AREA DE SANTA CLARA-JESÚS DEL GRAN PODER
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús
Esta Iglesia, actualmente
regentada por la Compañía de Jesús, es la antigua iglesia de San Francisco de
Paula, situada en el centro de la
ciudad, y parte del conjunto que llegó a administrar la congregación en siglos
pasados (San Luis, Anunciación, colegio de San Gregorio, colegio de los irlandeses,
Colegio de las Becas, San Hermenegildo, Villasís...).
Fue una fundación
realizada por mínimos provenientes del convento de Nuestra Señora de la
Victoria de Madrid en 1589, siendo
Provincial el Padre Alonso Becerra, inicialmente destinada a colegio de estudios, para la formación de novicios y estudiantes.
El permiso fue otorgado por el Cardenal
Rodrigo de Castro gracias al apoyo que los frailes recibieron de la señora Ana
María de Leiva, hija del Capitán Sancho de Leiva y esposa del Presidente de la
Casa de Contratación Francisco Duarte.
Las obras finalizaron en 1.646, año en que se pudo terminar la
Capilla Mayor del templo.
En sus inicios, la puerta principal del convento se abría al
llamado “Sitio del Potro”, en
la Alameda de Hércules, y además tenía entradas por la calle de las Palmas (hoy
Jesús del Gran Poder) y por la calle del Puerco (actual Trajano).
Desgraciadamente, los sucesos acaecidos durante el siglo XIX
provocaron la desaparición del conjunto de edificios, con la única excepción de
la iglesia que, sin embargo, también sufrió el expolio y deterioro de imágenes,
muebles y pinturas.
En 1.810, las tropas francesas expulsaron a la comunidad y saquearon el convento.
La Desamortización de Mendizábal de 1.835 lo transformó en cuartel de Artillería de Montaña y, más tarde, en viviendas, o casa de vecinos.
La iglesia, por su parte, fue cedida en 1.866 a los jesuitas,
pero, durante “La Gloriosa”, en
1.868, el Gobierno republicano la incautó, siendo vendida, a la Sociedad
Bíblica de Londres, que estableció en ella la primera iglesia evangélica de la
localidad.
Años después, el templo
fue adquirido por la sevillana, de ascendencia británica, Sutherland Black, que
por afinidad a la Compañía de Jesús donó el templo a la orden fundada por
Ignacio de Loyola, con el título del
Sagrado Corazón de Jesús. Completaron el terreno comprando o recibiendo en
donación otras casas que había entre el hogar de la donante y la iglesia. En
este espacio se levantó el actual edificio.
A este templo pasó, desde la Parroquia de
Santa Ana, la Tercera Orden Mínima de Sevilla y se mantuvo viva hasta las
primeras décadas del siglo XX; buena parte de este logro hay que atribuirlo al
director de ella el Venerable Padre Francisco de Paula Tarín.
En el Exterior destaca la fachada principal de la iglesia, del siglo XVII, da a la calle Jesús del Gran Poder, presenta un paramento revocado y encalado.
Fachada a la calle Jesús del Gran Poder
La entrada es un gran vano
adintelado, con un portalón de acceso, situado entre pilastras que
soportan un entablamento profusamente adornado, que muestra el emblema IHS en
el centro y motivos vegetales en los lados.
Entrada a la calle Jesús del Gran Poder
Emblema IHS
Encima, un frontón, curvo y partido,
enmarcando un retablo cerámico, anónimo del siglo XVII, que algunos atribuyen
a un diseño de Herrera el Viejo, del fundador de la Orden de los Mínimos, San
Francisco de Paula; se le representa penitente en el desierto, vestido con
hábito y acompañado por querubines.
Debajo, hay otro azulejo a cada lado, de San Cristóbal y San Jerónimo en el desierto. Anónimos del siglo XVII.
