El arquitecto que diseña
el palacio es Simón Barris Bes, argentino establecido en Sevilla y autor,
también, de la casa de Juan de Haro, construida a primeros del siglo XX en la
calle Tomás de Ibarra.
La Casa-Palacio se
construye entre 1908 y 1916 pero el arquitecto Barris falleció en 1912, por lo
que el conde de las Torres de Sánchez-Dalp continuó dirigiendo las obras.
No tiene un estilo único,
sino que es la suma de muchos (neomudéjar, neoclásico, neobarroco, manierista y
plateresco), como también se hace en otros edificios de la época, constituyendo
el estilo regionalista y punto de referencia para distinguir lo que debía ser
el “Estilo Sevillano”, de gran influencia en arquitectos más jóvenes.
En su interior se cuidaron hasta los más mininos detalles,
con una rica decoración en la que los motivos platerescos y mudéjares se
entremezclaron con elementos manieristas y neobarrocos.
Representó una obra de gran envergadura, difícilmente
repetible, por lo que fue una gran ocasión para que se formaran numerosos
profesionales artesanos como alarifes,
yeseros, cerrajeros, forjadores, ceramistas, decoradores, carpinteros,
ebanistas, tapiceros etc. que luego fueron vitales para las obras de la
Exposición Iberoamericana de 1929.
En este sentido, el rey Alfonso XIII
decidió que Sevilla fuera la primera ciudad española que tuviera el Real
Patronato Municipal de la Vivienda, con ayuda estatal, y la Real Escuela de
Formación de la Nación, denominada Real Colegio Hispalense de Formación
Profesional, cuyos talleres y aulas se instalaron en el Ala Norte del edificio
de la plaza de España. Entre 1925 y 1926 se formaron más de cuatrocientos
jóvenes procedentes de la capital y de los pueblos sevillanos. Son los
antecedentes de lo que muchos años después determinó el nacimiento de las
Universidades Laborales, creadas por el régimen del general Franco.
Pero no solo fue una gran obra
arquitectónica, sino que también constituyó un punto de referencia social, con
la celebración de numerosas fiestas durante los años veinte, con la
participación de los Reyes de España y la aristocracia y alta burguesía
sevillana o festejos en honor de los aviadores del “Plus Ultra” o de despedida
de las tropas regulares con destino a la Guerra de África o la participación de
Pastora Imperio.
Cofradía del Silencio
en la puerta del Palacio de Sánchez-Dalp
Ambiente
local de la plaza del Duque en el entorno del Palacio de Sánchez-Dalp. En
Sevilla Desaparecida. Nicolás Salas
En la parte superior se localiza un
pequeño templete, que sirve de tabernáculo o
relicario, en el que Sánchez –Dalp colocó su busto. La leyenda refiere que dicho
busto tenia oculto un tesoro de esmeraldas y que fue arduamente buscado,
naturalmente sin éxito, por los operarios que realizaron el derribo.
A los lados del templete se emplazan sendos grandes
cuernos de abundancia.
En el centro del templete se dispone el escudo
de Miguel Sánchez-Dalp y Calonge de Guzmán y Fernández Granado, que era su
nombre completo, sujeto por dos leones rampantes y rodeado por pequeños cuernos
de la abundancia.
Los leones rampantes aparecen encadenados,
como réplica y explicación de las cadenas que custodiaban la puerta de entrada
al palacio. Estas cadenas fueron otorgadas como privilegio y consecuencia de la
visita que hizo el rey Alfonso XIII en el otoño de 1922.
Estos cuatro leones de bronce procedían de un
palacio de Úbeda y estaban datados en el siglo XVI. Fueron cedidos por el Corte
Ingles a la ciudad de Sevilla, pero se desconoce su actual paradero.
La entrada del palacio tenia las cadenas que
simbolizan la estancia del rey.
Imagen de las cadenas
El
interior del Palacio era un auténtico Museo, dada la calidad y belleza de todos
sus elementos, como se pone de manifiesto en la obra “Sevilla Desaparecida” de
Nicolás Salas, de la que hemos obtenido los datos y algunas de las imágenes.
Para
poder conocer lo que fue este gran Palacio, nos puede orientar y nos basamos,
en primer lugar, en el Plano de la planta baja (Sevilla Desaparecida.
Nicolás Salas) dibujada por el aparejador Francisco José de Jesús Pareja, según
las indicaciones de Manuel Martínez Ramos, que encargó el álbum grafico del
Palacio, fotografiado por Emigdio Mariani entre 1953 y 1961.
