ALGUNOS HECHOS HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA
Revolución "La Gloriosa".
En 1868 se proclamó una
Revolución denominada “La Gloriosa” con un componente militar y civil que
provocó el destronamiento y exilio de la reina Isabel II y el inicio del
periodo denominado el “Sexenio Democrático” (1868-1874).
Las causas reales son difíciles
de evaluar, pero es evidente que desde mediados de los años 1860 se fue creando
un descontento general sobre el régimen de Isabel II.
En primer lugar, una profunda crisis política con la alternancia en el gobierno de dos generales leales a Isabel II. Narváez, líder del partido Moderado, de ideología conservadora y O´Donnell, fundador de la Unión Liberal de ideología más moderada.
La negativa de Isabel II a que los progresistas formaran parte del gobierno, alentó el Pacto de Ostende entre progresista y demócratas, firmado en esta ciudad el 16 de agosto de 1866, por la iniciativa del general progresista Juan Prim, con el objetivo de derribar la Monarquía de Isabel II.
Tras el fallecimiento de O’Donnell,
Prim y Serrano, la Unión Liberal se sumó a dicho Pacto y tras la muerte del
general Narváez, la reina nombró para sustituirlo al ultraconservador Luis González
Bravo que desarrolló una política sumamente autoritaria y represiva.
El 22 de junio de 1866 tuvo lugar un motín contra la Monarquía de Isabel II, auspiciado por los partidos progresista y democrático, que fue sometido por el gobierno de la Unión Liberal del general O’Donnell, y que fue conocida como la “Sublevación del cuartel de San Gil”, porque fue protagonizada por los sargentos de este cuartel de artillería.
En segundo lugar, es
importante que en 1862 se inició una gran crisis financiera, que comenzó con la
industria textil catalana, como consecuencia de la escasez de algodón, provocada
por la Guerra de Secesión norteamericana, continuó con las pérdidas sufridas
por las compañías ferroviarias que arrastró a bancos y sociedades de crédito, y
alcanzó su cenit en 1866 cuando afectó a dos importantes sociedades de crédito de
Barcelona, La Catalana General de Crédito y el Crédito Mobiliario Barcelonés.
Finalmente, a la crisis
financiero se sumó una gran crisis de subsistencia en 1867 y 1868, por las
malas cosechas de esos años, que condicionó la escasez de productos básicos
como el pan, y desataron motines populares en ciudades como Sevilla o Granada.
Esta situación, se vio agravada por el aumento del paro por la afectación de
dos sectores primarios como las obras publicas y la construcción.
La coincidencia de estas
crisis financieras y de subsistencia pudo crear unas condiciones sociales que
daban argumentos a los sectores populares para incorporase a la lucha política contra
el régimen isabelino.
Revolución de 1868 «La Gloriosa», estampa alegórica de 1874
publicada en la revista La Flaca
El 18 de septiembre de
1868, mientras la familia real veraneaba en San Sebastián, el brigadier Juan
Bautista Topete, jefe de la escuadra concentrada en la bahía de Cádiz, se sublevó
a bordo de la fragata Zaragoza.
Le acompaña el general
Prim, líder del partido progresista, que había llegado de incognito el día 16
desde su exilio en Londres, vía Gibraltar, acompañado de los progresistas
Práxedes Mateo Sagasta y Manuel Ruiz Zorrilla.
Al día siguiente se unió al alzamiento el
general Serrano, junto a los generales unionistas, procedente de Canarias,
donde se encontraba desterrado, en un vapor alquilado con dinero del duque de
Montpensier.
Los sublevados firmaron
y leyeron el manifiesto redactado por Adelardo López de Ayala “Viva España con
Honra” que exhortaba al alzamiento para lograr una regeneración social y política
del país.
La
Gloriosa triunfó en Cádiz y poco a poco fue extendiéndose por toda España con
la formación de Juntas Revolucionarias.
El 20 de septiembre se
formaba en Sevilla la primera “Junta” que publicó un manifiesto en el que se exponían
una serie de reivindicaciones, como la abolición de las quintas (ver) y los consumos
o la libertad religiosa, que tuvo una enorme repercusión en el patrimonio civil
y religioso de Sevilla.
Diez días
después de la sublevación gaditana, Francisco Serrano venció a las tropas
realistas en la “Batalla del Puente de Alcolea” (ver) en Córdoba.
Esta batalla de
Alcolea será el choque clave que provocará la expulsión de España de la
dinastía borbónica, y Isabel II se marchó, desde San Sebastián, a Francia el 30
de septiembre.
De este
modo, la Revolución “La Gloriosa” se desarrolló en apenas veinte días, desde su
estallido en Cádiz el 18 de septiembre hasta la formación del Gobierno
provisional en Madrid el 8 de octubre, pasando por la terminación del reinado
de Isabel II con la marcha de esta a Francia.
Este
gobierno provisional estuvo presidido por el general Serrano, con el general
Prim y el almirante Topete.
Un
ambiente festivo se desarrolló en las grandes ciudades con la ocupación de la
Puerta del Sol de Madrid o la plaza de Sant Jaume en Barcelona y la destrucción
de símbolos e imágenes de la reina derrocada y su dinastía, haciéndose popular la
siguiente canción: "La
libertad de España anda por el mar y ha entrado por sus puertos a hacerse
respetar: decir ¡viva Serrano! sin ningún retintín y ¡fuera los Borbones! que
es canalla ruin. ¡Viva Prim, viva Prim!".
