AREA DE SAN ANDRÉS
Hermandad de la Sagrada Lanzada. Iglesia de San Martín.
Su nombre
completo es Imperial, Antigua, Ilustre y Fervorosa Hermandad del Santísimo
Sacramento, Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, Santa Espina de la corona
de Nuestro Señor Jesucristo, Ánimas Benditas del Purgatorio, San Martín de
Tours Obispo, Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera y Real
Archicofradía de Nazarenos de la Sagrada Lanzada de Nuestro Señor Jesucristo,
Nuestra Señora de Guía, San Juan Evangelista y María Santísima del Buen Fin.
La Hermandad de la Sagrada Lanzada en Sevilla es
el resultado de un largo proceso histórico, que involucra la fusión de seis hermandades,
que
se inicia en el siglo XVI:
La Santa Espina
La Sacramental
de San Martín
La Concepción
de Regina Angelorum
La Esperanza
Divina Enfermera
La de Nuestra
Señora de Guía
La de María
Santísima del Buen Fin
La Hermandad de la Santa Espina fundada
alrededor de 1421, bajo el concepto:
“Lo desnudaron, lo envolvieron en un manto escarlata,
trenzaron una corona de espinos y se la pusieron en la cabeza, y una caña en su
mano diestra. Después, burlándose, se arrodillaban ante él y decían: —¡Salve,
rey de los judíos!” (Mt 27: 28-29).
En 1545,
Hernán Gutiérrez fiaba a su hijo Juan Gutiérrez Pacheco, en virtud de su
testamento, una reliquia de la corona de espinas de Nuestro Señor Jesucristo.
Dicha
reliquia le había sido entregada en forma de presente por parte del doctor
Torres, que a su vez la había recibido por merced del Papa Sixto. Dicha
reliquia era cedida anualmente a la Iglesia de San Martín de Tours para su
veneración pública coincidiendo con la Fiesta en honor de la Virgen de la
Cinta.
La devoción a
la reliquia debió alcanzar una popularidad notable, pues por entonces se va a
establecer una cofradía en San Martín con el título de la Coronación de
Espinas, que vería sus primeras reglas aprobadas en 1553.
Esta
cofradía, hasta la fusión definitiva con la cofradía de la Santa Faz en 1590,
pasa por San Juan de la Palma, el hospital de San Cosme y San Damián (vulgo de
las Bubas), y el inmueble de la calle Santiago donde se fundó el hospital de
las Cinco Llagas.
En 1588-1589,
la cofradía regresaría a San Martín condicionada por la célebre “reducción de
hospitales” de 1587.
En el siglo XVI se fusiona con la Hermandad Sacramental de
San Martín y más tarde, en 1815, con la Hermandad de la Concepción del convento
de Regina Angelorum.
Desgraciadamente en 1936 la Santa Espina fue destruida, pues
se quemó en aquel verano sangriento en el que gran parte de nuestro patrimonio
artístico fue salvajemente destruido.
Otra información refiere que durante
las obras de reedificación de la Iglesia de San Martín en
la primera década del siglo XV (1421) se halló en uno de los muros
de la antigua fábrica una caja de plomo que contenía una Espina de la Corona de
Cristo, con un escrito que la acreditaba y en la caja estas letras "Soy de
la Iglesia de San Martín". En 1421 el arzobispo de Sevilla, D. Diego
Maldonado de Amaya, concedió a la Congregación del “Santísimo Sacramento, Santa
Espina de Cristo y Ánimas Benditas” el patronato de la capilla y del altar
mayor de la Iglesia Parroquial de San Martín.
Miembros de esta congregación fundan en 1540 en
la Iglesia de San Martín la Hermandad de la Coronación de Cristo, que aprueba sus Primitivas Reglas en el año
1553 y se fusiona tiempo después con la de la Verónica.
En 1657 roban la Sagrada Espina de casa del sacerdote Agustín de
Herrera, que la iba a lleva a
casa de un enfermo al día siguiente.
Treinta años
después, una persona bajo secreto de concesión entregó la reliquia y aseguró
que desde que
la tuvo en su poder, todos sus amigos y familiares habían sufrido grandes males
La Sagrada Espina permaneció
bajo custodia de la Archidiócesis de Sevilla hasta 1965, año
en el que el cardenal
Bueno Monreal le concede la custodia a la Hermandad del
Valle, dando origen al consiguiente pleito con la Iglesia de San Martin.
En relación con la Esperanza Divina Enfermera, se remonta a 1249,
cuando el rey Fernando III fundó en el sitio de la Correduría (ver) un hospital
bajo la advocación de Nuestra Señora de la O, o de la Expectación, donde se
veneraba una imagen de la virgen de estilo gótico francés bajo la advocación de
la Esperanza.
Correduría 46
La piedad popular le atribuyó fama de sanadora, por lo que
empezó a ser conocida como la “Divina Enfermera”.
De este
Hospital de la Correduría, Expectación o de Ntra. Sra. de la O se hicieron
cargo el gremio de los pellejeros y en 1445, fundaron una Hermandad bajo la
advocación de la Peregrina Enfermera o Divina Enfermera.
