sábado, 21 de enero de 2023

 AREA DE SANTA CLARA-JESÚS DEL GRAN PODER 

Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús

Esta Iglesia, actualmente regentada por la Compañía de Jesús, es la antigua iglesia de San Francisco de Paula, situada en el centro de la ciudad, y parte del conjunto que llegó a administrar la congregación en siglos pasados (San Luis, Anunciación, colegio de San Gregorio, colegio de los irlandeses, Colegio de las Becas, San Hermenegildo, Villasís...).

Fue una fundación realizada por mínimos provenientes del convento de Nuestra Señora de la Victoria de Madrid en 1589, siendo Provincial el Padre Alonso Becerra, inicialmente destinada a colegio de estudios, para la formación de novicios y estudiantes.

El permiso fue otorgado por el Cardenal Rodrigo de Castro gracias al apoyo que los frailes recibieron de la señora Ana María de Leiva, hija del Capitán Sancho de Leiva y esposa del Presidente de la Casa de Contratación Francisco Duarte.

Las obras finalizaron en 1.646, año en que se pudo terminar la Capilla Mayor del templo.

En sus inicios, la puerta principal del convento se abría al llamado “Sitio del Potro”, en la Alameda de Hércules, y además tenía entradas por la calle de las Palmas (hoy Jesús del Gran Poder) y por la calle del Puerco (actual Trajano).

Desgraciadamente, los sucesos acaecidos durante el siglo XIX provocaron la desaparición del conjunto de edificios, con la única excepción de la iglesia que, sin embargo, también sufrió el expolio y deterioro de imágenes, muebles y pinturas.

En 1.810, las tropas francesas expulsaron a la comunidad y saquearon el convento. 

La Desamortización de Mendizábal de 1.835 lo transformó en cuartel de Artillería de Montaña y, más tarde, en viviendas, o casa de vecinos. 

La iglesia, por su parte, fue cedida en 1.866 a los jesuitas, pero, durante “La Gloriosa”, en 1.868, el Gobierno republicano la incautó, siendo vendida, a la Sociedad Bíblica de Londres, que estableció en ella la primera iglesia evangélica de la localidad.

Años después, el templo fue adquirido por la sevillana, de ascendencia británica, Sutherland Black, que por afinidad a la Compañía de Jesús donó el templo a la orden fundada por Ignacio de Loyola, con el título del Sagrado Corazón de Jesús. Completaron el terreno comprando o recibiendo en donación otras casas que había entre el hogar de la donante y la iglesia. En este espacio se levantó el actual edificio.

A este templo pasó, desde la Parroquia de Santa Ana, la Tercera Orden Mínima de Sevilla y se mantuvo viva hasta las primeras décadas del siglo XX; buena parte de este logro hay que atribuirlo al director de ella el Venerable Padre Francisco de Paula Tarín.

En el Exterior destaca la fachada principal de la iglesia, del siglo XVII, da a la calle Jesús del Gran Poder, presenta un paramento revocado y encalado.  

Fachada a la calle Jesús del Gran Poder

La entrada es un gran vano adintelado, con un  portalón de acceso, situado entre pilastras que soportan un entablamento profusamente adornado, que muestra el emblema IHS en el centro y motivos vegetales en los lados.

Entrada a la calle Jesús del Gran Poder

Emblema IHS

Encima, un frontón, curvo y partido, enmarcando un retablo cerámico, anónimo del siglo XVII, que algunos atribuyen a un diseño de Herrera el Viejo, del fundador de la Orden de los Mínimos, San Francisco de Paula; se le representa penitente en el desierto, vestido con hábito y acompañado por querubines.

San Francisco de Paula

Detalle de San Francisco de Paula

A los lados se encuentran los azulejos de San Isidoro y San Leandro.

San Leandro


San Isidoro

Debajo, hay otro azulejo a cada lado, de San Cristóbal y San Jerónimo en el desierto. Anónimos del siglo XVII.

San Cristóbal

San Jerónimo

A los lados de la portada hay dos azulejos: del Sagrado Corazón de Jesús (Arturo Ojeda, 1925) ​ y del Venerable Francisco Tarín Arnau (Juan Sánchez Cueto, 1987 y realizado por Cerámica Santa Ana). ​ El sacerdote Francisco Tarín Arnau fue declarado venerable por San Juan Pablo II  en 1987 y se encuentra enterrado en este templo.

