sábado, 9 de marzo de 2024

 RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas Mártires 

Santa Angela de la Cruz.


María de los Ángeles Guerrero González nació en Sevilla el 30 de enero de 1846, en la Plaza de Santa Lucía, número 5.

Santa Lucia 5



Fue bautizada el 2 de febrero de ese mismo año en la iglesia de Santa Lucía y la pila bautismal se conserva en la casa natal de la calle Santa Lucía 5. 

Hizo la primera comunión en 1854 y recibió la confirmación en 1855.

Iglesia de Santa Lucía

Pila Bautismal

Su padre, José Guerrero, cardador de lana de profesión, había venido a Sevilla desde Grazalema, pueblo de la serranía de Ronda, en la oleada de emigración a las grandes ciudades, en relación con el desarrollo industrial, y su madre, Josefa González, era costurera y procedía de Zafra, se casaron en Sevilla y tuvieron catorce hijos, de los cuales solo seis, tres hijos y tres hijas, sobrevivieron hasta la edad adulta, pues los otros ocho fallecieron durante la infancia, circunstancia entonces habitual, pues existía una alta tasa de mortalidad infantil.

Ambos trabajaban para el convento de Padres Trinitarios, donde el padre hacía de cocinero y la madre lavaba, cosía y planchaba la ropa de los frailes

Su padre falleció cuando Ángela era niña y sus restos se trasladaron del cementerio a la iglesia del antiguo Convento de la Trinidad, que en la actualidad es la Basílica de María Auxiliadora, de los salesianos.

Su instrucción escolar fue escasa, como era habitual entre las niñas pertenecientes a su clase social, y solo aprendió a escribir, sin dominar la ortografía, algunas nociones de aritmética y catecismo.

A los 12 años entró como aprendiz en el taller de fabricación de calzado de Antonia Maldonado, en la calle Feijó (antigua calle Huebos), para contribuir a la economía familiar, y allí permaneció hasta los 29 de forma casi ininterrumpida. Llegó a ser destacada oficial de un negocio que contaba con una buena clientela proveniente de la alta burguesía y de la nobleza del entorno de la pequeña corte de los Montpensier-Borbón, instalados en el palacio de san Telmo. 

Calle Feijó


Calle Feijó

En la fábrica de calzados se organizaba el rezo del rosario entre las empleadas diariamente, se leían las vidas de santos y tuvo sus primeras experiencias místicas. Así, un día de lluvia había ido del taller a su casa sin mojarse nada y en otra ocasión, en 1862, cuando las trabajadoras estaban rezando en el oratorio, ella se puso a levitar. En una ocasión, una señora tenía una enfermedad con llagas y se negaba a operarse porque le daba miedo, ella succionó las llagas y la enferma sanó.

A los 16 años, a través de la maestra de taller, doña Antonia Maldonado, entró en contacto con el padre José Torres Padilla, un sacerdote nacido en Canarias y afincado en Sevilla, con fama de santidad, canónigo de la catedral y catedrático del seminario, que se convirtió en su confesor y director espiritual.

Durante la epidemia de cólera en Sevilla, bajo la dirección del padre Torres, se entregó al servicio de los pobres enfermos hacinados en los corrales de vecindad. 

En 1865, con 19 años, el padre Torres le escribió una carta de recomendación para solicitar la entrada como lega en el Convento de san José de Carmelitas Descalzas (las Teresitas), pero no fue admitida al considerar que no tenía suficiente salud para la austera vida del Carmelo.

Convento Teresita

En 1869, cuando tenía 23 años, el padre Torres le animó a intentar entrar como postulante en la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente Paul, en la congregación del Hospital de las Cinco Llagas. Pasó el postulantado y tomó el hábito de novicia, pero desarrolló un problema de salud con vómitos. La destinaron a Cuenca y luego a Valencia y al continuar con este problema de salud tuvo que abandonar la vida religiosa. Curiosamente, después de dejar la vida religiosa, los vómitos desaparecieron tan misteriosamente como se habían iniciado y volvió a su casa y al taller de zapatería.

