domingo, 27 de octubre de 2024

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Escritores

Alonso Morgado.

Nació en Valencia de Alcántara (Cáceres), en. 1520

Ejerció como sacerdote en la iglesia parroquial de Santa Ana en el barrio de Triana de Sevilla y se incluyó en el ambiente cultural de la capital bética durante el reinado de Felipe II.

Realizó una profunda labor investigadora de la historia de la ciudad de Sevilla, que plasmó en su libro “Historia de Sevilla” que se imprimió en 1587, en Sevilla y se volvió a editar en 1887 por la Sociedad del Archivo Hispalense.

Se concede el nomenclator de la calle Morgado (ver).

En la primera parte del libro incluye el pasado de la ciudad hasta llegar a 1587 y se divide en tres libros:

El primero se ocupa del perfil histórico de la población desde su fundación y  trata los siguientes períodos: Edad Antigua, los visigodos, los moros y el siglo XIII con la reconquista por Fernando III.

El segundo libro comprende una descripción topográfica, administrativa, económica y social de la ciudad.

El tercer libro recoge una exposición de las relaciones entre la ciudad y los reyes de Castilla, desde Alfonso el Sabio hasta Felipe II

La segunda parte está dedicada a las redes religiosas de Sevilla, presentadas por parroquias y hospitales y también en los conventos.

RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas 

San Juan Nepomuceno.

Nació en Bohemia (Checoslovaquia) hacia el año 1340, en la localidad de Nepomuk, que pertenecía a una abadía cisterciense cercana.

Estudió en la Universidad de Praga, para seguir después un curso de derecho canónico en la Universidad de Padua en el norte de Italia.

En 1380 fue párroco en Praga y posteriormente fue nombrado vicario general del arzobispo de Praga, Juan de Jenstejn. 

Llegó a ser confesor de la esposa del rey Wenceslao IV, la reina Juana de Bavaria. La historia dice que el rey deseaba conocer las confesiones de su esposa. Por ello presionó a Juan Nepomuceno, llegando a infligirle tormento, sin que el santo se quejara ni diese la información que le exigía el monarca, negándose a violar el voto del secreto de confesión.

Por ello, el rey mandó que fuera atado con la cabeza pegada sobre los pies y fuera lanzado al rio Moldava desde el puente Carlos de Praga, donde se conserva una imagen de este gran santo desde 1683.

Desde su muerte es considerado el patrono de los confesores ya que prefirió morir antes que revelar los secretos de confesión, también es considerado el Patrono de la buena fama pues permitió el martirio antes que provocar la pérdida de la buena fama de una penitente.

Fue beatificado el 31 de mayo de 1721, y el 19 de marzo de 1729 fue canonizado por el Papa Benedicto XIII.

En el epitafio de su tumba en la catedral de San Vito de Praga reza la siguiente inscripción: “Yace aquí Juan Nepomuceno, confesor de la reina, ilustre por sus milagros, quien, por haber guardado el sigilo sacramental, fue cruelmente martirizado y arrojado desde el puente de Praga al Moldava, por orden de Wenceslao IV, el año 1393”.

Llegó a nuestro país gracias a la acción de la Compañía de Jesús, el archiduque Carlos de Austria y la devoción que le tenían los primeros Borbones, nobles y clérigos, por lo que disfrutó de una extraordinaria popularidad durante todo el siglo XVIII.

Por real orden, de 18 de marzo de 1878, se confirmó a San Juan Nepomuceno como patrono de la Infantería de Marina, a instancias del inspector general del Cuerpo, mariscal de campo Montero y Subiela.

IGLESIA DE SANTA CATALINA

San Juan Nepomuceno

En la cabecera de la Capilla Sacramental, un retablo de Felipe Fernández del Castillo y Benito Hita del castillo de 1753. Está presidido por una talla de la Inmaculada, con ángeles atlantes, ménsulas, rocallas, volutas y todo tipo de elementos ornamentales. 

En el primer cuerpo las imágenes del dominico Santo Tomas de Aquino y de san Juan Nepomuceno. 

IGLESIA DE SAN HERMENEGILDO

Retablo de san Juan Nepomuceno

San Juan Nepomuceno en la hornacina central

Detalle de san Juan Nepomuceno 

IGLESIA DE SAN MARTIN

San Juan Nepomuceno. Anónimo, Siglo XVIII. Óleo sobre lienzo

En esta obra se presenta vestido de canónigo, con sotana, roquete blanco y una capa de armiño como símbolo de pureza. Se completa con birreta negra cuadrangular que lleva en su mano izquierda y que usó tras renunciar a la condición de obispo. Cinco estrellas sustituyen al habitual nimbo símbolo de santidad, evocando las que aparecieron en el cielo cuando fue martirizado. Junto al Santo, un angelito lleva su índice a los labios en señal de silencio, mientras que sostiene la palma del martirio.