RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística Escultor, Imaginero
Luisa Roldan, La Roldana.
Retrato de Luisa Roldan
Luisa Ignacia Roldán
Villavicencio, conocida popularmente como La Roldana, fue la quinta
de los doce hijos del matrimonio formado por el escultor Pedro Roldan y
Teresa de Jesús Mena Ortega y Villavicencio. Fue bautizada en la Iglesia de
Santa Marina (ver) el 8 de septiembre de 1652, según
consta en su Partida de Bautismo encontrada en 1984 en la parroquia de San
Julián, que dice:” En la ciudad de Sevilla, domingo ocho del mes de septiembre
del año 1652, yo el licenciado Pedro Ambrosio de Poblete, cura de esta iglesia
de la Señora Santa Marina de Sevilla, bauticé a Luisa, hija de Pedro Roldán y
de Dª Teresa de Jesús su legítima mujer; fue el padrino Juan Peral Crespo,
vecino de la Magdalena; amonestele el parentesco espiritual; firmado ut supra
Pedro Ambrosio de Poblete. Cura”
Luisa, se forma
en el taller de su padre, Pedro Roldán, compartiendo espacio e intereses con
los aprendices y colaboradores de este, y con sus hermanos y sus
hermanas María, escultora, y Francisca, doradora y estofadora, en el taller en la
Collación de Santa Marina.
Luisa
destacó rápidamente sobre sus otras hermanas y es posible que ayudara
directamente en las esculturas de su padre
Como anécdota, según cuentan Cascales y Céan
Bermúdez, Luisa se encargó de arreglar
una imagen hecha por su padre por encargo del cabildo de la Catedral de Sevilla,
que había sido rechazada, y gracias a su intervención, fue
admitida.
En el taller familiar
Luisa se había prometido en matrimonio con Luis Antonio Navarro de los Arcos,
aprendiz del escultor Andrés Cansino.
Su padre se opuso a esta relación y no hay acuerdo entre los
historiadores sobre la causa de esta oposición paterna. Para unos, por tratarse
de un escultor carente de las dotes y aptitudes necesarias para tener el
prestigio que le llevasen a fundar su propio taller. Para otros, por tratarse
de un hombre introvertido, sin carácter, frente a la fuerte personalidad de su
hija.
Por
ello, Luisa tuvo que llevar el asunto a los tribunales ya que su padre se negó
a darle el consentimiento necesario.
Siguiendo lo escrito por D. Santiago
Montoto, “el 17 de diciembre de 1671 ante el juez de la iglesia, D. Matías
Gregorio de los Reyes Balenzuela, el procurador de los tribunales D. Vicente L.
Ballesteros, en nombre del novio, manifestó el deseo de aquel de casarse con
Luisa con la que “había tratado de requiebros de dos años a esta parte, dándose
palabra de casamiento el uno al otro”; también solicitaba al mismo juez que
ordenara a Luisa Roldán comparecer ante su presencia para preguntarle si le
había dado a Luis Antonio palabra de matrimonio. Para ratificar lo anterior, el
novio presentó como testigo a Bartolomé Franco y Lorenzo de Ávila, ambos
doradores de retablos, que testificaron conocer a los dos y que presenciaron
cómo el 15 de diciembre de ese mismo año (1671), Luis Antonio, le dio palabra
de matrimonio a Luisa, pese a la oposición del padre de ella”.
“Ese mismo día, diecisiete de diciembre
fue el alguacil Juan Nieto a buscar a Luisa Roldán para llevarla ante el juez,
después de su declaración, en la que entre otras cosas dijo que nunca había
estado casada, que era “moza doncella”, que no era pariente de Luis Antonio,
que no tenía voto de castidad y que, a pesar de haber dado palabra de
casamiento a Luis Antonio, no lo podía cumplir por la negativa de su padre a
este matrimonio.
“Una vez
firmada esta declaración, el juez eclesiástico ordenó que Luisa Roldán fuera
depositada en casa del dorador Lorenzo de Ávila (uno de los testigos), para “tenerla
en su poder con la guarda y custodia necesaria y que no la entregara a persona
alguna sin licencia y mandamiento judicial”.
El auto se
encuentra firmado en Sevilla el 17 de diciembre de 1671 por D. Juan Nieto,
Lorenzo de Ávila, Bartolomé Franco y D. Diego R. de Cepeda, notario. Una
declaración muy similar fue la que hizo al día siguiente Luis Antonio de los
Arcos. Este suceso, es conocido como “el rapto de La Roldana por el aprendiz
Luis Antonio de los Arcos”, y fue publicado en 1920 por Santiago Montoto de
Sedas.
