domingo, 18 de agosto de 2024

AREA DE SAN ANDRÉS

Iglesia de San Andrés.

La iglesia de San Andrés es un templo gótico-mudéjar ubicado en la plaza de San Andrés, número 3, en el centro histórico de la ciudad, y determina una manzana rectangular delimitada por las calles Daoiz y Angostillo, y las plazas de San Andrés y de Fernando Herrera.

Sus orígenes se remontan a la mitad del siglo XIV, desconociéndose el arquitecto autor del proyecto, y se cree que el primitivo templo fue fundado por el propio Rey Fernando III de Castilla, como una de las 24 parroquias que se construyeron en Sevilla tras la reconquista de la ciudad en 1248, debiendo descartarse antiguas teorías que la situaban sobre un anterior edificio musulmán.

En el siglo XV conoció algunas reformas, aunque las más importantes fueron las realizadas en el siglo XVIII (entre 1766-1778) por el arquitecto Pedro de Silva. 

Esta restauración no modificó su aspecto medieval en cuanto a la estructura, pero afectó a la decoración de retablos. 

Nuevas obras de restauración se acometieron en 1884, renovándose con discutible estética la capilla del Sagrado Corazón en 1894. 

Al amenazar ruina conoció una profunda restauración a finales del siglo XX, terminando las obras en el año 2000. 

Algunas de estas intervenciones llevaron al cegamiento de vanos, lo cual le confiere una cierta penumbra a su interior.

Así, su estilo básico es gótico-mudéjar, con reformas de estilo barroco, llevadas a cabo, como hemos comentado, por el arquitecto Pedro de Silva (1715-1781), alarife y maestro mayor de obras al servicio del arzobispado de Sevilla.  

EXTERIOR

El templo presenta tres portadas.

La portada principal está situada en los pies del templo, en la calle Daoiz. Responde a las trazas primitivas del templo, aunque ha sufrido intervenciones posteriores, especialmente en el siglo XIX.

Frontal a la calle Daoiz

Cuenta con una sencilla pero hermosa portada gótica a los pies, labrada en piedra original, formada por un arco ojival abocinado, adelantado respecto al muro exterior, con media docena de arquivoltas, la exterior adornada de punta de diamantes.

Portada

Portada

Detalle de arquivoltas. La exterior adornada con puntas de diamante


Presenta una hornacina central, sobre la clave de los arcos, con la representación en piedra de Dios Padre y dos peanas, una a cada lado. La del lado derecho presenta la imagen de San Andrés, la de la izquierda está vacía. Estas imágenes son datables en el siglo XV. 

Dios Padre en la hornacina central


San Andrés en la peana lateral izquierda


Peana vacía en el lateral derecho


El conjunto se remata con una cornisa sostenida por canecillos en forma de cabezas de león.

Canecillos en forma de cabezas de león

Tres óculos redondos y una ventana mudéjar dan la luminosidad al interior del templo.

Detalle del óculo central, el de mayor tamaño, y la ventana mudéjar

Detalle de la ventana mudéjar

Finalmente, una cruz de forja. La fotografía es muy forzada por la estrechez de la calle Daoiz, que permite muy poca perspectiva. 

Cruz de forja

Junto a esta portada, hay una placa que recuerda que el pintor Juan de Valdés Leal (ver) fue enterrado en la cripta del templo y otra al escritor Fernando Herrera (ver) que fue beneficiario de este templo. 

Placa de Juan Valdés

Placa de Fernando Herrera

En el frontal que se corresponde con la plaza de san Andrés, destaca en primer lugar (en la esquina con Daoiz) la casa del párroco, con un azulejo de Nuestra Señora del Carmen (ver).

Frontal a la plaza de San Andrés

Azulejo de Nuestra Señora del Carmen


Seguidamente, la portada del Evangelio, que se abre a la plaza de San Andrés y que fue modificada en los años 1952-53 para permitir la salida y entrada de los pasos de la Hermandad de Santa Marta (ver). El diseño original quedó borrado y no se pueden intuir los trazos del mismo.

Portada del Evangelio o de la Inmaculada


Posee un arco de medio punto con pilastras toscanas molduradas, que sostiene un segundo cuerpo en cuyo centro se sitúa un vano de medio punto que cobija la imagen de la Inmaculada. Está rematada por un frontón curvo roto con una cruz de forja. 

Detalle del segundo cuerpo

Detalle de la Inmaculada

Detalle de la cruz de forja


La portada está cerrada por una verja de hierro que da un atrio o patinillo donde podemos leer varias placas que se encuentran en la pared, y ocasionalmente podemos contemplar una imagen del Sagrado Corazón de Jesús y una Virgen con el Niño.

La placa más antigua recuerda la consagración del templo por el Sr. D. Francisco Miguel Fernández el 26 de mayo de 1816. 

Detalle de placa


Otra placa, fechada en 1952, nos recuerda el hecho de que la Hermandad de Santa Marta se trasladó a esta parroquia llevando en procesión a la imagen de Santa Marta. 

Detalle de placa


Finalmente, la tercera placa recuerda el hecho de que S.M. el Rey Felipe VI presenció en el año 2015 la salida de la estación de penitencia de Santa Marta desde este lugar.

Detalle de placa

Detalle del atrio con macetas y una imagen del Sagrado Corazón y la Virgen con el Niño

Detalle del Sagrado Corazón 

Detalle de la Virgen con el Niño

Pasado este atrio se accede al templo a través de otro arco de medio punto que presenta encima un óculo para dar luminosidad al templo. 

Detalle del atrio con la puerta de acceso al templo

Seguidamente, la puerta de la sacristía y encima un mármol que indica “Por aquí se llama de noche para administrar los Sacramentos”. 

Puerta de la Sacristía

Placa de administración de Sacramentos

Finalmente, y ya en la esquina con la calle Angostilla se aprecia un azulejo de Olavides.

