viernes, 2 de febrero de 2024

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Cofrade

Marta Serrano "La Saetera".

En la calle Parra 22, un azulejo dedicado a Marta Serrano “La Saetera”.




Los azulejos recogen las saetas que le cantó Marta Serrano “La Saetera” cuando la Macarena iba de ida en 1964 para ser Coronada. Dicha efeméride se iba a celebrar en la Plaza de España, pero por culpa del tiempo se celebró en la Catedral.





Al seguir lloviendo, la Macarena no pudo volver a su Basílica y permaneció en la Catedral durante una semana.  

Los macarenos” riñeron” cariñosamente a su Virgen en forma de saeta plasmado en este tercer azulejo.



Mañana del Viernes Santo de 1962 a las puertas de la Basílica en la entrada del Sentencia. Marta Serrano “La Saetera” en el balcón inferior, a la izquierda, en el otro extremo Doña María de las Mercedes, madre del entonces Príncipe Juan Carlos. El señor calvo del centro, el entonces embajador USA en España, a su vera y con moño Carmen Sevilla.  


Saeta que, sin mucha rima, pero con enorme sentimiento, cantó Marta Serrano en una de sus últimas despedidas a la Virgen desde los balcones de la basílica.  

A la una de la mañana,
eché a mi señora un clavel
y le canté una nana
y ahora La vuelvo a ver...
Adiós Señora Alcaldesa,
Emperaora de España,
contigo no hay quien compita,...
¡¡Macarena y Soberana!

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Cofrade

Miguel Loreto.

En la calle Parras número 31, un azulejo recuerda a Miguel Loreto, como “eterno capataz del Señor de la Sentencia”.


 AREA DE MACARENA-FERIA

Calle Parras.

Calle Parras

De Relator a Escoberos. Por la derecha desembocan Talavera y Sagunto.

Por lo menos desde comienzos del siglo XV es conocida con el nombre actual, oscilando entre sus formas singular y plural. Dicha denominación debe responder a la existencia de un ejemplar de esta planta en alguna casa de la calle.

En los padrones de Omnium Sanctorum (1435-1483) aparece un Mesón de la Parra.

Es calle larga, según González de León (1839) llegaba hasta la muralla, lo que no confirman los planos anteriores ni coetáneos. En 1873 existía un proyecto de prolongarla hasta la muralla que no llegó a realizarse.

A ella daba la trasera del antiguo convento de San Basilio (ver).

Posee también cierta anchura, sobre todo en comparación con las colindantes; característica que es antigua, ya que el citado autor alude a ella, si bien en su arranque se efectuaron algunos retranqueos denea a finales del pasado siglo y comienzos del actual, conservándose un testigo de la primitiva alineación.

Tiene el Premio Demófilo a las Artesanías, Oficios y Labores de la Semana Santa.


Parras número 2. La carbonería

El actual encargado y propietario es Luis García Astola que pertenece a la cuarta generación de la familia que mantiene este negocio como la “Ultima Carbonería de Sevilla”.

El local era un molino de trigo cuando su bisabuelo lo convirtió en despacho de carbones, que era un negocio floreciente a principios del siglo XX.

Se trasladaba el carbón sobre las angarillas de un burro hasta la plaza de la Campana que era el punto de venta.

Su abuelo realizó la edificación del actual edificio regionalista bajo la dirección del arquitecto Francisco Pérez Bergalí. La planta baja se destinó para almacén y despacho de carbón, mientras que las dos primeras plantas se diseñaron como viviendas, que quedaron dentro de la familia, hasta que uno de los herederos ha vendido uno de los pisos a una nueva familia.

La familia mantuvo varios negocios de carbonería entre san Marcos y san Luis, de las que solo queda esta de la calle Parra.

Actualmente, Luis ha decorado las paredes del local con distintos chismes de uso en el pasado, como serones, herramientas, bombas de aire, bombonas de petróleo, peso romano, palas, así como poster y carteles de películas clásicas y de conciertos. Ha creado la Asociación Científico-Cultural Cisco de Picón, con 120 socios, que organiza cada domingo recitales de poesía, presentaciones de libros, emisión de documentales, charlas de divulgación y otros eventos culturales.





Parra número 8.

En ella vivió Don José Tirado Figueroa Medico General y Dermatólogo muy querido por el barrio.



Parras número 9.

Se corresponde con el antiguo Convento de san Basilio (ver), en ella se fundó en 1595 la hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza y exhibe un retablo de la Virgen. 




Parras número 17.

Exhibe un azulejo de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena con la leyenda: “Adiós, gitana bonita la del color bronceáo gitana pura y bendita por tó los cuatro costaos”.




