ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA
Constantino Ponce de la Fuente.
No se
sabe con seguridad su fecha de nacimiento ni su ascendencia familiar.
Parece que nació en San Clemente
(Cuenca, España), hacia 1502, en el seno de una familia judía conversa
Estudió en la Universidad Complutense
Alcalá de Henares (Madrid), que constituía por aquellas fechas un foco de
renovación en la vida cultural y espiritual del país. Aprendió Griego, Latín y
Hebreo.
En junio de 1533 se trasladó a Sevilla
sin haber obtenido ningún grado universitario. Se desconocen las razones de su marcha
de Alcalá y se especula que pudiera tener relación con medidas antierasmistas o
por el establecimiento del estatuto de limpieza de sangre. Parece que vivió en la calle Espíritu Santo (ver).
En Sevilla
entra en contacto con el Cabildo cardenalicio al que pertenecían Juan Egidio y
Francisco de Vargas, compañeros de su etapa complutense. Completa su
licenciatura en el Colegio de Santa María de Jesus, obtiene los grados
pertinentes y es nombrado Predicador de la Catedral en 1533.
Mientras desempeñaba el cargo
de predicador de la Catedral, fue ordenado presbítero en 1535 y se licenció en Teología.
Por entonces Sevilla se había
convertido en el foco principal del protestantismo en España, pues algunos
de los principales teólogos de la ciudad simpatizaban o se identificaban con el
protestantismo, como sus compañeros Juan Gil Egidio y
Francisco de Vargas y, además de hallarse
allí el monasterio jerónimo de San Isidoro del Campo que contaba
entre sus miembros con Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera. El primero
primer traductor de la Biblia completa al castellano a partir del hebreo y del
griego, y el segundo revisor de la misma.
En
1548, aceptó el nombramiento de predicador real que le
ofreció Carlos V, sale de Sevilla para ir con la
corte en recorrido por las posesiones imperiales de Italia, Alemania y Flandes,
donde tuvo ocasión de estudiar más a fondo las doctrinas de los reformadores y
ponerse en contacto directo con ellos.
De regreso a Sevilla en 1555 se encontró con una
situación política y eclesiástica radicalmente cambiada desde que Fernando de
Valdés había sido promovido a arzobispo de Sevilla y nombrado inquisidor
general.
Su amigo el Dr. Egidio, o Juan Gil, había
sido condenado por la Inquisición y se había retractado públicamente de sus
opiniones heréticas en un auto de fe.
A partir de 1557 ocupó la Canonjía Magistral, vacante
tras la muerte del doctor Egidio, pero el 16 de agosto de 1558 fue detenido en
el castillo de Triana bajo la acusación de herejía y sus bienes y biblioteca
fueron confiscados y todos sus libros fueron incluidos en el “Índice” promulgado
en 1559.
Se ha señalado como fecha posible de su muerte el 9 de
febrero de 1560, y probablemente su muerte se produjo por una enfermedad
agravada por las penalidades sufridas en la cárcel. En cualquier caso, se
produjo antes de quedar concluido el proceso.
En un auto de fe, de 22 de diciembre de 1560, fue quemado el cadáver, así como una estatua que lo representaba en el gesto de predicar. “El Doctor Constantino Ponce de la Fuente, condenado y sentenciado al olvido por el Tribunal de la Inquisición, se iba a convertir en seguida en personaje muy discutido, citado por los protestantes con admiración y entusiasmo por su obra de reformador, y vituperado por los católicos a causa de su herejía”.