domingo, 24 de noviembre de 2024

RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas 

San Nicolás de Bari.

San Nicolás de Bari. Anónimo. Hacia 1700. Óleo sobre lienzo. Museo Pozo Santo 

Realmente, se sabe muy poco sobre la vida histórica de San Nicolás, pues vivió durante una época turbulenta de la historia romana.

Nació Patara, en la región de Licia (actualmente en Turquía), un puerto en el mar mediterráneo, en Asia Menor en el imperio romano, en el siglo III después de Cristo, en el seno de una familia cristiana acaudalada.

Según algunos relatos, sus padres se llamaban Epifanio y Johanna ​ pero, según otros, se llamaban Teófanes y Nonna

En algunos relatos, el tío de Nicolás era el obispo de la ciudad de Mira, también en la región de Licia y reconociendo la vocación de su sobrino, lo ordenó sacerdote.

Después de la muerte de sus padres Nicolás heredó una gran fortuna que repartió entre los necesitados, según la hagiografía escrita por San Metodio, arzobispo de Constantinopla, se fue a vivir en un monasterio y después de un tiempo decidió visitar Tierra Santa.

Al regresar a Myra, el obispo que había sucedido al tío de Nicolás, había muerto recientemente y varios sacerdotes y obispos se encontraban discutiendo sobre quién sería el futuro obispo. Al no ponerse de acuerdo se decidió que fuera el próximo sacerdote que entrase en el templo y casualmente fue Nicolás que entró a rezar.

Durante su época como obispo, y en su afán por erradicar los cultos paganos, ordenó demoler el templo de Artemisa en Mira; el templo más grande y famoso de Licia, así como otros varios edificios paganos.

Bajo el reinado del emperador Diocleciano (284-305) fue encarcelado y torturado y posteriormente liberado bajo las órdenes del emperador Constantino el Grande (306-337).

Se cree que participó en el Concilio de Nicea y que, en una sesión de dicho Concilio, golpeó a Arrio, quien se negaba a admitir el dogma de la divinidad de Cristo. La escena de Nicolás abofeteando a Arrio se celebra en los iconos ortodoxos orientales.

Murió el 6 de diciembre del año 345 en Myra, pero sus restos descansan en la ciudad portuaria italiana de Bari donde fueron trasladados durante la invasión musulmana.

Tanto los cristianos ortodoxos orientales como los turcos han considerado durante mucho tiempo que el traslado de las reliquias de Myra fue un robo flagrante pero los habitantes de Bari han sostenido en cambio que se trataba de una misión de rescate para salvar los huesos de los invasores turcos.

Por ello, en Oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde estuvo de obispo, pero en Occidente se le llama Nicolás de Bari.

Se dice que, las reliquias de San Nicolás exudaban cada año un líquido acuoso claro que olía a agua de rosas, llamado maná, o mirra, que los fieles creían que poseía poderes milagrosos.​

Tras su muerte se convirtió en el primer santo no mártir en gozar de una especial devoción en Oriente y Occidente. Multitud de relatos milagrosos aparecieron sobre él, desfigurando, a veces, su eminente carácter práctico y sencillo.

Una de las historias más antiguas sobre San Nicolás, se atestigua por primera vez en la “Vida de San Nicolás” de Miguel el Archimandrita y tiene que ver con un hombre devoto que una vez había sido rico, pero que había perdido todo su dinero, por lo que no tenía capacidad para proporcionar la dote a sus tres hijas en edad de casarse. Para salvarlas de un destino de prostitución, Nicolás una noche, provisto de dinero envuelto en un paño, lo lanzó a través de la ventana de la casa del vecino y gracias a esa donación, el vecino consiguió casar a la primogénita. Nicolás repitió su gesto generoso otras dos veces, pero la tercera noche, el padre de las jóvenes salió a tiempo de reconocer al misterioso benefactor, que sin embargo imploró, no se dijera nada a nadie.