Con fecha 13 de diciembre del dicho año
de 1671, el sacerdote de la iglesia de San Marcos (ver), D. Juan Fernández Murillo, realizó la
unión sacramental, saliendo de la casa de Lorenzo de Ávila cumpliendo así el
mandamiento judicial. Testigo de los esponsales fueron Bartolomé Franco y Tomás
Díaz. El matrimonio se inscribió en el libro tercero, tomo 137 de los de
matrimonio de la Parroquia de San Marcos de Sevilla.
Se supone que
después dela boda, a la edad de 19 años, abandonaría su trabajo en el taller de
y según los patrones de la parroquia de San Vicente se instalaron como vecinos
en la calle de las Armas en una casa de la familia Navarro de los Arcos hasta
1680 en que se trasladaron a la parroquia del Sagrario en la calle Génova y aún
más adelante en el año 1683 hicieron una nueva mudanza a la Collación de San
Martín.
Pero
también se plantea que siguió trabajando con su padre en algunas obras como el
paso del “Cristo de la
Exaltación”. Según Bernales Ballesteros, “en el
paso de La Exaltación, los
relieves del carro los realizó Pedro Roldán, los cuatro ángeles Luisa Roldán y
probablemente los dos ladrones (aunque existe documentación que da como autor a
Luis Antonio de los Arcos, puede pensarse que solo firmara en los libros y se
encargara de la policromía y dorado)”.
Uno de los ángeles del paso de la Exaltación
Detalle
del rostro
Detalle
de las manos
En esa época
era muy común el encargo de “Dolorosas” para procesionar en la Semana Santa,
por lo que parece normal que Luisa Roldán realizara alguna, aunque no hay
ningún documento que lo acredite, sin embargo, una de la más cercanas a su
estilo es la “Virgen de Regla”,
que pertenece a la Hermandad conocida popularmente como de “Los Panaderos”.
Virgen
de Regla
Otra obra atribuida por algunos autores a La Roldana,
es la imagen de la Virgen dela Macarena, entre ellos el profesor Hernández
Díaz.
Virgen
Macarena
La Virgen de la Estrella, tradicionalmente atribuida a Juan Martínez Montañez, tras una
restauración efectuada en 2010, el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico
(IAPH), atribuyó la imagen a la producción del taller artístico del matrimonio
constituido por Luisa Ignacia Roldán y Luis Antonio de los Arcos.
Virgen
de la Estrella
Otra imagen mariana atribuida a esta escultora, por Jerónimo Gil Álvarez, es
la Virgen de la Sede de
la iglesia del Hospital de los Venerables Sacerdotes.
La Virgen
con el Niño de la Academia de Medicina de Sevilla, está considerada
como de la escuela de Pedro Roldán, pero muy relacionada con su hija Luisa.
La Virgen
del Carmen, existente en el convento carmelita de Santa Ana.
Virgen
del Carmen
En el convento de Santa María de Jesús la imagen principal
de la Virgen titular.
Una imagen conocida como la Virgen Peregrina se
conserva en el museo de las Madres Benedictinas del monasterio de la Santa Cruz
de Sahagún y está atribuida a esta escultora. La imagen llegó al
monasterio en 1967 procedente del santuario de la Peregrina de la misma
ciudad y consta que fue comprada en Sevilla en 1687. Aunque en esa fecha Luisa
Roldán se había trasladado a Cádiz, es posible que esta imagen se quedara en el
taller de la familia Roldán, donde pudo ser adquirida.
Virgen
Peregrina
Está
documentado que en 1687 el matrimonio trasladó su residencia a Cádiz. Las
causas de este cambio de domicilio se desconocen, pudiendo estar motivado por la
búsqueda de nuevos mercados e incentivado por los encargos que habían recibido
de instituciones gaditanas desde comienzos de la década. En otros documentos de
1686, se dice que el matrimonio fue llamado a Cádiz por el cabildo catedralicio para
realizar figuras de Patriarcas y ángeles para su Monumento.
De esta época
son el Ecce Homo y
los patrones de la Catedral, San
Servando y San
Germán, actualmente venerados en una capilla de la catedral Nueva de
Cádiz. En uno de estos santos (san Servando) se encontró un documento que
ponía: “Diseñado por Pedro Roldán, hecho por Luisa Roldán y dorado y estofado
por Luis Antonio de los Arcos”.
Ecce Homo
San Germán y San Servando
También de su
taller son el “Señor de la
Humillación” perteneciente a la Cofradía de la Piedad y que se
encuentra en la iglesia de Santiago Apóstol, sede de la Hermandad; las imágenes
de “San Juan Bautista” y
de “San José” están
colocadas en un altar barroco de la parroquia de San Antonio. En la iglesia del
monasterio de Nuestra Señora de la Piedad se encuentra un grupo escultórico
representando una “Sagrada
Familia”.
