miércoles, 3 de julio de 2024

ALGUNAS CURIOSIDADES DE SEVILLA

Retablo del Cristo de la Cárcel.

En la fachada de la calle San Luis 91, "Pensión Macarena", en el flanco occidental de la plaza de Pumarejo (ver), se aprecia un retablo dedicado al santísimo Cristo de la Cárcel de Mairena del Alcor.

Lado oeste de la plaza del Pumarejo con la Pensión Macarena

Retablo del Cristo de la Cárcel

Detalle del azulejo del Cristo de la Cárcel

Detalle del azulejo del Cristo de la Cárcel

Es una imagen cristífera venerada en Mairena del Alcor, donde posee una capilla propia. También es invocado con el título de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia.

El original era una obra renacentista de autor anónimo, fechada entre finales del siglo XV y principios del XVI. 

Según Elías Méndez Carrión es una devota y milagrosa imagen de Cristo crucificado pintada al óleo en un lienzo, que mide un metro, veinte y dos centímetros de alto por otro con cuatro de ancho, colocado en una moldura antigua, con cristal y enchapado por el reverso para su conservación.

Este primitivo lienzo habría sido intervenido, ya que estaba “sentado en otro lienzo, estando el primitivo recortado y en ciertos sitios presenta huellas de restauración, todo lo cual, así como las potencias de plata sobre dorada que tiene puestas, la moldura tallada y dorada y el cristal, aunque no es el primitivo, pues ha sido renovado dos o tres veces. Según la reseña de Elías Méndez Carrión, esta intervención y la ejecución del marco y el cristal correspondería a los últimos años del siglo XVII.

Esta antigua imagen del Santísimo Cristo fue destruida en la noche del 19 al 20 de julio de 1936, en el transcurso de la Guerra Civil. 

La que actualmente se conserva, es una reproducción de la primitiva realizada por el pintor D. Félix Lacárcel en 1937, y las potencias de plata sobredorada fueron donadas por un devoto en 1926.

El Cristo de la Cárcel actual, saliendo de su capilla.(CC BY 3.0)

Según la tradición oral, y la reseña histórica que publicó Elías Méndez de esta imagen en 1894, en los últimos años del siglo XVII,  este cuadro se encontraba arrumbado en la habitación de una casa nobiliaria, propiedad de Juan Tomás de Paz y Alcocer y su mujer Marina Palacios y Salcedo.

Ambos, al parecer, lo habían traído de América, junto a tres esclavas

Una de las esclavas, llamada Josefa María, ocultamente le rendía sus respetos y devoción, y cuando fue acusada de un falso testimonio, del cual ella era inocente, se encomendó al Cristo pintado en esta obra, que “empezó a manifestar su amor y misericordia con ruido misterioso, extraordinaria luz y otras señales, que salían del sitio donde estaba el Señor oculto”, indicando que quería se le diese culto. 

Al demostrarse la inocencia de la esclava, todo el pueblo comenzó a venerar la imagen del Cristo.

Simultáneamente, Marina Palacio y la criada protagonista del milagro comenzaron a visitar la cárcel, que se encontraba muy próxima al domicilio donde vivían, como acto de misericordia con los presos. 

Con el paso del tiempo decidieron que la imagen recibiera culto directamente en el penal, y tal fue el fervor de la población normal y la reclusa que en el último tercio del siglo XVII se le levantó una Capilla propia conectada con la cárcel, pues por una ventana se comunicaba al patio de la cárcel, y frente a dicha ventana estaba la de un calabozo para que los presos pudiesen ver al Señor y oír la Santa Misa, de aquí el nombre de “Cristo de la Cárcel”.

En breve se formó una Hermandad para darle culto y hacerle funciones, celebrándose la primera en septiembre de 1716.

La esclava consiguió la libertad de sus amos como premio de sus virtudes y permaneció a su servicio hasta que murieron, y desde entonces se encargó de cuidar la Capilla del Señor.

 AREA DE MACARENA-SAN LUIS-SAN JULIAN

Casa-Palacio de Pumarejo.

Plaza del Pumarejo. Año 1932

La Casa-Palacio fue construida por Pedro Pumarejo, mercader de Indias, que se instaló en Sevilla en 1753 y fue distinguido como Caballero Veinticuatro del Ayuntamiento de Sevilla, disfrutando de regidor perpetuo del Ayuntamiento con derecho a voto en cortes.

