AREA DE SANTA CRUZ
Plaza de la Escuela de Cristo.
Se rotuló con es te
nombre el espacio que constituye el compás del Oratorio de la Escuela de Cristo (ver) y la entrada
secundaria a la parroquia de Santa Cruz, según
acuerdo municipal de 16 de mayo de 1972.
A la placita se accede por el núm. 1 de la de Carlos Alonso, que es una barreduela rotulada en el siglo XX, que nace de la calle Ximénez de Enciso.
Puerta de acceso a la placita
En este espacio cubierto hay una hornacina de San Cayetano y junto a ella una jaculatoria plasmada sobre un azulejo, que nos invita a solicitar la intercesión del Santo.
Morales Padrón opinaba
que tal imagen quizá correspondiera originalmente a un San Felipe Neri (Santo
muy vinculado a la Escuela de Cristo) al cual “las modas
vocacionales han cambiado de titulación”.
Lo
cierto es que la presencia en este lugar de esta imagen no guarda relación con
la Santa Escuela, sino con el antiguo Convento del Espíritu Santo, puesto que
San Cayetano de Thiene fue fundador en 1524 de la Congregación de Clérigos
Regulares de la Divina Providencia (más conocida como Teatinos), primera orden
de clérigos regulares.
La
plazoleta tiene forma de cuadrilátero irregular. A ella se asoman distintas
dependencias del colegio de San Isidoro y de la Parroquia y Hermandad de Santa
Cruz.
Con
paredes encaladas y ventanas enrejadas, es un rincón de gran tipismo.
Originalmente, el suelo estaba formado por un ajedrezado de losa de Tarifa y
chino lavado. Actualmente luce un empedrado de guijarros.
Cuatro
naranjos o limoneros, uno en cada esquina, dos bancos de obra adosados a los
muros y gran multitud de macetas de pilistras y helechos rematan el conjunto,
dándole un aspecto cuidado y recoleto que, de alguna manera, nos recuerda a
otras plazuelas sevillanas, como la de Santa Marta.
En la pared izquierda, adosada al muro, se halla una fuente o pila de dos caños.
Detalle de la fuente
Una pieza de gran valor artístico es el retablo cerámico de la Natividad de Cristo, situado encima de la fuente y bajo el rótulo de la calle, obra de Antonio Morilla Galea, en 1977.
La obra representa una escena de la Adoración de los
Pastores y es una copia de un cuadro del siglo XVII, que se encuentra en la
catedral de Puebla de los Ángeles (México). En ella se presenta al obispo Juan
de Palafox y Mendoza, el cofundador de las Escuelas de Cristo que aparece en un segundo
plano, de pie, apoyado sobre su cayado, en actitud de recogimiento, representado como un joven
pastor.
En uno de sus ángulos o rincones de la plaza, bajo el techo de una ventana saliente
en la planta superior, que da lugar a una especie de hornacina, se aprecia una
cruz de hierro forjado sobre
columna de mármol blanco que está
sujeta a la pared. Es una
cruz que se instaló en el siglo XIX pero desconozco su historia.
Un retablo cerámico del santísimo Cristo de las Misericordias, quizás el único existente en la ciudad de este Cristo a todo color, pintado por José Tova Villalba, en 1922.
En un azulejo, se
atestigua que en Sevilla se creó originalmente una Escuela en 1662 en el Hospital del Espíritu Santo de
la calle de Colcheros, hoy Tetuán. Sin embargo, debido a que tenían
números clausus por constitución, al llegar a los 72 hermanos tantos como
discípulos envió Jesucristo, se debía fundar una nueva. Así, en nuestra ciudad
llegó a haber tres distintas: la citada del Espíritu Santo que
acabó en el convento de la Paz sede actual de la Mortaja; la que actualmente
pervive, denominada “de la Natividad” a espaldas de la parroquia
de Santa Cruz, en 1793; y, cinco años después en San Hermenegildo se crea la
tercera, que finalmente acaba en el convento de Santa Isabel y fusionada con la
primitiva.
En el
muro de la derecha se halla un azulejo dedicado a Francisco Ferrand Sierra que
fue Hermano Mayor de la Hermandad de Santa Cruz.
Durante sus dos mandatos, la corporación alcanzó un extraordinario
auge, consiguiendo precisamente, entre otros logros, la cesión del Oratorio de
la Escuela de Cristo a dicha Hermandad.
En la fachada
sureste de la plaza se alza su construcción más significativa y que, además, da
nombre a la misma. Se trata del Oratorio de la Santa Escuela de Cristo de la
Natividad, fundado originariamente en 1793 en el Convento Casa Grande de San
Francisco (actualmente Plaza Nueva) y trasladado posteriormente a la Iglesia de
los Clérigos Menores.
Esta portada
manierista, consta de un alto hueco acabado en arco de medio punto que
aparece enmarcado entre pilastras que soportan un sobrio entablamento. Sobre él
se crea un frontón recto y roto en el centro para presentar el
símbolo de la cruz, cobijado a su vez por un frontón triangular completo que
corona la composición. Ésta se complementa con dos sencillos pináculos a
eje con las pilastras, asentados sobre recrecidos de pilastra y acabados con
pequeñas esferas.