AREA DE SAN VICENTE-MIGUEL DEL CID-TEODOSIO
Calle Virgen de los Buenos Libros
Es una calle amplia, de trazado curvilíneo, que enlaza Teniente Borges y Cardenal Cisneros.
Creada en una de las últimas operaciones de rupturas de grandes manzanas dentro del casco histórico, en el Plan de Reforma Interior del Casco Antiguo de 1956, durante el mandato municipal del Marques de Contadero.
Desde su apertura se acordó rotularla con una de las advocaciones de la Virgen María, entonces de reciente reconocimiento por parte de la Iglesia Católica, según se refleja en el expediente de rotulación.
En su fachada, en la esquina a Miguel Cid (ver), hay un azulejo que representa a la Virgen que da nombre a la calle. Es obra de Antonio Martínez Adorna (1966) y elaborado en cerámicas Santa Ana.
Cardenal Cisneros-Virgen de los Buenos Libros y en el centro Miguel del Cid y el azulejo de la virgen de los Buenos Libros
Toda la acera de los pares está formada por la fachada principal del Colegio de niñas de las Esclavas Concepcionistas, de reciente construcción.
Colegio de niñas de las Esclavas
Concepcionistas
Antiguo patio de Recreo de las Esclavas Concepcionistas
En la de los impares se levanta un edificio de pisos de cinco plantas y la tapia que constituye el cerramiento de la casa-palacio del marqués de Gómez de la Barreda (ver), con entrada por Jesús de la Veracruz.
Esta fachada
a la calle Virgen de los Buenos Libros es una simple medianera, con alguna
ventana abierta con el paso de los tiempos, pero sin la elegancia que le
correspondería a un edificio de su antigüedad.
Pared lateral de la casa-palacio del marqués de Gómez de la Barreda
Esquina
de Jesús de la Vera Cruz
En la esquina con santa
Vicenta María, estaba la librería Céfiro, muy en relación con el nombre de la
calle.
En cuanto al nombre de la calle se puede
comentar que Sevilla es una ciudad de gran importancia para la lectura, tanto
por aquellos escritores de la ciudad como por aquellos que decidieron situar en
ella sus historias, modelar sus personajes e incluso forjar mitologías. Solo en
una ciudad como Sevilla es posible que exista una Virgen cuya advocación sea la
de “los Buenos Libros”.
La primera mención a la advocación "de los Buenos Libros", se encuentra en un libro publicado en 1674.
Su origen, según la tradición, se encuentra en un romance anónimo fechado
en el siglo XVII: "Todo el amparo, Señora, de mi libro en ti le libro,
pues eres libro en quién Dios enquadernó sus prodigios. Si al que es vida le
ceñiste en tu virgen pergamino, ya libro eres de la vida; vida has de ser de
los libros".
El Cardenal Sancha creó en Valencia, en la iglesia del Milagro, a finales del siglo XIX, la "Asociación Pontificia y Diocesana de Nuestra Señora de los Buenos Libros y Prensa Católica", que tenía la misión de repartir libros y revistas en centros benéficos, cárceles y hospitales.
Encargó al escultor valenciano Posada
la imagen de la Virgen que hoy se encuentra en la Iglesia del Salvador de
Valencia. La imagen muestra a la Virgen con el Niño a la izquierda, y
ofreciendo un libro con su mano derecha.
Virgen
de los Buenos Libros en Valencia
La advocación mariana de los Buenos Libros fue difundida por los Capuchinos, religiosos descalzos de la orden de San Francisco, que siempre se han distinguido por el cultivo de la espiritualidad, el arte y el intelecto a través de la lectura.
Es por ello que dicha devoción, pareja a la de la Virgen de la Sabiduría, tiene fuerte raíz intelectual y es tomada, tanto para el patrocinio de estudiantes y lectores, como, desde fechas más recientes, para el patronazgo de escuelas de biblioteconomía y documentación.
En la iglesia murciana de los Capuchinos se veneran la Virgen de los
Buenos Libros (1976) de Juan González Moreno. María, representada de pie y
descalza, es hierática, estilizada y majestuosa. Entre sus manos lleva el libro,
en alusión a su advocación, y del que emerge la figura de Jesús Niño desnudo.