miércoles, 12 de julio de 2023

 AREA DE PLAZA DE LA GAVIDIA, CONCORDIA Y DUQUE

Palacio de los Cavalieri.

El palacio de los Cavalieri, era un edificio del siglo XVI, utilizado como casa solariega de la familia Solís, posteriormente perteneció a la familia Cavalieri y en 1965 fue derribado para construir los almacenes Lubre. Actualmente es un establecimiento hotelero y un supermercado de la cadena Aldi.

Este es el edificio actual

Era un edificio de dos plantas, en cuya fachada se instaló, en el siglo XIX, una portada procedente de una casa de la vecina plaza de la Gavidia, el antiguo Palacio de Quirós, que fue destruido por un incendio. 

Situación actual de la portada

Esta portada se sigue manteniendo en la actualidad. Se compone de dos cuerpos. El inferior con columnas de fuste acanalado en sus dos tercios, que sostiene la balaustrada del balcón del segundo cuerpo. El vano de dicho balcón esta flanqueado por balaustres y rematado por un escudo de armas.

Detalle de los laterales del balcón

Detalle de la balaustrada del balcón

Detalle del Escudo de Armas

 AREA DE PLAZA DE LA GAVIDIA, CONCORDIA Y DUQUE

Hotel Venecia.

En la esquina de la plaza del Duque con la calle Alfonso XII se situaba el Hotel Venecia, ampliamente conocido porque durante la Guerra de España hospedó a clientes espías y escritores famosos, como Arthur Koestler, autor del libro “Del cero al Infinito”.

Se trataba de un edificio de tres plantas, con fachada de cinco ventanas en la tercera y cinco balcones en la segunda, destacando los balcones de los extremos con cierres metálicos semicirculares.

El Hotel Venecia en el año 1950. GELÁN

Su interior albergaba un amplio patio enclaustrado, con dobles galerías sostenidas por columnas de mármol, unidas por arcos de medio punto.

 Durante su derribo se vendieron columnas talladas, la escalera principal de mármoles italianos, una fuente de mármol instalada en el patio principal, puertas y ventanas de madera de caoba, hierros de forja, lozas de Tarifa, mármoles de Carrara y azulejos trianeros.

Posteriormente fue sustituido por el comercio Simago, después por  Marck y Spencer, Sfera y actualmente es una dependencia del Corte Ingles. 

 AREA DE PLAZA DE LA GAVIDIA, CONCORDIA Y DUQUE

Palacio de Sánchez-Dalp.

Los Sánchez-Dalp adquieren nobleza gracias al marquesado que les concede el rey Alfonso XIII, y para ello necesitaban una residencia en Sevilla en relación con su nuevo rango social.

Por ello, Miguel Sánchez-Dalp y Calonge en 1904 compra a Eduarda Manjon y Margelina, marquesa del Valle de la Reina, que la había comprado años antes a la marquesa viuda de la Motilla, un espacio ubicado en la plaza del Duque, en la que ya existía el Palacio del Marqués de Palomares y el Colegio de Alfonso X el Sabio, desde mediados del siglo XIX y donde previamente se situaba el Palacio del Duque de Medina Sidonia.

El arquitecto que diseña el palacio es Simón Barris Bes, argentino establecido en Sevilla y autor, también, de la casa de Juan de Haro, construida a primeros del siglo XX en la calle Tomás de Ibarra.

La Casa-Palacio se construye entre 1908 y 1916 pero el arquitecto Barris falleció en 1912, por lo que el conde de las Torres de Sánchez-Dalp continuó dirigiendo las obras.

No tiene un estilo único, sino que es la suma de muchos (neomudéjar, neoclásico, neobarroco, manierista y plateresco), como también se hace en otros edificios de la época, constituyendo el estilo regionalista y punto de referencia para distinguir lo que debía ser el “Estilo Sevillano”, de gran influencia en arquitectos más jóvenes.

En su interior se cuidaron hasta los más mininos detalles, con una rica decoración en la que los motivos platerescos y mudéjares se entremezclaron con elementos manieristas y neobarrocos.

Representó una obra de gran envergadura, difícilmente repetible, por lo que fue una gran ocasión para que se formaran numerosos profesionales artesanos como alarifes, yeseros, cerrajeros, forjadores, ceramistas, decoradores, carpinteros, ebanistas, tapiceros etc. que luego fueron vitales para las obras de la Exposición Iberoamericana de 1929.

