AREA DE MACARENA-SAN LUIS-SAN JULIAN
IGLESIA DE SAN MARCOS
La Iglesia de san Marcos se sitúa en la calle san Luis, dando nombre a la plaza donde se encuentra ubicada, dentro del casco antiguo de la ciudad, en lo que fue su zona intramuros.
Se trata de una de las calles de mayor
trascendencia histórica, pues en ella estuvo el “Cardo Máximo” de la ciudad
romana, que posteriormente sería Calle Mayor de la Sevilla Iislámica, gracias a
confluir en uno de sus extremos uno de los principales accesos a la ciudad
desde el exterior, la actual Puerta de la Macarena. En la época cristiana fue
la calle del Padrón Real, por ser la vía utilizada por las Comitivas Reales
cuando venían a Sevilla para alojarse en los Reales Alcázares.
Su fundación se remonta al “Repartimiento” realizado por el Rey Fernando
III tras la toma de la ciudad en 1248, asentándose en el solar de una antigua
mezquita islámica, algunos estudiosos creen que su edificación fue promovida
por su hijo y sucesor Alfonso X el Sabio.
Su nombre se debe al arzobispo Don Raimundo, que llegó a Sevilla
acompañando a Fernando III el Santo y había sido bautizado en la parroquia de
san Marcos de Segovia.
Desde su designación como parroquia (una de las primitivas “Collaciones”
que estableció Fernando III) ha sufrido numerosas alteraciones.
Siendo mezquita, fue destruida en un terremoto en el siglo XII y
nuevamente fue reducida a escombros en el terremoto del Cabo de san Vicente de
1356, siendo edificada como nueva iglesia durante el reinado de Pedro I.
En 1470, sufrió importantes daños durante un incendio, provocado por los
seguidores de los condes de Arcos, dentro del contexto de las luchas intestinas
que enfrentaron durante siglos a los Guzmanes (casa ducal de Medina Sidonia) con
los Ponce de León, siendo reconstruida en 1478.
También se vio afectada por el terremoto de Lisboa de 1755, aunque causo
daños menores.
En 1793 sufrió un incendio fortuito que afectó gravemente a la techumbre
por lo que la parroquia fue trasladada a la capilla de los Servitas y necesitó
una nueva reedificación.
En 1881, se
vuelve a declarar en ruina por el mal estado de la techumbre y la Comisión
Provincial de Monumentos, de la que formaba parte José Gestoso, se ocupó de la
reconstrucción que finalizó en 1887. Durante ella aparecieron los capiteles
del Arco Toral, se reformó la capilla principal y se trasladaron hasta ella
algunas piezas que provenían del desaparecido Convento de Santa María de las
Dueñas.
En 1936, durante la guerra civil, fue incendiada de nuevo y se perdió todo su patrimonio y además el de la Hermandad de la Hiniesta que se había refugiado en ella tras el incendio de la iglesia de san Julián en 1932.
Se perdió la
techumbre, el altar de la virgen de Belén (pintura del XVI), el retablo del
Cristo del Amor (escultura del XVI), un retablo barroco de estilo goticista del
siglo XVI con pinturas de Matías Arteaga, el retablo de san José de estilo
rocalla, un retablo neoclásico con la escultura de la Flagelación de Jesús,
Imágenes de Evangelistas, Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora del
Carmen, san Antonio, san Francisco, santa Rita, la Inmaculada Milagrosa,
Nuestra Señora de los Dolores, junto a objetos de orfebrería, cuadros,
ornamentos y archivo.
Aspecto
después del incendio de 1936
Tras muchos años de abandono la última restauración finalizó en 1987.
Imágenes
antiguas
Como curiosidad, en esta Iglesia tuvo lugar la boda entre Luisa Ignacia
Roldán Villavicencio, la Roldana, primera escultora española registrada, y el
dorador Luis Antonio de los Arcos, una boda a la que se oponía el padre de la
primera, el escultor sevillano Pedro Roldán, hasta el punto que Luisa tuvo que
llevar el asunto a los tribunales porque su padre no le daba el consentimiento
necesario.
Luisa Rolda, escultora de Carlos II
EXTERIOR
En el barrio de la Macarena, en la zona que rodeaba la muralla, en época
islámica existían innumerables mezquitas y con la reconquista estos lugares
religiosos pasaran de ser musulmanes a cristianos y en este sentido, la Iglesia
de san Marcos presenta un estilo gótico- mudéjar, mezcla de la tradición
musulmana y los diseños góticos de la época, constituyendo una de las
combinaciones gótico-mudéjar más interesante de la ciudad, a pesar de las
múltiples vicisitudes sufridas a lo largo del tiempo.
