miércoles, 9 de noviembre de 2022

 ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA

Guardia Marino Rull 

La plaza de Rull se rotula en 1868 en memoria de un guardia marino muerto en la Campaña del Pacifico.

Guerra del Pacifico

La guerra hispano-sudamericana fue un conflicto bélico naval que enfrentó a España con varias de sus antiguas posesiones en América del Sur, Chile, Perú,  Bolivia y  Ecuador entre 1863 y 1866. 

Los últimos dos países, a falta de medios, no participaron militarmente, pero dieron apoyo político a los primeros y le negaron el abastecimiento a la flota española.

El detonador fue una reyerta entre civiles peruanos y españoles. Se había tratado de un altercado entre unos inmigrantes españoles, de origen vasco, y un terrateniente local y en el hecho, acaecido en Talambo, fue asesinado uno de los españoles, el 4 de agosto de 1863.

Las autoridades españolas exigieron la restitución del prestigio patrio, y cuando el gobierno peruano se negó a aceptar las condiciones españolas para la solución del impasse, las Islas Chinas, fuente principal de las recaudaciones fiscales, fueron ocupadas el 14 de abril de 1864 por los marinos españoles, donde establecieron una base de operaciones.

Islas Chincha

El gesto buscaba demostrar al gobierno peruano que se haría cuanto fuera necesario para restablecer el orgullo nacional herido, gesto al que se unió la partida desde la Península de nuevas unidades navales, por si era necesario entrar en conflicto. 

Partieron así las fragatas Blanca, Berenguela y Villa de Madrid con rumbo al Pacífico.

El entonces Presidente del Perú, don Juan Antonio Pezet determinó que su escasa Armada no sería capaz de batirse con la española, por lo que consideró la claudicación como la opción más prudente.

Así, el 27 de enero de 1865 se firmaba el Tratado Vivanco-Pareja (el almirante Pareja fue el sustituto del almirante Pinzón, y el General Manuel Ignacio de Vivanco fue el representante de la República del Perú), a bordo de la fragata Villa de Madrid, por la que el Perú se comprometía a pagar al Reino de España 3 millones de pesos como compensación por la afrenta sufrida, ambos países rendirían honores al pabellón contrario, como símbolo de respeto mutuo y las fuerzas españolas abandonarían las Islas Chincha.

Pero, como consecuencia de la firma de este tratado, el 28 de febrero de 1865, en Arequipa, se sublevó el Coronel Mariano Ignacio Prado, encabezando el descontento que dicho tratado ocasionó por todo el Perú. 

La sublevación concluyó con un golpe de estado y el Presidente de la República, Juan Antonio Pezet, pidió asilo a Gran Bretaña, y embarcó en un buque británico rumbo al exilio. 

El nuevo gobierno quedó al cargo del exitoso Coronel Prado, que pasó a ostentar el cargo de Jefe Supremo de la Nación.

Por supuesto, el nuevo gobernante invalidó el acuerdo con España, buscando el apoyo de otras repúblicas suramericanas. 

Chile, declaró la actitud española de colonialista, y envió armas, municiones y voluntarios a Perú, contra los "imperialistas españoles", y se negó a abastecer a los buques. 

La respuesta española fue declarar el bloqueo naval de Chile, y el 25 de septiembre de 1865, Chile declaraba la guerra a España y firmaba con Perú el Tratado de Alianza Ofensiva y Defensiva, al que se unirían posteriormente Ecuador y Bolivia, constituyéndose una gran alianza sudamericana.

Los sucesos más famosos de la campaña, fueron los bombardeos del Callao y de Valparaíso, los combates navales de Papudo y Abtao  y en especial la primera vuelta al mundo de un buque acorazado: la Fragata Blindada "Numancia".


Bombardeo de Valparaiso. 31 de marzo de 1866

Combate naval de Papudo

Fragata Numancia

Las hostilidades terminaron a mediados de 1866, con la firma de un armisticio en 1871. 

Los tratados de paz se firmaron de forma bilateral entre cada país sudamericano y España en los años 1879 (Perú y Bolivia), 1883 (Chile) y 1885 (Ecuador).

Las consecuencias económicas para Perú y Chile fueron desastrosas. Por un lado, el enorme gasto en armamento que ambos países tuvieron que realizar, desangró a ambos países, y en el caso de Chile, se vió especialmente agravado con el hundimiento de su flota mercante en Valparaíso, pagando un fuerte tributo por su ayuda a Perú, con el que posteriormente terminaría enfrentado.

El conflicto se generó en un periodo de continuas intervenciones de las potencias europeas en los territorios de las nuevas repúblicas americanas, problemas diplomáticos pendientes, deudas impagadas y conceptos de honor inadecuados para la libertad de prensa y la destructividad de las armas alcanzados a mediados del siglo xix.

