jueves, 1 de junio de 2023

 ALGUNAS CURIOSIDADES DE SEVILLA

La fuente de Mercurio en la plaza de san Francisco.

En la plaza contigua al convento Casa Grande de san Francisco, existía una fuente publica, desde tiempos medievales, conocida como “Pilar de san Francisco”, que suministraba agua a un amplio sector de la ciudad. 

En 1526 el Emperador Carlos V celebra en Sevilla su boda con la infanta Isabel de Portugal, por lo que la ciudad se convierte en el centro del gran imperio donde “no se ponía el Sol”. Por ello, se realiza la trascendental reforma urbana que afectó a esta plaza, según las directrices de Diego de Riaño, que incluía la construcción del nuevo Ayuntamiento y el diseño de una fuente que se contempla en los planos de 1528 pero que no se llegó a construir. 

En 1573 el Conde de Barajas (ver) es nombrado Capitán General y Asistente de Sevilla y a pesar de las dificultades económicas, obtuvo los recursos para realizar importantes reformas urbanas, tales como eliminar la Laguna de la Feria o de la Cañaveria (ver), restaurar algunas de las puertas de la ciudad (puerta del Osario, Postigo del Aceite, Puerta de la Carne, Puerta de Carmona, Postigo del Carbón, Puerta de Jerez), reparar las canalizaciones de la Fuente del Arzobispo, reparar las murallas que servían de muro de contención a las frecuentes subidas del Guadalquivir con las consiguientes arriadas,    sustituir el muelle situado junto a la Puerta de san Juan por otro de nueva construcción junto a la Torre del Oro y ordenó crear la fuente de Mercurio en 1576, actualmente colocada en la plaza de San Francisco delante del edificio del Banco de España. 

Esta fuente primitivamente se colocó en la zona central de la plaza, delante del Ayuntamiento, y consistía en un balaustre central con dos tazas superpuestas de jaspe y un pilón de mármol, rematada por la figura de Mercurio (Argifontes) con espada en alto con la mano derecha y caduceo en la otra, en relación con las actividades de su entorno, tales como la Cárcel Real, la Audiencia y el Ayuntamiento. 

La figura de Mercurio era obra de Asencio de Maeda (autor de su primer trazado), Diego de Pesquera (autor de la primera figura de Mercurio), Bartolomé Morel y el Maestro Ocaña (el fundidor del Giraldillo, quienes se encargaron de fundirla y dorarla en bronce respectivamente), ajustándose a los patrones tipológicos de las fuentes monumentales exentas del Renacimiento y fue restaurada en 1655 por Pedro Sánchez Falconete.

En 1712 se sucedieron unos problemas de abastecimiento de agua y fue derribada por unos manifestantes, como describe Justino Matute: “Mucho incomodó a Sevilla la falta de agua de los caños de Carmona, que duró por más de quince días, desde el 22 de junio, a causa de haberse roto trece arcos de su acueducto frente al monasterio de san Benito. Impaciente la gente por creer que la obra duraba más de lo que debía, derribó una noche la fuente, en cuya caída se rompió la taza y lastimó el pilón”.  

En 1717 fue reformada totalmente por el cantero Juan Fernández Iglesias, que la dotó de un pedestal cruciforme de piedra sobre el que se elevaba un balaustre octogonal y un capitel compuesto por cuatro mascarones en forma de cabeza de león, como surtidores que vertía el agua a cuatro veneras y colocó una copia del Mercurio original desaparecida en el motín de 1712. 

Justino Matute lo refiere: “El 7 de noviembre empezó a correr la fuente de la plaza de san Francisco que construyó el maestro cantero Juan de Iglesias, natural de Burgos, toda de piedra, con un giraldillo de bronce en su remate, que se doró a fuego”. “Este giraldillo, era una nueva figura de Mercurio, ya que el anterior desapareció durante los disturbios”. 

En 1833 fue desmontada por orden del Asistente Arjona y el Mercurio se trasladó a una fuentecilla de los Jardines de las Delicias, después a la casa los Levíes, a la de los Pinelos y más tarde a los Jardines de Murillo y al Alcázar.  

En 1850, en su lugar se instaló otra fuente, de autor desconocido, conocida como “La fuente del Pato”, porque el surtidor principal emula a un pato, pero en 1855 es trasladada a la Alameda de Hércules (ver), posteriormente al Prado de san Sebastián, a la plaza de las Mercedarias y finalmente a su ubicación actual en la plaza de san Leandro. 

La Pila del Pato en su ubicación original ABC

Pila del pato en la plaza San Francisco

“Pila del Pato” en su actual ubicación en plaza San Leandro

Detalle de la “Pila del Pato” 

Finalmente, en 1974 se construyó la fuente actual, por el arquitecto Rafael Manzano Martos, situándola delante de la fachada del Banco de España para no perder la amplitud de la plaza. 

Fuente de Mercurio delante de la fachada del Banco de España

La fuente recupera el modelo del siglo XVIII, gracias a un dibujo de 1830 del francés Nicolás Chapuy. 

Se trata de una fuente realizada en caliza que presenta una alberca circular levantada sobre un graderío y un pilar central con un remate escultórico de bronce y los surtidores que vierten agua.

Fuente de Mercurio

Detalle de los surtidores

Detalle del remate de bronce

Se corona por el antiguo “Mercurio”, protector del comercio, que levanta una espada con su mano derecha y lleva un “caduceo” en la izquierda, como mensajero de los dioses, compuesto por dos serpientes enrolladas en torno a una vara y unas pequeñas alas, que solían llevar los heraldos o mensajeros y que constituye un regalo de Apolo. 

Visión frontal de Mercurio

Visón lateral de Mercurio

Detalle del rostro y del brazo derecho elevado

Detalle de la mano izquierda con el "caduceo"

En la mitología romana, mercurio (en latín, Mercurius) era un importante Dios del mar, hijo de Jupiter y de Maia Maiestas. Su nombre está relacionado con la palabra latina “merx” (mercancía). La mayoría de sus características mitológicas se prestaron del Dios griego análogo Hermes, mensajero y dios del comercio.

El añadido “Argifontes” significa matador de Argos. Dice la leyenda que Argos es un monstruo gigante que nunca duerme porque tiene cien ojos y cincuenta siempre están abiertos. Argos tenía prisionera a una bella doncella convertida en novilla.  Zeus (Jupiter), Rey del Olimpo, se enamora de la doncella y encarga a su hijo Mercurio que la libere, para ello, Mercurio se disfraza de pastor y se dirige a la guarida del monstruo tocando la flauta y consigue que el monstruo entre en sopor por la belleza de la música, cerrando todos los ojos, momento que aprovecha para cortarle la cabeza con su espada.