RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas
San Josafat.
Icono
de Josafat Kuncwizc (CC BY 3.0)
Josafat (Juan) Kuncewicz nació en Volodimir de Volinia,
ducado de Lituania, en 1580. Sus padres pertenecían a la nobleza rutena y a la
Iglesia ortodoxa.
Siendo
ortodoxo, vivió en un periodo caracterizado por una pugna constante entre la
Iglesia ortodoxa tradicional y la Iglesia greco-católica bielorrusa de rito
griego.
Durante el
Concilio de Florencia (1451-1452), la Iglesia greco-católica bielorrusa (de la
que formaría parte Josafat) llegó a restablecer la plena comunión con Roma
reconociendo oficialmente el primado de Pedro sobre el resto de obispos.
Así, Josafat se integró al catolicismo y en 1604 ingresó en
el monasterio de la Santa Trinidad, de la Orden de san Basilio, situado en
Vilna
Se ordenó sacerdote en 1609 bajo el rito bizantino, en 1617
fue nombrado el primer archimandrita de su monasterio y después, fue
ordenado obispo de Pólatsk, situado en la actual Bielorusia.
El 12 de
noviembre de 1623, mientras se encontraba en Vitebsk, fue rodeado por un grupo
de personas, extremistas ortodoxas, que al grito de “¡Muerte al papista!”, lo
apalearon, lo atravesaron con una lanza, le rompieron el cráneo con un machete
y lo arrojaron a un torrente de agua.
El Beato Pío
IX, en 1867, fue el encargado de canonizar a San Josafat, convirtiéndolo en el
primer santo de la Iglesia Católica de Oriente que pasó por un proceso formal
de canonización, y su memoria se celebra el 12 de noviembre, día
de su muerte.
El Papa Pío XI, en su Carta Encíclica “Ecclesiam Dei” (La Iglesia de Dios) escribió
que San Josafat “comenzó a dedicarse a la restauración de la unidad, con tanta
fuerza y tanta suavidad a la vez y con tanto fruto que sus mismos adversarios
lo llamaban ‘ladrón de almas’”.
Iglesia-Hospital del Pozo Santo (ver)