En este sentido, el rey Alfonso XIII decidió que Sevilla fuera la primera ciudad española que tuviera el Real Patronato Municipal de la Vivienda, con ayuda estatal, y la Real Escuela de Formación de la Nación, denominada Real Colegio Hispalense de Formación Profesional, cuyos talleres y aulas se instalaron en el Ala Norte del edificio de la plaza de España. Entre 1925 y 1926 se formaron más de cuatrocientos jóvenes procedentes de la capital y de los pueblos sevillanos. Son los antecedentes de lo que muchos años después determinó el nacimiento de las Universidades Laborales, creadas por el régimen del general Franco.

Pero no solo fue una gran obra arquitectónica, sino que también constituyó un punto de referencia social, con la celebración de numerosas fiestas durante los años veinte, con la participación de los Reyes de España y la aristocracia y alta burguesía sevillana o festejos en honor de los aviadores del “Plus Ultra” o de despedida de las tropas regulares con destino a la Guerra de África o la participación de Pastora Imperio. 


El ex ministro liberal Sr. Alba  en Sevilla, en la Casa-palacio del Sr Sánchez-Dalp. 30-11-1917. Juan Barrera

Fiesta con Pastora Imperio. Sevilla Desaparecida. Nicolás Salas

Fiesta en el patio del León. Sevilla Desaparecida. Nicolás Salas

Fiesta en honor de los aviadores del “Plus Ultra”. Sevilla Desaparecida. Nicolás Salas

Durante la II República y la Guerra Civil, la actividad social fue decayendo  y especialmente tras la muerte, en 1961, de su dueño y constructor Don Miguel Sánchez-Dalp y Calonge, y la posterior venta en 1966 a Don Ramón Areces, para ser derribado en 1967, y proceder a la construcción del edificio comercial del Corte Ingles. 

Espacio que ocupaban los palacios de Palomares y Sánchez-Dalp y una casa particular y que hoy corresponde al solar del Corte Ingles


Su fachada recordaba al Pabellón Real de la Exposición de 1929 (actual Museo Arqueológico).



Cofradía del Silencio en la puerta del Palacio de Sánchez-Dalp



Ambiente local de la plaza del Duque en el entorno del Palacio de Sánchez-Dalp. En Sevilla Desaparecida. Nicolás Salas


En la parte superior se localiza un pequeño templete, que sirve de tabernáculo o relicario, en el que Sánchez –Dalp colocó su busto. La leyenda refiere que dicho busto tenia oculto un tesoro de esmeraldas y que fue arduamente buscado, naturalmente sin éxito, por los operarios que realizaron el derribo.

A los lados del templete se emplazan sendos grandes cuernos de abundancia.

En el centro del templete se dispone el escudo de Miguel Sánchez-Dalp y Calonge de Guzmán y Fernández Granado, que era su nombre completo, sujeto por dos leones rampantes y rodeado por pequeños cuernos de la abundancia.

Los leones rampantes aparecen encadenados, como réplica y explicación de las cadenas que custodiaban la puerta de entrada al palacio. Estas cadenas fueron otorgadas como privilegio y consecuencia de la visita que hizo el rey Alfonso XIII en el otoño de 1922.

Parte superior de la Portada

Debajo, encima del balcón principal de la casa, un escudo más pequeño, es el escudo de los Guzmán. Señalaba el lugar aproximado de la puerta principal del palacio de los Duque de Medina-Sidonia, fundadores de la plaza del Duque, que se mantuvo hasta la invasión francesa en 1810-1812, pero fue arruinado y derribado varias décadas después.

Escudo de los Guzmán

En el balcón principal, debajo del pasamano de la baranda, se distingue una cenefa de forja con seis bustos que alternan con adornos de flores. Estos bustos representaban al rey Alfonso XIII, la reina Victoria Eugenia, Miguel Sánchez-Dalp y Calonge, su mujer Ángeles Marañón y Lavín y otros personajes no identificados que podrían ser los reyes Alfonzo X y Carlos IV.  

Balcón principal

La puerta del palacio es una réplica de la puerta del Ayuntamiento de Sevilla y tiene una antepuerta de cristales con reja en la parte baja. Arriba el rey san Fernando coronando. A la izquierda, la entrada de la portería con puerta chapada de cobre y ventana lateral para poder ver la entrada principal.

Puerta del Palacio

A cada lado de las jambas, había dos pequeños leones de bronce en forma de asientos, que eran los lugares de espera de los antiguos lacayos, para abrir la puerta a los señores del palacio.

Estos cuatro leones de bronce procedían de un palacio de Úbeda y estaban datados en el siglo XVI. Fueron cedidos por el Corte Ingles a la ciudad de Sevilla, pero se desconoce su actual paradero.