Hospital de las "Cinco Llagas" 1360

En 1871 decide que, al no poder ser monja en el convento, será monja fuera, y pone en manos del padre Torres Padilla unas reflexiones personales en las que se propone, no vivir siguiendo a Jesús con la cruz de su vida, sino vivir permanentemente clavada en ella junto a Jesús, pasando a llamarse Ángela de la Cruz.

El padre Torres también era director espiritual de una monja mercedaria llamada sor Florencia del Santísimo Sacramento. En 1873 sor Sacramento tuvo una visión en la que en el centro de un cuadro, dos ángeles coronaban con una corona de rosas olorosas a una joven y escuchó una voz que decía "Esa es Angelita". Ella se lo comunicó a Torres y este envió a dos monjas para que ella dijera cuál era Angelita y esta contestó que no era ninguna de las dos. Luego mandó a Ángela y la reconoció como la joven de la visión.

El 11 de octubre de 1872 comenzó a escribir su diario espiritual que recibirá el nombre de “Papeles de conciencia” o “Papeles Íntimos” y es curioso que, siendo ignorante en letras, pues casi no sabía escribir, se convirtió en una de las más grandes escritoras espirituales de nuestros tiempos. Redactó su proyecto de Compañía, con una dimensión caritativa y social a favor de los pobres y con un impacto enorme en la Iglesia y en la sociedad de Sevilla, por su identificación con los menesterosos: “Hacerse pobre con los pobres”. No quería hacer la caridad “desde arriba” sino ayudar a los pobres “desde dentro”. 

Plaza de Santa Marta


El 8 de diciembre de 1874 se consagró al Señor con votos perpetuos.

En 1875, Ángela logró la adhesión de Josefa de la Peña, una terciaria franciscana, que gozaba de buena situación económica y Juana María Castro y Juana Magadán, que disponían de escasos recursos. El 2 de agosto de ese mismo año se inauguraba la vida de comunidad de las “Hermanas de la Cruz” en un cuartito con derecho a cocina, alquilado con el dinero que dejaba la mayor de las tres primeras compañeras, en la casa número 13 de la calle San Luis, y organizaron un servicio de asistencia a los necesitados a lo largo del día y de la noche.


Calle san Luis 13

De esta forma, quedó constituida la Compañía de la Cruz con sor Ángela de la Cruz, sor Josefa, Juana María Castro con el nombre religioso de sor Sacramento, y sor Juana, y por disposición del arzobispo Luis de la Lastra y Cuesta adoptaron un hábito para exteriorizar sus votos, diseñado por Santa Ángela, de color marrón, con un escapulario de la misma tela, un cordón como el de los franciscanos, toca blanca y como calzado unas simples alpargatas.


El 1 de octubre de 1875 se trasladaron a una casa alquilada en el número 8 de la calle Hombre de Piedra, que fue bendecida por el párroco de san Lorenzo, el beato Marcelo Spínola y Maestre (ver), y donde sus compañeras comenzaron a llamarla "Madre".

Calle Hombre de Piedra

El 1 de junio de 1876 se trasladaron a una casa situada en la calle Lerena número 3, haciendo esquina con la plaza de San Martín, donada por el marqués de Casa León y su esposa, vinculados al padre Torres.

Calle Lerena

En 1878 falleció el padre Torres Padilla, que había conducido hasta entonces, como primer director, la Compañía, y fue nombrado el padre don José María Álvarez como segundo director.

El 8 de mayo de 1879, el arzobispo Lluch aprueba las Reglas de Constitución de la Compañía, redactadas por el padre Álvarez, en conformidad con los papeles e ideas recibidas por el padre Torres de las inspiraciones y conversaciones con sor Ángela.

El 15 de diciembre de 1881, pasaron una nueva casa situada en el número 12 de la calle Cervantes, conseguida gracias a las donaciones de varios benefactores, entre los cuales estaba el arzobispo. 

Calle Cervantes

El 12 de mayo de 1882 murió el sacerdote Álvarez y Marcelo Spínola nombró director espiritual de las monjas al sacerdote José Rodríguez Soto.

