RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística
Diego Rodríguez de Silva Velázquez .
La
Sevilla de la época de Velázquez era el centro del mundo al disponer del
monopolio del comercio con las Indias, lo que la convertida en la ciudad más
rica y poblada del Imperio.
Su
padre fue Juan Rodríguez de Silva, nacido en Sevilla, pero de origen portugués. Sus padres (abuelos de Velázquez) Diego Rodríguez y María de Silva se
establecieron en Sevilla procedentes de Oporto. Su madre Jerónima Velázquez era
sevillana de nacimiento. Se casaron en la Iglesia de san Pedro el 28 de diciembre
de 1597 y Diego sería el primogénito de 8 hermanos.
Su padre era notario eclesiástico y su abuelo materno, Juan Velázquez
Moreno, era calcetero.
Por
los apellidos de sus progenitores, su nombre sería Diego Rodríguez Velázquez,
pero adoptó el apellido de su madre, según uso frecuente en la Andalucía de la
época, firmando como “Diego Velázquez” o “Diego de Silva Velázquez”.
No
se sabe el día exacto de su nacimiento, pero parece que fue el día antes de su
bautizo, por lo que se podría hablar del 5 de junio de 1599.
Efectivamente
fue bautizado el 6 de junio de 1599 en la Iglesia de san Pedro.
Nació
en el número 4 de la calle Padre Luis Llop, junto a la plaza del Cristo de
Burgos, una corrala andaluza del siglo XVI, de casi 600 metros cuadrados, con
dos patios y una altura de dos plantas. Ha sido utilizada como vivienda particular
hasta que en 1970 comenzó a usarse con diferentes fines culturales y artísticos, y hasta 2010 funcionó como atelier de los diseñadores Vitorio y Luchino,
actualmente está en obra para convertirse en Centro de Interpretación y
Divulgación de su vida y obra.
Según
Antonio Palomino, a los diez años empezó su formación en el taller de Francisco
Herrera el Viejo, pintor de gran prestigio en la Sevilla del siglo XVII.
La
estancia en el taller de Herrera, aunque no ha podido ser documentada, debió
ser breve, pues en octubre de 1611 firmó la “Carta de Aprendizaje” con
Francisco Pacheco, incorporándose a su taller situado en el número 15 de la
calle del Puerco (actual Trajano) (ver), donde existe una placa conmemorativa (actual
Hotel Venecia) y donde tuvo la oportunidad de relacionarse con otros artistas
de la época, como Martínez Montañez o Alonso Cano.
Después
de seis años de aprendizaje, el 14 de marzo de 1617, aprobó el examen que le
permitía incorporarse al "gremio de pintores", y ejercer como “maestro de
imaginería y al óleo”, pudiendo “practicar su arte en todo el reino, tener
tienda publica y contratar aprendices”.
Al año siguiente, antes de cumplir los 19 años, 23 de abril de 1618, se casó con la hija de su maestro Francisco Pacheco, Juana Pacheco, que tenía 15 años y con la que tuvo sus dos hijas, Francisca e Ignacia.
Parece
que se fueron a vivir a una casa de la calle del Potro (actual Ana Orantes)(ver),
actualmente desaparecida.
No
se conserva ningún dibujo de los que debió realizar como aprendiz, pero
desarrolló ampliamente los bodegones y se considera que son obras maestras de esta época, “Vieja friendo huevos” de 1618 y “El Aguador de Sevilla” realizado en 1620, que
reflejan los tipos y los ambientes de esa época, y “Cristo
en casa de Marta y María”.
El
Hospital de los Venerables Sacerdotes, edificio barroco del siglo XVII, alberga
el “Centro Velázquez” como iniciativa de la Fundación Focus Abengoa y en ella
se exponen “La Inmaculada” de 1617, “La Imposición de la Casulla a San Ildefonso”, originaria
del convento de san Antonio (ver), habiendo estado en el Palacio Arzobispal durante
el siglo XIX y
“Santa Rufina”, realizada entre 1629 y
1632.
La
imposición de la casulla a San Idelfonso. Velázquez, Diego. 1623. Óleo sobre
lienzo. 162 x116 cm. Fundación Focus.
Hospital de los Venerables Sacerdotes. Sevilla (Convento San Antonio de Padua)
En
1622, alentado por su maestro, se traslada a Madrid con intención de conseguir
algún cargo al servicio de la monarquía, pero al no lograr su objetivo regresa
a Sevilla.
En
1623, por la influencia de Juan Fonseca, capellán real y canónigo de Sevilla,
fue llamado por el Conde-Duque de Olivares para elaborar un retrato del rey
Felipe IV, que posteriormente le nombró “maestro de cámara de la corte”,
ocupando la vacante de Rodrigo de Villadrando, que había fallecido el año
anterior.
Su
estancia en Madrid le permitió estudiar a los maestros de la colección de Palacio como Tiziano, y su trabajo principal era realizar los retratos de la
familia real y decorar los palacios reales.
En
marzo de 1627 juró el cargo de “ujier de cámara” y desde 1628 ostentó el cargo
de “Pintor de Cámara”, vacante a la muerte de Santiago Moran, considerado el
cargo más importante entre los pintores de la corte.
En
1628 Rubens llegó a Madrid para realizar gestiones diplomáticas y permaneció en
la ciudad casi un año, ejerciendo una gran influencia sobre Velázquez como
muestra el famoso lienzo “El triunfo de Baco”.
En
1629, seguramente influido por Rubens, solicitó y se le concedió licencia para
viajar a Italia, con un criado y con carta de recomendación para las autoridades
de las ciudades que iba a visitar.
De
esta época son las telas de gran formato como “La
fragua de Vulcano” (ver) y “La túnica de José”
de 1630.