La entrada del palacio tenia las cadenas que simbolizan la estancia del rey.

Imagen de las cadenas

El interior del Palacio era un auténtico Museo, dada la calidad y belleza de todos sus elementos, como se pone de manifiesto en la obra “Sevilla Desaparecida” de Nicolás Salas, de la que hemos obtenido los datos y algunas de las imágenes.



Para poder conocer lo que fue este gran Palacio, nos puede orientar y nos basamos, en primer lugar, en el Plano de la planta baja (Sevilla Desaparecida. Nicolás Salas) dibujada por el aparejador Francisco José de Jesús Pareja, según las indicaciones de Manuel Martínez Ramos, que encargó el álbum grafico del Palacio, fotografiado por Emigdio Mariani entre 1953 y 1961.

Plano de la planta baja

ZAGUAN

Referimos algunos detalles.

El suelo está realizado con ladrillos colocados en “sardinel”, formando un dibujo en espiga con dos colores de ladrillos, rojizo y amarillo pajizo, técnica usada en la arquitectura mudéjar.

El techo presenta un alfarje organizado en tres niveles de vigas y correas con tablazón tallada. Tiene una cenefa con inscripciones en latín dedicadas a los amigos del dueño del palacio, el arquitecto Aníbal González, el historiador José Gestoso, el industrial ceramista Manuel Ramo Rejano y otros.

Una ventana daba luz al segundo vestíbulo o distribuidor de entrada (esta ventana fue comprada para un céntrico hotel sevillano).

Una cancela de forja con adornos en cobre ejecutada por los cerrajeros de Toledo. Otra cancela daba paso a la oficina, a la izquierda. Una reja procedente de un convento de clausura de Zamora y actualmente en el Real Alcázar.

Tres figuras de madera de Santos datadas en el siglo XVII.

El escudo de los Solís y el escudo del Duque de Medina Sidonia, de Guzmán, apellido también de Sánchez-Dalp.  Un cofre del siglo XVI. 

Una fuente o pilón de medio capitel, estilo renacimiento, procedente de un palacio renacentista de Úbeda. En su origen pudo ser un sarcófago. Sobre el pilón, una tabla con la Virgen protectora de la casa de advocación no identificada. Más arriba escudos con cabezas de ciervos a los lados.

Las dos columnas son procedentes de Itálica.

Un farol estilo sevillano clásico.

PATIO DEL LEON

El patio estaba rodeado por una galería separada del patio por una arcada, cuyos arcos se apoyan en grandes y decorados cimacios. Los arcos tienen decoración en todos sus paramentos e intradós. El pavimento es diferente para la galería que para el patio.

Los paramentos del patio tienen gran semejanza con la fachada plateresca del Ayuntamiento y se organiza en dos alturas que siguen el ritmo de las columnas de la planta baja.

Unas pilastras antropomorfas que localizan el eje principal del patio que aparecen reforzadas en la planta por pares de columnas de fuste acanalado, tanto en la planta alta como en la baja.

Una cadeneta de yedra recorría toda la arcada.

En el centro del patio destaca la fuente del león, con un banco en forma de U, que daba nombre al gran espacio. Este león era una pieza de piedra de origen árabe del siglo IX.

Había cuatro pedestales, uno en cada esquina, con los bustos de los emperadores romanos de origen sevillano, Marco Ulpio Trajano, y Publio Elio Adriano, del estoico y moralista cordobés Lucio Anneo Seneca y del gran tratadista de la agricultura clásica, el gaditano Lucio Junio Moderato Columela.


Vista del león desde la galería

Detalle de los paramentos del patio del león. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

Derribo del patio del león. Ha desaparecido la fuente del león. (Juan José Serrano Pérez. Fototeca Municipal de Sevilla). En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

DESPACHO

El artesonado (alfarje), datado en el XVI, procedía del Palacio de Torrenueva, en San Juan de la Palma, la popular casa de los Artistas (ver), que era propiedad de conde de las Torres de Sánchez-Dalp.

Azulejería de Triana de la fábrica de Manuel Ramos Rejano.

Un ajimez con traza islámica decora el intradós de los arcos ojivales de estilo gótico.

Una puerta procedente del Real Convento de Santa Clara de Sevilla (ver).

La sillería era de estilo inglés con una silla italiana del siglo XVI, quizás de Sforza.

Un bodegón de la escuela de Juan Sánchez Cotán del siglo XVIII.

Bargueño del siglo XVI y encima una virgen del siglo XIV.

Un escudo de piedra del siglo XVI que actualmente está en el Alcázar. 

Despacho. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

ESCALERA

Al fondo de la escalera estaba el despacho de Miguel.