El 3 de diciembre de 1887 la comunidad de Sevilla se trasladó a una nueva sede, en la calle Alcázares, actualmente llamada Santa Ángela de la Cruz, a donde fue trasladada la Virgen de la Salud tras la desacralización de la Iglesia de santa Lucía en 1886, y siendo la capilla del convento bendecida por el arzobispo Ceferino González.

Esta casa fue el antiguo palacio de la familia Alcázar y posterior residencia de los condes de Miraflores de los Ángeles. En esta casa nació el poeta Fernando Villalón como nos recuerda una placa de mármol (ver).

Cruce de una estrecha calle Imagen con Alcázares, actualmente Santa Angela de la Cruz.  Año 1.904.

Capilla de la Casa Madre presidida por el altar con la Virgen de la Salud

Placa en recuerdo de Fernando Villalón

El 10 de diciembre de 1898 León XIII firmó un “Decreto de Alabanza” de la Compañía de la Cruz, el 25 de junio de 1904 el papa San Pio X aprobó este Instituto religioso y la Santa Sede aprobó las reglas el 14 de julio de 1908.

Sor Ángela asumió el gobierno del Instituto Religioso como primera madre general, siendo reelegida cuatro veces (1904, 1908, 1916 y 1922), pero en 1928, cuando ya tenía 82 años de edad, la Santa Sede remitió el asunto de la confirmación de su elección a la discreción del cardenal, para que se eligiera otra religiosa distinta de la fundadora. Salió elegida la hermana Gloria. La Madre quedó oficialmente como superiora general honoraria y consejera espiritual de todas.

A los 85 años de edad, el 7 de julio de 1931, tuvo una trombosis cerebral y falleció el 2 de marzo de 1932. 

Capilla Ardiente

El instituto religioso tenía una autorización de 1912 para realizar entierros en la capilla del convento, pero las Cortes de la II República habían anulado este tipo de privilegios. El alcalde de Sevilla, atendiendo al reconocimiento del pueblo hacia su persona, logró la autorización del ministro de la Gobernación y finalmente fue sepultada en la cripta de la Casa Madre en Sevilla.

Entrada de la Casa Madre 

Dos días después el Ayuntamiento republicano de la ciudad de Sevilla, presidido por el alcalde don José González y Fernández de la Bandera, decidió por unanimidad que constase en acta el sentimiento de la Corporación por la muerte de la religiosa y decidió se rotulase con su nombre la entonces llamada calle Alcázares, donde estaba y continúa el convento. Esta decisión tiene gran importancia, si tenemos en cuenta las ideas anticlericales imperantes en la época.

Calle Santa Ángela de la Cruz

Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 5 de noviembre de 1982. La ceremonia de beatificación tuvo lugar en Sevilla, en una explanada del barrio de Los Remedios, con ocasión del primer viaje de Juan Pablo II a España. Se celebró una misa multitudinaria y en el auditorio se encontraba el altar de plata de la Catedral de Sevilla y un cuadro de sor Ángela pintado ese año por Antonio Dubé de Luque. ​ Se trató de la primera beatificación de la historia celebrada fuera de Roma.

Cuadro de Antonio Dubé de Luque

El milagro para su beatificación tuvo lugar en 1938 en Sevilla, cuando Concepción García Núñez sufrió una grave neumonía con complicaciones en el único pulmón que tenía y sanó, después de haber sido desahuciada por los médicos.

Fue canonizada por Juan Pablo II el 4 de mayo de 2003 en la madrileña Plaza de Colón, con el nombre de Santa Ángela de la Cruz.

El 20 de diciembre de 2002, la Iglesia reconoció oficialmente su santidad por la curación de la ceguera del niño Teodoro Molina Navarro, que sufría una obstrucción de la arteria central de la retina del ojo derecho.  El 14 de febrero de 2002 la Consulta Médica de la Congregación para la Causa de los Santos reconoció que la curación de este niño era científicamente inexplicable.

Su cuerpo incorrupto está situado en la capilla de la casa Madre y está acompañado a la derecha por la que fue su sucesora y Madre de la congregación durante más de cincuenta años, Sor María Purísima de la Cruz, declarada Santa el 18 de octubre del 2015.