De su exterior destaca su Portada Principal situada a los pies del templo.
Se trata de una portada de piedra que destaca sobre el frente de
ladrillo con el que se construye la fachada, de este modo surge la belleza de
la composición muro de ladrillo-portada de piedra que caracteriza a los templos
de esta tipología.
Facha frontal a la plaza de san Marcos
La portada presenta un arco apuntado con nueve arquivoltas, las dos más
exteriores y la más interior están decoradas con los característicos dientes de
sierra o puntas de diamantes.
Portada principal
En la clave del arco ojival se presenta una estatua del “Padre Eterno” en
actitud de bendecir al pueblo con su mano derecha mientras que sobre sus
rodillas y con su mano izquierda sostiene el orbe terrestre.
Padre Eterno
A los lados y un poco más abajo, dos pequeñas figuras sobre pedestales con
dos cabezas de león y bajo doseletes góticos, que representan a la “Anunciación”,
el arcángel san Gabriel a su izquierda y la Virgen María a su derecha, que
sustituyeron, en el siglo XVIII, a otras similares previamente existentes pero
muy deterioradas.
Las tres figuras de la portada
La Virgen María
Arcángel san Gabriel
Sobre el dintel de la portada, se muestra una franja horizontal que incluye
un friso de ataurique y lacería a base de pequeños arcos lobulados y paños de
sebka, muestra del esplendor mudéjar.
Por encima una artística cornisa y tejaroz sostenida por ménsulas con doce
cabezas de leones.
Friso mudéjar y ménsulas de cabezas de
león
Detalle de las cabezas de león
La imposta se decora con hojas de vid y de higueras y cabezas humanas.
Línea de imposta sobre baquetones
Detalle de la Línea de imposta
Detalle de la línea de imposta
Deben ser muy antiguos los dos grandes postes de granito situados ante la
puerta principal.
Postes de granito
Cuando comparamos el aspecto actual con foto antigua de 1925, del
fotógrafo francés Lucien Roisin, desde la embocadura de la calle Bustos Tavera,
comprobamos que ya no existen dos ventanillas ojivales a ambos lados de la
puerta, ni el rosetón sobre la misma.
Fotografías comparativas
La Portada Sur se ubica en la calle lateral Siete Dolores de
Nuestra Señora, es de estilo renacentista, esta cegada, presenta un dintel con
rosetas y bucaneros apoyados en pilastras toscanas y esta rematada con un
frontón triangular con escudo y jarrones en los extremos.
Comienzo de la calle Siete Dolores de
Nuestra Señora y Portada lateral
Dintel de la portada lateral
Escudo de la portada lateral
TORRE
La torre se ubica a los pies de la nave del evangelio, tiene planta
cuadrada y construida enteramente en ladrillo. Tiene 22 metros de altura hasta
la cornisa y su planta es de 4,75 metros de lado.
Para Gestoso era el alminar almohade de la primitiva mezquita, pero para
A. Morales fue levantada en el siglo XIV como obra de directa inspiración en la
Giralda. En la “Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía” se afirma:
“Se conservan restos del alminar de la antigua mezquita….. a los pies de la
nave del Evangelio”.
Su matacán superior fue construido con carácter defensivo para protección
de las luchas del siglo XV entre los bandos de las casas de Niebla y Marchena
Arcos y Medina sidonia.
El campanario fue añadido en 1603 por Vermondo Resta y fue restaurada en
1916, mediante obra financiada por el Conde de Urbina (Federico de Amores y
Ayala), por Aníbal González que le añadió los arcos del frente oriental y la
ventana más baja del paramento norte, de un solo vano.
Como en la Giralda, las ventanas de los cuatro frentes están dispuestas a
distintas alturas para salvar el trazado de la escalera y facilitar la entrada
de la luz. En la fachada delantera (occidental) se abren cuatro de ellas, en la
norte solo dos, en la oriental tres y en la sur, solo una.
Fachada delantera (occidental) y norte.
Tanto la decoración como el aspecto general la asemejan a la Giralda, con
ventanas germinadas enmarcadas por alfiz y paños de sebka decorando el exterior.