ZAGUAN
Referimos algunos detalles.
El suelo está realizado con ladrillos
colocados en “sardinel”, formando un dibujo en espiga con dos colores de
ladrillos, rojizo y amarillo pajizo, técnica usada en la arquitectura mudéjar.
El techo presenta un alfarje organizado en
tres niveles de vigas y correas con tablazón tallada. Tiene una cenefa con
inscripciones en latín dedicadas a los amigos del dueño del palacio, el
arquitecto Aníbal González, el historiador José Gestoso, el industrial
ceramista Manuel Ramo Rejano y otros.
Una ventana daba luz al segundo vestíbulo o
distribuidor de entrada (esta ventana fue comprada para un céntrico hotel
sevillano).
Una cancela de forja con adornos en cobre
ejecutada por los cerrajeros de Toledo. Otra cancela daba paso a la oficina, a
la izquierda. Una reja procedente de un convento de clausura de Zamora y actualmente en el Real Alcázar.
Tres figuras de madera de Santos datadas en el
siglo XVII.
El escudo de los Solís y el escudo del Duque
de Medina Sidonia, de Guzmán, apellido también de Sánchez-Dalp. Un cofre del siglo XVI.
Una fuente o pilón de medio capitel, estilo
renacimiento, procedente de un palacio renacentista de Úbeda. En su origen pudo
ser un sarcófago. Sobre el pilón, una tabla con la Virgen protectora de la casa
de advocación no identificada. Más arriba escudos con cabezas de ciervos a los
lados.
Las dos columnas son procedentes de Itálica.
Un farol estilo sevillano clásico.
PATIO DEL LEON
El patio estaba rodeado por una galería separada del patio por una arcada, cuyos arcos se apoyan en grandes y decorados
cimacios. Los arcos tienen decoración en todos sus paramentos e intradós. El
pavimento es diferente para la galería que para el patio.
Los paramentos del patio tienen gran semejanza
con la fachada plateresca del Ayuntamiento y se organiza en dos alturas que siguen el ritmo de las columnas de la planta baja.
Unas pilastras antropomorfas que localizan el
eje principal del patio que aparecen reforzadas en la planta por pares de
columnas de fuste acanalado, tanto en la planta alta como en la baja.
Una cadeneta de yedra recorría toda la arcada.
En el centro del patio destaca la fuente del
león, con un banco en forma de U, que daba nombre al gran espacio. Este león
era una pieza de piedra de origen árabe del siglo IX.
Había cuatro pedestales, uno en cada esquina,
con los bustos de los emperadores romanos de origen sevillano, Marco Ulpio
Trajano, y Publio Elio Adriano, del estoico y moralista cordobés Lucio Anneo
Seneca y del gran tratadista de la agricultura clásica, el gaditano Lucio Junio
Moderato Columela.
Vista del león desde la galería
Detalle de los paramentos del patio del león. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
Derribo del patio del león. Ha desaparecido la fuente del león. (Juan José Serrano Pérez. Fototeca Municipal de Sevilla). En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
DESPACHO
El artesonado (alfarje), datado en el XVI,
procedía del Palacio de Torrenueva, en San Juan de la Palma, la popular casa de
los Artistas (ver), que era propiedad de conde de las Torres de Sánchez-Dalp.
Azulejería de Triana de la fábrica de Manuel
Ramos Rejano.
Un ajimez con traza islámica decora el
intradós de los arcos ojivales de estilo gótico.
Una puerta procedente del Real Convento de
Santa Clara de Sevilla (ver).
La sillería era de estilo inglés con una silla
italiana del siglo XVI, quizás de Sforza.
Un bodegón de la escuela de Juan Sánchez Cotán
del siglo XVIII.
Bargueño del siglo XVI y encima una virgen del
siglo XIV.
Un escudo de piedra del siglo XVI que
actualmente está en el Alcázar.
Despacho. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas ESCALERA
Al fondo de la escalera estaba el despacho de
Miguel.
En la anteescalera había una mesa de mosaicos
florentinos y sobre ella una porcelana del Retiro y al lado de la mesa había
una silla italiana de primeros del XIX.
A la izquierda del descansillo estaban las
estatuas de Adan y Eva y una litera del siglo XIX.
En la baranda alta dos bustos de los
emperadores romanos Trajano y Adriano que pueden ser los que están en el
Arqueológico.
