jueves, 5 de enero de 2023

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta de las Cruces

Calle Ángeles

La calle Ángeles se ubica en la confluencia de la calle Abades y la calle Cardenal Sanz y Flores con Mateos Gago.

En un ángulo achaflanado, hacia la mitad de la calle, hay un cuadro de las Ánimas del Purgatorio con unos “angelitos” a los que, desde el siglo XVI, se debe el nombre de la calle.

Calle Ángeles

La visión del cuadro es totalmente imposible en la actualidad, por el deterioro sufrido a lo largo de los años por la acción del sol y de la lluvia, a pesar de que ha sido repintado en numerosas ocasiones, la última por Manuel González Santos en 1950.

Sobre el retablo destaca un tejaroz a dos aguas y estaba adornado, actualmente desaparecidos, por unos faroles que contribuían al aura romántica y misteriosa de la calle.

Sobre el retablo se presenta una cruz que ha estado colocada intermitentemente y repuesta definitivamente en los años 90.

Retablo de las "Ánimas del Purgatorio" con su tejaroz y la CRUZ

En esta calle situó Cano y Cueto su obra “El Beso”, que pertenece la serie “Tradiciones de Sevilla” y que narra la historia del amor del rey Pedro I con una judía, enamorada de él y que quiso matarlo ante su amor imposible.


Autor: Andrés Carranza Bencano

RUTAS POR SEVILLA: Ruta de las Cruces

Patio de los Amigos del Arte (Iglesia de Santa Marina)

Por la calle Padre Majón, se accede a la portada del Evangelio de la Iglesia de Santa Marina. 

Por delante, un pequeño patio cerrado con una antigua reja de hierro fundido, denominado “El patio de los amigos del arte”, que debió ser añadido en una época posterior a su primitiva construcción, pero conservando el mismo estilo de la iglesia en materiales y diseño. 

En su interior presenta una gran Cruz de forja, posiblemente de un primitivo cementerio y una escalera que lleva a la bóveda de la capilla Bautismal. 

Su nombre es una muestra de agradecimiento a esta Asociación, formada por el grupo de jóvenes que ayudó a la rehabilitación de la Iglesia. 


Comienzo de la calle Padre Majón 


Reja de acceso al patio anterior a la portada norte 


Cruz de forja



Detalle de la Cruz

Autor: Andrés Carranza Bencano

RUTAS POR SEVILLA: Ruta de las Cruces

Cruz Verde (Iglesia de Santa Marina)

Aunque apenas se percibe desde la calle, por falta de perspectiva, coronando la torre de la Iglesia de santa Marina, hay una cruz de hierro desde 1840, la famosa “Cruz Verde” así denominada porque era totalmente verde y se situaba en el cruce de caminos de la calle que lleva su nombre con Palacios Malaver, marcando el límite entre las parroquias de Ómnium Sanctorum y San Juan de la Palma. 

Fue testigo de las revueltas de la calle Feria de los años en 1521 (“Pendón Verde”) y 1625 por la falta de alimentos de esos momentos históricos.

 


Torre de la Iglesia de Santa Marina


Detalle de la Cruz Verde


Autor: Andrés Carranza Bencano

RUTAS POR SEVILLA: Ruta de las Cruces

Cruz de Linos (Iglesia de Ómnium Sanctorum)

A la izquierda de los pies de la nave central de la iglesia Ómnium Sanctorum cuelga la “Cruz de Linos”, que es una cruz de carneros de 1649, que señalaba la existencia de un cementerio, en forma de carnero o fosas comunes, de los muchos que hubo que abrir en Sevilla por la epidemia de Peste procedente de África, y que asoló la ciudad provocando la muerte de casi la mitad de la población.

Su nombre procede de su situación en la calle Linos, actualmente no existente en el nomenclátor, y que correspondería con el trozo de la calle Feria que va desde el Mercado e Iglesia de Ómnium Sanctorum hasta la calle Resolana.

Se retiró de su emplazamiento original en 1841 y se colocó en la iglesia de Ómnium Sanctorum en 1854. 


Cruz de Linos


Detalle de la Cruz de Linos


Autor: Andrés Carranza Bencano



RUTAS POR SEVILLA: Ruta de las Cruces

Cruz de Caravaca (Iglesia de Ómnium Sanctorum)

A los pies de la nave central de la Iglesia Ómnium Sanctorum destacamos dos cruces, una a cada lado del cajón de la puerta principal.

A la derecha cuelga la “Cruz de Caravaca”. Es una cruz de hierro forjado, sostenido por dos ángeles tenates, que se fecha en el siglo XVI siendo renovada en 1839. 

Parece ser que fue erguida por una hermandad consagrada a exaltar el culto de la Santa Cruz de Caravaca. 

Estuvo situada en la confluencia de la calle Correduría con la Cruz Verde y la calle Feria, que se llamó Plaza de la Cruz de Caravaca en honor a esta cruz de hierro. Fue retirada en 1840 cuando el Ayuntamiento acordó eliminarla de la vía pública.

Su nombre lo recibe de la ciudad de Caravaca de la Cruz, donde se conserva desde el siglo XIII y se cree que fue traída a España por Santiago el Mayor en el siglo XII.

Se relaciona con el milagro ocurrido en la localidad murciana de dicho nombre el 3 de mayo de 1232 cuando un sacerdote, Don Ginés Pérez, al celebrar la misa notó que faltaba la cruz y esta apareció portada por ángeles. 

Se cuenta “Cuando el rey musulmán Zayd Abu Zayd preguntó al sacerdote sobre cuál era su oficio, este le respondió que debía evangelizar y enseñar la palabra cristiana en la misa. El rey, por curiosidad, le pidió una demostración, a lo que el sacerdote le contestó que faltaba un elemento muy importante, la Santa Cruz. Es ese instante, dos ángeles entraron en el recinto cargando la Cruz de Caravaca posándose en la punta del altar. Esto causó tanta impresión a Zayd y sus seguidores que se convirtieron al cristianismo”

Esta Cruz simboliza la unión a través de los brazos de la Cruz, combinando el aspecto espiritual con la esencia del ser humano. 

Debido a su gran poder, esta cruz se convirtió en el elemento clave de los rituales de exorcismo, ya que se piensa que solo su presencia es capaz de expulsar cualquier entidad del infierno.

Cruz de Caravaca



Detalle superior de la Cruz de Caravaca

Detalle del área central de la Cruz de Caravaca