AREA DE MACARENA-SAN LUIS-SAN JULIAN
Iglesia de san Hermenegildo.
Tras la reconquista cristiana de Sevilla en 1248, por el Santo Rey Fernando
III, la figura del rey católico visigodo de san Hermenegildo (ver) adquirió
gran respeto y veneración entre los caballeros que habían tomado la ciudad, y
crearon la Hermandad del Santo Rey Mártir Hermenegildo.
El lugar donde se encontraba la
puerta-cárcel en el que fue encarcelado por orden de su propio padre, por defender la fe
a la que se había convertido, se convirtió en un sitio de encuentro,
donde se hacía deporte en forma de “justas” a caballo y carreras,
principalmente por el interior de la muralla, lo que hoy sería la calle
Macarena, desde
la Puerta de Córdoba a la del Sol, por lo que este lugar pasó a llamarse
"de la Justa", según el erudito Gestoso (ver) (en “Sevilla
Monumental y Artística”).
La
Hermandad no sólo cuidó del culto en su capilla, sino que además fundó un hospital dedicado al Santo
Rey del que consta su existencia en 1467, que estuvo en la calle Azofaifo, de
la collación de San Julián, y se dedicaba a la curación de enfermos y pobres.
Este hospital desapareció al fusionarse con el Hospital de Amor de Dios,
pues en 1587 tuvo lugar la reducción de
hospitales, extinguiéndose todos menos dos, el del Amor de Dios y el Espíritu
Santo, y este de San Hermenegildo quedó en poder de la hermandad, creando en él dos
casas para alquilarlas.
Según
González de león, Fray Ambrosio de
Morales, cronista oficial de Felipe II, renueva la hermandad y en 1569 restaura
el oratorio de San Hermenegildo de la Puerta de Córdoba y repara la torre dándole el aspecto actual.
Se instalaron algunos sacerdotes y devotos para llevar
una vida de anacoretas, y el II Duque de Alcalá de los Gazules (Hermano Mayor y
protector de la Hermandad, alcalde perpetuo de todas las torres de las murallas
de Sevilla) concedió espacio dentro de dichas torres para ampliar las celdas.
En 1603 la Cofradía de San
Hermenegildo solicitó un espacio para construir
una iglesia dedicada a su santo patrón, y la ciudad se lo concedió junto a la Puerta de Córdoba
"en el sitio donde está la cárcel donde
fue preso y martirisado ... (Sec. 10,9-VI-1603), pero con la condición expresa de no
romper el muro ni abrir pasadizo.
El
promotor de dichos trabajos fue Cristóbal Suárez de Ribera, que sería enterrado
a su muerte en la Capilla Mayor, donde se colocó su cuadro. A mediados del siglo XX este retrato formó parte de una
exposición de pintores sevillanos que se desarrolló en el Alcázar. Con motivo
de dicha exposición se restauró el cuadro descubriéndose la firma de Velázquez
y la fecha de 1620. La Hermandad decidió entonces encargar una copia que colocó
en el Templo y el original, propiedad de la hermandad, se depositó en 1970 en
la Sala IV del Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Retrato de Don Cristóbal
Suarez de Ribera. Velázquez, Diego. 1620. Óleo sobre lienzo. 207 x 148 cm.
Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala IV
La inauguración tuvo lugar en 1616, siendo el primer templo barroco que se construyó en la ciudad.
El erudito del siglo XIX José
Gestoso y Pérez transcribió una placa que se encontraba allí que
decía: “Declaradas por el Gobierno Supremo de
la Nación, propiedad de la Hermandad de S. Hermenegildo su templo y cárceles,
se reedificaron año de 1771 siendo administrador de la casa el presbítero
Manuel de Sousa y Castro”.
Por otra parte, consta que la Hermandad de San Hermenegildo
estuvo primeramente agregada a la Sacramental de San Julián, hasta que en 1598
se trasladó a este sitio, a instancias del referido Cristóbal Suárez.
Durante la invasión francesa, en
la Guerra de la Independencia, el 1 de febrero de 1810, la iglesia fue
saqueada y se despojó de algunas pinturas y enseres de culto.
Desde 1950 hasta 1955 se realizó la
restauración del templo y de la Puerta de Córdoba, utilizando imágenes y
retablos de otras iglesias desaparecidas. Tras su reapertura se reestableció la
Adoración Nocturna y desde el 26 de abril de 1999, la
Adoración Nocturna Femenina Española tiene su sede en San Hermenegildo.
En cuanto a la Hermandad, se reorganizó en 2011
aprobándose nuevas reglas en 2012 y realizando la
primera Salida Procesional de Gloria en 2024, con el antiguo paso de la hermandad de Valvanera (Iglesia de San
Benito).
Se trata de un edificio rectangular con muros de ladrillo, rodeado de
encinas y naranjos.
En el muro destacan dos ventanas que iluminan la nave.
La Puerta de Entrada, es austera de estilo neo barroco construida en la
segunda mitad del siglo XX, está situada en el muro de la Epístola, flanqueada por dos columnas lisas, está rematada por frontón partido, con una hornacina vacía y un ventanal.
Está
coronda por espadaña sin campanas, proyectada por el arquitecto sevillano Jesús
Gómez Millán en la época de la restauración del templo, entre 1950-1955. Tiene
un arco de medio punto, impostas y ménsulas en la clave. Se eleva sobre unas ménsulas
de las que arrancan cuatro pilastras pareadas terminadas en capiteles góticos y
con un entablamento con metopas y ménsulas. El frontón es ondulado y partido.
En los frentes laterales hay cartabones terminados en florones.
En el lateral
izquierdo tiene una lápida con la siguiente inscripción: "Hermenegildi almo sacrum sanguine regis,
suplex qui transis hunc venerare locum: oh tu, cualquiera
que pasa, venera rendido este lugar consagrado con la sangre del rey Hermenegildo ".
