RUTAS POR SEVILLA: Ruta Cofrade
Los "Armaos" o "Centuria Romana" de la Macarena.
Algunos datos señalan que el origen de los “Armaos” tuvo
lugar en el siglo XVII, entre los años 1653 y 1657, pues en los añadidos a
la Regla de la Hermandad en 1654, que incluían en el título “la Sentencia de
muerte que dieron a Christo Nuestro Redemptor”, se señalaba la presencia de una
simbólica centuria romana.
Iban vestidos a la milanesa y con armas alquiladas por la cofradía en los almacenes concejiles de Triana y la Alhóndiga, formando parte de la estética barroca.
En sus inicios el grupo estaba compuesto por unos veinticinco
hombres vecinos del barrio y no procesionaban detrás del paso de la Sentencia, sino
dentro del cortejo que acompaña a este paso, junto a un exiguo número de
componentes de la banda musical de la centuria, que con sus sones anunciaban la llegada de la escenografía de la "Injusta Sentencia".
Desaparecieron durante la Ilustración, época en la que la hermandad también estuvo a punto de extinguirse,
y se salvó gracias a la fusión con la de la Virgen del Rosario.
Se fueron alternando periodos de esplendor y normalidad con otras épocas en
que fue suprimida, como en 1766 por decreto firmado por la autoridad eclesiástica, o en 1880 en que fue disuelta tras procesionar en la tarde del Viernes Santo
en el cortejo de la Hermandad de la Carretería.
En 1897, se recuperó en el cortejo para acompañar al Señor de la
Sentencia gracias al esfuerzo del bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda (ver), junto a
otros cofrades, para lo que se encargaron los cascos, corazas y restos de armamento
al taller de herrería y lampistería de Bartolomé López y las “enaguas” a Josefa
Rodríguez Ojeda.
En estas fechas, de la banda de música se hizo cargo Enrique Serna y se
tocaba la Marcha Real, en la calle Sierpes, a Manuel Torres (ver) tras la interpretación
de su saeta al Señor de la Sentencia, y también a Joselito “El Gallo” (ver),
cuando bajaba la escalera de su domicilio en la Alameda de Hércules, vestido
con la túnica de la Macarena.
Un hecho curioso en la historia de la Centuria y de la Banda de Música tiene
lugar el Viernes Santo, 21 de abril de 1905, cuando después de la entrada de la
cofradía en la Parroquia de san Gil, fue invitada a los Reales Alcázares por S.M.
Rey Alfonso XIII, y fue recibida por la Guardia Real, militarmente formada, en
el Patio de la Montería, saludando personalmente a cada uno de sus miembros.
En 1911 dejaron de procesionar hasta 1915 debido al mal comportamiento de
sus componentes.
A partir de 1915 comienza una nueva etapa, por la financiación del vestuario por parte del Mayordomo Don José Jiménez Moles, junto a las aportaciones económicas de Joselito “El Gallo” de 1914.
La reforma incluiría además de un nuevo diseño de las vestimentas, una nueva
reglamentación interna.
La nueva ropa “de Costilla”, realizada por Juan Manuel Rodríguez Ojeda, hace desaparecer el mantolín que cubría el tronco del legionario.
Junto a las corazas cinceladas en el taller de Seco Imberg, el uniforme de los armaos consta de unas nagüetas de color granate con elementos de pasamanería dorada, sobre ellas se ajusta un peto a modo de armadura, por lo que se da nombre de "armaos" a los integrantes del cortejo, completándose la indumentaria con unas peculiares medias rosadas, unas sandalias de cuero y un casco con celada y tocado culminado con plumas de avestruz en la que se puede identificar los escalafones de estos peculiares romanos: 5 plumas los armaos rasos, 10 plumas los cabos, 12 el alférez, 18 el teniente y 21 plumas el capitán.
Todos los armaos portan escudo, llevando espada los oficiales y lanza
el resto de la tropa.
Quizás el mayor acercamiento humanístico a los miembros de la Centuria
Romana se produjo entre las décadas de 1920 y 1930, cuando literatos de la
talla de Chaves Nogales, Antonio Núñez de Herrera o Fernando Villalón
realizaron pintorescos retratos de sus integrantes, con páginas no exentas de
ironía y hasta de ácida crítica.
Los mandatos de Ramón Almagro y de Francisco Duran Contreras en 1931 consiguieron mentalizar a los
componentes de que evitaran altercados, de que eran hermanos y no personal
contratado, con lo que al desorden habitual siguió un
comportamiento más responsable y la corporación estimó la conveniencia de
ampliar la composición a cincuenta y dos miembros.
Desde el año 1953 hasta 1967, Antonio Ángel Franco “El Melli” reformó totalmente la Centuria y Los “Armaos” se convirtieron en un símbolo de la cofradía.
Jesús Domínguez confeccionó la vestimenta procesional que se conoce
en la actualidad, inspirándose en la ropa de capitán, teniente y alférez que
creara Juan Manuel Rodríguez Ojeda en el año 1915. Desapareció la denominada
ropa “de costilla”, por la actual “de escamas”, introduciendo unas correas de
cuero rematadas con una cabeza de león de plata, colgadas del borde inferior de
las corazas.
Posteriormente, en 1968, a Antonio Ángel Franco le sucedió como
capitán, José López “El Pelao” y con él los miembros aumentaron hasta
llegar al centenar.
En la Madrugada de 1993, desempeñaría el cargo de Capitán José
García García, antiguo Teniente en la época de “El Pelao”.
A finales de 1999, durante el mandato de Joaquín Sainz de la
Maza y Conesa, José García García será sustituido por José María Ayala Cardoso, miembro de la
Centuria. Junto a él hará las veces de Teniente Manuel Muñoz Pérez. Este
mandato duró dos años.
En 2001, Juan Ruiz Cárdenas, iniciando su mandato como Hermano
Mayor, nombra Capitán a Ignacio Guillermo Prieto, ocupando el cargo de Teniente
Fernando Vaz Calderón.
En noviembre de 2011 la Junta de Gobierno presidida por Manuel
García García nombra Capitán a Fernando Vaz Calderón y Teniente a Joaquín José
Muñoz García.
En diciembre de 2013 la Junta de Gobierno nombra Capitán a Ignacio
Guillermo Prieto y Teniente a César Torre Álvaro.
El
recorrido actual de los armaos se inicia en la tarde del Jueves Santo, tras la
cita general y el pase de revista por el alférez. Posteriormente, la centuria irá en perfecta
formación hasta los domicilios del teniente y del capitán, que se incorporarán
a la formación
En los
últimos años, el recorrido se inicia con una visita a la planta infantil del
Hospital Virgen del Rocío.
Tras
el paso por el hospital, la centuria se traslada al centro, iniciando un
recorrido que suele incluir la visita al Santuario de la Hermandad de los
Gitanos, al mercado de la Encarnación, al Ateneo y a la basílica de Nuestro
Padre Jesús del Gran Poder, donde cumple con la venia estipulada en tiempos del
cardenal Spínola, en una visita que se corresponde con la posterior de una representación de nazarenos del
Gran Poder a la basílica de la Macarena, donde se renovará la venia o permiso
para la preferencia en el paso por la carrera oficial.
Tambor de la Banda de la Centuria Romana Macarena, que perteneció a José Hidalgo López, conocido popularmente como Pepe Hidalgo, cabo tambor de los armaos durante cincuenta años y creador de un inconfundible redoble que es patrimonio inmaterial de la Hermandad.