RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes
María Santísima de la Amargura. Iglesia de San Juan de la Palma.
Es titular de la Pontificia,
Real e Ilustre Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre
Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes, María Santísima de la Amargura
Coronada y San Juan Evangelista y Santa Ángela de la Cruz.
Esta imagen se sitúa en el Altar Mayor de la
Iglesia de San Juan de la Palma, en una hornacina/camarín del centro del
retablo, acompañada por san Juan. Esta disposición, desde 1960, se realizó cuando
la Hermandad de la Amargura obtuvo la correspondiente autorización eclesiástica, tras ser
coronada canónicamente en 1954 por arzobispo de la diócesis don Pedro Segura y Sáenz.
Es una obra anónima de principios del siglo XVIII, fechable entre 1700 y
1701, pues en los inventarios de la hermandad de 1708, aparece una imagen “con
cabeza, manos y pie de candelero”.
En 1763 fue restaurada por Benito de Hita y Castillo que le hizo un nuevo
cuerpo y candelero para adaptarla a una posición dialogante con su otra imagen
de San Juan Evangelista.
En 1832 Juan Bautista Petroni le recompuso los brazos.
En 1886 fue restaurada por Manuel Rossi.
En 1893, al pasar la cofradía por la plaza de san Francisco, sufrió el incendio del palio y curiosamente la gente reclamó fundamentalmente la salvación de San Juan, que evidentemente forma un bello conjunto con la Virgen de la Amargura, pues Hita del Castillo, que era mayordomo de la Sacramental de San Juan de la Palma, y vivía en una casa que hace esquina con la calle Regina, realizó primero el San Juan y después adaptó la Virgen para que hiciera conjunto con él. En esta ocasión fue restaurada por Antonio Susillo que además le hizo unas manos nuevas.
En 1902 fue de nuevo restaurada por Manuel Gutiérrez-Reyes Cano.
En 1912 por Emilio Pizarro de la Cruz.
Entre 1933 y 1942 por Sebastián Santos Rojas.
En 1936, la iglesia de san Juan de la Palma sufrió
numerosos destrozos por las hordas anticlericales de la Guerra Civil, como el
retablo de san Antonio (circulo de los Rivas), un san Cristóbal (Escuela de
Montañez), una talla de la Virgen del Rosario (obra de Roque Balduque), así
como el Calvario de Pedro de Campaña y la Virgen de la Maravillas de Hita del
Castillo. Se salvaron las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Silencio y
san Juan Evangelista, y la virgen de la Amargura porque fue guardada en un
cajón de madera.
Concretamente, la salvación de la imagen de la
Virgen de la Amargura se debe al Hermano Mayor de aquella época, Rafael Montaño
de la Bastida, que informó a la Hermandad de la posibilidad de altercados en la
zona al ser informado, en el desaparecido bar de Juanito Díaz, por un supuesto
comunista amigo suyo.
La Junta de Gobierno estaba formada por José Ortiz
(Mayordomo), Manolito “El granuja” (Prioste), Carlos González Campos
(Consiliario) y Manuel Ortiz Muñoz y todos decidieron retirar las imágenes
del culto y protegerlas de posibles violaciones.
Se encargó a un carpintero la construcción de un
cajón donde se escondió la imagen de la Amargura, ataviada con mantilla blanca
a la cabeza, dentro del horno de una fábrica de ladrillos de Carlos González
Campos situada en Marqués de Paradas 10, desde el 26 de abril hasta el 30 de
noviembre de 1936.
El 13 de diciembre se reabrió al culto la Iglesia de
San Juan de la Palma y se celebró una eucaristía y el primer besamanos de la
Amargura con la asistencia de Gonzalo Queipo de Llanos.
Como recuerdo y reconocimiento de la labor realizada
por Rafael Montaño de la Bastida existe una lápida, alejada de la vista
general, en la escalera que va de la sacristía al camarín.
Entre 1949 y 1961 fue restaurado el cuello y el
rostro de la imagen por Juan Miguel Sánchez.
El 21 de noviembre de 1954 fue coronada
canónicamente por el cardenal Pedro Segura y Sáenz, siendo pontífice el Papa
Pio XII. Fue la primera virgen de una hermandad penitencial sevillana en
recibir este honor. El cardenal obsequió a la Virgen con una cruz pectoral.
Las Hermanas de la Cruz fueron las madrinas de esta
coronación canónica, debido a la estrecha vinculación de la hermandad con esta
congregación desde su fundación.
Coronación canónica de la Virgen de la Amargura en 1954
En 1975 Francisco Buiza le hizo un candelero nuevo.
En 1991, recibió de manos del alcalde de Sevilla,
Manuel del Valle Arévalo, la medalla de Oro de la ciudad.
En 1996 se le realizó una limpieza completa por los
hermanos Cruz Solís e Isabel Poza.
En 2008 Enrique Gutiérrez Carrasquilla estableció un
nuevo sistema de sujeción de los brazos y una leve fijación en el cuello, y
entre finales de 2019 y comienzos de 2020 realizó una limpieza de la
policromía, la sustitución de las pestañas, el arreglo de alfilerazos y manos y
cubrió la grieta que tenía en el rostro.
La imagen de esta Virgen representa la absoluta
amargura de la Virgen María, que no consigue su consuelo ni con las amables
palabras del Discípulo Amado que la acompaña en el camino al calvario, con lo
que constituye una de las imágenes más desgarradoras de la Semana Santa
Sevillana.
Es una imagen de candelero de 170 cm, realizada en
madera de cedro con policromía limitada al rostro y a las manos.
El candelero fue realizado, como hemos comentado,
por Francisco Buiza en 1975 y tiene forma ovalada con ocho listones que le
arrancan de las caderas.
La cabeza está en postura frontal, ligeramente
girada a la derecha. Las cejas son rectas y levemente arqueadas hacia las
sienes y fruncidas en el entrecejo. Los ojos son pintados sobre cascara de
huevo y de dolor castaño, con la mirada hacia abajo y a la izquierda. Las
pestañas son postizas en el parpado superior y pintadas en el inferior. Tres
lágrimas de cristal, dos en la mejilla derecha y una en la izquierda. La nariz
es recta y la boca entreabierta con los dientes superiores tallados.
Las manos están extendidas y lleva un pañuelo en la
derecha.