Azulejo de Olavides

En la calle Angostillo podemos ver el exterior del ábside, con alargadas ventanas, contrafuertes y rematada con merlones.

Detalle de la calle Angostillo desde la esquina con la plaza de San Andrés

Detalle del ábside, con sus ventanas alargadas, contrafuertes y merlones superiores 

Detalle del ábside, con sus ventanas alargadas, contrafuertes y merlones superiores 

La fachada de la plaza Fernando Herrera (antigua calle Angostillo) es la que presenta más superposición de volúmenes, ya que integra capillas, retranqueo de la portada de la Epístola, el machón de la torre-espadaña, las cúpulas de las capillas y la cabecera, rematados por merlones escalonados. 

Fachada a la plaza Fernando Herrera

La portada, abierta en el muro de la nave de la epístola, es de sencilla traza. Presenta un vano con arco muy rebajado, encuadrado por pilastras toscanas. Se remata con un frontón triangular roto, en cuyo centro aparece un arquillo de medio punto con frontón mixtilíneo. Se ha visto enriquecida en la última restauración con la aparición de restos mudéjares.

Portada de la Epístola

Junto a la entrada se encuentra la Torre inacabada (ver)

Es de estructura mudéjar y planta cuadrada, a la que se adosa exteriormente la caja de escalera rematada en un cupulín. 

Presenta dos cuerpos, la caña o fuste, cuyos primeros tramos se encuentran realizados con sillares pétreos, presenta un vano a modo de tronera, dividiéndose del cuerpo superior por una hilada de ladrillos horizontales. 

El cuerpo alto de la caña solo presenta un vano escarzano, rematándose el conjunto por una terraza en la que se ha dispuesto una gran espadaña que aloja tres campanas.

Detalle de la torre con la caja de escalera y la espadaña

La espadaña, es muy difícil de fotografiar por la falta de perspectiva y su posición perpendicular.

Consta de un solo cuerpo y tres vanos de medio punto, siendo los de los extremos de menor altura que el central, protegido por baranda de forja, con impostas y enmarcados por alfices. 

En las jambas se disponen pilastras pareadas en ambos laterales sin base ni capitel y otras dos sobre el vano principal. 

Sobre la cornisa se despliega un frontón triangular con remates en sus laterales. 

Del centro emerge un vano rectangular ciego rematado por una cornisa curva, donde se asienta una bola truncada que soporta una cruz de forja.

Detalle de la Espadaña

Detalle de la cruz de forja


Junto a la entrada lateral del muro de la epístola se ubica un retablo cerámico dedicado a Santa Marta, impulsado por el grupo de jóvenes de la Hermandad.

El autor es Ángel Lora que ha reproducido la imagen de Santa Marta diseñada por Francisco Javier Sánchez de los Reyes.

Santa Marta aparece en un plano medio sobre un fondo adamascado de color rojo. Viste una saya azul, un manto verde y un fajín hebraico y está representado con la aureola con la que sale a la calle durante la estación de penitencia, mientras que en las manos sujeta los atributos que le son propios, como son el acetre en la izquierda y el hisopo en la derecha.

Toda la obra está rodeada por una orla dorada sobre fondo azul que cuenta en la parte superior con el escudo de la Hermandad y en la inferior con una orla de color blanco en la que se lee "Santa Marta" en letras negras.

Retablo cerámico de Santa Marta


INTERIOR

Es de planta rectangular con tres naves sostenidas por pilares de sección cruciformes que sostienen arcos formeros apuntados. La nave central es más ancha y alta que las laterales.

Vista general del templo desde los pies mostrando las tres naves

Detalle de los pilares de sección cruciforme y los arcos apuntados que separan las naves


Posteriormente se le añadieron alguna capilla funeraria de estilo almohade, que se suman a algunos detalles ornamentales de procedencia islámica, quedando actualmente sólo 5 capillas de estas características en Sevilla.

Las cubiertas son techumbres de madera. La nave central está cubierta por una armadura de madera en forma de artesa (tres paños, dos aguas hacia el exterior), mientras que las laterales lo hacen con techumbre de colgadizo (un solo paño). 

Detalle de las cubiertas de las naves


La nave mayor del templo queda diferenciada de la cabecera por un gran arco toral apuntado y unas escalinatas que dan acceso al amplio presbiterio de ábside poligonal con bóveda de crucería y contrafuertes exteriores.   

Este Presbiterio es muy profundo y formado por unos primeros tramos rectangulares más otro final de planta poligonal que se muestra al exterior con el habitual ábside poligonal con contrafuertes en los ángulos, que aquí, como en otros ejemplos, se remata superiormente con almenas (como hemos comentado en el exterior). Los dos primeros se cubren por medio de bóvedas de crucería sexpartitas, mientras que el tramo final recoge en sus nervaduras la terminación poligonal del ábside.

Detalle del arco toral de separación de las naves con el Presbiterio y bóveda de crucería de este presbiterio


En el suelo de la nave principal un gran mármol con escudos.

Mármol

Comenzamos la visita, como siempre, por los pies de la nave de la epístola, seguimos por el Presbiterio y el Altar Mayor y continuamos por la nave del evangelio desde la cabecera a los pies, y terminamos con los pies del templo. 

Nave de la Epístola. 

Vista de la nave de la epístola desde la cabecera

Vista de la nave de la epístola desde los pies del templo

A los pies de la nave se encuentra un retablo que preside la Virgen de Araceli (ver), réplica de la patrona de Lucena (Córdoba) que realizó Castillo Lastrucci (ver) en 1944.

Es anécdota conocida que el propio Castillo Lastrucci no quiso cobrar nada por su trabajo, en recuerdo de su madre, que llevaba el nombre de Araceli.

El mismo escultor habría de restaurar posteriormente esta copia suya al quedar afectada por un incendio fortuito en su altar de cultos.