ENTRESUELO
Toda la pared cubierta de azulejos trianeros
de Manuel Ramos Rejano.
En la hornacina del Centro una escultura de la
Piedad del circulo de Jerónimo Hernández y al fondo un cuadro del taller de
Murillo.
Otras dos hornacinas con estatuas neoclásicas
de Adán y Eva.
En el centro un lienzo de dama de la escuela
de Carreño.
Un reloj de pie coronado por una imagen de la
Virgen María.
Dos sillones de estilo Carlos IV.
Desde esta zona cuatro columnas de mármol de
Carrara soportaban el segundo tramo de la escalera que partía de esta zona.
Hornacinas del entresuelo. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
HALL DE HONOR
Una figura de bronce francesa del taller de
Carpeaux y un tibor de Cantón.
Un cuadro que podía ser un posible boceto del
cuadro de Velázquez que se encuentra en la iglesia de san Hermenegildo de
Capuchinos.
Dos cuadros, uno de Carlos IV y otro de María
Luisa de Parma firmadas por Carnicero, entre ambos cuadros la puerta de entrada
a la capilla.
Hall de Honor. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
HALL ALTO
Litera del siglo XIX.
Mesa en el centro de estilo imperio con
palangana de Alcora del siglo XIX. Sobre la mesa un san Miguel en bronce del
taller de Cellini.
Hall Alto. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
ANTE-COMEDOR DE VERANO
Las puertas de entrada eran cristaleras
emplomadas.
El intercolumnio presenta tres arcos de
herradura apoyados en muros y en dos columnas de mármol.
Los fustes de las columnas carecen de base y
los capiteles son de “avispero” típicamente cordobeses.
Dos pavimentos uno de mármol y otro de
losetas. Entre las columnas trozos de mármol de varios colores formando
círculos y rombos.
En el centro del antecomedor hay un surtidor
del siglo XVII.
En los laterales tibores orientales.
Un bargueño con una escultura llamada “Abrazo
místico” de escuela castellana del siglo XVI.
Sobre una mesa un león de Alcora.
Antecomedor de verano. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
COMEDOR DE VERANO
Vuelve a repetirse el sistema de
intercolumnario aunque de mas altura. El espacio está dividido por otra
arquería con dos arcos más pequeños y uno central más grande, decorados con
motivos platerescos.
Azulejos realizados en los talleres trianeros
de Mensaque.
Un retrato de una infanta de la época de Felipe
II de Claudio Coello.
Una cabeza de mármol de Julio Cesar.
Muebles de estilo imperio. Un tibor.
Una chimenea presidida por un retrato de
caballero de la época de Felipe III de escuela italiana y de autor anónimo.
Comedor de verano. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
JARDIN
En dos plantas con escalera para pasar al
segundo nivel. La solería de barro de color rojo
Presenta fuentes con surtidor en las paredes y
bustos, placas, jarrones, capiteles, columnas, etc.
La fuente central es una pieza italiana del
siglo XVII que se conserva en el Real Alcázar, en el jardín de la Alcubilla,
pero sin el remate que representaba al Dios Baco.
La entrada al comedor de verano presenta con
arcos y alfices con huecos que recuerdan al Real Alcázar.
Fuente del jardín. Al fondo la entrada al comedor de verano
Detalle del jardín. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
Al fondo del jardín un callejón que daba a la
llamada “Casa Política”, cuya fachada daba a la calle Teniente Borges.
Se inicia
con un arco, cuyo alfiz presenta yeserías, escudos y filigranas.
A los lados
dos columnas adornadas con restos arqueológicos, de la era romana del siglo II.
Pasado el arco existe una columna con capitel, con un mercurio italiano del
siglo XV y faroles.
Entrada al callejón. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
Plano de la planta alta (Sevilla Desaparecida. Nicolás Salas) dibujada
por el aparejador Francisco José de Jesús Pareja, según las indicaciones de
Manuel Martínez Ramos, que encargó el álbum grafico del Palacio, fotografiado
por Emigdio Mariani entre 1953 y 1961.
GALERIA ALTA
Un tibor de Cantón, una mesa imperio, cómodas
francesas del siglo XVIII y sobre ellas dos cabezas ibéricas.
Galería alta. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
SALON DE LOS TRIPTICOS
Tríptico holandés del siglo XVI que representa
el Calvario, tríptico mallorquín datado en el siglo XIV, un tapiz francés del
siglo XVIII, que preside el salón de los Trípticos y una tabla de san Sebastián
del siglo XV de la escuela de Mantegna.