Parras número 22.

Con un azulejo dedicado a Marta Serrano “La Saetera” que incluye a otro que hace alusión a la salida de la virgen y retraso de la vuelta por causa de la lluvia: “Te fuiste por cuatro días y tardas siete en volver madre mía Macarena no nos lo vuelva a hacer”.

Estos azulejos pertenecen a las saetas de 1964 que le cantó en el camino a la Coronación Macarena. Coronación que se iba a celebrar en la Plaza de España, pero las inclemencias del tiempo no acompañaron y se celebró en la Catedral. Debido a que seguía lloviendo la Macarena pasó una semana en la Catedral, lo que provocó que los macarenos “regañaran” cariñosamente a su Virgen con aquella saeta.



Parras número 28.

Hace esquina con Sagunto y se corresponde con el Hotel San Gil, un cuatro estrellas catalogado entre los cien edificios mejor conservados de la ciudad. Es un edificio que sobresale del conjunto, pues es una casa palacio de 1900 obra de Espiau. Representa un nivel social superior al del resto del caserío, que es mayoritariamente de dos plantas en las que se conservan y de tres en las rehabilitadas. 





Parras número 30.

De la familia Fernández Almancha con un azulejo dedicado a Nuestra Señora de la Esperanza de la Macarena. 



Parras número 31.

Con un azulejo dedicado a la Virgen del Rocío y otro que recuerda a Miguel Loreto, como “eterno capataz del Señor de la Sentencia”. 




Parras número 36.

En el núm. 36 el Ayuntamiento ha colocado un azulejo para recordar el nacimiento en esta calle de la cantaora Juanita Reina.


 AREA DE MACARENA-FERIA

Convento San Basilio.


Este Convento estaba situado en la Calle Relator esquina con Calle Amargura y además de la iglesia, el Convento contaba con un gran claustro y grandes huertas que llegaban hasta la Barqueta.

Fue fundado en 1593 por Nicolao Triarchi Franco, un comerciante griego nacido en la isla de Citera y de origen chipriota, que tras hacer fortuna en Valdivia (Virreinato del Perú) se estableció en Sevilla instalándose en la collación de san Martin.

Era devoto del santo griego san Basilio y decidió fundar un convento de la orden de ese nombre. Para ello, entabló relación con fray Bernardo de la Cruz, que actuó junto con los frailes Juan de la Puente, Melchor de los Reyes y Pablo de Santa María.

Nicolao cedió unas casas propias en la collación de Omnium Sanctorum y una dotación de rentas para edificar y mantener el convento. Falleció en 1598 y legó en su testamento diversas cantidades para la construcción de la feria de la Iglesia, su sepultura y el retablo de la Capilla Mayor.

Su testamentaria, la Casa de la Misericordia, contrató la obra del retablo a Fernando de los Ríos y para las pinturas a Francisco Herrera el Viejo. Estas pinturas actualmente se encuentran repartidas entre el Museo de Bellas artes de Sevilla y el Museo del Louvre, y otras desaparecidas.

Visión de san Basilio. Francisco Herrera el Viejo. 1639. Óleo sobre lienzo. 540 x283 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala V. Procede del Colegio de san Basilio el Magno

En el ángulo inferior derecho está san Basilio arrodillado frente a un altar sobre el cual hay un cáliz y un candelero de plata. El santo, que viste ornamentos pontificales, abre sus manos y en actitud orante eleva su mirada hacia el cielo donde entre nubes y resplandores se encuentra Cristo, quien eleva su mano derecha mostrando su herida y con la izquierda porta la cruz de su sacrificio. Junto a él los doce apóstoles, que destacan en primer plano. Todo este rompimiento de gloria se culmina con querubines y serafines que revolotean alrededor de Jesucristo y de los apóstoles a la vez que tres ángeles mancebos descienden hacia la tierra, dos de ellos ocupan el ángulo inferior izquierdo, estando uno de pie, con una fuente de panes y el otro sentado con un libro. El tercero con el báculo del santo, se halla tras él. Existe gran dinamismo en la composición, más patente en la zona de gloria donde los apóstoles parecen estar inundados de vitalidad, presentando posturas y expresiones distintas, unos de otros.


Se fundó como un colegio y residencia de los frailes de esta orden y en 1750 había 44 frailes.

En 1590 el gremio de hortelanos fundó en el convento la cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza y sus normas fueron presentadas al primer abad del convento, Bernardo de la Cruz, en 1595. En 1653 se trasladó a la iglesia de san Gil y se cree que la imagen de María Santísima de la Esperanza Macarena, titular de la hermandad, puede proceder de este convento.