En esas circunstancias, los temerarios actos de la flotilla española hicieron temer en las capitales de los países de la costa del Pacífico un intento borbón de reconquista. J

ulio F. Guillén afirmó que La campaña del Pacífico, por los continuos errores de uno y otro bando desembocó en una guerra estúpida, de la que un historiador nuestro afirma que fue sin objeto ni objetivos y que nadie pone en claro de qué modo empezó.

Una viñeta aparecida en la revista satírica española Gil Blas del 17 de marzo de 1866 que muestra la petición de Chile y Perú de solidaridad a los Estados Unidos ante el conflicto con España, a lo que Estados Unidos responde: "¡Ingratos! Si no fuera por ellos todavía andaríais con tapa-rabo".

 AREA DE SAN VICENTE-MIGUEL DEL CID-TEODOSIO

Plaza de Rull

Durante siglos se identificó distintamente como plazuela del Garzo (actual García Ramos) y de san Vicente. A principios del siglo XVIII aparece documentada como plazuela de la Botica, al situarse frente a ese establecimiento de la calle san Vicente. En 1868, se rotuló de Rull, en memoria de un guardia marino muerto en la Campaña del Pacifico.

Vista desde la calle san Vicente

Guerra del Pacifico

La guerra hispano-sudamericana fue un conflicto bélico naval que enfrentó a España con varias de sus antiguas posesiones en América del Sur, Chile, Perú, Bolivia y Ecuador  entre 1863 y 1866. Los últimos dos países, a falta de medios, no participaron militarmente, pero dieron apoyo político a los primeros y le negaron el abastecimiento a la flota española.

El detonador fue una reyerta entre civiles peruanos y españoles. Se había tratado de un altercado entre unos inmigrantes españoles, de origen vasco, y un terrateniente local y en el hecho, acaecido en Talambo, fue asesinado uno de los españoles, el 4 de agosto de 1863.

Las autoridades españolas exigieron la restitución del prestigio patrio, y cuando el gobierno peruano se negó a aceptar las condiciones españolas para la solución del impasse, las Islas Chincha, fuente principal de las recaudaciones fiscales, fueron ocupadas el 14 de abril de 1864 por los marinos españoles, donde establecieron una base de operaciones.

Islas Chincha

El gesto buscaba demostrar al gobierno peruano que se haría cuanto fuera necesario para restablecer el orgullo nacional herido, gesto al que se unió la partida desde la Península de nuevas unidades navales, por si era necesario entrar en conflicto. Partieron así las fragatas Blanca, Berenguela y Villa de Madrid con rumbo al Pacífico.

El entonces Presidente del Perú, don Juan Antonio Pezet determinó que su escasa Armada no sería capaz de batirse con la española, por lo que consideró la claudicación como la opción más prudente.

Así, el 27 de enero de 1865 se firmaba el Tratado Vivanco-Pareja (el almirante Pareja fue el sustituto del almirante Pinzón, y el General Manuel Ignacio de Vivanco fue el representante de la República del Perú), a bordo de la fragata Villa de Madrid, por la que el Perú se comprometía a pagar al Reino de España 3 millones de pesos como compensación por la afrenta sufrida, ambos países rendirían honores al pabellón contrario, como símbolo de respeto mutuo y las fuerzas españolas abandonarían las Islas Chincha.

Pero, como consecuencia de la firma de este tratado, el 28 de febrero de 1865, en Arequipa, se sublevó el Coronel Mariano Ignacio Prado, encabezando el descontento que dicho tratado ocasionó por todo el Perú. La sublevación concluyó con un golpe de estado y el Presidente de la República, Juan Antonio Pezet, pidió asilo a Gran Bretaña, y embarcó en un buque británico rumbo al exilio. El nuevo gobierno quedó al cargo del exitoso Coronel Prado, que pasó a ostentar el cargo de Jefe Supremo de la Nación.

Por supuesto, el nuevo gobernante invalidó el acuerdo con España, buscando el apoyo de otras repúblicas suramericanas. Chile, declaró la actitud española de colonialista, y envió armas, municiones y voluntarios a Perú, contra los "imperialistas españoles", y se negó a abastecer a los buques. La respuesta española fue declarar el bloqueo naval de Chile, y el 25 de septiembre de 1865, Chile declaraba la guerra a España y firmaba con Perú el Tratado de Alianza Ofensiva y Defensiva, al que se unirían posteriormente Ecuador y Bolivia, constituyéndose una gran alianza sudamericana. 

Los sucesos más famosos de la campaña, fueron los bombardeos del Callao y de Valparaíso, los combates navales de Papudo y Abtao  y en especial la primera vuelta al mundo de un buque acorazado: la Fragata Blindada "Numancia".

Bombardeo de Valparaiso. 31 de marzo de 1866

Combate naval de Papudo

Fragata Numancia

Las hostilidades terminaron a mediados de 1866, con la firma de un armisticio en 1871. Los tratados de paz se firmaron de forma bilateral entre cada país sudamericano y España en los años 1879 (Perú y Bolivia), 1883 (Chile) y 1885 (Ecuador).

