AREA DE MACARENA-SAN LUIS-SAN JULIAN
Calle San Julián.
Desde Duque Cornejo a Madre Dolores Márquez y Macasta. Confluye
San Hermenegildo por la acera de los pares. En tiempos históricos otras calles y callejuelas
accedían a San Julián, como eran el callejón de las
Animas, la calle Rosillas y la de las Pelotas.
Calle
San Julián
Desde Duque Cornejo a las proximidades de San Hermenegildo era conocida, al menos desde el s. XVI, como plaza de San Julián, por la iglesia de esta advocación.
La confluencia con San Hermenegildo era nombrada plaza de la Cruz, por la que allí se levantaba.
El resto, junto con la actual Madre Dolores
Márquez, era la calle Real de San Julián.
En la reforma general del callejero de 1845 todos estos topónimos se unifican en calle
de San Julián, que daba entonces nombre a una vía
más larga, de la
que se segregaron, en 1868, Moravia por un extremo, y en 1987, Madre Dolores Márquez por el otro, reduciéndose entonces a sus actuales limites
La plaza de la Cruz
bien pudiera corresponder al que fue
cementerio de la collación, donde en 1600 solicitaban: "Que
en el cementerio della ay gran muladar y
perros muertos, de que biene daño a la salud, piden se pinten de cruzes, porque se le escuse las ofensas
a Dios que allí se
fazen".
Plaza de la Cruz
En 1649, en memoria de los
allí sepultados, a raíz de la peste padecida por la ciudad, se colocó
una cruz de hierro, que en 1735 se rodeó con
una baranda del mismo material, sería “la Cruz
de la Retama” (ver), nombre que hace alusión a las retamas o hiniestas
entre las que, a finales
del siglo XIV, el caballero mosén Per de Tous encontró la imagen la Virgen con
el Niño en brazos (ver)
con un letrero en latín que decía: “Sum Hispalis de sacello ad portam quae
ducit ad Corduvam” (“Soy de Sevilla, de una capilla junto a la Puerta que
conduce a Córdoba”).
Cuando los enterramientos pasaron al Cementerio
Municipal (1853), la plaza se convirtió en un espacio público y la cruz pasó a
estar adosada a la pared del templo de san Julián.
Un siglo más tarde aún se conservaba, pero debió perderse en fecha indefinida, pues
en 1940 se acordó instalar
en la plaza la que existe delante de la iglesia de San Julián, la cruz de hierro artística que estaba adosada a la fachada del templo.
Sin embargo en este punto los datos son
contradictorios, pues efectivamente esta cruz estaba situada en la pared del
evangelio en 1932 cuando el templo fue prácticamente destruido en un incendio
provocado (ver) y se
refiere que en 1938, Don Luis Ybarra y Osborne, mayordomo de la Hermandad del
Silencio, la solicitó al ayuntamiento al encontrase en un templo derruido, y
fue emplazada en el atrio de la Iglesia de san Antonio Abad, hasta 1959 en que
dejó este sitio para la imagen de san Cayetano y pasó al interior del compás en
un retablo diseñado por el arquitecto Antonio Delgado Roig.
Situación de la cruz adosada a la pared del
templo de san Julián
Cruz de la Retama en el compás de la
iglesia de san Antonio Abad
Con lo que la cruz existente actualmente en la plaza de
san Julián seria una copia de la “Cruz de la Retama” sobre una peana de
ladrillo revestido, bastante deteriorada.
Cruz de la plaza de san Julián
Detalle
Detalle
Distintos autores han coincidido en definir a ésta como
plaza de pueblo: Romero Murube la llamaba “plaza del pueblo Grande” (Sevilla en
los labios), y Manuel Barrios exclamaba en Sevilla, lirio y clavel:
i Plaza de
pueblo andaluz
casitas limpias
y blancas
y el sol, que
acaricia y besa
sus geranios y
albahacas·! ...
A finales del s. XIX se instaló un
centro de beneficencia para niños denominado Asilo de San Cayetano, y en 1934 se ubicó la institución Amigos del
Niño, fundada en 1927 por el conde de Colombí (ver), que se dedicaba a distribuir leche
entre los niños de los barrios más pobres;
actualmente es un establecimiento escolar,
regentado por una institución religiosa
Lógicamente el
edificio más representativo es la iglesia de
San Julián (ver).
En la fachada de la casa número 17, una placa recuerda
a Sor Bibiana.
San
Julián numero 17
Azulejo
a Sor Bibiana
La hija de la Caridad, de San
Vicente de Paúl, Sor Bibiana Gastón Ansa, fue una navarra que fue enviada desde
su tierra a Sevilla, concretamente al barrio de San Julián en la década de los
50, cuando tenía veintipocos años.
Consagró su vida a dar clases a los niños más pequeños de la guardería de
San Cayetano, donde ella residía, también se encargó de dirigir uno de los
grupos de voluntariado de la AIC de Sevilla (antes denominado Damas de la
Caridad), el grupo de voluntarias de San Cayetano, labor
que desempeñó hasta el final de sus días, con un amor entrañable y
una gran entrega hacia el más pobre.
En 1998 se le concedió la medalla del trabajó, de manos del entonces ministro Javier Arenas, y en 2006, la hermandad de la Hiniesta, por la cual sentía una gran devoción, le concedió la medalla de oro de dicha hermandad.