La escultura es una típica imagen mariana de Gloria, que muestra a la virgen de pie, con el Niño apoyado sobre su mano izquierda, y sosteniendo un cetro en su mano derecha. Presenta la clásica ráfaga plateada a ambos lados del cuerpo, y doble corona de parecido diseño, para Ella y para el Niño. 

Retablo de la Virgen de Araceli

Virgen de Araceli

Virgen de Araceli

Detalle de la Virgen de Araceli


Detalle de la Virgen de Araceli

Bajo su hornacina se encuentra la imagen de San Joaquín. A sendos lados de la Virgen de Araceli, en el retablo, se encuentran Santa Rita (a la izquierda) y Santa Teresa (a la derecha).

San Joaquín

Santa Rita

Santa Teresa

En el primer tramo destaca la Capilla Bautismal, cerrada por una reja. 

Vista del primer tramo

También de planta cuadrada, se cubre por medio de una bóveda de crucería simple muy apuntada, cuyas nervaduras arrancan de ménsulas en forma de cabezas.

Bóveda de Crucería. Fotografía incompleta pues esta realizada desde detrás de la reja

Ménsulas con forma de cabezas

Se cree que su origen es de  finales del periodo medieval, encontrándose en unas reformas que se realizaron en el siglo XVIII la tumba de Don Jerónimo Suárez de Maldonado, a la sazón Consejero de Carlos V y prelado, quien fue sepultado aquí en el año 1545. El cuerpo se encontró incorrupto.

El retablo es de estética neoclásica y en el centro del mismo podemos ver una pintura de "La Santísima Trinidad". Fue realizada por Virgilio Mattoni de la Fuente en 1904 en un estilo ecléctico. 

La técnica utilizada es de óleo sobre lienzo y tiene unas medidas de 2,48 metros de alto por 1,66 metros de ancho.

En el centro de la capilla está la pila bautismal.

Retablo

Pintura de la Santísima Trinidad

Detalle de una pequeña imagen de la Virgen y el Niño Jesús

Detalle de la pared lateral derecha

Sobre la puerta de la Capilla Bautismal se sitúa el cuadro el "Bautismo de Cristo" bastante dañado.  

Bautismo de Cristo

Seguidamente, nos encontramos con una obra escultórica que representa a la Virgen Niña con San Joaquín y Santa Ana.

Conjunto escultórico

Detalle del conjunto

Detalle del rostro de la Virgen

Detalle del Niño

Detalle del rostro del Niño

Detalle del rostro de san Joaquín

Sobre el grupo escultórico se sitúa el cuadro de la “Ascensión de la Virgen” y la “Huida a Egipto”.

Ascensión de la Virgen

Huida a Egipto

Seguidamente, la puerta de la epístola que da a la plaza de Fernando Herrera y posteriormente nos encontramos con una estrecha puerta que sirve de acceso a la torre, cerrada por una verja. 

Tramo correspondiente a la puerta de la epístola

Puerta de acceso a la torre

A ambos lados de la puerta tenemos dos tallas de San Antonio de Padua (izquierda) y San Cayetano (derecha). 

San Antonio de Padua (izquierda) y San Cayetano (derecha)

San Antonio de Padua

San Cayetano

Sobre dicha puerta hay un lienzo que parece que puede ser San Antonio de Padua.

Cuadro de san Antonio de Padua

En el siguiente tramo destaca la Capilla de santa Marta cerrada con una reja. 

Vista general del Tramo

Sobre la cancela se dispone un cuadro de la Virgen de Guadalupe.

Virgen de Guadalupe

Detalle de la parte superior de la reja

Como en otros tantos templos mudéjares de la ciudad nos volvemos a encontrar capillas anexas al cuerpo de la iglesia, que retoman la estructura de "kuba" típica de lo almorávide, para fines litúrgicos y funerarios.

Se trata de dos espacios con paramentos íntegros de ladrillo de estilo mudéjar, cubiertos con sendas bóvedas ochavadas con labores geométricas del mismo material, de gran pureza arquitectónica.

Bóveda de la capilla de santa Marta

Sobre el muro frontal, figura la venerada imagen de Santa Marta (ver) sobre una peana simple, bajo un arco ciego apuntado, acompañada o no por dos ángeles lampareros.

La talla de Santa Marta es un trabajo de Sebastián Santos Rojas (ver), de 1950.

A los pies del altar de Santa Marta está el sepulcro del militar D. Joaquín Ortiz-Repiso y Cabrera, quien en vida era muy devoto de la Virgen de Araceli (de hecho, nació en 1871 en Lucena, localidad de la que la Virgen de Araceli es su patrona), que ocupaba el lugar que ahora disfruta Santa Marta.

Altar de santa Marta sin ángeles lampareros

Altar de santa Marta con ángeles lampareros

Detalle de santa Marta

Detalle del rostro de santa Marta

Placa funeraria parcialmente tapada por la alfombra a los pies del altar de santa Marta.  Supongo que de D. Joaquín Ortiz-Repiso y Cabrera

Junto a Santa Marta, en el lateral derecho de la capilla, podemos ver parte de los sillares del coro del desaparecido convento de las Dominicas de Pasión de la calle Sierpes (ver)

Sillares del coro del desaparecido convento de las Dominicas de Pasión

Detalle de sillar con San Andrés

Detalle de sillar con san Pedro y san Juan
Detalle de sillar con san Judas Tadeo y san Marcos

Colindante con la capilla Santa Marta se encuentra la capilla que alberga las imágenes procesionales del misterio de la Hermandad de Santa Marta, a donde se accede a través de un vano con arco de medio punto del que cuelgan diversas lámparas. 

Acceso a la segunda capilla

Igualmente es un espacio cuadrado con bóveda ochavada de lacería sustentadas sobre trompas.