Casi todos los capiteles de los parteluces son de barro cocido. El único
capitel que pudiera ser sevillano es el de la ventana gemela del frente
septentrional y son góticos los de las ventanas de poniente, con hojas de
acanto. La mayor parte de los fustes son
de mármol blanco de Macael, pero hay algunos que están muy mal conservados,
especialmente los que corresponden a las ventanas del frente norte y
poniente.
Lo más inspirado en la Giralda son las albanegas. En la fachada
occidental y en la ventana inferior de arcos gemelos se conservan restos de
azulejos.
Paños de sebka
Culminando el cuerpo superior de torre, un tejaroz con canecillos de
prótomos y decoración vegetal.
Detalle del tejaroz con canecillos de
prótomos y decoración vegetal
Ventana germinada
Ventana segada Ventana cuadrada
Remata la torre un cuerpo de campanas, añadido en 1603 por Vermondo
Resta, abierto en los cuatro frentes con un vano de medio punto con pilastras
que sustentan una cornisa ornamentada en las esquinas por un juego de volúmenes
y un capitel cerámico y cruz de forja.
Se accede a ella, a través de una puerta que se une a la nave del
Evangelio. En su interior, la escalera se desarrolla a lo largo de un manchón
central y los tramos están cubiertos con bóvedas de arista.
Cuerpo de campanas
Capitel cerámico y cruz de forja
Cuenta la tradición, que Miguel de Cervantes se subía a esta torre al
venir a Sevilla con objeto de ver la cercana de Isabela, donde moraba la mujer
que más amó. Esto se relaciona con el personaje central de su novela ejemplar
“La Española Inglesa” y con algunos datos biográficos del escritor, entre ellos
el hecho de que su hija natural se llamara Isabel. Asencio y Toledo asegura que
Cervantes “vivió a la entrada de esta calle (Santa Paula). Díaz de Benjumea, en
su libro “La verdad sobre el Quijote”, señala que, en la lista de un recuento
de armas, en la época en que Cervantes vivía en Sevilla, se lee el nombre de un
Miguel de Cervantes como huésped de un mesón cercano al convento de Santa
Paula. La leyenda, incluso considera que
la enamorada de Cervantes era una monja profesa de este convento, en alusión a
la que el escritor refiere como una extraordinaria cantora.
Curiosas las vicisitudes del reloj. En la segunda mitad del siglo XVI, el
cabildo municipal instaló dos nuevos relojes en los campanarios de las iglesias
de san Marcos y de san Lorenzo, para ordenar la vida ciudadana, junto al que ya
existía en la torre de la Giralda, incrementando los “soundmarks” característicos
de la ciudad. Su situación era estratégica, pues triangulando con la Giralda
sería audible en toda la trama urbana hispalense.
El de la torre de san Marcos, cuenta la leyenda, que fue traído de
Londres e instalado en 1533 en la fachada de poniente, y estaba provisto de una
campana con una inscripción latina, que en castellano sería: “Nada más veloz
que el tiempo y para que no se malgaste señala, o insigne Sevilla, a tus
moradores las horas. El senado y el pueblo de Sevilla cuidó de construir este
reloj con sus caudales para el bien público el año de Cristo Salvador de 1533”.
Su mantenimiento y el cargo de “concertar los relojes” fue encargado al maestro
relojero Diego Flamenco.
El terremoto de Lisboa 1755, estropeo el reloj y el 13 de junio de 1776,
la antigua maquinaria fue sustituida por una nueva construida por Thomas Hatton
en Londres, según se lee en su esfera, junto al nombre de Eugenio Escamilla,
nombrado relojero por el cabildo municipal el 25 de febrero de 1789.
Finalmente, este reloj desapareció en la restauración realizada por Aníbal
González en 1916.
Miguel de Cervantes Saavedra
INTERIOR.
El templo se organiza en tres naves, una central y dos laterales, separadas entre ellas por pilares de ladrillos rectangulares en los que se sustentan cuatro arcos de herradura apuntados enmarcados por un alfiz, dentro del estilo mudéjar.
Visión del templo desde los pies, con sus
tres naves
Arcos de herradura apuntados enmarcados
por un alfiz
Todo el templo, a excepción del presbiterio, está pintado de blanco y se
encuentra prácticamente libre de decoración añadida, con las paredes desnudas,
lo que hace resaltar más la belleza de los elementos constructivos del templo.
Las cubiertas originales no se han conservado tras los incendios, por lo
que todas ellas proceden de la restauración realizada en 1987. La nave central
es más alta y se cubre con un tejado a dos aguas, mientras que las naves
laterales presentan cubiertas de colgadizo.
