RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas Mártires
San Lázaro.
Lázaro es un
personaje bíblico, hermano de María y Marta, que vivía en Betania, a corta distancia de Jerusalén.
Según los
evangelios (Mt 21:17, MC 11:1, Lc 10: 38, Jn 11:1) Jesús visitaba con frecuencia esa casa y
tenía una gran amistad.
Según el Evangelio de Juan (Jn 11:
32-45), Lázaro enfermó sin remedio posible y murió. Cuando Jesús llegó a
Betania llevaba cuatro días enterrado. Acompañado de las hermanas, rodeado de
sus discípulos, ante el sepulcro de su amigo, Jesús rezó y luego
gritó con voz potente: “¡Lázaro, sal de ahí!” Y salió el muerto, atados con
vendas las manos y los pies, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo:
“Desátenlo, para que pueda andar”.
Pintura de una catacumba romana (s. III-IV). (CC BY 3.0)
La tradición ortodoxa cuenta que Lázaro resucitado se entregó a la predicación en nombre de Cristo, y que tras ser perseguido por los judíos se acabó refugiando en Chipre, junto a sus hermanas María y Marta, y llegó a convertirse en el primer obispo de Kition (actual Larnaka), nombrado directamente por san Pablo y san Bernabé.
Sobre la
supuesta tumba de Lázaro en Chipre se levantó una iglesia bizantina, la de
Agios Lazaros, en la ciudad de Kition (actual Larnaka).
Tumba en la Iglesia de San Lázaro de
Lárnaca, Chipre (CC BY 3.0)
Las
reliquias fueron trasladadas de Chipre a Constantinopla en 898, pero fueron
robadas por los cruzados en 1204 y llevadas a Roma, después se trasladaron a
Milán y por último fueron llevadas a Francia, donde se depositaron en la
Sainte-Chapelle de Paris, de donde desaparecieron en un saqueo durante la
Revolución francesa.
Según la
tradición occidental, tras la muerte de Cristo,
los tres hermanos, junto con la sirvienta Marcela, Maximino, Celidoni, José de
Arimatea y otros discípulos de Cristo, huyeron de Israel hacia la
Provenza francesa, desembarcando en Marsella, donde Lázaro se convirtió en el primer obispo de esta ciudad. En el año
60 D.C y durante la persecución de Domiciano, sería decapitado por orden del
emperador romano. Sería enterrado fuera de la villa, en una antigua cantera que
servía como necrópolis, cerca del Port Vell. Aún hoy se muestra una
antigua “confessio” en
una cripta del siglo vi que
sería el lugar de enterramiento.
Pero a
principios de la Edad Media, la figura de Lázaro de Betania se fue confundiendo
con el Lázaro que aparece en la parábola de “Lázaro y el rico Epulón” (Lc 16,
19-31): “Había
también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquel,
lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del
rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por
los ángeles al seno de Abraham”.
Ese pobre llagado al que los perros le lamían las llagas, fue identificado rápidamente como un leproso, y al llamarse Lázaro al igual que el mejor amigo de Jesús, la confusión se fraguó de manera efectiva: San Lázaro tenía que ser el patrón y el protector de los leprosos. Por eso, al nacer el primer Hospital de Tierra Santa dedicado al cuidado de leprosos a las afueras de Jerusalén, es rápidamente puesto bajo la advocación de San Lázaro.
La
primera tumba de Lázaro en Betania sigue siendo un lugar de peregrinación
actualmente, sería la que lo acogió cuando fue resucitado por Jesús, y la única
que podría ser auténtica.
Tumba de Lázaro en Betania (CC BY 3.0)
La resurrección
de Lázaro ha sido ampliamente contemplada en el arte pictórico.