Con el decreto
de la reducción de hospitales del cardenal D. Rodrigo de Castro en 1587 este
hospital queda extinguido, pasado la imagen de la Virgen y la Hermandad a la
Iglesia de San Martín, donde en el siglo XVIII, gozó de un gran esplendor
teniendo entre sus miembros al ilustre cronista Ortiz de Zuñiga (enterrado en
dicho templo) y miembros de las familias Saavedra y Ponce de León.
La epidemia de peste de 1709 y de fiebre amarilla de 1800
provocó la muerte de numerosos hermanos de la cofradía quedando ella en un
estado precario durante casi todo el siglo XIX.
A partir de los años 60 del siglo XX ingresaron en la
hermandad diversos hermanos de la cofradía de la Lanzada con la que se fusionó
en 1981.
En 1579 un grupo de patrones y marineros de las gabarras que
transportaban mercancías por el rio, desde Sevilla hasta Cádiz y Sanlúcar, fundaron,
en el convento del Espíritu Santo del arrabal de Triana, una hermandad de
Gloria llamada Nuestra Señora de Guía.
Entre 1591 y 1595 se transforma en cofradía de penitencia
bajo el título de Nuestra Señora de la Guía y Sagrada Lanzada de Nuestro Señor
Jesucristo y fija su sede en la Iglesia de san Nicolás.
Hacia
1640, se funda en el barrio de la Feria una corporación mariana de gloria
titulada de Nuestra Señora del Buen Fin.
En
1642 se fusiona con la Hermandad de Guía y Lanzada pasando la nueva corporación
resultante a titularse como Hermandad de la Sagrada Lanzada de Nuestro Redentor
y Madre de Dios del Buen Fin, que en 1653 fija su sede en la Iglesia del
Convento de San Basilio (ver) de la calle Relator (ver)
En 1670 se encargó la anterior imagen dolorosa de Nuestra
Señora del Buen Fin, pues hasta ese momento la titular era una efigie de Gloria
de la misma advocación. Y en 1703 se contrató con un artista desconocido las
tallas de san Juan, las Marías, Longinos a caballo, los dos ladrones y un sayón
para componer el paso de misterio. De todas estas imágenes solo se conserva
actualmente la de san Juan Evangelista.
La invasión francesa en 1810, supuso el expolio del convento
de san Basilio y la destrucción de la Virgen del Buen Fin, la Magdalena,
Longinos y el sayón judío. La
corporación se trasladó provisionalmente a la parroquia de san Marcos y volvió
a San Basilio en 1814 tras la expulsión de los franceses.
En 1818 se
trasladó a la iglesia del convento de San Francisco de Paula, actual iglesia
del Sagrado Corazón de Jesús.
La
exclaustración de este convento en 1836 por las desamortizaciones supuso que la
hermandad tuviera un momento de decaimiento.
En 1844 un
grupo de hermanos reavivó la hermandad situando su nueva sede en el que había
sido el convento de la Pasión, volviendo al convento de San Basilio en 1849.
En
1851 la hermandad se tuvo que trasladar al convento carmelita del Santo Ángel,
donde siguieron hasta 1916, fecha en la que fijó su sede provisional en San
Román y posteriormente en la Iglesia de san Gregorio.
En 1932
se trasladó a la iglesia de San Martín (ver), donde ha continuado hasta la actualidad,
por cesión en 1967.
En 1981
esta Hermandad de Penitencia de la Sagrada Lanzada se fusiona con la Hermandad
Sacramental de san Martin y con la de Gloria de la Esperanza “Divina
Enfermera”.
En 2007 recibió la reliquia de un Lignum Crucis que
porta la Virgen del Buen Fin.
Como hemos comentado, la hermandad fue poseedora
durante siglos de la reliquia de la Santa Espina de la Corona de Nuestro Señor
Jesucristo que le fue requisada por el cardenal Bueno Monreal, el cual se la
entregó a la Hermandad del Valle llegando incluso a tener un pleito por la
custodia de la Santa Espina, que fue favorable para el Valle.
Fotografía realizada por Emilio Beauchy Cano en 1896, cuando se suprimió el paso de palio
y la Virgen
del Buen Fin pasó al paso de misterio.
El paso del misterio representa
el momento en que Longinos montado a caballo propina la Sagrada Lanzada en
el costado a Jesucristo, para cerciorarse de su muerte. “Pero al llegar a
Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de
los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y
agua”.(Jn 19:33-34)
La imagen es presenciada por la
Virgen de Guía, San Juan y las tres Marías, que se hallan al pie de la cruz.
Miércoles, 17/04/2019. Plaza de san Martín.
El Crucificado es de Antonio Illanes (1929). Nuestra Señora de Guía es de
José Rivero Carrera (1981). Las Marías (Juan de Astorga, XIX). Longinos y
el caballo son de Navarro Arteaga (1999 Y 2004). San Juan (anónimo Siglo
XVIII). La Virgen del Buen Fin es de Juan de Astorga (1810).