La Puerta del Sol de Madrid, en la mañana del 29 de septiembre de 1868. Urrabieta. El Museo Universal.
El 1 de
junio de 1869 se aprobó una nueva Constitución que estableció la soberanía
nacional, el sufragio universal masculino, la libertad de imprenta, la libertad
de enseñanza, el derecho de asociación o la libertad de cultos.
En sesión
extraordinaria de 18 de junio de 1869, se nombró Regente del reino al Presidente
del Poder Ejecutivo Don Francisco Serrano y Domínguez, con el tratamiento de
Alteza y con todas las atribuciones que la Constitución concede a la Regencia,
menos la de sancionar las leyes y suspender y disolver las Cortes
Constituyentes.
Tras la
Revolución se abrió un periodo conocido como el Sexenio Democrático, en los que
se tuvo que hacer frente a dificultades como la Guerra Grande por la
independencia cubana, la Tercera Guerra Carlista o una fuerte conflictividad
social, ya que en estos momentos aparece una clara concienciación de la clase obrera.
Caricatura de 1874 publicada
en La Flaca sobre las etapas del Sexenio Democrático
En estos seis años se sucedieron distintas formas de sistemas políticos:
El gobierno
provisional (1868-1870)
El reinado de Amadeo
I (1871-1873
La primera Republica
(1873-1874)
La Restauración con
la vuelta al trono de la dinastía Borbón en la persona de Alfonso XII.
Como
hemos comentado, el 20 de septiembre se formaba en Sevilla la primera “Junta
Provincial Revolucionaria”, presidida por Antonio Aristegui, con un manifiesto en
el que destacaba su laicismo absolutamente radical y anticlerical, que tuvo
unas consecuencias nefastas para el patrimonio sevillano, pues se destruyeron
las puertas de la antigua ciudad medieval y la mayor parte de la muralla, se
derribaron iglesias y conventos de gran valor, se suprimieron parroquias, se
expulsaron las órdenes religiosas y se
eliminó el presupuesto municipal para los actos religiosos, afectando a la
Semana Santa y a la procesión del Corpus Christi.
Francisco
Mateos Gago, destacado presbítero y catedrático de la Hispalense, renunció a su
puesto de miembro de la Comisión de Monumentos Históricos y Artístico,
denunciando las lamentables perdidas que estaba sufriendo el patrimonio de la
ciudad.
De todos
los accesos al centro histórico actualmente solo se mantienen la puerta de la
Macarena, el postigo del Aceite y la Puerta de Córdoba, además del Arquillo de
la Plata, pues se demolieron absurdamente las puertas de Triana, Osario,
Carmona y San Fernando.
La Puerta Real,
derribada durante la revolución / M.
G.
Es enorme la lista de
conventos suprimidos y templos incautados que fueron demolidos parcialmente o
totalmente o cambiados de uso, y en cuanto a las Órdenes Religiosas se decretó la
expulsión de los jesuitas y filipenses con la incautación de los edificios que
ocupaban y los efectos que contenían.
La iglesia de Santa Lucía
fue desguazada paulatinamente, su portada fue situada en la actual Iglesia de
santa Catalina (ver) en la restauración de esta realizada entre 1923 y 1930 por el arquitecto Juan Talavera, y actualmente es un centro oficial.
El convento Casa Grande del Carmen (ver) de la calle Baños fue dedicado a cuartel y provocó el traslado de la hermandad
de las Siete Palabras a San Vicente.
Del Oratorio de san
Felipe Neri solo se conservan restos claustrales en la calle Feijoo y se
recuerda con el nombre de una calle junto a santa Catalina.
De Los Descalzo, situados en
un extremo de la plaza del Cristo de Burgos, solo queda la torre y algo del
claustro.
El monasterio de los
Remedios de la plaza de Cuba es actualmente el Museo de Carruajes.
En la calle Escudero, san
Basilio es actualmente la sede de la Iglesia Reformada Episcopal.
El convento de dominicas
de santa María de Pasión de la calle Vargas Campos fue casa de vecinos y
posteriormente demolido, provocando el traslado de la Hermandad de Vera Cruz, y
actualmente es un hotel y restaurante.
El convento de la
Asunción de la plaza del Museo fue un almacén de maderas ante de su
destrucción.
El convento de las Dueñas
de monjas cistercienses situado frente al Palacio de la Casa de Alba, fue
igualmente demolido (ver).
El derribo de la iglesia
de san Miguel (ver) provocó el traslado de la hermandad de la Soledad a San Lorenzo,
Pasión al Salvador, y el Amor al convento del Dulce Nombre de Jesús.
Fue demolida la capilla la
Hermandad de la Encarnación de Triana con la consiguiente desaparición de esta hermandad.
Fue incautada la capilla
de la Carretería.
En cuanto a las Órdenes Religiosas se decretó la expulsión de los jesuitas, filipenses con la incautación de los edificios que ocupaban y los efectos que se contenían.
Finalmente, hubo
cofradías que no pudieron realizar la estación de penitencia. Solo lo hicieron
las del Santo Cristo de las Siete Palabras y María santísima de los Remedios de
la iglesia de san Vicente, El santísimo Cristo de la Columna y Azotes y Nuestra
Señora de la Victoria de la Iglesia de los Terceros, y la Sentencia de Cristo y
Nuestra Señora de la Victoria de la iglesia de san Gil. Tampoco hizo su tradicional recorrido el Corpus Christi.
Grabado de la procesión de las Siete Palabras en 1873. / M. G.