En
1631, regresó a Madrid y realizó una gran actividad, pues de esa época son sus
grandes lienzos “La Rendición de Breda”, “La Coronación de la Virgen” y “Esopo” (ver), y participó en
los dos grandes proyectos de ese momento, el nuevo Palacio del Buen Retiro,
impulsado por Olivares y la Torre de la Parada, el pabellón de caza del rey.
Por esta época también pintó
sus retratos de bufones y
enanos, con su diversidad de
posturas en relación con sus deformidades corporales.
Además,
siguió progresando en la corte, pues en 1633 recibió una vara de “Alguacil de
Corte”, en 1636 fue nombrado “Ayuda de Guardarropa” de su majestad, “Ayuda de
Cámara” en 1643, que suponía el máximo reconocimiento pues era de las personas
más próximas al monarca, y “Superintendente de obras” en 1644, con la
obligación de ocuparse de las tareas de conservación y dirección de las reformas del
Real Alcázar.
En
1649 viajó por segunda vez a Italia, donde permaneció hasta 1651, con el
propósito de adquirir nuevas piezas para la colección real, tanto pictóricas
como escultóricas
En
1650 estando en Roma tuvo el honor de ser nombrado miembro de la “Academia de
san Lucas” y de la “Congregazione dei Virtuosi del Panteón”, que le permitía
exponer en el pórtico del Panteón. Así, el 19 de marzo expuso el retrato de “Juan Pareja”, esclavo morisco de su propiedad (ver), que le
acompañó a Roma, donde le dio la “Carta de Libertad”, con la obligación de
seguir sirviéndole, como hombre libre, durante cuatro años.
En
esta etapa, Velázquez tuvo un hijo natural, Antonio de Silva, de madre
desconocida.
El estudioso Camón Aznar especula que la madre pudo ser la modelo que posó para el desnudo de “La Venus del Espejo”.
Según Palomino
pudiera ser Flamiria Triunfi y Marini sugiere que quizás se pueda identificar
con Flaminia Triva, hermana y colaboradora de Antonio Domenico Triva, discípulo
de Guercino.
De
regreso a Madrid en 1651, Felipe IV le nombró “Aposentador Real” lo que, junto
a los otros cargos que ocupaba, le obligó a ocupar mucho tiempo en actividades
administrativas a expensas de su labor pictórica, pero a pesar de ello a este
periodo corresponden sus mejores retratos como “La
familia de Felipe IV o Las Meninas” (1657) y “Las
Hilanderas o la Fábula de Aracne” (1656).
El
12 de junio de 1658, el monarca le concedió el hábito de caballero de la “Orden
de Santiago”, pero para ser admitido en la Orden tenía que probar que sus
antepasados directos pertenecían a la nobleza y que entre ellos no había judíos
ni conversos. En la investigación abierta por el “Consejo de Órdenes Militares”
se rechazó la solicitud del pintor por no poderse acreditar la nobleza de su
abuela paterna ni de sus abuelos maternos. A instancia del rey, el papa
Alejandro VII dictó un “Breve Apostólico” que le otorgaba dispensa papal, lo
que permitió al rey concederle la “Hidalguía” y el Consejo de Órdenes Militares
no tuvo más remedio que concederle el título de Caballero de la “Orden de
Santiago”.
En
1660, acompañó a la infanta María Teresa a Fuenterrabía para encontrarse con su
esposo Luis XIV. Velázquez, como “Aposentador Real”, se tuvo que encargar de
preparar el alojamiento del séquito y de decorar el pabellón destinado al
encuentro.
A
la vuelta contrajo la viruela, falleció en Madrid el 6 de agosto de 1660 y
fue enterrado en la desaparecida Iglesia de san Juan Bautista (situada en la antigua plazuela de San Juan), en
una capilla cedida por Gaspar de Fuensalida, con los honores correspondientes a
un Caballero de la Orden de Santiago.
A
principios del siglo XIX, con la llegada a Madrid de las tropas de Napoleón, esta
iglesia fue derribada por orden de José I y actualmente en su lugar se ubica la
plaza de Ramales, que muestra en su centro un monolito con la cruz de hierro de
Santiago, en recuerdo del pintor. La leyenda, a sus pies menciona: “aunque aquí
se enterró a D. Diego, su fama no fue enterrada con él”.
Velázquez en el rótulo de azulejos de la plazuela.
Leyenda en la parte
baja del monolito homenaje a Velázquez
No existe ninguna noticia del traslado de los restos del pintor, por lo que es posible que quedaran sepultadas entre las ruinas del templo. Desde entonces se han buscado estos restos, pero a día de hoy se desconoce totalmente su paradero.
En 1892 se inauguró un monumento a
Velázquez en la plaza del Duque de Sevilla realizado por Antonio
Susillo (ver). El
autor se basó en el autorretrato que el propio Velázquez plasmó en “Las
Meninas”, por ello, la escultura aparece portando su paleta y pincel, con
una banqueta de estética barroca y con su característica indumentaria.
Es una obra en bronce fundida en los
talleres de Ojeda y situada en un pedestal realizado por el arquitecto
municipal Juan Talavera y Heredia.
En la plaza de España, proyectada por el arquitecto
Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929, se puede apreciar un
busto, en uno de los medallones que decoran las galerías de la plaza,
concretamente entre los bancos de las provincias de Madrid y Málaga.
El 26 de noviembre de 1966 se inauguró el Instituto Velázquez, como Instituto Nacional de Enseñanza Media, en la calle Francisco Carrión Mejías, en unas instalaciones con capacidad para unas 1.200 alumnas, ya que tuvo carácter femenino hasta entrado los años 80 que se convirtió en mixto.