ALGUNAS CURIOSIDADES DE SEVILLA
El muñidor de la Cofradía de la Sagrada Mortaja.
La
figura del muñidor se remonta a varios siglos, y de llevarlo muchas cofradías
como la Macarena (1624) o el Gran Poder (siglo XVIII), actualmente ha quedado solo
en la Cofradía de la Sagrada Mortaja.
Pero, a lo largo de
los siglos XVI, XVII y XVIII este personaje desempeñó un
papel importantísimo en nuestras hermandades siendo de vital importancia
para el discurrir de las cofradías.
Su función era la de abrir y dar paso a una hermandad, anunciando la presencia de la cofradía. Pero, además,
tenía la función de “criado de cofradía”, actuando de pregonero y
avisador de cualquier acto y cultos
como un entierro, un
cabildo o la celebración de la eucaristía, recorriendo el
barrio con una campanilla convocando a los fieles. También cuidaba
y limpiaba la capilla de la hermandad y recaudaba fondos para la hermandad.
Con el paso del
tiempo, y una vez que las funciones encomendadas al muñidor fueron desempeñadas
por otras instituciones, como el servicio de correos, y otras personas, como el
cobrador, el sacristán o el prioste, este
personaje fue desapareciendo lentamente de la estructura organizativa de las
hermandades, quedando relegado a modo de reliquia al desfile procesional
que realizaba la hermandad en Semana Santa.
Actualmente, como hemos comentado, persiste en la hermandad de la Sagrada Mortaja desde 1928, con la función de avisar de la llegada de la cofradía y de anunciar el entierro del Señor.
En las Reglas de la hermandad de la Mortaja se
especifica: “Abrirá marcha el fiscal de cruz, seguido del muñidor vestido de
ropón de damasco negro con el escudo de la Hermandad y portando la doble campanilla que tañerá con
objeto de atraer la atención de los fieles a la meditación del sublime momento
de la Pasión reflejado en nuestro Misterio; a su lado irán dos
servidores vestidos de librea, portando faroles de mano a manera de linternas”.
Las
campanillas son del siglo XX, de autoría anónima y confeccionadas en madera y
metal y crean uno de los sonidos más singulares de la
ciudad.