Así, Nicolás de Bari se convirtió en la base de la figura de Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás, personaje legendario   que según la cultura occidental trae regalos a los niños por Navidad (la noche del 24 al 25 de diciembre).

Otro milagro conocido es el de haber resucitado por su intercesión a tres niños que habían caído de un árbol y muerto al instante. También se le atribuye el milagro de los tres niños sacrificados para dar de comer a los clientes de un hostelero, siendo devueltos a la vida por intercesión del santo. Motivo por el cual se le representa con tres niños a su lado, en una cubeta.

Otra historia cuenta sobre tres jóvenes estudiantes de teología en viaje hacia Atenas. El patrón de la posada donde se habían detenido por la noche, los asaltó y los mató, escondiendo sus cuerpos en una barrica. El obispo Nicolás, también en camino hacia Atenas, se detuvo en la misma posada y tuvo en sueños la visión del delito cometido por el posadero. Recogido en oración, San Nicolás obtuvo el milagro del regreso a la vida de los tres muchachos y de la conversión del posadero malvado.

En otra historia, se cuenta que Nicolás visitó Tierra Santa. El barco en el que viajaba estuvo a punto de ser destruido por una tormenta, pero él reprendió a las olas, haciendo que la tormenta amainara. También se dice que, en otra ocasión, hallándose un grupo de marineros en medio de una tempestad y habiendo invocado la protección de San Nicolás, vieron aparecer la figura del santo sobre el barco y al momento la tempestad se calmó. Así, Nicolás pasó a ser venerado como patrón de marineros y viajeros.

Uno de los primeros relatos atestiguados sobre San Nicolás refiere que salvó a tres hombres inocentes de la ejecución. Según Miguel el Archimandrita, tres hombres inocentes fueron condenados a muerte por el gobernador Eustaquio. Cuando estaban a punto de ser ejecutados, apareció Nicolás, empujó al suelo la espada del verdugo, los liberó de sus cadenas y reprendió airadamente a un miembro del jurado que había aceptado un soborno.

Otro de los milagros cuenta cómo salvó la vida de tres generales condenados a muerte injustamente. Según Miguel el Archimandrita el cónsul Ablabius aceptó un soborno para condenar a muerte a tres famosos generales, a pesar de su inocencia. ​ San Nicolás se apareció a Constantino y Ablabio en sueños, informando a Constantino de la verdad y asustando a Ablabio para que liberara a los generales.

Uno de los milagros más recientes, se sitúa durante la Segunda Guerra Mundial. Durante un bombardeo de la ciudad de Bari una madre se separó de su hijo pequeño en medio de la confusión. Horas después el niño apareció sano y salvo en la puerta de la casa. El niño contó cómo un hombre que describió como San Nicolás lo ayudó, lo protegió y lo llevó de regreso a su casa.

Otro episodio semejante refiere la milagrosa liberación de Basilio, un muchacho raptado por los piratas y vendido como copero a un emir. La leyenda cuenta que reapareció misteriosamente en casa de sus padres, y todavía tenía entre las manos la copa de oro del soberano extranjero. Esto contribuiría a difundir su imagen de patrono de niños y jóvenes.

Museo del Prado


San Nicolás de Bari. Anónimo. Siglo XVII. Óleo sobre lienzo. 98 x 74 cm. Museo del Prado. Deposito en otra Institución. CC BY 3.0

Museo de Bellas Artes

San Nicolás de Bari. Ferrari, Gregorio. 1720. Óleo sobre lienzo. 200,22 x 100,51 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala XI. Procedente de la Iglesia de la Orden de Clérigos Regulares Menores, del Convento del Espíritu Santo, tras la Desamortización, en 1840.

Iglesia del Hospital del Pozo Santo (ver)

Retablo de san Nicolás de Bari

Cuadro de san Nicolás de Bari

Detalle de los tres niños en el cesto

En el Altar Mayor, encima de “Cristo Varón de Dolores”, un pequeño templete dorada con una imagen de san Nicolás de Bari.

Templete con San Nicolás de Bari

Detalle de San Nicolás de Bari