En 1775 adquirió y derribó la manzana, propiedad del Monasterio de san Jerónimo de Bellavista, de más de 70 casas entre la Calle Real (hoy San Luis) y la calle Lázaro Díaz (hoy desaparecida), convirtiendo el solar en plaza que sirviera de pórtico a su nueva casa-palacio, que ocupa todo el flanco oriental de la plaza (ver).

Casa-Palacio de Pumarejo en el flanco oriental de la plaza

El 17 de abril de 1788, su viuda lo vendió al municipio, siendo incorporado al patrimonio municipal, y cedido a la institución de Los Toribios, estableciéndose allí un hospicio y una escuela, dándole a la Casa el nombre de “Real Colegio de los Niños Toribios” (ver)

En 1808-1814 durante la Guerra de la Independencia la Casa fue ocupada por los franceses, que la utilizaron como cárcel de la población sublevada.

En 1837, el Real Colegio de los Niños Toribios” fue incorporado al hospicio que de San Nicolás fue llevado al ex convento de san Jerónimo y finalmente al fusionarse con la beneficencia oficial, la obra de Toribio de Velasco se extinguió en 1823, con el consecuente abandono de las dependencias de la casa que estuvo cerrada durante largo tiempo.

En 1861 una entidad privada llamada Sociedad Benéfica, instaló una Escuela de Adultos y una Biblioteca Popular. Debido a su buen funcionamiento el Ayuntamiento institucionalizó el centro de enseñanza, creando la Escuela Especial de Adultos y Escuela Dominical del Pumarejo destinado a menores, la primera estuvo hasta 1894 y la segunda 1875.

A partir de 1865 el edificio comenzó a funcionar como Casa Partido (viviendas) aumentando los inquilinos con el tiempo.

Posteriormente en 1865 fue adquirida por Manuel Laffont, que respetó su uso escolar en parte de sus dependencias y el resto, gestionada por el ayuntamiento, con uso residencial de casa de vecinos (CasaPartido).

En este periodo, cuando era casa de vecinos, vivieron Isabel Atienza y su hijo, Saturnino Barneto, que, junto a José Díaz, fueron dos destacados sindicalistas, durante la II República.  Durante la Guerra Civil, Isabel fue apresada por los rebeldes, que la vejaron y mataron en la Plaza de Pumarejo, desnudándola y dejándola a la intemperie, amenazando de muerte a quien se atreviera a recogerla o cubrirla.

En 1886 Aniceto Sáez Barrón adquirió la hacienda, construyó viviendas en las huertas, y urbanizó los terrenos, trazando calles que fueron rotuladas con su propio nombre y de sus parientes más cercanos, de aquí los nombres de calle Aniceto Sáenz, de su madre Eustaquia Barrón, de su padre Patricio Sainz y de su hija Antonia Sáenz, mientras que el palacio seguía funcionando como casa partido.

En 1903, tras el fallecimiento de Aniceto Sáez Barrón, la casa fue heredada por su hijo, abogado de profesión, que junto con su madre siguió residiendo en las dependencias nobles del palacio, al tiempo que gestionaban el alquiler de los distintos partidos de la casa.

Posteriormente pasó por diferentes manos, con diferentes usos, como talleres, comercios, almacenes, etc, hasta los años 90, que llegó una situación de abandono, tanto del propio inmueble como de actividades que allí se hacían y el número de vecinos se redujo a una decena de familias.

En 2001 una cadena de hoteles compró a dos hermanos herederos el 50% del edificio para hacer un hotelito de lujo. Pero nace la plataforma por la Casa de Pumarejo, que consiguieron que se declarara Bien de Interés Cultural, paralizando las corrientes especulativas y emprendiendo la recuperación de la Casa Grande del Pumarejo con el objetivo de su rehabilitación, restauración y declaración de Monumento, con distintas y variadas actividades.

Rotulo del Centro Vecinal

Se trata de una característica Casa-Palacio Mudéjar del siglo XVIII, de dos plantas de altura en todo su perímetro.

En su exterior destaca la señorial portada con balcón, con un arco muy rebajado y con decoración de molduras mixtilineas y flanqueada de semicolumnas adosadas. En el centro del dintel se aprecia un rostro humano tallado en la piedra.