Bóveda de la capilla


En ella destaca el magnífico misterio del Traslado del Señor al sepulcro, obra del imaginero del siglo XX, Ortega Bru (ver), cuyos restos reposan a los pies del Santísimo Cristo de la Caridad, según podemos leer en su losa sepulcral. 

Misterio del Traslado del Señor al Sepulcro

Losa sepulcral de Luis Ortega Bru a los pies del altar del Misterio de San Marta

A cada lado las imágenes de la Virgen de las Penas y San Juan Evangelista, obras del imaginero Sebastián Santos Rojas (ver), de 1958.

En 1952 Luis Ortega Brú realizó las imágenes del Cristo de la Caridad, Virgen de las Penas, las Tres Marías (María Magdalena, María Salomé y María Cleofás), San Juan, Nicodemo y José de Arimatea. 

En 1956 Ortega Brú hace una segunda Dolorosa, que a su vez es sustituida en 1958 por una de Sebastián Santos, adaptándose la segunda de Ortega Brú como una de las Marías.

El Santísimo Cristo de la Caridad (ver) es una efigie yacente, realizada en madera de ciprés policromada, a partir de un modelo de barro en tamaño natural, que se conserva en las dependencias de la hermandad. 

El cuerpo presenta un notable movimiento, flexionándose en ángulo tanto por la cintura como por las rodillas, para ser llevado sobre una sábana por los Santos Varones hacia el sepulcro, formando un dinámico grupo diagonal de izquierda a derecha.

Se dice que la talla del Cristo de la Caridad, fue enriquecida en su policromía por la propia sangre de su escultor.

Detalle lateral del Cristo de la Caridad, aislado del resto del Misterio

Detalle frontal del Cristo de la Caridad, aislado del resto del Misterio

Detalle del rostro del Cristo de la Caridad

Detalle del rosto de José de Arimatea

Detalle del rosto de Nicodemo

Detalle del rosto de María Magdalena

La imagen de Nuestra Señora de las Penas es una obra de madera policromada, que presenta una serena mirada frontal, fosas nasales dilatadas y la boca entreabierta que permite ver los dientes tallados. Muestra siete lagrimas que brotan de los ojos de cristal. La encarnadura, de técnica oleosa pulimentada, es de tono rosáceo pálido en las mejillas, ojos, cuello, y manos, y ocre marfileño el resto.

Nuestra Señora de las Penas

Detalle del rostro de Nuestra Señora de las Penas

San Juan Evangelista, se sitúa a la izquierda del misterio y es, como hemos dicho, obras del imaginero Sebastián Santos, de 1958.

San Juan Evangelista

Detalle del rostro de San Juan Evangelista

Detalle del pie desnudo de San Juan Evangelista

Por el muro izquierdo, la capilla se comunica con la nave de la epístola a través de un arco de medio punto con una reja. 

Comunicación con la nave de la epístola

En el siguiente tramo, entre las dos verjas de la capilla de santa Marta y la del Misterio del Traslado del Señor al sepulcro, se encuentra una interesante imagen de la Virgen del Carmen, que se relacionan con Cristóbal Ramos (1725-1799) o con algún colaborador de su grupo de trabajo.

La Virgen del Carmen se encuentra sentada sobre una nube con varias cabezas de querubines bajo sus pies y dos ángeles de cuerpo entero a sus lados. 

En su rodilla izquierda lleva a un Niño Jesús que porta en sus manos un escapulario.

La Virgen está realizada en barro cocido con ropajes de telas encoladas estofadas en oro. Lleva cetro y corona de plata.

Tramo

Altar de la Virgen del Carmen

Virgen del Carmen

Detalle de la Virgen y del Niño

Detalle de las cabezas de querubines

Detalle de las ángeles laterales

Encima de la Virgen del Carmen se disponen dos cuadros, “La adoración de los pastores” y “La Presentación al Templo”. 

La Adoración de los Pastores

La presentación al Templo

En la cabecera de la nave de la epístola se presenta la Capilla Sacramental, que posee dos tramos de planta cuadrada

Al primer tramo se accede a través de un arco apuntado, que muestra en la pared derecha un cuadro de la “Animas benditas del purgatorio” y "Santa Catalina"  y una “Inmaculada” en la pared izquierda.

Acceso al primer tramo de la Capilla Sacramental 

Animas benditas del purgatorio

Santa Catalina

Inmaculada

Sobre un arco de medio punto están colocados dos ángeles lampareros y sobre ellos un cuadro de la Anunciación, y nos da paso a la capilla, donde está enterrado Valdés Leal.

Acceso al segundo tramo de la Capilla Sacramental 

Ángeles lampareros

Detalle de los Ángeles lampareros

Anunciación

La capilla está cubierta por una bóveda semiesférica y octogonal con linterna y decorada con pinturas al fresco atribuidas a Valdés Leal o a su hijo Lucas Valdés, que representan a los Evangelistas, los Padres de la Iglesia, Santa Inés y San Juan Evangelista.

Cúpula

Detalle de la Cúpula

Presidiendo este espacio se encuentra el retablo de Nuestra Señora del Rosario, fechable hacia 1670, de madera tallada y dorada, atribuida a Bernardo Simón de Pineda, padrino de una de las hijas de Valdés Leal.

Retablo de Nuestra Señora del Rosario

En una hornacina central, limitada por cuatro columnas salomónicas, se sitúa la imagen sedente de Nuestra Señora del Rosario, obra de Valdés Leal (ver) en madera policromada (una de las escasas obras escultóricas de este artista). Mide un metro y cinco centímetros de altura.

Como indica el profesor Roda, no es extraño suponer que Valdés Leal regalara el modelo de la Virgen a esta congregación que se dedicaba a atender a mujeres enfermas e impedidas y que se encuentra en la feligresía de la Parroquia de San Andrés.

