RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes
Virgen del Mayor Dolor y Traspaso.
La Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, es una talla de 1798 (aunque
su realización no está documentada), de autor anónimo, costeada por el
mayordomo Manuel Benjumea que reemplaza a otra anterior y que a lo largo de los
años ha sufrido algunas intervenciones que han alterado su apariencia original,
pues se le cambió la cabeza, colocándole también la corona de plata sobredorada
que luce actualmente.
De tamaño natural (mide 1,74 metros), es una talla
en candelero de madera de cedro policromada, candelero al que van adheridos
el busto y los brazos de la Virgen.
Representa
el momento en que sufre el cuarto de sus dolores al traspasársele el corazón
viendo el sufrimiento de su hijo camino del Calvario.
Alude al momento en que
la Virgen acompañada de san Juan ve traspasado su corazón, viendo el sufrimiento de su hijo camino del
Calvario. La escena se basa en una vieja tradición que narraba el pasmo o
desmayo de la Virgen, por lo que un ángel que bajó del cielo le dio poder para
soportar tan inmenso dolor.
Esta leyenda es
citada por Bermejo y Carballo. Hay constancia, además, que fue
también recogida en las devociones primeras de los Santos Lugares, y se
sabe que incluso que en Jerusalén existió una capilla dedicada a
contemplar el desmayo de la Virgen en la calle de la Amargura. Más tarde pasó
al teatro medieval de los Misterios y tuvo sendas aceptaciones populares.
“A ti una espada te atravesará el corazón” es la
profecía evangélica del anciano Simeón que da título a la Dolorosa de la
hermandad y durante mucho tiempo a la propia corporación.
Por
ello, está representada en una actitud llorosa, con la cabeza inclinada hacia
su izquierda para, “adecuarse a San Juan del que recibe indicaciones
y consuelo en el momento posterior al cruce de miradas entre Cristo y María en
la Calle de la Amargura”.
Su rostro expresan tristeza, con su boca
entreabierta y de sus ojos caen hacia sus mejillas unas lágrimas de
cristal.
En
el pecho, entre la prenda que lo cubre (pecherín), se clava un puñal, símbolo
del dolor clavado en su corazón, mientras que en su cabeza porta una corona,
atributo de su divinidad.
Ha sufrido diversas
restauraciones. Así, en el año 1954, Antonio Illanes afianzó la cabeza al candelero,
pero también alteró sus facciones de manera leve para acercarla al gusto de la
época. Más adelante, la intervención de Peláez del Espino consistió en alterar
de una manera llamativa la policromía de la obra, al tiempo que la dotaba de un
candelero metálico en 1978. Luis Ortega Bru en 1979, la encarnaría con colores
claros, además de sustituir de nuevo el candelero por otro realizado en madera. En
el año 2003 Luis Álvarez Duarte volvía a intervenir en la imagen, subsanado
unas grietas en el cuello que amenazaban la estabilidad del busto.
Virgen del Mayor Dolor y Traspaso
Detalle de la Virgen
Detalle de la Virgen