Santa Ángela de la Cruz

Santa María Purísima de la Cruz

Actualmente, la Compañía de la Cruz tiene más de cincuenta conventos, 700 hermanas y unas 50 novicias que realizan el noviciado en Sevilla. Los países donde se encuentra son España, Argentina e Italia. En España en las comunidades autónomas de Andalucía, Extremadura, Canarias, Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Galicia.

Sus actividades son:

Visitar en su domicilio a las personas ancianas y enfermas que precisan cuidados, ayudándolas en las tareas cotidianas domésticas y de aseo, prestándoles asistencia tanto en el campo material como en el espiritual.

La metódica de trabajo de la congregación consiste en acudir por parejas a casa de los enfermos que las necesitan. Una atiende al paciente sentado a su lado, la segunda realiza las actividades del hogar.

Atender a las personas sin recursos que acuden a las casas de las Hermanas de la Cruz en busca de ayuda o alimentos. ​

Residencias para ancianos.

Internado para niños huérfanos.

Las Hermanas de la Cruz, de entonces y de ahora, siguen a rajatabla las normas de mortificación establecidas por sor Ángela: comen de “vigilia”, duermen sobre una tarima de madera las noches que no les toca velar, duermen poquísimo, pues quieren estar “instaladas en la cruz”, “enfrente y muy cerca de la cruz de Jesús”, renunciando a los bienes de este mundo y acudiendo sin tardanza donde los pobres las necesiten.

Mauricio Tinoco Ortiz, de la Real Academia de Bellas Artes de santa Isabel de Hungría, realizó una imagen escultórica de Santa Ángela de la Cruz, que fue galardonada con una medalla en la Exposición Nacional de Madrid de 1943. Esta fue situada en 1944 en el interior de la casa de la calle Santa Lucía, que fue restaurada por el arquitecto Antonio Illanes del Rio (ver)

Detalle de la imagen de santa Ángela

En 1965 se situó, en un jardín al sur de la calle Sor Ángela de la Cruz de Sevilla, junto a la Iglesia de San Pedro, una estatua de esta santa, obra de Antonio Gavira Alba. En el pedestal se encuentra la dedicatoria: "A sor Ángela de la Cruz, Madre de los Pobres. Sevilla agradecida. 1965". En 1966 fue bendecida por José María Bueno Monreal. ​

Estatua de Antonia Gavira Alba

En la basílica de la Macarena existe un retablo cerámico encima de la puerta de entrada al museo de la hermandad.

Fachada del Museo de la Hermandad de la Macarena

Retablo cerámico de santa Ángela de la Cruz

En el muro del Evangelio se localiza capilla de san José y en los laterales del retablo destaca las imágenes de santa Ángela y santa Purísima de la Cruz.

Retablo de san José

Santa Ángela y Purísima de la Cruz

En la iglesia de san Juan de la Palma, a la izquierda del compás, en el año 2004, se colocó un azulejo de Santa Ángela de la Cruz, pintado por Alfonso Carlos Orce Villar y ejecutado en un taller particular, con la siguiente inscripción: “La Hermandad de la Amargura a su titular Santa Ángela de la Cruz, canonizada en Madrid el 4 de mayo de 2003 por SS Juan Pablo II”. 



En la iglesia de san Juan de la Palma, al final de la nave de la epístola, un retablo del siglo XVIII, en cuyo centro se venera una imagen de vestir de “Sor Ángela de la Cruz” de tamaño natural. 

El rostro es de Javier Cuadrado y el cuerpo y manos de Francisco Berlanga y el retablo fue restaurado en 1982 por Manuel Calvo Carmona.

La imagen se trasladó en el año 1991 desde el convento de Sor Ángela a San Juan de la Palma y desde entonces recibe culto en dicho templo. 

Las hermanas de santa Ángela de la Cruz son las encargadas de vestir a la Virgen. 

Debajo de la imagen hay un relicario que contiene una reliquia de Santa Ángela, un trazo de hábito, que va en la peana del paso de palio de la Virgen de la Amargura. 

Retablo de Santa Ángela de la Cruz

Imagen de Santa Ángela de la Cruz