La imagen
de “Nuestra Señora de la Soledad”
de Puerto Real, en un documento con fecha de 3 de julio de 1688, en el
que consta la donación de dicha escultura, por parte del matrimonio de los
Arcos-Roldán al convento de los Padres Mínimos, a cambio de que se hiciera una
celebración de misa cantada con responso, todos los “viernes de
conmemoración, antecedentes al Domingo de Ramos, por las almas del
matrimonio y personas herederas suyas y sucesores». Esta imagen en madera
policromada, pertenece a la Venerable
Hermandad Sacramental y Real Cofradía de Penitencia de Ntra. Sra. de la
Soledad, Santo Entierro de Ntro. Sr. Jesucristo y San Francisco de Paula.
El “Niño Jesús quitapesares” de la
iglesia de San Pedro de Arcos de la Frontera forma parte del conjunto
escultórico de la “Divina Pastora”.
También se le
atribuyen obras en Jerez dela Frontera y Sanlúcar de Barrameda.
Hacia finales
de 1688 o principios de 1689 el matrimonio, junto con sus dos hijos, se
traslada a Madrid, en busca del reconocimiento oficial y una mejor situación
económica, quizás reclamado por Cristóbal de Ontañón, mecenas artístico y
ayuda de cámara del rey Carlos II.
Virgen con el Niño y san Juan
Bautista. Roldán, Luisa. Entre 1689 y 1706. Barro cocido y policromado. 41,5 x
33 x 25,5 cm. Museo Nacional de Escultura
Niño Jesús con san Juanito.
Roldán, Luisa. Ermita de los Santos, Móstoles (Madrid)
Primeros pasos de
Jesús. Roldán, Luisa. Museo de Guadalajara
En 1692 fue nombrada Escultora de Cámara del
último representante de los Austrias, Carlos II y en 1701 fue renovada en dicho
puesto por el primero de los Borbones, Felipe V. Fue la única mujer en ostentar
el título de escultora de cámara, lo que para ella suponía una mayor cercanía a
los monarcas y acceso a los aposentos palaciegos, algo a lo que sólo podían
optar unos cuantos privilegiados.
Sin embargo,
este hecho no solventó sus problemas económicos. M. V. García Olloqui (2000)
aporta numerosas cartas que la escultora dirigió a la reina, en las que
solicita para su familia “una de las habitaciones del Tesoro”, ya que no tenían
dónde vivir, o demanda “alguna ración de especies” y “vestuario o una ayuda”. Esta
situación de penuria económica se hizo persistente y, aunque en 1695 le fue
aprobado un salario anual de 100 ducados, en 1698 la artista continuaba sin
percibirlo
En 1699 muere
su padre y ella y su hermana son los herederos, pero ni esto ni el cambio de
dinastía en 1700 con Felipe V lograron que la situación económica de María
Luisa prosperase a pesar de que el monarca volviera a nombrarla escultora de
cámara.
En la iglesia parroquial de San Andrés (Madrid) se encontró la partida de
defunción con fecha 10 de enero de 1706, donde hay escrito que unos días
antes había hecho una “declaración de pobreza”.
El mismo día
de su fallecimiento, la Accademia di San Luca de Roma había nombrado a Luisa
Roldán “Accademica di Merito”, un reconocimiento reservado por el sistema
artístico a un exiguo elenco de pintoras y escultoras que merecieron, sin duda,
mejores oportunidades.
De esta etapa madrileña destaca “El Arcángel San Miguel venciendo al
demonio”,
obra encargada por el rey con destino a la decoración del monasterio del
Escorial. La escultura, que es de madera policromada y algo mayor que el
natural, muestra al Arcángel venciendo al demonio al que tiene bajo sus pies,
todo ello con gran movimiento y dramatismo. Según se cuenta, Luisa se
autorretrató en la cara de San Miguel y puso el rostro de su marido al demonio,
representando el Bien y el Mal respectivamente, o como muestra de la
imposibilidad de las mujeres para poder usar de forma natural modelos desnudos,
una prohibición que se alargó hasta finales del siglo XIX.
El Arcángel San
Miguel venciendo al demonio
En la catedral de Santiago de Compostela se encuentra un relieve de la “Virgen de la leche”, posiblemente regalo del rey a su prometida Mariana cuando llegó a España y desembarcó en Galicia pasando unos días en Santiago, donde quizá la futura reina dejó en ofrenda el relieve a la catedral.
Con este
mismo tema mariano y de esta época madrileña, existe un boceto en Sevilla.