San Cristóbal
San Jerónimo
A los lados de la portada hay dos azulejos: del
Sagrado Corazón de Jesús (Arturo Ojeda, 1925) y del Venerable Francisco Tarín
Arnau (Juan Sánchez Cueto, 1987 y realizado por Cerámica Santa Ana). El
sacerdote Francisco Tarín Arnau fue declarado venerable por San Juan Pablo II en 1987 y se encuentra enterrado en este templo.
Sagrado Corazón de Jesús
Venerable Francisco Tarín Arnau
Finalmente, arriba y a la derecha, un tríptico
cerámico con imágenes de San José, la Virgen con el Niño y San Juan Bautista.
Tríptico
Detalle de la Virgen
San José con el Niño
San Juan Bautista
La torre es de caña cuadrada. El cuerpo de campanas es de planta cuadrangular con un vano de medio punto por cada cara. Se corona con un remate más pequeño, de sección rectangular, con arcos de medio punto en sus cuatro lados, con paños cerámicos con figuras, en muy mal estado de conservación. Se remata con una cruz y una veleta. Muy difícil de fotografiar por la falta de perspectiva al ser una calle estrecha.
El
interior de la iglesia es una
edificación de tres naves, con crucero, presbiterio y coro en la zona
de los pies.
Es de planta rectangular, la nave central es más alta y ancha, sostenidos por grandes pilastras adornadas con yeserías de motivos vegetales, que se prolonga hasta la siguiente planta. Sobre ellas se apoya una cornisa corrida que soporta el muro, en el que se abren las ventanas que aportan luz al templo. La nave esta cubierta por cubierta armadura con técnica de par y nudillo y decoración de piñas de mocárabes, fechada a mediados del XVII.
Vista general desde la entrada
Cubierta de la nave central
Tanto la cabecera como los brazos del crucero
se cubren con bóvedas de cañón. Sobre el crucero se levanta una bóveda
semiesférica sostenida por pechinas en las que aparecen relieves de los cuatro
evangelistas.
Bóveda
semiesférica en el crucero sostenida por pechinas
Los muros situados sobre las naves laterales están decorados con yeserías.
Se pueden distinguir en el muro derecho el
Camino del Calvario, de Rafael; la Piedad, de Van Dyck y el Tránsito de la
Virgen.
En el muro izquierdo se sitúa una copia de la
Anunciación de Van Dyck, el Nacimiento de Jesús y el Niño Jesús entre los
doctores. Todos ellos datan del siglo XVII y son obras del jesuita
Urbina.
Camino del Calvario
La Piedad
El
Tránsito de la Virgen
La Anunciación
El niño con los doctores
Nave de la Epístola (Derecha), desde los pies del templo.
Un nuevo retablo neogótico dedicado a Santa Teresa de Jesús, cuya imagen fue realizada a principios del pasado siglo por Antonio Castillo Lastrucci. En madera tallada y policromada. Esta imagen tenia originalmente unas cabezas de ángeles entre las nubes sobre la que está la santa, que no existen en la actualidad.
Esta escultura es de grácil formato y acertado dibujo. Desde el punto de vista morfológico nos remite al tratamiento de los paños y a la expresiva plástica propias de este artista.
Aparece firmada y fechada por el autor en 1928, razón por la que se data esta pieza entre 1928 y 1929.
Parece
que había dos estatuas: Teresita de Lisieux y la Santa de Ávila. ¿O la
fundieron?
Retablo
de Santa Teresa de Jesús
Detalle
de Santa Teresa de Jesús
Altar
del Cristo
de los Milagros (ver), con Jesucristo Crucificado, una sencilla
pintura, reproducción del pintado en Lima en una pared de adobe por un
esclavo de Angola, situada en el santuario de Las Nazarenas de Lima (Perú). Es
la principal celebración católica en el Perú y una de las procesiones más
grandes del mundo.
Altar
del Cristo de los Milagros
Detalle
del Cristo
de los Milagros
Retablo
de estilo neogótico de San
Francisco de Borja, de autor
anónimo del siglo XVIII. Madera tallada y policromada. Esta estatua procede de
la Casa Profesa. Restaurada al comienzo del siglo XX. Realizada después de la
canonización del santo (1671).
