RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística
Francisco Antonio Ruiz Gijón.
Calle Ruiz Gijón con el Azulejo de Cerámica (ver)
Su padre era
Lucas Ruiz Gijón, natural de la Calzada de Calatrava. Era maestro de enseñar a
leer y a escribir y se desconoce porqué se trasladó a Andalucía, donde en 1647
se casó en Utrera con María de las Nieves y se instalaron en la collación de
Santa María de la Mesa.
Francisco Antonio, fue el cuarto hijo y fue bautizado el 13
de septiembre de 1653 en la Iglesia de santa María dela Mesa.
En 1660 la familia se trasladó a Sevilla, a la collación del
Sagrario. Es probable que primero tuvieran su residencia en la calle del
Aceite, pero luego vivieron en la calle de Las Gradas.
El padre de familia, Lucas Ruiz Gijón, enfermó y murió en
1668. Ese mismo año, Francisco Antonio inició su formación en la “Academia de
pintura y escultura” instalada en la Casa Lonja, fundada por Murillo, y donde su
profesor de dibujo escultórico fue Pedro Roldán,
entre 1668 y 1672.
En 1669 Francisco entró como aprendiz con el maestro
escultor Andrés Cansino, que tenía su vivienda y taller en la calle Colcheros.
En los contratos, el aprendizaje tenía una duración de tres años y el discípulo
se trasladaba a vivir a la casa del maestro. Pero Cansino murió en 1670 y
Francisco se casó con la viuda, Doña Teresa de León, y se hizo cargo del taller
para concluir los encargos que Cansino tenía pendientes.
Se casaron el 27 de diciembre de 1670,
cuando Teresa tenía 37 años y tres hijos y Francisco solo 17 años y tuvo tres
hijos con Teresa.
Se trasladaron a vivir juntos en la calle Peladero (hoy
Boteros), en la collación del Salvador y posteriormente, en 1674, a la calle
Conde de Castellar, en la collación de San Juan de la Palma.
Pero, Teresa falleció en 1677 y
Francisco contrajo segundas nupcias con Isabel de Ascensión, hija de Jorge
Caballero y Juana Bautista.
En 1693 enfermó y redactó su testamento, pero posteriormente
sanó y se desconoce la fecha de su fallecimiento. Algunos estudios establecen
la fecha de 1720 y que fue enterrado en la Iglesia de santa Marina, pero estos
hechos no pueden ser confirmados ya que los archivos fueron destruidos durante
el incendio provocado de esta iglesia durante los tristes sucesos de 1936.
Félix González de León establece que hacia 1703-1704 vivía en la plazuela del Herrador, en
la collación de Santa Marina, y Antonio Gómez Aceves asegura que vivió hasta
1720 en la calle San Luis número 57, en esquina con las calles Macasta y
Arrayán, donde se colocó en su honor un azulejó de cerámica en 2003.
Azulejo en recuerdo de Francisco
Antonio Ruiz de Gijón
Su primera obra documentada es la talla de Jesús Nazareno
encargada en 1671 por la Hermandad de Pescadores de Alcalá del Rio.
Jesús Nazareno de Alcalá
del Rio
Detalle de Jesús
Nazareno de Alcalá del Rio
Otra obra de estos
años son la talla de Santa Ana y
la Virgen Niña, de la iglesia de la Magdalena en Sevilla
(1675), en la que trata el tema de la educación de la Virgen. La figura de
santa Ana, aparece sentada, en actitud solemne, concebida como una robusta
matrona, de rasgos avejentados. La figura de la niña tiene un mayor dinamismo y
un rostro más expresivo. Esta acompañada de una imagen anónima de san Joaquín
fechable en el siglo XVIII
Retablo de Santa Ana y
la Virgen Niña con San Joaquín
Detalle del conjunto escultórico
Detalle del rostro de Santa Ana
Detalle de la Virgen Niña
Imagen de San
Clemente para la Sacramental de La Magdalena, recientemente identificado por
Roda Peña.
En la Iglesia de San Antonio Abad, una imagen de San
Antonio Abad de 1676.
En la Iglesia
de san Nicolás de Bari, el retablo de San José y de Santa Rosa de Lima de 1678
Su obra más importante es el Cristo de la Expiración, conocido con
el nombre popular de El Cachorro,
que se venera en la Capilla de la Virgen del Patrocinio de Sevilla, comenzada
en 1682 y terminada siete años después. La talla está hecha en pino de Flandes
y mide 1,89 metros.
Con este
Crucificado, Gijón alcanzaría una de las más perfectas simbiosis de la
escultura religiosa universal al unir agonía con ingravidez y espiritualidad
con una genial interpretación anatómica del sufrimiento de Jesús.
La impresionante imagen del Cristo de la Expiración representa el
instante de su muerte, el momento de la expiración, el último suspiro, su
rostro mira al cielo con la boca entreabierta destacando la palidez corneal. El
paño de pureza de tres fragmentos se sujeta con una cuerda, y parece agitarse
sacudido por un intenso viento.
Según una leyenda muy
difundida, el rostro del Cristo de la Expiración está tomado del de un gitano
apodado el “Cachorro” que murió como consecuencia de las heridas sufridas en
una reyerta. El incidente habría sido presenciado por el escultor, el cual
plasmaría en el Cristo las facciones del herido en el instante de exhalar su
último suspiro.
Imagen completa del “Cachorro”
Detalle del rostro
Detalle del rostro
Detalle del paño de
pureza
Detalle de los pies
En 1687 ejecutó la figura de Simón Cirineo, que posee la Cofradía
de Jesús Nazareno de las Tres Caídas, de la parroquial sevillana de San
Isidoro. Se presenta encorvada y con ropajes tallados al estilo del campesinado
medieval. Es una representación extraordinariamente veraz de un hombre de
pueblo, por lo que pudiera tratarse también de un retrato. Ruiz Gijón ha
logrado expresar con un agudo naturalismo, el esfuerzo del hombre que ayuda a
Jesús a cargar con el peso de la cruz.
Simón Cirineo, de la
Cofradía de Jesús Nazareno de las Tres Caídas, de San Isidoro
Entre los años 1688 y 1692, Ruiz Gijón realiza las andas
procesionales (ver) de la imagen sevillana de Jesús del Gran Poder, cuyas dimensiones son 2,36 por 4 por 1,52
metros.
De fuerte dinamismo compositivo, han servido de modelo
de cuantas en madera tallada, dorada y policromada se han hecho con
posterioridad. Ensamblados en la talla, se hallan varios relieves: la Destrucción del Templo por Sansón, Moisés
tocando con su vara la peña, la entrada de los animales en el Arca de Noé, la
vuelta del hijo pródigo, Jesús es ayudado a llevar la cruz por Simón de Cirene,
el prendimiento de Jesús, Jesús atado a la columna y golpes que le dieron los
soldados de Jesús en el Pretorio.
Paso procesional Jesús del Gran Poder
Cuatro
evangelistas, realizados entre los años 1695 y 1700, de la Hermandad del Museo,
para las esquinas del paso del Señor.