domingo, 21 de agosto de 2022

 ALGUNAS LEYENDAS DE SEVILLA

La "Estrella de Sevilla"

En la calle Bustos Tavera, esquina con Doña María Coronel residía la familia de los “Tavera" en su Casa-Palacio, desgraciadamente derribada en los años 70 del siglo XX, que Romero Murube describe como "una de las casas y escalera más suntuosas de Sevilla". 

Este Palacio, en el siglo XIX perteneció a la familia Moscoso y en 1880 la adquirieron las Hermanas Carmelitas de la Caridad, que la habilitaron, temporalmente, como colegio.

En este palacio sitúa Lope de Vega parte de la acción de la comedia “La Estrella de Sevilla”, sobre los amores de la hermana de don Busto con el rey castellano Sancho IV el Bravo.  

Los Tavera eran una familia nobiliaria de Sevilla de la Edad Media que tenía dos hijos Bustos Tavera y Estrella Tavera. Estrella era tan hermosa que era conocida como la “Estrella de Sevilla”, y estaba prometida para casarse con el joven noble Sancho Ortiz de las Roelas (ver).

El rey Sancho IV de Castilla, hijo de Alfonso X el Sabio, instaló la corte en Sevilla, estableciendo su residencia en el Alcázar,  pues era costumbre tener la Corte en Sevilla, por estar más cerca de la frontera de moros de Granada, y prevenir con su presencia el rey cualquier nueva invasión de los africanos.

El Rey  se enamoró de Estrella y le envió secretamente cartas y le ofreció presentes, regalos, e incluso villas y ciudades, pero Estrella Tavera, como discreta, honesta y enamorada de su amante Sancho Ortiz de las Roelas, rechazó las pretensiones del rey,  por lo que este sobornó a una esclava que había en la casa, la cual le abrió la puerta del jardín, que daba a la actual calle Doña María Coronel y consiguió penetrar en la casa de los Tavera, pero Bustos lo descubrió y, creyendo que era un ladrón, lo hizo huir antes de que consiguiera su propósito, porque aunque el rey se dio a conocer, Bustos Tavera, lo reconoció y le contestó que no podía ser el rey, porque un rey no comete tal fechoría.

A la mañana siguiente, a la puerta del Alcázar fue encontrado el cadáver de la esclava, a la que Bustos Tavera había dado muerte como castigo por su felonía en procurar la deshonra de su ama.

El arrojar el cadáver allí era un nuevo aviso de Bustos Tavera para indicar al rey que conocía cómo se había valido para entrar en una casa honrada.

El propio rey Sancho, en versos de Lope de Vega, en la obra dramática La Estrella de Sevilla, nos cuenta el sucedido así:

“Seducir logré la esclava,

que anoche entrada me dio;

mas Bustos me descubrió

cuando más ufano entraba.

La espada osado sacó

con valor, mas con respeto,

que aunque lo negó, en efeto

pienso que me conoció.

Dije quien soy, y arrogante

me respondió que mentía

pues un rey no emprendería

jamás acción semejante.

Confieso que me corrí

no de que tal me dijera

mas, de que razón tuviera

para sonrojarme así.

Del Alcázar a la puerta

ya supiste que hoy estaba

la desventurada esclava

con tres puñaladas muerta…”

El Rey herido en su orgullo llamó al Alcázar a don Sancho Ortiz de las Roelas, sabiendo que era el prometido de Estrella Tavera, y le preguntó sobre la pena que debía imponerse a quien atenta contra su rey, constituyendo el delito de “Lesa Magestad”. 

Evidentemente, Sancho Ortíz le contestó que según las Leyes del Reino debía ser condenado a pena de muerte. 

Pero el Rey consideraba que no era conveniente ajusticiarlo públicamente, pues al ser “hombre muy principal” podría alterar la paz de Sevilla.

Sancho le comentó que en ese caso debería ser muerto sin que se supiese que había sido condenado por el rey, aparentando que su muerte era causada por otro motivo. 

El Rey le recordó que la primera obligación de todo caballero noble era servir a su rey hasta la muerte y le encargó que diera muerte secretamente a quien había osado atentar contra su real persona, nombre que le entregó escrito en un papel.    

Cuando Sancho abrió el pliego encontró escrita las siguientes palabras: “A quien muerte haber de dar es, Sancho, a Bustos Tavera”. 

Esto le planteó dos grandes dudas y sufrimientos:   

¿Cómo había de dar muerte a Bustos Tavera, su amigo a quien quería como un hermano y que iba a serlo pronto por ser hermano de su amada Estrella?. 

Pero, ¿Cómo resistirse a cumplir con un deber que en aquella época era superior a todos los deberes que podía tener un caballero: obedecer al rey?. 

Si mataba a Bustos Tavera no podría ya casarse con su hermana, pues aunque ella no lo supiera, su conciencia se lo impediría a cada instante. Y si no mataba a Bustos, el rey, por desobediencia le mandaría matar a él.

Una vez cumplida su triste misión, acudió al Alcázar para darle cuenta al rey, pero éste lo hizo prender y recuperó, en casa de los Roelas, el pliego que lo comprometía.

Posteriormente  fue puesto en libertad y el joven Sancho marchó a luchar contra los moros, perdiendo la vida en una de las batallas y Estrella Tavera, la Estrella de Sevilla, entró de religiosa en un convento donde dedicó el resto de su vida a orar por las almas de su hermano y de su amante.