La imagen presenta
al santo jesuita con la típica iconografía, sosteniendo con la mano izquierda
la calavera de la emperatriz Isabel de Portugal y con la derecha el crucifijo.
De estética cercana a Martínez Montañés, relacionable con las tallas que
realizó Montañés para la Casa Profesa, actual iglesia de la Anunciación.
Debajo,
una pequeña pintura del Sagrado Corazón.
Retablo
de San Francisco de Borja
San
Francisco de Borja
Pequeña
pintura del Sagrado Corazón
La Virgen de San Lucas de autor anónimo, del siglo XVI, Pintura al
óleo sobre lienzo. Existe un documento de 1831, en que se dice lo siguiente:
“Esta
sagrada imagen es copia fiel de la que se venera en la Basílica de santa María
de Roma, atribuida al evangelista san Lucas, con licencia del Sumo Pontífice
san Pio V, sacó esta copia san Francisco de Borja de la Compañía de Jesús y la
envió a esta ciudad de Sevilla. Tribútesele culto por largos años en la capilla
del noviciado de san Juan Gonzaga S.J. La capilla del noviciado de san Luis de
la compañía de Jesús dedicada esta misma venerada imagen, en cuya presencia se
celebraron por vez primera en público los Ejercicios del Mes de María en esta
ciudad”.
Tenemos
por tanto este cuadro mandado pintar por san Francisco en el siglo XVI y
enviado por él a Sevilla. Seguramente se venero en la Casa Profesa (Iglesia de
la Encarnación) hasta que se estableció en el noviciado de san Luis, a donde se
trasladó. Al cerrarse el Noviciado pasó a la Iglesia de la compañía en Sevilla.
Debajo
de este cuadro está colocado el crucificado de bronce de Francisco de Borja,
regalado a este por el cardenal jesuita Álvaro Cienfuegos (1657-1737). Curiosamente tiene los pies con su solo clavo y el izquierdo sobre el derecho.
A
los lados del crucificado hay cuatro relicarios, seguramente procedente de la
Casa Profesa de Sevilla.
Es un altar estrechamente vinculado con la historia de la Compañía de Jesús.
Retablo
de la Virgen de San Lucas
Virgen
de San Lucas
Crucificado
de bronce de Francisco de Borja
El retablo de San
Alonso Rodríguez, es un retablo
neogótico presidido por una imagen que fue primitivamente de san Felipe Neri
(1515-1595), procedente de la Iglesia del Socorro, pero se le han añadido
posteriormente los signos iconográficos de este Jesuita. Está escoltado por
figuras de los arcángeles Miguel y Rafael, con una pequeña Dolorosa en el
ático. Son esplendidas esculturas del siglo XVIII, sobre todo la de Rafael. Las
tres figuras son de la Escuela Sevillana de escultura del XVIII.
Este santo jesuita segoviano, muy poco conocido fuera de
la Orden, vivió en el siglo XVI. Tomó los hábitos tras los sucesivos
fallecimientos de su esposa y sus tres hijos, distinguiéndose por su austeridad
y espiritualidad, brindando consejos y consuelo a sus hermanos durante los 32
años que desempeñó el cargo de portero del Colegio de Nuestra Señora de
Montesión, en Mallorca. Difundió y
popularizó el Oficio Pequeño de Inmaculada Concepción, de ahí que se presente
habitualmente sosteniendo una pequeña figura de la Inmaculada.
Retablo de San Alonso Rodríguez
San Alonso Rodríguez (San Felipe Neri)
Arcángel San Miguel y
Ático con pequeña Dolorosa
En la cabecera de la nave de la Epístola o transepto, un gran cuadro adorna el rincón, Adoración de jesuitas a Cristo Crucificado (siglo XX) y el Descendimiento.
Transepto. Cabecera de la epístola, vista desde la nave del Evangelio.
