martes, 19 de septiembre de 2023

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística

Francisco Rioja.


Francisco Rioja nació en Sevilla en 1583 en la calle Castellar (ver), hijo de Antón García Rioja y de Leonor Rodríguez, fue bautizado en la iglesia de Ómnium Sanctorum (ver)

Calle Castellar

Cursó en Sevilla la carrera de Jurisprudencia y la carrera eclesiástica con estudios de Teología y Humanidades, siendo clérigo en 1594 de órdenes menores.

Al ser amigo y protegido del III conde de Olivares y I duque de Sanlúcar la Mayor, Gaspar de Guzmán, más conocido como Conde-Duque de Olivares, se trasladó a Madrid como “sesudo abogado y confidente”, según Gregorio Marañón (1936), “redactor de cámara” para corregir los documentos del Conde-Duque, bibliotecario del rey Felipe IV y “cronista “de su Majestad, llegando a pertenecer al Consejo de la Inquisición Suprema (ver).

Fiel a su protector, cuando este cayó en desgracia el 15 de enero de 1643, lo acompañó a su villa madrileña de Loeches, pero cuando se trasladó a Toro parece ser que Rioja no le siguió, sino que se retiró a Sevilla.   

En Sevilla, mantuvo relación literaria con Lope de Vega, Juan Pérez Montalbán, Cervantes y muchos personajes de la aristocracia, así fue elogiado por Cervantes en su “Viaje del Parnaso” (1614) y por Lope de Vega en la epístola “El jardín de Lope de Vega. Al Licenciado Francisco de Rioja”, incluido en “La Filomena” (1621).

Ocupó un lugar preferente en los círculos cultos de la ciudad de Sevilla, entre los que destacaba el taller del pintor Francisco Pacheco (ver). Así, en el “Discurso de Rioja” defiende la pintura de Cristo Crucificado con cuatro clavos introducida por Pacheco y seguido por su yerno Diego Velázquez y el pintor recogió los escritos de Rioja en el volumen “Tratados de Erudición de varios autores” (1631, Biblioteca Nacional de España).

Escribió obras en prosa y poemas a árboles y plantas, por lo que fue llamado “El poeta de las flores”. También escribió al rio Guadalquivir o a las ruinas de Atlántica e Itálica.

Pero, en 1654 el Cabildo sevillano le designó agente suyo en Madrid por lo que tuvo que volverá residir en Madrid donde falleció el 28 de agosto de 1659. 

 AREA DE MACARENA-FERIA

Calle Castellar.

Calle Castellar

Es una calle de la nobleza, pues en ella Vivian grandes señores de la época y ello justifica los nombres que ha tenido a lo largo de la historia.

Así, a comienzos de del siglo XIV se denominaba calle Melgarejos, porque en ella se encontraba la casa de este linaje, mientras que en otros documentos aparece como Gonzalo Mariño de Ribera, por la misma razón.

En el siglo XV era conocida como calle de los señores Fuentes por la residencia de los Señores de Fuentes de Andalucía.

A partir del siglo XVI empieza a conocerse como Conde de Castellar igualmente por la vivienda de los Saavedra poseedores de este título.

Durante los siglos XVII y XVIII aparece indistintamente como Castellar o Conde de Castellar y en 1845 se fija oficialmente como Conde Castellar.

En 1869 se cambia por Castelar por el apellido del político republicano Emilio Castelar, pero a los pocos meses recuperó el rotulo de Castellar. El mismo año se le añadió el tramo conocido desde el siglo XVI como Pava o Pavas, existente entre Alberto Lista y Feria.

Casas de la calle Castellar

Como hemos comentado, una de las casas nobles fue la de los señores Fuentes, posteriormente Conde de Talhara, que en 1824 se convirtió en fábrica de jabón que se ha mantenido hasta finales del siglo XX. 

También tuvieron casa los Cabeza de Vaca y los Gonzalo Mariño de Ribera.

En 1815 se derribó y convirtió en edificio de oficinas y talleres la casa donde vivió doña Leonor de Guzmán, madre de Enrique II, que este regaló a adelantado Perafán de Ribera, y cuya heredera Catalina Mariño de Rivera vendió al I conde Castellar.

También amparó a instituciones eclesiásticas y docentes, así entre 1310 y 1369 existieron los conventos de monjas agustinas de san Leandro y de Nuestra Señora de la Paz y el Colegio de las Salesianas.

En esta calle nació en 1583 el poeta Francisco de Rioja (ver) y en 1886 el humanista José María Izquierdo (ver), en cuyo recuerdo hay una placa en el número 59.

También, podemos mencionar que en esta calle residió el personaje Martin Armijo y la Cervanta, primera ditera de Sevilla que vivió en el número 46. 

Castellar 46



Castellar 48-50-52

Se entra a un gran corral de artesanos.





Castellar 57 (siglo XVIII).




Castellar 59 (siglo XVIII).

Casa de nacimiento de José María Izquierdo.