda

Ángeles laterales del primer banco

Detalle del Sagrario

Detalles del retablo. Segundo banco. Calle derecha

Detalles del retablo. Segundo banco. Calle izquierda

Detalles del retablo. Tercer banco. Calle derecha

Detalles del retablo. Tercer banco. Calle izquierda

El zócalo de toda la Capilla está hecho de azulejos de una gran armonía cromática, que ponen de manifiesto la característica de las obras de Aníbal González en que los elementos constructivos son, sobre todo, los ladrillos y la cerámica de colores. 

Estos zócalos fueron hechos en la fábrica de azulejos de Julio Laffitte (Los Remedios), sobre cartones pintados por el gran artista Gustavo Bacarisas (1873-1971), que en esta obra deja una de las mejores muestras de tema religioso de toda la pintura modernista en Sevilla.

A ambos lados del presbiterio están las escenas de la Anunciación y la Natividad del Señor.

Anunciación
Natividad

En ambos muros y a lo largo de la Capilla las catorce estaciones del Vía Crucis. 

 
















En los muros cuadros de la Inmaculada, Santa Teresita de Lisieux, el Calvario y de los santos de la Orden de los jesuitas, San Ignacio, San Francisco Javier, San Luis Gonzaga etc.

Muro de la Epístola








Muro del Evangelio








En la parte alta hay tres ventanas con vidrieras con motivos jesuitas y que se abren a la calle Trajano.