Sagrado Corazón de Jesús

Venerable Francisco Tarín Arnau

Finalmente, arriba y a la derecha, un tríptico cerámico con imágenes de San José, la Virgen con el Niño y San Juan Bautista.

 

Tríptico

Detalle de la Virgen

 San José con el Niño

San Juan Bautista

La torre es de caña cuadrada. El cuerpo de campanas es de planta cuadrangular con un vano de medio punto por cada cara.  Se corona con un remate más pequeño, de sección rectangular, con arcos de medio punto en sus cuatro lados, con paños cerámicos con figuras, en muy mal estado de conservación. Se remata con una cruz y una veleta. Muy difícil de fotografiar por la falta de perspectiva al ser una calle estrecha.


Conjunto de la torre


Cuerpo de campanas

Dos de las caras visibles del remate de la torre

Detalle de la Cruz y la Veleta

El interior de la iglesia es una edificación de tres naves, con crucero, presbiterio y coro en la zona de los pies.

Es de planta rectangular, la nave central es más alta y ancha, sostenidos por grandes pilastras adornadas con yeserías de motivos vegetales, que se prolonga hasta la siguiente planta. Sobre ellas se apoya una cornisa corrida que soporta el muro, en el que se abren las ventanas que aportan luz al templo. La nave esta cubierta por cubierta armadura con técnica de par y nudillo y decoración de piñas de mocárabes, fechada a mediados del XVII. 

Vista general desde la entrada

Cubierta de la nave central

Tanto la cabecera como los brazos del crucero se cubren con bóvedas de cañón. Sobre el crucero se levanta una bóveda semiesférica sostenida por pechinas en las que aparecen relieves de los cuatro evangelistas.  

Bóveda de cañón en uno de los brazos del crucero

Bóveda semiesférica en el crucero sostenida por pechinas

San Mateo y San Marco

San Juan

Los muros situados sobre las naves laterales están decorados con yeserías.




Se enmarcan grandes cuadros, difíciles de contemplar, que son copias barrocas de grandes autores.

Se pueden distinguir en el muro derecho el Camino del Calvario, de Rafael; la Piedad, de Van Dyck y el Tránsito de la Virgen.

En el muro izquierdo se sitúa una copia de la Anunciación de Van Dyck, el Nacimiento de Jesús y el Niño Jesús entre los doctores.  Todos ellos datan del siglo XVII y son obras del jesuita Urbina.

Muro de la nave del Evangelio

Camino del Calvario

La Piedad

El Tránsito de la Virgen

La Anunciación

El niño con los doctores


Nave de la Epístola (Derecha), desde los pies del templo.

Un nuevo retablo neogótico dedicado a Santa Teresa de Jesús, cuya imagen fue realizada a principios del pasado siglo por Antonio Castillo Lastrucci. En madera tallada y policromada. Esta imagen tenia originalmente unas cabezas de ángeles entre las nubes sobre la que está la santa, que no existen en la actualidad. 

Esta escultura es de grácil formato y acertado dibujo. Desde el punto de vista morfológico nos remite al tratamiento de los paños y a la expresiva plástica propias de este artista.

Aparece firmada y fechada por el autor en 1928, razón por la que se data esta pieza entre 1928 y 1929. 

Parece que había dos estatuas: Teresita de Lisieux y la Santa de Ávila. ¿O la fundieron?

Retablo de Santa Teresa de Jesús

Detalle de Santa Teresa de Jesús

Altar del Cristo de los Milagros (ver), con Jesucristo Crucificado, una sencilla pintura, reproducción del pintado en Lima en una pared de adobe por un esclavo de Angola, situada en el santuario de Las Nazarenas de Lima (Perú). Es la principal celebración católica en el Perú y una de las procesiones más grandes del mundo.

Altar del Cristo de los Milagros

Detalle del Cristo de los Milagros

Retablo de estilo neogótico de San Francisco de Borja, de autor anónimo del siglo XVIII. Madera tallada y policromada. Esta estatua procede de la Casa Profesa. Restaurada al comienzo del siglo XX. Realizada después de la canonización del santo (1671).