Detalle de la portada

Detalle de la cabeza humana en el centro del dintel

Detalle de la cancela de entrada que da acceso al patio principal

En la esquina de la calle Fray Diego de Cádiz existe un balcón en ángulo, y sobre él, en piedra, el escudo nobiliario de la familia Pumarejo.

Detalle de la esquina con la calle Fray Diego de Cádiz

Detalle actual de la esquina con la calle Fray Diego de Cádiz

Detalle del escudo nobiliario de la familia Pumarejo

La casa esta ordenada en torno a dos patios porticados: el patio noble de la casa, y el de servicio.

En el patio principal hay que destacar el zócalo de azulejos y las columnas de madera de caoba de Cuba, que sustentan la galería superior, con lo que sorprende su resistencia.  

Detalle del patio Principal (CC BY 3.0)

Detalle del patio Principal (CC BY 3.0)

Detalle de las columnas de madera de caoba de Cuba (CC BY 3.0)

El segundo patio, de configuración más sencilla en huecos y decoración, ha sufrido ocupación que le ha llevado a cambiar su estructura original.  

 AREA DE MACARENA-SAN LUIS-SAN JULIAN

Plaza de Pumarejo.

Entre san Luis, Fray Diego de Cádiz, Aniceto Sáenz, Torreblanca y Relator.

Plaza de Pumarejo. Año 1932


La calle San Luis recorre todo el lado oeste de la plaza. Se conoce como “Plaza de Pumarejo”, e incluso popularmente como del “Espumarejo”.

La plaza se creó en el siglo XVIII, cuando don Pedro Pumarejo, Caballero Veinticuatro del Ayuntamiento de Sevilla, adquirió y derribó la manzana de más de 70 casas entre la Calle Real (hoy San Luis) y la calle Lázaro Díaz (hoy desaparecida), convirtiendo el solar en plaza que sirviera de pórtico a su nueva casa-palacio, que ocupa todo el flanco oriental de la plaza (ver).

Flanco oriental de la plaza con el Palacio

Según Santiago Montoto, en la escritura de adquisición aparece una calle denominada Lázaro Oraz, que debió desaparecer con la formación de la plaza.

Con anterioridad, por ser la intersección de cuatro vías, las calles San Luis, Relator, Torreblanca y Fray Diego de Cádiz era conocida popularmente como Cuatro Cantillos o las Cuatro Esquinas.

La única transformación urbanística de importancia experimentada con posterioridad ha sido la apertura de Aniceto Sáenz en el extremo nororiental.

Desde el momento de su apertura contó con una fuente de mármol, abastecida por los Caños de Carmona y dotada con dos pajas de agua, aunque no era infrecuente que se encontrara seca y tuviera que ser reparada; esta fuente fue desmontada y hoy sólo se conserva un trozo en el monumento a doña Catalina de Ribera.

Monumento a Catalina de Ribera

Detalle de la fuente

Como hemos comentado, en el lado del este destaca el edificio que da nombre a la Plaza: la casa-palacio de Pumarejo, o simplemente “La Casa” como es conocida en el barrio.

En el flanco sur se levanta un edificio de viviendas de cuatro plantas, fechado en torno a los años treinta. 

Edificio del flanco sur

En el lado norte estuvieron las Atahonas Municipales, construidas en 1785 con la intención de que abastecieran a la ciudad y al ejército en los periodos de escasez. En el siglo XIX dejaron de funcionar, y sus instalaciones se dedicaron a diversos usos, se instaló el Teatro Rioja, de corta existencia, fue casa de vecinos, y entrada trasera al cine Esperanza, cuya entrada principal era por la calle san Luis, fue tienda de muebles, Ambulatorio de la Seguridad Social y actualmente Centro pata Mayores. Del edificio se conserva la antigua portada de las Atahonas.  

Portada de las Atahonas

En el lado oeste, calle san Luis, destaca la “Pensión Macarena” con un azulejo del Santísimo Cristo de la Cárcel de Mairena del Alcor (ver).

Lado oeste con la Pensión Macarena

Retablo del Cristo de la Cárcel

Detalle del azulejo del Cristo de la Cárcel

Detalle del patio de la pensión Macarena

Destacamos la llamada "Casa de la Paz" que pertenece a organizaciones pacíficas y antimilitaristas como MOC (Movimiento de Objeción de Conciencia), "Mujeres de negro" y "Red Paz".

Azulejo de “La casa de la Paz”