Esta bella imagen, fechable hacia 1670, nos presenta a la Madre de Dios sentada sobre una nube con cinco cabezas de angelitos, vestida con una túnica roja y manto verde. Sobre la rodilla derecha de la Virgen, sosteniéndolo con ambas manos, aparece el Niño Jesús de pie, que con su mano derecha muestra el rosario alusivo a la advocación mariana, mientras que la izquierda la apoya en el pecho de su Madre.

Nuestra Señora del Rosario

Detalle de Nuestra Señora del Rosario y del Niño

En el ático del retablo un medallón que nos muestra “El Martirio de San Andrés”.

El Martirio de San Andrés

Se corona con otro ovalo que representa la Ultima Cena. Muy difícil de fotografiar por la escasa luminosidad.

La Ultima Cena 

En el intradós del arco de medio punto de la hornacina se sitúan quince óvalos pictóricos sobre tabla (34 x 50 cm) con los Misterios del Santo Rosario, pintados por Valdés Leal en torno a 1699, en este orden: La oración en el huerto, La Flagelación, La Coronación de espinas, Cristo con la cruz a cuestas,  La Crucifixión, La Resurrección, La Ascensión, La venida del Espíritu Santo, La Asunción, La Coronación de la Virgen, La Anunciación, La Visitación, El Nacimiento, La Presentación en el templo y El Niño hallado en el templo. Son muy difíciles de fotografiar porque no se permite acercarse al retablo.


Óvalos de Valdés Leal

El Sagrario es una pieza de plata de ley con forma de templete, que se asienta sobre plinto de base cuadrangular decorado con guirnaldas, con ocho columnas adosadas, entorchadas, cuyo fuste se decora con rocalla. 

Sagrario

En su cara anterior se presenta un relieve de la Sagrada Cena. 

Detalle de la Sagrada Cena

Está rematado por la figura de la Fe portado el cáliz y la cruz. 

Detalle de la Fe

Mide un metro y diez centímetros de altura, sesenta y seis centímetros de ancho y cincuenta y tres de profundo.

Tiene las marcas siguientes: "García 10", "Guzmán", "No&do" y "Giralda". Existen dudas sobre su autoría, pero se cree que pudieron ser "José Guzmán" y "García (Díez)", aunque hay ciertos autores que lo atribuyen al joyero Fernando Amat y Garay.

El altar es de plata de ley, de Cayetano González de 1930. En el centro presenta el Cordero sobre el libro de los Siete Sellos, escoltado por los símbolos de los Evangelistas, el niño, el león, el toro y el águila. 

Detalle del Altar

De Alonso Vázquez son los cuadros de San Sebastián y San Roque (óleos sobre tabla, 32x59 cm), datados hacia 1590 y dos pequeñas figuras sobre un pedestal.

San Roque

San Sebastián 

San Sebastián y San Roque

También encontraremos junto al retablo de la Virgen del Rosario el óleo sobre lienzo de Santa Catalina de Francisco Pacheco (1,27 x 0,81 m.). 

Santa Catalina de Francisco Pacheco

La representación de Santa Lucía y San Miguel son de la primera mitad del siglo XVI y está atribuida a Cristóbal de Mayorga (óleo sobre tabla, 1,45 x 0,90 m.).

Santa Lucía y San Miguel

A la izquierda de la capilla existe un vano con escalinata de tres peldaños que da acceso al presbiterio del templo.

Presbiterio

La zona del presbiterio, es muy profunda en planta, el espacio tiene forma poligonal y se distinguen tres tramos, y está cubierta por una bóveda de nervadura cortada en el centro por un nervio transversal llamado espinazo.

Detalle de la bóveda

A ambos lados de la cabecera, se ubican la sacristía y la antigua capilla sacramental.

Los muros están cubiertos por diferentes cuadros.

Muro de la Epístola del Presbiterio con el arco de acceso a la Capilla Sacramental

En el muro de la epístola nos encontramos con un escudo en la zona central superior. En la zona inferior izquierda había un calvario, en una hornacina con algunos rasgos de estética mozárabe, situado junto al arco de entrada a la Capilla Sacramental. Actualmente un cuadro de Jesús. Además, seis pinturas que representan a la mitad del apostolado. Se creen que fueron pintados en el siglo XVII, aunque la autoría no ha quedado totalmente clara ya que aún se discute si fueron pintados por el luxemburgués Pablo Legot o por Herrera el Viejo o pertenecen a la escuela de Zurbarán. Todos los cuadros están realizados en óleo sobre lienzo, miden 133 x 98 cm. 

También hay un lienzo de Jesucristo Crucificado con las mismas características y autoría que los anteriores.

Las fotografías no son de buena calidad dada las dificultades que ocasiona la altura de su colocación y la falta de luminosidad de la iglesia y de los propios cuadros. 


Escudo

Jesucristo en lugar del Calvario





Crucificado

En el muro del evangelio, además de dos escudos, tenemos los cuadros de los seis apóstoles restantes, de la colección de doce lienzos salidos de la escuela de Zurbarán. 

Muro del Evangelio del Presbiterio con el arco de acceso a la Sacristía


 




También se conserva una ventana mudéjar y un arcosolio con un escudo y un texto que nos indica: “Don Francisco Villasis Conde de Peñaflor biznieto de Don Pedro de Villasis Patrono de la Iglesia la dotó renovo su entierro y adornó la capilla Mayor en 1636”.

Arcosolio

Detalle del texto 

Detalle del escudo

Los Villacís ostentaban el patronato de esta Capilla Mayor, con asiento privilegiado y derecho de sepultura en ella. 

Al pie del Altar Mayor se encontraba una losa de mármol con la siguiente inscripción:

“D. Francisco de Villacís Conde de Peñaflor Caballero de el Orden de Santiago del Consejo de S. M. y su Presidente en la Real Casa de la Contratación de Sevilla y Mayordomo de S. A mando poner esta losa para mayor adorno de el entierro de los Sres. sus padres patronos de esta Yglesia y capilla mayor de ella, de que asimismo es patrono y lo son los sucesores en su casa y maiorazgo”.