Cubierta de la nave central a dos aguas. Cubierta de colgadizo de una de las naves laterales
Presbiterio.
A la nave del presbiterio se accede a través de un arco toral, de estilo gótico u ojival apuntado y apoyado en dos grandes columnas y capiteles romanos.
El ábside, de poca profundidad, se divide en dos tramos, el primero es rectangular, cubierto con bóveda de crucería y el segundo es poligonal y cubierto con bóveda sexpartita.
Las
paredes presentan el ladrillo a la vista con colores en las bóvedas donde
predomina el blanco sobre el amarillo.
Arco toral sobre columnas de acceso al presbiterio. Cubierta del presbiterio
Paredes laterales del Presbiterio
El Presbiterio no tiene Retablo Mayor, solo la presencia de un Crucificado y una Inmaculada, ambas tallas del siglo XX, aunque en una visita el presbiterio estaba ocupado por la Hermandad de los Servitas.
Las paredes están prácticamente desnudas con el ladrillo a la vista y los únicos colores están en las bóvedas donde predomina el blanco sobre el amarillo.
Se ilumina
con ventanas y óculos en la cabecera y en el muro de los pies.
Presbiterio
Crucificado Inmaculada
Detalles del crucificado
A los pies de la nave central figura el sepulcro del Procurador Mayor del cabildo de Sevilla, Don Alfonso Leandro de Herrera y su mujer, Doña Ana de Vargas, con escudo nobiliario y fecha de 1606.
En el centro está el
enterramiento de Don Rodrigo Fragoso, sacerdote ejemplar (1625).
Lápidas funerarias en el suelo de la nave
central
NAVE DERECHA DE LA
EPISTOLA
La nave de la epístola está relativamente desnuda.
Al fondo hay una
pequeña capilla ante la que hay un trio de bancos y una pila bautismal.
Vista de la nave de la epístola desde los pies del templo. Pila Bautismal
En un arcosolio entelado se encuentra la urna del Cristo de la Caridad, una talla de Jesús yacente del siglo XX, sobre un lecho de sábanas blancas, obra de José Lemus, inspirada en la escuela Castellana de Gregorio Fernández.
Cabe destacar su exquisita anatomía.
Cristo de la Caridad
Detalles del Cristo de la Caridad
Seguidamente una Dolorosa tallada por Pedro de Ávila y un Crucificado del
siglo XX.
Virgen Dolorosa
Crucificado
Sobre la pared una placa de la hermandad de los Servitas, recordando el
III centenario de la fundación de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores, en esta parroquia en 1696, otra de la Hermandad de la Lanzada celebrando
el II centenario de la talla de Nuestra Señora del Buen Fin, bendecida en este
templo en 1810.
Placa de la Hermandad de los Servitas y
de la Lanzada
También, se pueden observar dos lapidas funerarias, una de ellas bajos los
bancos y la lápida de Don Gregorio Romero y su mujer, Magdalena Rojas (1684) y
un azulejo cerámico del año 1987 recuerda al primer párroco de la nueva etapa
Don Ernesto Iriarte y Segura.
En la cabecera, se encuentra actualmente adosada la Capilla de los
Dolores, sede de la “Hermandad de los Servitas”, la Virgen de los Dolores con
el Cristo de la Providencia en sus brazos, obra de Montes de Oca de 1730 y la
Virgen de la Soledad obra de Castillo Lastrucci de 1968.
NAVE IZQUIERDA DEL
EVANGELIO
Desde la cabecera a los pies del templo.
Nave del Evangelio desde los pies del templo. Cabecera de la nave del Evangelio
Al fondo de la nave, una estatua de san Marcos Evangelista del siglo XVII, con libro y pluma, en actitud de escribir su Evangelio, atribuida a Juan de Herrados Beces y dorado por Gaspar Ribas pero también atribuida al círculo de Juan de Mesa.
Anteriormente, en la Iglesia había una segunda escultura de san Marcos,
desaparecida en uno de los incendios.
San Marcos Evangelista
A su lado un
espléndido crucificado.
Crucificado
En una gran
hornacina más cercana a la puerta dela Iglesia, la imagen del Sagrado Corazón
de Jesús, de principios de siglo XX y realizado en Paris por Cachal Froc.
Imagen Sagrado Corazón
Al inicio de
la nave está la puerta de acceso a la torre y en el suelo lápidas.