Las consecuencias económicas para Perú y Chile fueron desastrosas. Por un lado, el enorme gasto en armamento que ambos países tuvieron que realizar, desangró a ambos países, y en el caso de Chile, se vió especialmente agravado con el hundimiento de su flota mercante en Valparaíso, pagando un fuerte tributo por su ayuda a Perú, con el que posteriormente terminaría enfrentado.

El conflicto se generó en un periodo de continuas intervenciones de las potencias europeas en los territorios de las nuevas repúblicas americanas, problemas diplomáticos pendientes, deudas impagadas y conceptos de honor inadecuados para la libertad de prensa y la destructividad de las armas alcanzados a mediados del siglo xix.

En esas circunstancias, los temerarios actos de la flotilla española hicieron temer en las capitales de los países de la costa del Pacífico un intento borbón de reconquista. Julio F. Guillén afirmó que La campaña del Pacífico, por los continuos errores de uno y otro bando desembocó en una guerra estúpida, de la que un historiador nuestro afirma que fue sin objeto ni objetivos y que nadie pone en claro de qué modo empezó. ​

Una viñeta aparecida en la revista satírica española Gil Blas del 17 de marzo de 1866 que muestra la petición de Chile y Perú de solidaridad a los Estados Unidos ante el conflicto con España, a lo que Estados Unidos responde: "¡Ingratos! Si no fuera por ellos todavía andaríais con tapa-rabo."

Viñeta en Gil Blas

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Flamenca

Manuel Giorgio Gutiérrez "Pies de Plomo" 

En el número 22, de la calle Dársena (ver), un azulejo indica la ubicación de la Peña Cultural Flamenca dedicada a “Pies Plomo”.


MANUEL GIORGIO GUTIÉRREZ, cantaor gitano, más conocido en el mundo del cante flamenco con el nombre artístico de PIES DE PLOMO, nació en Sevilla en el año de 1924.  Verdaderamente nunca ha actuado en ninguna actividad profesional, siendo un gran cantaor, muy querido por toda la afición que le ha escuchado, por su cante puramente gitanos de mucha inspiración en todo su arte.

"Sevilla con el barrio de Triana
Admiran la más grande afición,
porque sus cantes quedan grabados
en el seno de su corazón,
Pies de Plomo ha mantenido
la pureza de todos estos cantes
Para que no queden en el olvido,
y se acuerden del verdadero arte".

Ha estado siempre dedicado a los cantes de su tierra de Sevilla. Se casó con Tomasa, una gran cantaora, la hija de Pepe Torre, hermano de Manuel Torre, y del matrimonio nació el gran cantaor José de la Tomasa. Pies de Plomo en los cantes de Triana es realmente donde se encuentra más a gusto. Es un perfecto cantaor con mucho arte.

Además de padre de José de la Tomasa, y abuelo de Gabriel de la Tomasa, Pies Plomo llegó justo a tiempo para conocer los últimos momentos de esos años en los que por la Alameda sevillana se encontraban artistas como Tomás Pavón, Pastora Pavón, Valderrama, Pepe Pinto, Caracol, Carbonerillo, y Vallejo entre otros. Aunque cantaor de la Alameda, Pies Plomo destacó principalmente interpretando cantes de Triana, siendo imprescindible su labor para la supervivencia del flamenco trianero.

Pies Plomo falleció solo unos días después de su esposa Tomasa Soto y deja para el flamenco un heredero a la altura de la circunstancia, José de la Tomasa, uno de los principales maestros del cante actual.



 ALGUNAS LEYENDAS DE SEVILLA

La Leyenda de una gata y un ratón

En el número 22, de la calle Bajeles (ver), un azulejo refiere una curiosa leyenda.

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística

Gustavo Gallardo Ruiz

En la esquina de Antonio Salado (ver) con la plaza de Puerta Real (ver), figura un azulejo que refiere el fallecimiento del pintor Gustavo Gallardo Ruiz.

Se formó en la Escuela de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, siendo discípulo de Gonzalo Bilbao y Virgilio Mattoni, y amplió sus conocimientos en Roma de 1917 a 1924. Unos años antes tuvo oportunidad de viajar por distintas ciudades españolas y en 1913 estuvo algún tiempo en Tánger. 

En 1934 pasó a ser profesor de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y luego de la de Artes y Oficios de Sevilla. Concurrió a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1924, donde obtuvo tercera medalla por un cuadro titulado Desnudo. Destacó como retratista, al tiempo que cultivaba el paisaje y la pintura costumbrista.

Escena Española Frente a una Casa. Gallardo Ruiz, Gustavo. Óleo sobre tela. 25x 36 cm

Gustavo Gallardo Ruiz