Calle Parra número 9

En 1621 se instaló en una capilla de la Iglesia de este convento la Hermandad de la Sagrada Cena que se unió a la Hermandad del Santo Cristo de la Humildad y Paciencia.

En 1810, las tropas napoleónicas del general Soult ocuparon el convento, lo saquearon y convirtieron en cuartel.

La hermandad de la Sagrada Cena con la ocupación de las tropas francesas se trasladó a la Iglesia de San Gil, volviendo tras la expulsión de las mismas a la iglesia. ​

En la segunda mitad del siglo XVII​ se instaló en este convento la Hermandad de la Sagrada Lanzada y sufrió las consecuencias de la invasión francesa pues las imágenes de la Virgen del Buen Fin, las tres Marías y Longinos resultaron calcinadas, por lo que en 1818 se trasladó al Convento de san Fráncico de Paula (actual Iglesia del Sagrado Corazón, PP Jesuitas).

Tras la expulsión de los franceses los bernardinos regresaron al convento que fue finalmente desamortizado en 1835.  

El convento estuvo abandonado hasta que en la década de 1860 fue parcelado y usado como casa de vecinos y sede de fábricas. Primero se instaló una fábrica de harinas y luego una de maderas, de la que se conserva el pórtico, en la actual calle Torres, que actualmente es el portal de un bloque de pisos de nueva construcción. 

Calle Torre

La iglesia se mantuvo tras la desamortización de 1835, fue cerrada por la Revolución La Gloriosa de 1868 (ver) y fue expulsada la Hermandad de la Sagrada Cena. En 1871 fue adquirida por la Iglesia española reformada episcopal que derribó el edificio en 1950 para la construcción del actual templo anglicano.

Templo anglicano en Relator 45

RUTAS POR SEVILLA: Ruta Flamenca

Juanita Reina.


Juana Reina Castrillo nació el 25 de agosto de 1925 en Sevilla, en la calle Parras número 19 en el barrio de la Macarena. Su padre Miguel Reina Míjez era pescadero y su madre Dolores Castrillo Pascual era ama de casa, y ella fue la primogénita de nueve hermanos que pasaron su infancia y adolescencia en la calle Torrijano número 27.

Aprendió a bailar, desde niña, en la Academia de Enrique el Cojo (ver), cuyas clases pagó su abuelo.

Comenzó a cantar en bautizos y bodas en el barrio de la Macarena y con trece años debutó en los escenarios del Teatro Cervantes de Sevilla.

Cine Cervantes

Su primer espectáculo se llamó “Los Churumbeles” y lo estrenó en el Teatro san Fernando de Sevilla con gran éxito por lo que realizó una gira por toda Andalucía. 

Teatro san Fernando

Su segundo espectáculo “Tabaco y Seda” de los autores Quintero, León y Quiroga se estrenó en el teatro Reina Victoria de Madrid.

Su espectáculo más conocido fue “La España de Monsieur Duma” estrenado en el teatro Calderón de Madrid en 1945, que la convirtió en el referente incuestionable de la “Copla Andaluza” en los años 1940 y 1950 popularizando los temas clásicos de la copla de los autores Quintero, León y Quiroga.

Formó su propia compañía de espectáculos, para la que trabajó entre otros Antonio Mairena, Paco Taranto y el Beni de Cádiz realizando gira por Iberoamérica, con canciones escritas en exclusividad para ella.

Su larga carrera cargada de éxitos culminaría con el espectáculo “Azabache” celebrado con motivo de la Exposición Universal de Sevilla de 1992, y en el que compartiría cartel con Rocío Jurado, Imperio Argentina, Nati Mistral, Imperio Argentina y María Vidal, dirigido por Gerardo Vera. 


Realizó sus primeras grabaciones con la discográfica La Voz de su Amo.

Se inició en el cine de la mano de Florián Rey con su primera película “Blanca Paloma” en 1942. Su fama se acrecentó con el rodaje de “La Lola se va a los puertos” en 1947, basada en la obra de teatro de 1929 de los hermanos Machado y dirigida por Juan de Orduña, y repitió éxito con “Lola la Piconera” en 1951, basada en la obra de teatro de 1934 de José María Penan “Cuando las Cortes de Cádiz”.

La Lola se va a los Puertos

Participó en televisión en el programa musical “Cantares” presentado por Lauren Postigo en 1978 y en el programa “Las Coplas” de Canal Sur presentado por Carlos Herrera en 1989.

Por su devoción y vinculación con la Virgen de la Esperanza Macarena sería reconocida como Hermana y Camarera de Honor.

