ALGUNAS LEYENDAS DE SEVILLA
Leyenda de la Virgen del
Pilar como primera Patrona de Sevilla
Sobre el año 40 de nuestra era se encontraba el apóstol Santiago evangelizando la Bética, que en aquellos tiempos era la provincia romana más rica e importante del Imperio.
Bautizó a un grupo de fieles, eligiendo entre ellos como obispo a un modesto y piadoso escultor, al que llamó Pío.
Tras predicar por el resto de la Bética, el apóstol regresó a Sevilla, pidiendo a Pío que le acompañara a la provincia tarraconense.
Marcharon ambos predicando por el camino y, llegados a orillas del Ebro, a la
altura de Cesar Augusta (la actual Zaragoza), se sentaron y lloraron
amargamente, porque no había manera de convertir a aquellos paganos.
Fue entonces cuando se les apareció a ambos la Virgen María, que aún vivía, situada de pie sobre una columna (o pilar, de ahí el nombre de la advocación), para anunciarles que su misión tendría éxito y que no desmayasen en el intento.
Reconfortado y animado por la visión, Santiago hizo regresar a Pío a Sevilla, con el encargo de que esculpiera una imagen de la Virgen sobre un pilar y la colocase en el lugar de reunión (secreto, pues el culto cristiano estaba prohibido) de los fieles de la ciudad, rindiéndole culto como patrona.
Así
lo hizo el obispo Pío, modelando en barro con sus propias manos la estatua de
la Virgen María sobre el pilar, que colocó en la primera iglesia sevillana, al
parecer situada a espaldas del circo, en las proximidades del actual “Colegio
de los moros”, en la barriada de Pío XII.
Cuando el cristianismo fue autorizado, más de doscientos años después, esta imagen fue trasladada a la basílica de san Vicente, donde permaneció hasta que el año 711, ante la invasión musulmana, se le pierde la pista.
No se sabe si fue destruida
por los invasores u ocultada por algún sacerdote, no habiéndose encontrado
hasta la fecha.
Posteriormente se han producido otros patronazgos:
Nuestra Señora de la Sede, nombrada por el obispo don Remondo patrona de la Sede Episcopal tras la reconquista de Sevilla.
Las santas Justa y Rufina, copatronas de la ciudad junto a la Virgen del Pilar.
La Virgen de la Hiniesta (encontrada en el reinado de Aragón, en el condado de Cataluña, con un papel que indicaba su origen hispalense), patrona de la Corporación Municipal.
Finalmente, la Virgen de los Reyes, traída por el propio san Fernando, es la patrona de la Archidiócesis.