En la anteescalera había una mesa de mosaicos florentinos y sobre ella una porcelana del Retiro y al lado de la mesa había una silla italiana de primeros del XIX.

A la izquierda del descansillo estaban las estatuas de Adan y Eva y una litera del siglo XIX.

En la baranda alta dos bustos de los emperadores romanos Trajano y Adriano que pueden ser los que están en el Arqueológico.

ENTRESUELO

Toda la pared cubierta de azulejos trianeros de Manuel Ramos Rejano.

En la hornacina del Centro una escultura de la Piedad del circulo de Jerónimo Hernández y al fondo un cuadro del taller de Murillo.

Otras dos hornacinas con estatuas neoclásicas de Adán y Eva.

En el centro un lienzo de dama de la escuela de Carreño.

Un reloj de pie coronado por una imagen de la Virgen María.

Dos sillones de estilo Carlos IV.

Desde esta zona cuatro columnas de mármol de Carrara soportaban el segundo tramo de la escalera que partía de esta zona.

Hornacinas del entresuelo. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

HALL DE HONOR

Una figura de bronce francesa del taller de Carpeaux y un tibor de Cantón.

Un cuadro que podía ser un posible boceto del cuadro de Velázquez que se encuentra en la iglesia de san Hermenegildo de Capuchinos.

Dos cuadros, uno de Carlos IV y otro de María Luisa de Parma firmadas por Carnicero, entre ambos cuadros la puerta de entrada a la capilla. 

Hall de Honor. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

HALL ALTO

Litera del siglo XIX.

Mesa en el centro de estilo imperio con palangana de Alcora del siglo XIX. Sobre la mesa un san Miguel en bronce del taller de Cellini.

 

Hall Alto. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

ANTE-COMEDOR DE VERANO

Las puertas de entrada eran cristaleras emplomadas.

El intercolumnio presenta tres arcos de herradura apoyados en muros y en dos columnas de mármol.

Los fustes de las columnas carecen de base y los capiteles son de “avispero” típicamente cordobeses.

Dos pavimentos uno de mármol y otro de losetas. Entre las columnas trozos de mármol de varios colores formando círculos y rombos.

En el centro del antecomedor hay un surtidor del siglo XVII.

En los laterales tibores orientales.

Un bargueño con una escultura llamada “Abrazo místico” de escuela castellana del siglo XVI.

Sobre una mesa un león de Alcora. 

Antecomedor de verano. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

COMEDOR DE VERANO

Vuelve a repetirse el sistema de intercolumnario aunque de mas altura. El espacio está dividido por otra arquería con dos arcos más pequeños y uno central más grande, decorados con motivos platerescos.

Azulejos realizados en los talleres trianeros de Mensaque.

Un retrato de una infanta de la época de Felipe II de Claudio Coello.

Una cabeza de mármol de Julio Cesar.

Muebles de estilo imperio. Un tibor.

Una chimenea presidida por un retrato de caballero de la época de Felipe III de escuela italiana y de autor anónimo.

Comedor de verano. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

JARDIN

En dos plantas con escalera para pasar al segundo nivel. La solería de barro de color rojo

Presenta fuentes con surtidor en las paredes y bustos, placas, jarrones, capiteles, columnas, etc.

La fuente central es una pieza italiana del siglo XVII que se conserva en el Real Alcázar, en el jardín de la Alcubilla, pero sin el remate que representaba al Dios Baco.

La entrada al comedor de verano presenta con arcos y alfices con huecos que recuerdan al Real Alcázar.

Fuente del jardín. Al fondo la entrada al comedor de verano

Detalle del jardín. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

Al fondo del jardín un callejón que daba a la llamada “Casa Política”, cuya fachada daba a la calle Teniente Borges. 

Se inicia con un arco, cuyo alfiz presenta yeserías, escudos y filigranas. 

A los lados dos columnas adornadas con restos arqueológicos, de la era romana del siglo II.

Pasado el arco existe una columna con capitel, con un mercurio italiano del siglo XV y faroles.

Entrada al callejón. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

Plano de la planta alta (Sevilla Desaparecida. Nicolás Salas) dibujada por el aparejador Francisco José de Jesús Pareja, según las indicaciones de Manuel Martínez Ramos, que encargó el álbum grafico del Palacio, fotografiado por Emigdio Mariani entre 1953 y 1961.


Planta Alta

GALERIA ALTA

Un tibor de Cantón, una mesa imperio, cómodas francesas del siglo XVIII y sobre ellas dos cabezas ibéricas.