Edificio actual en la esquina de Bustos Tavera con Doña María Coronel. Antigua ubicación del Palacio de los Tavera

 AREA DE REGINA-ENCARNACIÓN-SAN PEDRO

Calle Dueñas 

Según Santiago Montoto, en el siglo XVI se conocía como calle del Duque de Alba. Desde principios del XVII, ya está documentada con el nombre actual, por el convento de monjas de Santa María de las Dueñas, demolido en la segunda mitad del siglo XIX, a raíz de la Revolución de 1868. En el siglo XVIII también se cita como plaza de las Dueñas.

La acera de la derecha estuvo ocupada por el mencionado monasterio y su demolición permitió el ensanche de la zona.

En la acera de los impares está el convento del Espíritu Santo, fundado en 1538, el antiguo Colegio o Asilo de las Niñas de la Doctrina de 1715 y la Casa-Palacio de los Duques de Alba, conocida como Palacio de las Dueñas.

El caserío es de finales del XIX y comienzo del XX. Destaca, por su antigüedad, la casa número 9, de tipo popular que forma ángulo con el palacio y actualmente en obra. 

Calle Dueñas número 9





 AREA DE REGINA-ENCARNACIÓN-SAN PEDRO

Calle Bustos Tavera 

Desde el s. XVII ha tenido distintos topónimos en relación a sus edificios religiosos, como Real del Convento de Nuestra Señora del Socorro, Real de San Marcos, Paz y Monjas de la Paz. Ortiz de Zúñiga en sus Anales afirma, aludiendo a la fundación del convento de la Paz, que "antiguamente esta calle se llamó de los Melgarejos", posiblemente por encontrarse en ella casas y propiedades de ese linaje. Desde 1626 a 1639 estuvo en ella el tribunal de la Inquisición, por ello, en la primera mitad del s. XVII se conocería como Inquisición, Santa Inquisición y más tarde Inquisición Vieja. En la primera mitad del XIX era simplemente Real, como prolongación de San Luis.

En 1845 fue finalmente rotulada con el nombre actual, en recuerdo de la familia de los “Tavera" y su Casa-Palacio, desgraciadamente derribada en los años 70 del siglo XX, que Romero Murube describe como "una de las casas y escalera más suntuosas de Sevilla". En el siglo XIX pertenecía a la familia Moscoso y en 1880 la adquirieron las Hermanas Carmelitas de la Caridad, que la habilitaron, temporalmente, como colegio. 

En este palacio sitúa Lope de Vega parte de la acción de la comedia “La Estrella de Sevilla”, sobre los amores de la hermana de don Busto con el rey castellano Sancho IV el Bravo:  Los Tavera eran una familia nobiliaria de Sevilla de la Edad Media que tenía dos hijos Bustos Tavera y Estrella Tavera. Estrella era tan hermosa que era conocida como la “Estrella de Sevilla”, y estaba prometida para casarse con el joven noble Sancho Ortiz de las Roelas. El rey Sancho IV de Castilla, hijo de Alfonso X el Sabio, instaló la corte en Sevilla, estableciendo su residencia en el Alcázar, y se enamoró de Estrella. Usando sus recursos consiguió penetrar en la casa de los Tavera, pero Bustos lo descubrió y, creyendo que era un ladrón, lo hizo huir antes de que consiguiera su propósito.

Edificio actual en la esquina de Bustos Tavera con Doña María Coronel. Antigua ubicación del Palacio de los Tavera

El Rey herido en su orgullo, encargó a uno de sus nobles de confianza, Sancho Ortiz de la Roelas, que matara a Bustos por delito de “Lesa Magestad”.  Sancho, a pesar de ser el prometido de Estrella, se vio obligado a cumplir la “Orden Real” matando a Busto. Como consecuencia, Estrella en vez de casarse se ingresó en un convento y Sancho marchó a luchar contra los moros, perdiendo la vida en una de las batallas.

El antiguo convento de Nuestra Señora de la Paz fue fundado en el s. XVI por monjas agustinas, de él queda solo el compás y la iglesia, cuya fachada lateral y la torre quedaron a la vista tras el derribo de varias casas en Doña María Coronel. En este ex convento tiene su sede la Hermandad de la Sagrada Mortaja. Un azulejo nos recuerda la siguiente leyenda: Después de la Reconquista, un delincuente huyendo de la justicia se refugió en la iglesia y encontró en un hueco de la torre una pequeña imagen de la Virgen con su hijo muerto en los brazos, a la que pidió que tuviera piedad y lo salvara de la justicia, esta lo salvó, y sobre esta imagen de gran devoción popular, que tomó la advocación de la Piedad se constituyó años más tarde una Hermandad. La imagen se guarda en las dependencias de la iglesia como un valioso tesoro.


El convento de Santa María del Socorro fue fundado en 1522 y posee una iglesia de esa época, muy reformada en siglos posteriores, de una sola nave y artesonado mudéjar. Tuvo en el pasado un bello retablo dedicado a San Juan Bautista, con arquitectura y relieve de Martínez Montañés, luego trasladado a la iglesia de la Anunciación de la calle Laraña. Está regentado por monjas Concepcionistas Franciscanas.


En el s. XVII se ubicaba en ella el hospicio de Niños Toribios y unas dependencias de la Fábrica de Tabacos. En el s. XIX hubo un asilo de ancianos de las Hermanitas de los Pobres. En el local del antiguo cine Apolo tiene hoy su sede la Orquesta Sinfónica de Sevilla. En una de las casas de las proximidades de San Marcos vivió y tuvo consulta el doctor Pedro Vallina, uno de los líderes del anarquismo sevillano de la primera mitad del s. XX.

Un edificio interesante es el número 10, edificio del siglo XVII que fue derribado y habilitado para apartamentos manteniendo la portada primitiva.

Calle Bustos Tavera número 10