La imagen presenta al santo jesuita con la típica iconografía, sosteniendo con la mano izquierda la calavera de la emperatriz Isabel de Portugal y con la derecha el crucifijo. De estética cercana a Martínez Montañés, relacionable con las tallas que realizó Montañés para la Casa Profesa, actual iglesia de la Anunciación.

Debajo, una pequeña pintura del Sagrado Corazón.

Retablo de San Francisco de Borja

San Francisco de Borja

Pequeña pintura del Sagrado Corazón

La Virgen de San Lucas de autor anónimo, del siglo XVI, Pintura al óleo sobre lienzo. Existe un documento de 1831, en que se dice lo siguiente:

“Esta sagrada imagen es copia fiel de la que se venera en la Basílica de santa María de Roma, atribuida al evangelista san Lucas, con licencia del Sumo Pontífice san Pio V, sacó esta copia san Francisco de Borja de la Compañía de Jesús y la envió a esta ciudad de Sevilla. Tribútesele culto por largos años en la capilla del noviciado de san Juan Gonzaga S.J. La capilla del noviciado de san Luis de la compañía de Jesús dedicada esta misma venerada imagen, en cuya presencia se celebraron por vez primera en público los Ejercicios del Mes de María en esta ciudad”.

Tenemos por tanto este cuadro mandado pintar por san Francisco en el siglo XVI y enviado por él a Sevilla. Seguramente se venero en la Casa Profesa (Iglesia de la Encarnación) hasta que se estableció en el noviciado de san Luis, a donde se trasladó. Al cerrarse el Noviciado pasó a la Iglesia de la compañía en Sevilla.

Debajo de este cuadro está colocado el crucificado de bronce de Francisco de Borja, regalado a este por el cardenal jesuita Álvaro Cienfuegos (1657-1737). Curiosamente tiene los pies con su solo clavo y el izquierdo sobre el derecho.

A los lados del crucificado hay cuatro relicarios, seguramente procedente de la Casa Profesa de Sevilla.

Es un altar estrechamente vinculado con la historia de la Compañía de Jesús.

Retablo de la Virgen de San Lucas

Virgen de San Lucas

Crucificado de bronce de Francisco de Borja

El retablo de San Alonso Rodríguez, es un retablo neogótico presidido por una imagen que fue primitivamente de san Felipe Neri (1515-1595), procedente de la Iglesia del Socorro, pero se le han añadido posteriormente los signos iconográficos de este Jesuita. Está escoltado por figuras de los arcángeles Miguel y Rafael, con una pequeña Dolorosa en el ático. Son esplendidas esculturas del siglo XVIII, sobre todo la de Rafael. Las tres figuras son de la Escuela Sevillana de escultura del XVIII.

Este santo jesuita segoviano, muy poco conocido fuera de la Orden, vivió en el siglo XVI. Tomó los hábitos tras los sucesivos fallecimientos de su esposa y sus tres hijos, distinguiéndose por su austeridad y espiritualidad, brindando consejos y consuelo a sus hermanos durante los 32 años que desempeñó el cargo de portero del Colegio de Nuestra Señora de Montesión, en Mallorca. Difundió y popularizó el Oficio Pequeño de Inmaculada Concepción, de ahí que se presente habitualmente sosteniendo una pequeña figura de la Inmaculada.

Retablo de San Alonso Rodríguez

San Alonso Rodríguez (San Felipe Neri)

Detalle de San Alonso Rodríguez (San Felipe Neri)

Arcángel San Miguel y Arcángel San Rafael

Ático con pequeña Dolorosa

En la cabecera de la nave de la Epístola o transepto, un gran cuadro adorna el rincón, Adoración de jesuitas a Cristo Crucificado (siglo XX) y el Descendimiento.

Transepto. Cabecera de la epístola, vista desde la nave del Evangelio.

Descendimiento

Adoración de jesuitas a Cristo Crucificado

El retablo mayor es neoclásico, obra del siglo XIX, poco habitual en el panorama sevillano por sus formas y materiales. Fue realizado en mármol de dos colores, rojo y negro, según modelos académicos franceses, por un desconocido artista apellidado Frapolli, que tiene alguna obra más en el cementerio de San Fernando, así como en las catedrales de Málaga y Cádiz.