Valioso bargueño del siglo XVII. Un santo
Capeto, encima de otro pequeño bargueño.
Una mesa clásica con una pequeña escultura de
san José con el Niño en sus brazos, del taller de Duque Cornejo.
Lámpara de cristal veneciano.
Una escultura francesa.
Salón de los trípticos. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
Salón de los trípticos. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
SALON DE LOS PRIMITIVOS
Por el intercolumnio se pasa al Gran Comedor
de Invierno.
El nombre se debe a las varias tablas
primitivas del siglo XIV, procedentes de monasterios de Cataluña.
El suelo es de mármol blanco de Macael y los
paramentos presentan reposteros con motivos heráldicos, sobre cortinajes de
época.
El mobiliario procede de un monasterio no
identificado del siglo XVII.
Bargueños del tiempo de los Reyes Católicos.
Sobre un bargueño una virgen fernandina del
siglo XIII.
Tresillo del siglo XVIII.
Nacimiento de pequeñas figuras del taller de
la Roldana.
Los frisos del cortinaje levaban inscripciones
latinas referentes a los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.
Salón de los primitivos. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
Salón de los primitivos. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
VESTIBULO DE ENTRADA AL ANTE-COMEDOR DE
INVIERNO
En el centro, entre las dos puertas, había un
reloj ingles lacado y coronado por un busto relicario del siglo XVIII.
Las puertas de vidriera y tenían
incrustaciones y picaportes de bronce.
Un tibor de cantón.
Una virgen italiana de alabastro, blanquísima,
del siglo XIV.
Una
cancela da paso al Hall de Adam y Eva.
Ante comedor de invierno. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
COMEDOR DE INVIERNO
La yesería y los diseños de zócalos recuerdan
la arquitectura del Alcázar.
El artesonado estuvo antes en el palacio de
Zuñiga de la plaza de la Encarnación, que le donó a Miguel Sánchez-Dalp su
cuñado Juan Marañón y Lavín, que fue derribado por los franceses a principios
del siglo XIX. Dos escudos se sitúan debajo del artesonado.
Antes de cruzar el intercolumnio, un cuadro de
Sánchez Cotan. Un bargueño. Un reloj de sobremesa.
Las dos columnas del intercolumnio descansan
sobre tres mosaicos procedentes de las ruinas de Itálica, datados del siglo II.
Los cimacios parecen realizados en jade
y son figuras típicas del medievo.
Dos tapices bruselenses del siglo XVII. Cofre
del siglo XV. Una imagen de la Virgen del siglo XVI. Dos bargueños de los
siglos XVIII y XVII. Cuadros bodegones de Sánchez Cotan (Siglo XVII)
Chimenea de estilo Renacimiento con dos
medallones de cerámica del siglo XVI a ambos lados del arco que representan al
infante Don Fadrique y a su esposa, procedentes de la Huerta del Real
Monasterio de santa Clara de Sevilla. Un gran tapiz bruselense. Paredes con bargueños del siglo XVIII y retratos
de la familia Guzmán.
Comedor de invierno. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
Comedor de invierno. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
Comedor de invierno. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
COMEDOR INTIMO
Situado detrás del comedor de invierno.
Presidido por cuadros del siglo XVII con temática de bodegones. Un contador del
siglo XVII, procedente de la colección de los Duques de Montpensier. Muebles y
sillas ingleses y adornos de plata y oro.
En la puerta que daba entrada o Puerta de los
Reyes aparecen el rey Fernando III el Santo, el rey Pedro I de Castilla, el rey
Alfonso XIII y el propio Miguel Sánchez-Dalp.
Comedor intimo. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
Puerta de entrada al comedor intimo. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas
CAPILLA
El suelo de piedra caliza blanca de Gilena en
Sevilla o de la Sierra de Cabra, combinada con mármol rojo de la sierra de
Cabra en Cordoba.
En el altar central un cuadro de la Virgen con
el niño de la escuela española.
La custodia de plata es mexicana del siglo
XVIII y las dos lámparas votivas de estilo bizantino.
Dos reclinatorios para el conde ya la condesa
y en el suelo los escudos de ambos. A la Izquierda el de los Marañón y a la
derecha el de los Sánchez-Dalp.
En la jamba del intercolumnio unos relieves de
mármol con la efigie del rey Alfonso XIII y encima el escudo de Sánchez-Dalp.