Fue premiada con la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 1960 y recibió el Lazo de Dama de la Orden de Isabel la Católica. En 1975 le otorgan la Medalla de Plata al Mérito en el Trabajo. Le fue entregada la Medalla de Andalucía y nombrada Hija Predilecta de Sevilla.

El 15 de junio de 1964 contrajo matrimonio con el bailaor D. Federico Casado Algrenti “Caracolillo”, a quien conocería por las colaboraciones de ambos en sus espectáculos. Fruto de este matrimonio nacería su único hijo Federico Casado Reina.

Boda con "Caracolillo"

“Caracolillo” nació en 1933 en Cádiz, aunque con 6 años de edad su familia se trasladó a Sevilla, al barrio de Triana. Desde pequeño destacó su facilidad para bailar entrando muy pronto en compañías de danza. Estudió danza española de manos de los Pericet y recibió clases de ballet de Héctor Zaraspe, quien después se convertiría en profesor particular de Nureyev. Obtuvo el título de Profesor de Danza en el Real Conservatorio Superior de Madrid. Su éxito superó las fronteras españolas, pues llegó a actuar en Estados Unidos y Europa, con diferentes compañías, y con la que él mismo fundaría. Sus éxitos le llevarían a obtener la condecoración de Caballero de la Orden del Mérito Civil. Finalmente, en 1976 abrió la pionera Academia de Danza “Caracolillo”.

Juanita Reina falleció el 19 de marzo de 1999, de una insuficiencia respiratoria, en la clínica Sagrado Corazón de Sevilla y Caracolillo en 2012, y ambos están sepultados en su mausoleo del Cementerio de San Fernando de Sevilla.



Mausoleo en el cementerio San Fernando de Sevilla

La concesión del terreno para la realización del panteón a Juanita Reina fue otorgada por el Ayuntamiento de Sevilla a la Fundación Amigos de Juanita Reina, la cual sufragó los gastos de ejecución mediante suscripción popular en el año 2000.

La Fundación de Amigos de Juanita Reina encargó un proyecto conjunto de ejecución al arquitecto D. Luis Díaz del Río Martínez, al escultor D. Luis Sanguino y al marmolista D. Antonio Tristán.

Externamente se levanta un monumento funerario compuesto por una superficie con tres escalones que dan acceso a la peana de 60 cm. sobre la que emerge el motivo principal, que es la escultura que representa a Juanita Reina.

Se completa el exterior con cuatro pilares en las esquinas, con sendos jarrones de bronce. Uniendo dichos pilares y cerrando el conjunto aparecen cadenas de eslabones cuadrados. En el pedestal, de forma hexagonal, que sostiene la escultura, aparecen en dos de sus caras laterales los escudos de la ciudad de Sevilla y el de la Hermandad de la Macarena, reservando la cara frontal para albergar las firmas de la artista y la de su marido.

Realizada en bronce se yergue la majestuosa efigie de la tonadillera. Aparece ataviada con un vestido con cola, que se recoge hacia delante a sus pies, decorado con motivos florales, como los que solía usar en sus actuaciones. Sosteniendo en su brazo derecho, que se abre como en un pase torero, un mantón de Manila, que recorre su espalda y cae sobre el codo del brazo que apoya en su cadera, inmortalizando el momento en el que la artista lo retira de sus hombros como culmen a su actuación. La escultura, de gran realismo, plasma los rasgos físicos de Juanita y la forma en que se engalanaba para los espectáculos, con grandes pendientes y el pelo recogido en un moño bajo. La actitud de su cabeza, firme y erguida, dan muestra de su dominio en los escenarios.

Como reconocimiento a su carrera, la ciudad de Sevilla rotuló con su nombre una glorieta del Parque de María Luisa. 

Glorieta Juanita Reina en el parque de María Luisa

Tras su muerte, el maestro Antonio Burgos le dedicó unas palabras que la definen completamente:
"Más que española, andaluza. Más que andaluza, sevillana. Más que sevillana, macarena. Más que macarena, de la calle Parras. En el barrio, seguía siendo la hija de Miguel el Pescadero, que, como tantos padres macarenos, quería que su niña fuera artista. Cerca del Arco contaban que la Virgen tenía pelo de verdad, que era la mata de pelo que, como una saeta, se había cortado Juanita Reina para entregárselo a su Esperanza, a la que tantas veces había cantado la "Salve" que le escribió Manuel López Quiroga con letra de Rafael de León".

El excelentísimo Ayuntamiento de Sevilla colocó una placa en la calle Parra 36.

Calle Parra 36