Adoración de jesuitas a Cristo
Crucificado
El
retablo mayor es neoclásico,
obra del siglo XIX, poco habitual en el panorama sevillano por sus formas y
materiales. Fue realizado en mármol de dos colores, rojo y negro, según
modelos académicos franceses, por un desconocido artista apellidado Frapolli, que tiene alguna obra más en el cementerio de San
Fernando, así como en las catedrales de Málaga y Cádiz.
Se ordena en un banco, dos cuerpos con tres
calles (separadas en el primer cuerpo por
pilastras y en el segundo por columnas estriadas) y ático.
Imagen General del Altar Mayor
Detalle del altar
Lo preside una gran escultura del Sagrado Corazón de Jesús, obra de
Victoriano Salmón ya de comienzos del siglo XX.
Sagrado
Corazón de Jesús
A cada lado San José y la Virgen de la
Victoria siglo XVIII, obra de Benito Hita del Castillo, procedente
del antiguo convento de los Mínimos.
San José
La Virgen con el Niño
El segundo cuerpo nos
muestra al fundador de la Compañía, San
Ignacio de Loyola, del siglo XIX, sosteniendo un ejemplar de sus Ejercicios
Espirituales, con sendos relieves laterales que representan el Calvario (Xtus
Psus est pro nobis: Cristo Jesús es para nosotros) y la
Natividad (Ctus natus est nobis: Cristo nacido para
nosotros).
San Ignacio de Loyola
Coronan las tres calles sendos frontones triangulares con diversos adornos.
Todo el frontal del altar está delicadamente repujado en plata.
En la cabecera de la nave del Evangelio (izquierda) se abre una puerta, que nos conduce a una capilla cuadrada con un altar dedicado a un sacerdote ¿con hábito coral?, mostrando el Sagrado Corazón en su pecho.
Una gran estatua del Sagrado Corazón y frente a ella San Francisco Javier y a su lado el acceso a
la
Capilla de los Luises.
Esta sala sirve, además, de comunicación con
la zona llamada popularmente Colegio de
los Luises, que linda con la calle Trajano, donde se situaban el Centro
Vida, Radio Vida o el Cine-Club Vida, que fue cedido en 2.012 a las Fundaciones
SAFA y Loyola, vinculadas a la Compañía de Jesús.
Entrada a la Capilla
Cuadro existente encima de la puerta de la capilla. Sin información
Retablo del Sagrado Corazón de San Francisco Javier
Retablo de la Virgen con el niño en los brazos (Virgen Gran Madre),
obra de Pedro Duque Cornejo, siglo XVIII. Devoción de la compañía de Jesús,
procede del antiguo colegio de San Hermenegildo de la plaza del Duque.
Se caracteriza por tener a sus pies la luna
con los cuernos hacia abajo.
En el interior de la imagen se encontró un
documento que dice: “JHS la mando aser esta ymagen el padre Albertos del
Colegio de la Compañía de Jesús que es san Ermenegildo en el año 1721 en el mes
de septiembre a 15. Yo escultor pedro duque cornejo y Roldan”.
Duque Cornejo hizo esta imagen a sus 43 años y muestra ya en ella
un estilo bien definido. Es una majestuosa representación de la Madre de Dios,
a la que se conoce como la Gran Madre. A los pies de la virgen se hallan una
serie de angelitos, que le sirven de soporte. Es una de las imágenes más bellas
que se encuentra en esta iglesia.
Retablo
de la Virgen con el niño en los
brazos (Virgen Gran Madre)
Virgen con el niño en los brazos (Virgen Gran Madre)
Detalle
de los ángeles y de la luna con los cuernos hacia abajo
A sus lados San Joaquín y Santa Ana, y en el ático la acompañan el Ecce Homo.
San Joaquín
Santa Ana
Ático del retablo y
A cada lado del retablo, en peana, las imágenes de San Ignacio de Loyola y San Francisco de Borja, del siglo XVII, bocetos de Martínez Montañés de las imágenes que se encuentran en la iglesia de la Anunciación, en la casa Profesa de Sevilla.