Se ordena en un banco, dos cuerpos con tres calles (separadas en el primer cuerpo por pilastras y en el segundo por columnas estriadas) y ático. 

Imagen General del Altar Mayor

Detalle del altar

Cuerpo inferior

Lo preside una gran escultura del Sagrado Corazón de Jesús, obra de Victoriano Salmón ya de comienzos del siglo XX. 

Sagrado Corazón de Jesús

A cada lado San José y la Virgen de la Victoria siglo XVIII, obra de Benito Hita del Castillo, procedente del antiguo convento de los Mínimos. 

San José

La Virgen con el Niño

El segundo cuerpo nos muestra al fundador de la Compañía, San Ignacio de Loyola, del siglo XIX, sosteniendo un ejemplar de sus Ejercicios Espirituales, con sendos relieves laterales que representan el Calvario (Xtus Psus est pro nobis: Cristo Jesús es para nosotros) y la Natividad (Ctus natus est nobis: Cristo nacido para nosotros).

Cuerpo superior

San Ignacio de Loyola

Relieves Laterales

Coronan las tres calles sendos frontones triangulares con diversos adornos. Todo el frontal del altar está delicadamente repujado en plata.

Ático
En el Presbiterio destacan los cuadros de las paredes laterales y el ángel lamparario.




Ángel lamparario

En la cabecera de la nave del Evangelio (izquierda) se abre una puerta, que nos conduce a una capilla cuadrada con un altar dedicado a un sacerdote ¿con hábito coral?, mostrando el Sagrado Corazón en su pecho. 

Una gran estatua del Sagrado Corazón y frente a ella San Francisco Javier y a su lado el acceso a la Capilla de los Luises.

Esta sala sirve, además, de comunicación con la zona llamada popularmente Colegio de los Luises, que linda con la calle Trajano, donde se situaban el Centro Vida, Radio Vida o el Cine-Club Vida, que fue cedido en 2.012 a las Fundaciones SAFA y Loyola, vinculadas a la Compañía de Jesús.

Entrada a la Capilla

Cuadro existente encima de la puerta de la capilla. Sin información

Retablo del Sagrado Corazón de San Francisco Javier

 Sagrado Corazón de San Francisco Javier

Retablo del Sagrado Corazón de Jesús

 Sagrado Corazón de Jesús


Retablo de la Virgen con el niño en los brazos (Virgen Gran Madre), obra de Pedro Duque Cornejo, siglo XVIII. Devoción de la compañía de Jesús, procede del antiguo colegio de San Hermenegildo de la plaza del Duque.

Se caracteriza por tener a sus pies la luna con los cuernos hacia abajo.

En el interior de la imagen se encontró un documento que dice: “JHS la mando aser esta ymagen el padre Albertos del Colegio de la Compañía de Jesús que es san Ermenegildo en el año 1721 en el mes de septiembre a 15. Yo escultor pedro duque cornejo y Roldan”.

Duque Cornejo hizo esta imagen a sus 43 años y muestra ya en ella un estilo bien definido. Es una majestuosa representación de la Madre de Dios, a la que se conoce como la Gran Madre. A los pies de la virgen se hallan una serie de angelitos, que le sirven de soporte. Es una de las imágenes más bellas que se encuentra en esta iglesia.

Retablo de la Virgen con el niño en los brazos (Virgen Gran Madre)

 Virgen con el niño en los brazos (Virgen Gran Madre)

Detalle de los ángeles y de la luna con los cuernos hacia abajo

A sus lados San Joaquín y Santa Ana, y en el ático la acompañan el Ecce Homo. 

San Joaquín

Santa Ana

Ático del retablo y detalle del Ecce Homo 

A cada lado del retablo, en peana, las imágenes de San Ignacio de Loyola y San Francisco de Borja, del siglo XVII, bocetos de Martínez Montañés de las imágenes que se encuentran en la iglesia de la Anunciación, en la casa Profesa de Sevilla. 