En el muro
posterior de la iglesia se encuentra un campanario, con tres campanas al mismo nivel, con un balcón
empotrado en el muro.
La iglesia linda en el fondo con la Torre de Córdoba, almenada, situada donde termina la muralla.
Fue reconstruida en el siglo XIX, al estilo mudéjar, y
de ella destaca sus puertas, con forja de hierro sobre madera y
los arcos de herradura.
A mediados del siglo XVI, el Cabildo Municipal abrió
un nuevo postigo más amplio junto a la antigua Torre Puerta, apreciándose
todavía la guía para los tablones que protegían a la ciudad de las inundaciones
provocadas por las crecidas del Guadalquivir. Al quedar la antigua entrada
inutilizada y sin función defensiva, fue entregada a la hermandad para su
capilla.
Como hemos
comentado, en el Registro Único de la Propiedad de Sevilla, se encontró una
inscripción de 1871, que reconoce a la Hermandad de san Hermenegildo como
propietaria de pleno dominio de la Puerta-Torre de Córdoba, que es la única que
se conserva con la disposición original almohade.
En el exterior se encuentra el jardín
y dependencias de la hermandad utilizados para diversas actividades, y se
continua con un vivero con acceso a la Ronda.
Se trata de un templo de una sola nave cubierta por
bóveda de cañón y arcos fajones y lunetos, el presbiterio por bóveda semiesférica
sobre pechinas con escenas alegóricas, en la clave de dicha cúpula aparece el
escudo con los atributos del Santo.
Los retablos laterales son del siglo XVIII
estilo neoclásico- barroco y de diversas procedencias.
Visitamos el templo desde los pies de la nave de
la epístola siguiendo en contra de las agujas del reloj.
1) Retablo de la Virgen del Rosario, al
fondo de la nave, la rodean las imágenes de San Francisco de Sales, San Felipe
Neri y en el ático San Bernardo.
2) Pasada la puerta, en el primer tramo del muro de la Epístola, se
aprecia una mesita con un retablito con una Dolorosa, el cuadro de Cristóbal Suárez Rivera,
copia del original de Velázquez (1620) que se encuentra en el Museo de Bellas Artes,
y un cuadro de la pasión de Cristo.
Como hemos comentado, Cristóbal Suárez Rivera
fue promotor de la devoción a san Hermenegildo, durante el siglo
XVI, y autor de la reforma de la iglesia donde se encuentra enterrado.
Se cubre el presbiterio por una bóveda semiesférica
sobre pechinas con escenas alegóricas, y en la clave de dicha cúpula aparece el
escudo con los atributos del Santo (la palma del martirio, los grilletes de la
prisión y el hacha de la ejecución).
El retablo mayor, en madera de roble en su
color, tiene tres cuerpos con pinturas del
siglo XVII procedentes del antiguo Hospital del Cardenal.
El cuadro de la Apoteosis de san Hermenegildo de Juan de Uceda, que sustituyó al de Alonso Vázquez hoy en el Museo de Bellas Artes, a sus lados las pinturas de San Laureano y Santa Gertrudis.
En el ático la Anunciación con san Pedro y san Pablo.
En la parte baja se representa a San Juan Bautista y las Santas Justa y Rufina.
El retablo está presidido por la escultura del
santo Titular en madera policromada, con la
palma y los grilletes, elementos de su martirio y prisión, en la mano izquierda,
el Crucifijo en la mano derecha, y un hacha clavada en la cabeza recordando
cómo fue ejecutado, atribuida al escultor Martínez Montañés en la
primera mitad del siglo XVI.
Fue encargada para figura en la hornacina central del altar mayor sustituyendo a la antigua talla de San Hermenegildo sedente, atribuida a Juan Bautista Vázquez el Viejo, tallada alrededor de 1580.
La imagen ha sido restaurada en 2023, en el taller de
Carlos Peñuela, con un 80% de financiación por parte de la Junta de Andalucía.
En el primer
tramo se encuentra la puerta de acceso a la sacristía y sobre ella un cuadro de
la pasión de Cristo.
Seguidamente el
pulpito.
1) Retablo
de San Juan Nepomuceno (ver), acompañado de San Francisco de
Paula y San Francisco Javier, en el ático el cuadro de la Inmaculada.
2) Retablo de San Fernando, el patrón de nuestra ciudad, con las imágenes del Santo Rey, San Antonio,
Santa Catalina y Santa Inés.
A cada lado dos lienzos de San Bernardo, en uno, apareciéndosele la Virgen, y en otro, abrazando a
Jesús en la cruz.
Gestoso
transcribió un pequeño azulejo, el cual indicaba: “Declaradas por el Gobierno
Supremo de la Nación, propiedad de la Hermandad de S. Hermenegildo su templo y
cárceles, se reedificaron año de 1771 siendo administrador de la Casa el Pbro.
D. Manuel de Sousa y Castro”.
En el interior del torreón que se corresponde
con la puerta de Córdoba, en la primera planta, existe un pequeño oratorio de
dos metros de largo por uno de ancho y dos de alto, con un artesonado mudéjar,
del siglo XVI, que conserva sus colores rojos, azules y oro.
Esta capillita, con un altar de piedra y
la imagen del Santo atribuida a Juan Bautista Vázquez el Viejo, se hizo sobre el calabozo del centro de la torre.
Las Reglas y estatutos de la Hermandad,
presentadas el 24 de marzo de 1687 al Rey Carlos IV, para actualizar las
anteriores, recogen: “en cuya estrecha
concavidad igualmente se admira y se conserva la espantosa cárcel y rigurosa
prisión de nuestro Santo Rey”.