Los rostros y las manos son de barro cocido y el cuerpo de tela
encolada. Seguramente estarían hechas en el taller del maestro, pero no son
comparables con las esculturas realizadas después por él, o al menos no fueron
más que bocetos que más tarde adquirirían calidades insospechadas al
realizarse las esculturas definitivas.
San Ignacio
de Loyola
San Francisco
de Borja
El retablo de plata de La Milagrosa es obra de Cayetano González.
La imagen tuvo gran devoción en un pequeño colegio de la calle Quevedo, fue entonces cuando se le encargó, al gran orfebre Cayetano González, el altar de plata repujada en el que actualmente se venera.
Esta devoción fue decayendo y al cerrarse el colegio de la calle Quevedo la imagen fue trasladada a la Iglesia de la compañía en 1950.
El altar de plata es considerado una de las
obras maestras de Cayetano González (según su discípulo Fernando Marmolejo, es
la mejor de sus obras). En un lateral
hay un cuadro con exvotos.
Retablo
de plata de La Milagrosa
Retablo neoclásico de San Francisco de Paula, anónimo de la escuela sevillana de escultura de finales del XIX.
De la imagen primitiva que existía en el templo de los mínimos, solo quedan las manos.
A comienzos del siglo XX, se restauró, se cambió la cabeza (que era muy mediocre) por la actual, que fue donada por Don Alberto Ramírez Fito y se adaptó toda la imagen a un cuerpo de tela encolada.
Retablo
de San
Francisco de Paula
San Andrés de Bobola y
Retablo barroco de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, otra devoción de los jesuitas, imagen del siglo XX llevando en su mano el Corazón de Jesús.
Es obra de Enrique Pérez Comendador de la escuela sevillana de escultura de 1917. Según una crónica antigua el padre Gref encargo a Enrique Pérez Comendador que restaurase una imagen de poco valor artístico que ya existía.
Tuvo que rehacer la imagen totalmente, por lo que se puede considerar como obra suya, de su primera juventud.
Retablo
de Nuestra
Señora del Sagrado Corazón
Está acompañada por dos esculturas de vestir de los jesuitas,
San Estanislao de Kostka y San Luis Gonzaga, de comienzos del siglo XX.
San
Luis Gonzaga
Ático
del retablo
A los pies de la nave del Evangelio se levanta la Capilla de las Ánimas, lugar donde se
ubica la tumba del venerable padre Francisco Tarín Arnau, de gran devoción en
la ciudad, sus paredes decoradas con azulejo y el techo con frescos.
Capilla de las ánimas
Detalle de azulejo de las paredes y pila de agua bendita
Está presidida por un retablo con un cuadro de las Ánimas, que
acompaña dos pinturas del Sagrado Corazón de Jesús y de María y en el ático el
relieve de la Virgen con el Niño Jesús.
Cuadro
de las Ánimas
En ella, como hemos comentado, se encuentra el sepulcro del Venerable
Padre
Tarín, popular predicador jesuita que recorrió casi 200.000
kilómetros por toda España, sobre todo Andalucía y Extremadura, predicando el
Evangelio en continuas misiones.
Sobre el sepulcro, la Cruz con la que el Padre Tarín bendecía a
los fieles en esta iglesia.
Junto al sepulcro, su imagen en un cuadro y en busto,
junto con un pequeño museo con sus reliquias y recuerdos en dos vitrinas.
Sepulcro
del Padre Tarín con la Cruz y las vitrinas de las reliquias
Cuadro
del Padre Tarín
Fallecido en de 1910 y fue declarado Venerable en 1987 por Juan Pablo II.
A los pies de la nave principal, sobre la
entrada, está situado el coro,
sostenido por una estructura de madera tallada, y en donde aún se conserva el
órgano realizado a comienzos del XIX por el maestro organero Pedro Otín.
Coro y órgano
Detalle del órgano