ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA
Johne Downie y la "Leal Legión Extremeña".
John Downie (ver)
John Downie, era hijo segundón de una familia hidalga del condado
de Stirling en la Escocia central.
Su
padre Benjamin Downie, era propietario en Blaigorts, y su madre Margarita
Forrester, pertenecía a una familia de rancio abolengo que se preciaba de
descender de Sir Duncan Forrester, quien fuera mayordomo de palacio del rey
Jacobo IV de Escocia.
Nació en
la casa solariega de Blaigorts el 28 de diciembre de 1777, pero como el sistema
de primogenitura le excluía de heredar las propiedades de sus antepasados, tuvo que
ganarse la vida por su cuenta, y en 1802 hizo fortuna en la isla caribeña de
Trinidad, que en 1797 los británicos habían arrebatado a los españoles.
Pero, el colapso de un banco le dejó de nuevo
en la ruina y se unió a Francisco de Miranda en su intento fallido de provocar
una insurrección contra el gobierno español de la Nueva Granada, en lo que
ahora es Venezuela, teniendo que volver a las islas británicas.
Retrato de John Downie. José María Halcón y Mendoza. 1819. Óleo sobre lienzo, 60 x 47 cm, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Donado a la Academia por su autor para ser admitido como académico de mérito. (ver)
Sir Thomas Picton le recomendó ingresar en el ejército inglés,
donde sirvió a las órdenes de Sir John Moore, al comienzo de la Guerra de
la Independencia en España, donde el Reino Unido ayudaba a España en su lucha
contra las tropas napoleónicas.
En 1810,
el aventurero y militar volvió a Extremadura como oficial de intendencia de los
Dragones Ligeros, uno de los regimientos británicos, luchando bajo Arthur
Wellesley, el futuro Duque de Wellington, contra los ejércitos de Napoleón, con
valentía en Talavera de la Reina y Badajoz.
Arthur Wellesley, I duque de Wellington. Pintado por Thomas Lawrence, meses antes de la batalla de Waterloo. (ver)
El
22 de julio de 1810, el Consejo español de Regencia (en Cádiz) autorizó
a Downie a crear la “Leal Legión Extremeña”, con la mediación del marques de la
Romana, mencionando su comprobada valentía en la evacuación de Badajoz, y de la que fue nombrado coronel, ascendiendo a brigadier
el 10 de abril de 1812.
Esta
legión era un ejército particular de 3000 extremeños voluntarios, pero que no
eran mercenarios
ni guerrilleros, sino soldados regulares luchando en un cuerpo del ejército
organizado de forma privada, pero reconocido de manera oficial.
Tenían la particularidad de que
vestían a la antigua usanza española, con sombrero de ala volteada, calzas,
jubón, y ropa de color blanco y rojo, con bonete y capa corta.
En 1810 el
Marqués de la Conquista, descendiente directo de Francisco Pizarro, le confió
la espada del conquistador del Perú, por su empeño en liberar a España del yugo
napoleónico. Esta espada sería utilizada
en todos sus combates y actualmente se conserva en la Real Armería de Madrid,
en el Palacio Real de Madrid.
Espada de Pizarro. Aunque su propietario le pidió a Downie que se la devolviera, él volvió a usarla en la Guerras Realista de 1822. Actualmente se conserva en la Armería real de Madrid. (ver)
En 1811 consigue una victoria en la batalla de Arroyomolinos a pesar de contar con inferioridad de fuerzas, logrando hacer 200
prisioneros franceses.
El 5 de abril de 1812 logra una victoria en la batalla
de Espartinas que le vale su ya citado ascenso a brigadier el 10 de
abril de 1812.
Al regresar a Cádiz, pasa a las filas del mariscal de campo Juan
de la Cruz Mourgeon, con quien tomaría Sanlúcar de Barrameda y con quien
se dirigiría posteriormente a Sevilla, pasando por Castilleja de la Cuesta.
Juan de la Cruz Mourgeon y Achet. (ver)
La participación de la “Legión Extremeña” fue decisiva en la
victoria de la “Batalla del Puente de Triana” (ver) que permitió la
liberación de la ciudad de Sevilla.
En esta batalla fue herido en el ojo y en
la mejilla y fue capturado, aunque antes arrojó la espada de Pizarro a la
Legión Extremeña, para evitar que cayera en manos de los enemigos.
Posteriormente
fue liberado al ser canjeado, por Wellington, por 190 prisioneros franceses, aunque
perdió un ojo en la reyerta.
Glasgow
le concedió la libertad de la ciudad y el Príncipe Regente (el futuro Jorge IV)
le creó caballero, mientras en España en 1816 fue recompensado con el puesto de
Teniente de Alcaide del Alcázar de Sevilla, con residencia en el Patio de
Banderas del palacio. El once de julio de 1819, Downie fue admitido como
miembro de honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en
Madrid, la institución más prestigiosa del mundo de las artes en España.
Fernando VII le nombró Caballero de la Orden de Carlos III, y la
Regencia le hizo Caballero Gran Cruz de la Orden de San Fernando. Downie aceptó
la nacionalidad española, abrazó la fe católica con gran devoción y es
recordado en la historia española como el Mariscal de Campo John Downie.
De 1820 a 1823 tiene lugar en España el Trienio Liberal (ver), en el
cual los partidarios del liberalismo se enfrentan a los monárquicos
absolutistas. John Downie era absolutista y partidario de Fernando VII por lo
que fue arrestado y llevado al castillo de Santa Catalina en Cádiz,
siendo liberado en 1823, por Fernando VII, con la llegada de la Segunda
Restauración, y murió en Sevilla el 5 de junio de
1826.