Aunque en el siglo XVII se hiciera público y se dejara constancia de ese patronazgo (o posteriormente en el siglo XIX), todo comenzó con la figura de D. Pedro Villacís, personaje que se trasladó́ a Sevilla con motivo de haber sido nombrado por los Reyes Católicos para el cargo de Tesorero y Receptor de la Inquisición de España y Canarias, a raíz de la constitución del Tribunal del Santo Oficio. Por esta causa circularon por dicha ciudad unas coplas que decían:

"Judío de larga nariz

paga la farda a Villacís;

judío de nariz larga

paga la farda"

Pues él era el encargado de recaudar un impuesto llamado “farda”.

Fue Caballero Veinticuatro del Ayuntamiento de Sevilla y uno de los caballeros de esta ciudad convocados por los Reyes Católicos en 1494.

Compró unas casas principales en la calle de la Plata (en el sitio que en la actualidad se llama Plaza de Villacís), en la collación de San Andrés, a don Antonio Manrique de Lara, Alcalde Mayor de Sevilla

Sin embargo, Pedro de Villacís no llegó a sepultarse en esta capilla, pues murió́ en Olmedo (Valladolid) y fue enterrado en la iglesia de San Francisco de dicha villa, el 16 de febrero de 1534.

Altar Mayor

El retablo mayor, obra barroca en madera tallada y dorada, fue realizado por Felipe Fernández del Castillo y su sobrino Benito de Hita y Castillo entre 1732 y 1739, que debió ser reformado en el último cuarto del siglo XVIII, por lo que ya apunta formas de la pureza de la transición al academicismo. Mide 9,86 de alto por 6,81 de ancho.

Está formado por banco, cuerpo dividido por columnas en tres calles, y ático donde destacan unas pequeñas columnas en forma de estípites. 

Retablo Mayor

En el centro del retablo destaca una escultura de la Inmaculada que se considera obra de Jerónimo Hernández   de hacia 1570. 

Realizada en madera con las técnicas de tallado, estofado y policromado, mide 1,69 metros y fue realizada en estilo manierista. 

Se cree que proviene del antiguo retablo mayor diseñado por Antonio Maeda en 1594.

Hornacina central con la Inmaculada

Inmaculada
Detalle de la Inmaculada

A su lado San Pedro y San Pablo, en las calles laterales del cuerpo central, escoltan a la Virgen Inmaculada. 

San Pedro está realizado en madera con técnicas de tallado, estofado y policromado, mide 1,53 metros de alto y es de estilo barroco. 

San Pablo, también en madera, fue tallado, ensamblado y dorado, su altura es de 1,53 metros y es de estilo barroco. 

San Pedro y san Pablo

Sobre ella, la Eucaristía y encima san Andrés. 

Eucaristía rodeada de ángeles

San Andrés está situado en la calle central, en la transición del cuerpo principal al ático. Está realizado en madera con las técnicas de tallado, estofado y policromado. Mide 1,40 metros de altura. Es de finales del siglo XVIII y su estética es barroca.

San Andrés

Discretamente por debajo de san Andrés se sitúan santa Bárbara a la derecha y san Juan Bautista a la izquierda.

La talla de Santa Bárbara, con técnicas de tallado, ensamblado y dorado, mide 1,53 metros de altura y fue realizada en el siglo XVIII por un autor anónimo como todas las tallas anteriormente citadas a excepción de la Inmaculada.

Santa Bárbara y San Juan Bautista 

Nave del Evangelio 

Vista de la nave del Evangelio desde los pies del templo 

En la cabecera de la nave del Evangelio se halla un retablo de estilo barroco realizado en madera con las técnicas de tallado, ensamblado y dorado, por un autor desconocido de finales del XVIII. Mide 6,42 metros de alto por 2,85 metros de ancho.

Cabecera de la nave del Evangelio

Retablo

El retablo presenta una hornacina entre estípites, presidido por una magnífica talla de una Dolorosa que está documentado que fue realizada por Benito Hita del Castillo en 1670.

Aparece arrodillada sobre un cojín, con un enorme corazón traspasado por el puñal de dolor en el pecho. 

Sus devotos del templo de San Andrés también la conocen como Virgen de los Desamparados

La talla de madera fue realizada mediante las técnicas de estofado, policromado y dorado y su altura alcanza los 1,25 metros.

Virgen de los Desamparados

En los laterales aparecen representados San Francisco de Borja y San Francisco de Paula y, en el ático, Santo Domingo de Guzmán, obras todas contemporáneas del retablo y ajenas a Benito Hita. 

San Francisco de Borja y San Francisco de Paula

Santo Domingo de Guzmán

San Francisco de Paula es talla anónima, estofada, policromada y dorada, de 76 centímetros de altura.

San Francisco de Borja está realizado con las mismas técnicas y mide 77 centímetros. Igualmente es talla anónima.

Santo Domingo de Guzmán fue elaborado también en madera estofada, policromada y dorada, pero en un tamaño inferior, 52 centímetros.

En este espacio podemos contemplar cuatro cuadros: La virgen con el Niño, La Adoración de los Reyes, San Jerónimo penitente y un cuadro del que no tengo información y no comprendo lo que significa.

La Virgen con el Niño

La Adoración de los Reyes

San Jerónimo penitente

En el primer tramo, desde la cabecera, de la nave del evangelio se encuentra la Capilla del Sagrado Corazón. 

Primer tramo

La capilla está cerrada por una reja y encima presenta un cuadro que creo que puede representar al arcángel San Gabriel. 

Arcángel San Gabriel

Esta capilla, en su momento, fue la sede de la Hermandad de San Lucas, que perteneció al gremio de pintores, y en ella hay parte de una sillería de coro de finales del siglo XVIII que proviene del desaparecido convento de monjas dominicas de la Pasión (ver).