Galería alta. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

SALON DE LOS TRIPTICOS

Tríptico holandés del siglo XVI que representa el Calvario, tríptico mallorquín datado en el siglo XIV, un tapiz francés del siglo XVIII, que preside el salón de los Trípticos y una tabla de san Sebastián del siglo XV de la escuela de Mantegna.

Valioso bargueño del siglo XVII. Un santo Capeto, encima de otro pequeño bargueño.

Una mesa clásica con una pequeña escultura de san José con el Niño en sus brazos, del taller de Duque Cornejo.

Lámpara de cristal veneciano.

Una escultura francesa.

Salón de los trípticos. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

Salón de los trípticos. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

SALON DE LOS PRIMITIVOS

Por el intercolumnio se pasa al Gran Comedor de Invierno. 

El nombre se debe a las varias tablas primitivas del siglo XIV, procedentes de monasterios de Cataluña.

El suelo es de mármol blanco de Macael y los paramentos presentan reposteros con motivos heráldicos, sobre cortinajes de época.

El mobiliario procede de un monasterio no identificado del siglo XVII.

Bargueños del tiempo de los Reyes Católicos.

Sobre un bargueño una virgen fernandina del siglo XIII.

Tresillo del siglo XVIII.

Nacimiento de pequeñas figuras del taller de la Roldana.

Los frisos del cortinaje levaban inscripciones latinas referentes a los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia. 

Salón de los primitivos. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

Salón de los primitivos. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

VESTIBULO DE ENTRADA AL ANTE-COMEDOR DE INVIERNO

En el centro, entre las dos puertas, había un reloj ingles lacado y coronado por un busto relicario del siglo XVIII.

Las puertas de vidriera y tenían incrustaciones y picaportes de bronce.

Un tibor de cantón.

Una virgen italiana de alabastro, blanquísima, del siglo XIV.

 Una cancela da paso al Hall de Adam y Eva.


Ante comedor de invierno. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

COMEDOR DE INVIERNO

La yesería y los diseños de zócalos recuerdan la arquitectura del Alcázar.

El artesonado estuvo antes en el palacio de Zuñiga de la plaza de la Encarnación, que le donó a Miguel Sánchez-Dalp su cuñado Juan Marañón y Lavín, que fue derribado por los franceses a principios del siglo XIX. Dos escudos se sitúan debajo del artesonado.

Antes de cruzar el intercolumnio, un cuadro de Sánchez Cotan. Un bargueño. Un reloj de sobremesa.

Las dos columnas del intercolumnio descansan sobre tres mosaicos procedentes de las ruinas de Itálica, datados del siglo II. Los cimacios  parecen realizados en jade y son figuras típicas del medievo.

Dos tapices bruselenses del siglo XVII. Cofre del siglo XV. Una imagen de la Virgen del siglo XVI. Dos bargueños de los siglos XVIII y XVII. Cuadros bodegones de Sánchez Cotan (Siglo XVII)

Chimenea de estilo Renacimiento con dos medallones de cerámica del siglo XVI a ambos lados del arco que representan al infante Don Fadrique y a su esposa, procedentes de la Huerta del Real Monasterio de santa Clara de Sevilla. Un gran tapiz bruselense.  Paredes con bargueños del siglo XVIII y retratos de la familia Guzmán. 

Comedor de invierno. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas


Comedor de invierno. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas


Comedor de invierno. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

COMEDOR INTIMO

Situado detrás del comedor de invierno. Presidido por cuadros del siglo XVII con temática de bodegones. Un contador del siglo XVII, procedente de la colección de los Duques de Montpensier. Muebles y sillas ingleses y adornos de plata y oro.

En la puerta que daba entrada o Puerta de los Reyes aparecen el rey Fernando III el Santo, el rey Pedro I de Castilla, el rey Alfonso XIII y el propio Miguel Sánchez-Dalp.

Comedor intimo. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas


Puerta de entrada al comedor intimo. En "Sevilla Desaparecida". Nicolás Salas

CAPILLA

El suelo de piedra caliza blanca de Gilena en Sevilla o de la Sierra de Cabra, combinada con mármol rojo de la sierra de Cabra en Cordoba.

En el altar central un cuadro de la Virgen con el niño de la escuela española.

La custodia de plata es mexicana del siglo XVIII y las dos lámparas votivas de estilo bizantino.

Dos reclinatorios para el conde ya la condesa y en el suelo los escudos de ambos. A la Izquierda el de los Marañón y a la derecha el de los Sánchez-Dalp.

En la jamba del intercolumnio unos relieves de mármol con la efigie del rey Alfonso XIII y encima el escudo de Sánchez-Dalp.