Los rostros y las manos son de barro cocido y el cuerpo de tela encolada. Seguramente estarían hechas en el taller del maestro, pero no son comparables con las esculturas realizadas después por él, o al menos no fueron más que bocetos que más tarde adquirirían calidades insospechadas al realizarse las esculturas definitivas.

San Ignacio de Loyola

San Francisco de Borja

El retablo de plata de La Milagrosa es obra de Cayetano González. 

La imagen tuvo gran devoción en un pequeño colegio de la calle Quevedo, fue entonces cuando se le encargó, al gran orfebre Cayetano González, el altar de plata repujada en el que actualmente se venera. 

Esta devoción fue decayendo y al cerrarse el colegio de la calle Quevedo la imagen fue trasladada a la Iglesia de la compañía en 1950.

El altar de plata es considerado una de las obras maestras de Cayetano González (según su discípulo Fernando Marmolejo, es la mejor de sus obras).  En un lateral hay un cuadro con exvotos.

Retablo de plata de La Milagrosa

La Milagrosa

Retablo neoclásico de San Francisco de Paula, anónimo de la escuela sevillana de escultura de finales del XIX. 

De la imagen primitiva que existía en el templo de los mínimos, solo quedan las manos. 

A comienzos del siglo XX, se restauró, se cambió la cabeza (que era muy mediocre) por la actual, que fue donada por Don Alberto Ramírez Fito y se adaptó toda la imagen a un cuerpo de tela encolada. 

Retablo de San Francisco de Paula

San Francisco de Paula

A su lado las pinturas de los santos jesuitas, San Andrés Bobola y San Pedro Claver.

San Andrés de Bobola y San Pedro Claver

Retablo barroco de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, otra devoción de los jesuitas, imagen del siglo XX llevando en su mano el Corazón de Jesús. 

Es obra de Enrique Pérez Comendador de la escuela sevillana de escultura de 1917. Según una crónica antigua el padre Gref encargo a Enrique Pérez Comendador que restaurase una imagen de poco valor artístico que ya existía.

Tuvo que rehacer la imagen totalmente, por lo que se puede considerar como obra suya, de su primera juventud. 

Retablo de Nuestra Señora del Sagrado Corazón

Nuestra Señora del Sagrado Corazón

Está acompañada por dos esculturas de vestir de los jesuitas, San Estanislao de Kostka y San Luis Gonzaga, de comienzos del siglo XX.

San Estanislao de Kostka


San Luis Gonzaga

Ático del retablo

A los pies de la nave del Evangelio se levanta la Capilla de las Ánimas, lugar donde se ubica la tumba del venerable padre Francisco Tarín Arnau, de gran devoción en la ciudad, sus paredes decoradas con azulejo y el techo con frescos. 


Capilla de las ánimas

Fresco del techo

Detalle de azulejo de las paredes y pila de agua bendita

Está presidida por un retablo con un cuadro de las Ánimas, que acompaña dos pinturas del Sagrado Corazón de Jesús y de María y en el ático el relieve de la Virgen con el Niño Jesús.

Cuadro de las Ánimas


Sagrado corazón de Jesús y de María

Vidriera de la Virgen con el Niño Jesús

En ella, como hemos comentado,  se encuentra el sepulcro del Venerable Padre Tarín, popular predicador jesuita que recorrió casi 200.000 kilómetros por toda España, sobre todo Andalucía y Extremadura, predicando el Evangelio en continuas misiones.

Sobre el sepulcro, la Cruz con la que el Padre Tarín bendecía a los fieles en esta iglesia.

Junto al sepulcro, su imagen en un cuadro y en busto, junto con un pequeño museo con sus reliquias y recuerdos en dos vitrinas.

Sepulcro del Padre Tarín con la Cruz y las vitrinas de las reliquias

Cuadro del Padre Tarín


Pila Bautismal

Fallecido en de 1910 y fue declarado Venerable en 1987 por Juan Pablo II. 

A los pies de la nave principal, sobre la entrada, está situado el coro, sostenido por una estructura de madera tallada, y en donde aún se conserva el órgano realizado a comienzos del XIX por el maestro organero Pedro Otín.

Coro y órgano

Detalle del órgano

Laterales del coro