Detalle de la Sillería de la pared derecha

Detalle de la Sillería de la pared izquierda


Es de planta cuadrada y cubierta con bóveda de paños sobre corona octogonal.

Bóveda

Destaca un retablo de estilo neogótico construido en el siglo XIX, presidido por la imagen del Sagrado Corazón.

Retablo

La escultura fue realizada por Adolfo López Rodríguez en 1894. Es una bella talla completa realizada en madera tallada y policromada. Los bloques de pino se ensamblan a unión viva conformando el embrión de la pieza, mientras que la policromía se resuelve con la aplicación de óleo en la carnaciones y estofados al temple en el caso de las vestiduras. El resultado es un conjunto armonioso, lleno de sencillez y majestuosidad.

En la peana aparece inscrita la firma: "Adolfo López, Sevilla-1894". 

Sagrado Corazón

Detalle del Sagrado Corazón

Esta flanqueado por pinturas goticistas de Virgilio Mattoni (siglo XX) que representan a dos ángeles heraldos de impronta medieval, portadores de bandas con leyendas de textos bíblicos.

Ángeles

En el frontal del altar se representa un azulejo con el Cordero Divino sobre el Libro de los Sietes Sellos y sobre él una pequeña imagen de la Virgen con el Niño.

Frontal del altar

Detalle de la Virgen

En la pared derecha de la capilla, Mattoni pintó una representación de Cristo Rey, en la que Jesús aparece junto al Padre Hoyos y Santa Margarita María de Alacoque, con el texto: “Reinaré en España y con más veneración que en otras partes”

Al igual que los ángeles del retablo, esta obra tiene un carácter neobizantino o neogoticista, con un Cristo Majestad entronizado y coronado de rostro netamente oriental.

Detalle de la pared derecha de la capilla con pintura de Mattoni y sillería del coro del convento de las monjas dominicas de la Pasión

Detalle de la pintura de Mattoni

Detalle de la pared izquierda de la capilla 

Detalle de pequeño crucifijo de marfil con los pies fijados por dos clavos

Detalle de una de las lámparas

Le sigue un retablo del siglo XVIII y de estilo barroco tardío con estípites realizado en madera tallada, ensamblada y dorada. 

Mide 6,60 metros de altura y 2,90 metros de ancho.

Retablo

En la hornacina central se muestra a San José con el Niño Jesús. Ambas imágenes son de gran calidad, aunque de autoría desconocida. La obra es de madera tallada, estofada y policromado y mide 1,52 metros de altura.

San José con el Niño

Detalle de San José con el Niño

En las calles laterales, las imágenes de San Rafael Arcángel y San Cayetano o San Francisco Javier Peregrino. 

Ambas tallas están estofadas y policromadas. Miden 76 centímetros de altura.

San Rafael Arcángel y San Cayetano

En el ático del retablo, la figura de San Francisco de Asís, de 55 centímetros de altura, tallada en madera estofada y policromado.  

San Francisco de Asís

Sobre la peana que se apoya en el banco del retablo podemos ver un cuadro de la faz de Cristo que tiene la particularidad de que, según desde donde se mire, tiene los ojos cerrados o los ojos abiertos.

Cuadro de la faz de Cristo

Seguidamente la puerta a la plaza de San Andrés

Puerta

Tras esta puerta que da a la calle San Andrés, un excelente retablo de la Inmaculada de 1587.

Siguiente tramo a la puerta de la inmaculada

Parece, que el administrador parroquial Cristóbal Rodríguez Calvo y su esposa Leonor Nuño de Cabrera contrataron el retablo con el artista cordobés Andrés de Castillejos.

El estilo del retablo es manierista y mide 5,95 metros de alto por 4,33 metros de ancho.

Retablo

En el centro del retablo, la imagen de bulto redondo de la Inmaculada, de 1,78 metros de alto, en madera tallada, policromada y estofada, atribuida a Gaspar Núñez Delgado.

La Virgen posee un rostro juvenil, aunque no aniñado, como muchas Inmaculadas posteriores. Las facciones poseen cierto grado de angulosidad y en ellas destacan una nariz prominente y unos ojos entrecerrados con la vista dirigida al suelo. El cabello cae sobre los hombros formando pronunciados rizos, los cuales enmarcan tanto el cuello como la cara, girada a la derecha, y dejan a la vista la oreja izquierda. 

Los brazos están flexionados y las manos juntas en actitud orante, con ambas palmas tocándose y los dedos ligeramente doblados. En ambas extremidades se aprecia un desplazamiento hacia el lado opuesto al que gira la cabeza, gesto estrechamente vinculado a la tendencia artística que Martínez Montañés pondría en práctica en la Inmaculada llamada La Cieguecita.

La talla, cuya policromía corresponde a Francisco Pacheco (aunque también se le atribuye a Alonso Vázquez, quien habría policromado la escultura en 1598), viste túnica con motivos florales y manto azul sin apenas adornos (tan solo unos ornamentos en el borde).

Este manto, cuyo envés muestra delgadas franjas horizontales de color negro sobre un fondo dorado, presenta una serie de pliegues angulosos desde la doblez de la cintura hasta los pies, donde destaca una peana conformada por una media luna y dos cabezas aladas de serafines en el frente. 

La imagen, descrita como “arrogante y muy original”, posee fuertes lazos con el estilo artístico de Montañés, quien como discípulo de Núñez pudo haberse inspirado en ella para la creación de algunas de sus imágenes concepcionistas.

Inmaculada


Detalle de la Inmaculada

"El Bautismo de Cristo" y "San Cristóbal", de Alonso Vázquez, se muestran a ambos lados de la talla virginal, "Dios Padre" sobre ella y "La Coronación de la Virgen" en el ático. 

