ALGUNAS CURIOSIDADES DE SEVILLA
Hospital de los Inocentes
Da nombre a la calle Inocentes (ver).
La fundación del Hospital Real de San Cosme y San Damián, también conocido como Hospital de los Inocentes o Casa de los Locos, se remonta, según Collantes de Terán, a los días de la conquista de Sevilla por Fernando III, aunque algunos estudios indican que se debe, en 1436, a Marcos Sánchez de Contreras, quien aparece como su administrador en la bula de Inocencio VIII de 1488, que aprueba su fundación.
También se refiere su fundación al año 1488 por los Reyes Católicos.
Fue reedificado en 1696, ampliado en 1789, y trasladado al Hospital de las Cinco Llagas en 1841, quedando como Hospicio.
Actualmente es un
Centro Deportivo Municipal. Según González de León sobre la puerta existía una
lápida con una inscripción:
“REYNANDO EN CASTILLA LOS SS REYES CATOLICOS D. FERNANDO Y D. YSABEL EN EL AÑO 1488 SE FUNDÓ ESTE HOSPITAL REAL DE s. COSME Y S. DAMIAN PARA CURAR A LOS POBRES ENFERMOS FALTOS DE JUIC IO Y LOS DICHOS REYES RECIBIERON EL PATRONATO DEL Y LE HICIERON DIFERENTES MERCEDES. Y DICHO AÑO LA SANTIDAD DE YNOCENCIO III APROBÓ DICHO PATRONATO Y FUNDACIÓN CONCEDIENDO GRANDES HUBILEOS E YNDULGENCIAS, ASI A LOS QUE VISITASEN DICHO HOSPITAL, COMO A LOS QUE EN EL MUEREN Y NUESTRO CATOLOLICO REY DON CARLOS II, MOVIDO DE SU CATOLICA PIEDAD, TAMBIEN LE HA HECHO GRANDES MERCEDES Y EN EL AÑO 1689 NOMBRO POR ADMINISTRADOR AL LICENCIADO D. SEBASTIAN ARIAS CAPELLAN DE SU SANTA Y REAL CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS REYES Y COMISARIO DEL SANTO OFICIO DE LA YNQUISICION. EL CUAL DESEANDO MAYOR ALIBIO A LOS POBRES LO HA REEDIFICADO A EXPENSAS DE DICHO HOSPITAL Y RENOBADO LOS PRIVILEGIOS Y CORTAS RENTAS QUE LE HAVIAN QUEDAO SEA PARA MAYOR GLORIA DE DIOS N.S. Y SU SANTISIMA MADRE. AÑO DE 1696”.
Los motivos de ingresos eran múltiples, como pobres recogidos de la
calle, dementes declarados por la Inquisición, delincuentes de la Cárcel Real, a
solicitud de los propios familiares por la dificultad de convivencia,
prostitutas expulsadas de la “Mancebia” por exceso de celo profesional o soldados del
ejército que enloquecían.
Las estancias generalmente eran temporales, pero también podían ser
indefinidas hasta su defunción.
Su mantenimiento radicaba en limosnas, donaciones y aportaciones reales que, a veces, no cubrían las necesidades y provocaban situaciones de penuria.
A
principios del siglo XIX se refiere una situación lamentable con un estado
calamitoso de las instalaciones, falta de recursos y amenaza de ruina.
En la obra de Carmen López Alonso “Locura y sociedad sevillana: Historia
del hospital de los Inocentes” se refieren caso concretos y sumamente curiosos.
El cochero que enloqueció y apuñaló a los caballos de su carruaje.
Juan Marza de 36 años de edad ingresado en 1685 a petición de sus padres por “No mantener vida maridable” a pesar de estar casado.
José Sánchez Herrera que enloqueció al casarse, con veinticuatro años.
Luna de los Santos ingresada en 1703 tras su parto y entrar en depresión por la entrada de los ingleses en el Puerto de Santa María, creyéndose mora.
José Agustín González que en 1723 se volvió loco por su exceso de desvelo por la Hermandad de San Andrés y Nuestra Señora del Socorro, que él había fundado.
Salomé Urrea asesina extremeña que se
libró del cadalso al ser considerada loca y que después de doce años de ingreso
consiguió fugarse.
Su existencia ha sido inmortalizada por los lienzos de Goya, que se duda
si estuvo ingresado en este centro en algún momento de su vida.