"El Bautismo de Cristo" 

"San Cristóbal"

"Dios Padre"

“La Coronación de la Virgen"

Además, encontramos otras pinturas en el conjunto del retablo pintadas en óleo sobre tabla por Alonso Vázquez en estilo manierista alrededor de 1587:

"Los Reyes y Patriarcas de Israel" (en el banco del retablo), 

"San Juan Evangelista" (en la calle lateral derecha), 

"San Lucas Evangelista" (en la calle lateral izquierda), 

"Los Reyes y Patriarcas de Israel"

San Juan Evangelista

San Lucas Evangelista

Bajo la talla de la Inmaculada tenemos un pedestal con una inscripción en latín que dice lo siguiente:

Inscripción bajo la Inmaculada

ANDREAS APOSTOLUS:QOMODO DE

INMACULATA TERRA FACTUS FUERAT

HOMO PRIMUS, NECESSARIOUM FUIT

UT DE INMACULATA VIRGINE NATUS

CHRISTUS VITAM AETERNAM QUAM

OMNES PERDIDENT REPARARET.

En una traducción más o menos libre, el texto viene a decir lo siguiente:

"El Apóstol Andrés:

Del mismo modo que el primer hombre

fue hecho de la tierra inmaculada,

así era necesario que Cristo,

nacido de la Virgen inmaculada,

reparara con la vida eterna

a todos los que la perdieron".


En el intradós del arco, diversas pinturas "San José con el niño" , “San Francisco de Asís”, y Letanías Lauretanas (ver)

"San José con el niño" y “San Francisco de Asís”



LETANIAS LAURETANAS

La Fuente y el Pozo

La Puerta y el Espejo

La Palmera y el Ciprés

El Lirio y la Rosa

El Huerto Cerrado y la Ciudad

El Templo del Espíritu Santo y la Estrella

La Luna y el Sol

En el último tramo se presentan un confesonario, varios cuadros y azulejos, de los que destaca el dedicado a la fundación de la Hermandad de la Sagrada Expiración de Nuestro Señor Jesucristo en 1575, y la Pila de Agua Bendita. 

Vista del ultimo Tramo

San Francisco abrazado a Cristo. Copia de Murillo

La Coronación de la Virgen










A los pies del templo, en la nave del evangelio nos encontramos con un retablo neoclásico, y a su izquierda un cuadro del “Martirio de san Andrés”.

Visión de los pies de la nave del Evangelio desde la cabecera

Detalle de los pies de la nave del Evangelio

“Martirio de san Andrés”

El retablo está compuesto de tres cuerpos, un banco (que ha sido realizado de nueva factura por haber desaparecido el antiguo de cerámica), un cuerpo central que acoge al Crucificado y a las dos imágenes de santos, y un ático con un motivo central que presenta el escudo de San Juan de Ribera. 

Retablo


Está estructurado por dos columnas de orden corintio que sujetan el entablamento del ático.

Este retablo, estaba colocado en la iglesia antes de la restauración que se inició en 1989, y era conocido como "el de los Santos Juanes", porque estaba presidido por un lienzo de San Juan de Ribera (actualmente desaparecido).

En las calles laterales recibían culto dos esculturas de San Juan Nepomuceno, a la izquierda y San Juan de Ávila la derecha. Al volver a colocarse en el templo, y hallarse en paradero desconocido el mencionado lienzo central, la Parroquia ha decidido adaptar el espacio central para la veneración del Santísimo Cristo de la Buena Muerte.

Así, a la izquierda del Cristo podemos ver la imagen de San Juan Nepomuceno y a la derecha se encuentra el beato San Juan de Ávila.

San Juan Nepomuceno y San Juan de Ávila

Detalle de San Juan Nepomuceno

Detalle de San Juan de Ávila

La imagen crucífera se cree que es del siglo XVII, aunque se desconoce su autor. Realizado probablemente en pino de Flandes. Presenta unas dimensiones muy inferiores a la talla denominada de escuela, de estilo barroco sevillano.

Esta imagen se mantuvo en cesión durante un periodo de unos años a la Hermandad de San Juan de Ávila, con motivo de presidir el Altar Mayor de la misma, en el barrio sevillano de El Porvenir.

Se trata de un cristo muerto con el rostro caído hacia el lado derecho, con mechón de pelo o bucle hacía el mismo lado que la cabeza. Corona de espinas tallada. Sujetos los brazos mediante clavos en las palmas de las manos. Con llaga en costado derecho. Amplio paño de pureza que cubre totalmente ambas caderas. Los pies fijados con un solo clavo con el pie derecho sobre el izquierdo. 

Crucificado

Detalle del rostro

Detalle de la herida del costado y el paño de pureza

Visión frontal de los pies

Visión lateral de los pies


Al fondo de la nave, la puerta de entrada y sobre ella el coro con el órgano.

Detalle del fondo del templo

En el coro, situado en una tribuna sobre la entrada principal, podemos contemplar el órgano neoclásico de comienzos del siglo XIX, construido por Francisco Rodríguez. 

Detalle de la tribuna

Se conoce el autor del órgano por un asiento en un Libro de Cuentas de Fábrica, que además nos indica que "renovó y doró Don Joaquín de León y Sotelo en enero de 1874".

Tiene tres castillos y un sólo teclado con transmisión mecánica. Está pintado en color madera, con dorados, posee una lengüetería en forma de W y dispone de un frontón en el remate.

Tiene un secreto con partición cromática (el secreto es la parte del órgano que comprende el arca de viento con sus canales y válvulas y en la que se apoyan los tubos). La tubería tiene inscripciones y escudos. Los fuelles son originales y disponen de motor eléctrico.

Lamentablemente su estado de conservación es deficiente, sobre todo la transmisión, la tubería, los fuelles y los conductos según el último estudio al que fue sometido.

Detalle del órgano

Vía Crucis