viernes, 28 de junio de 2024

ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA

Duque de Montemar.

 

Calle Duque de Montemar (ver)

José Francisco Carrillo de Albornoz y Montiel Esquivel y Guzmán, III conde de Montemar y I duque de Montemar, nació en Sevilla el 8 de octubre de 1671.

Hijo de Francisco Carrillo de Albornoz Esquivel y Guzmán, II conde de Montemar, coronel de guardias, director general de la caballería de España, general del Ejército de Orán, caballero de la Orden de Santiago, y de su primera mujer, Leonor de Montiel y Segura, hija de Federico de Montiel y de Isabel de Segura.

Fue comendador de Moratalla en la Orden de Santiago y segundo coronel del Regimiento de Caballería Montesa desde 1706 (21 de agosto), ascendido a brigadier al año siguiente (7 de septiembre); en ese mismo año de 1707 sucedió en el condado de Montemar y en 1710 participó con el cargo de mariscal en la batalla de Villaviciosa, en el marco de la Guerra de Sucesión Española, peleando en el bando triunfador felipista.

José Carrillo de Albornoz. Primer Duque de Montemar. Serrano y Bartolomé, Joaquina. Hacia 1879. Óleo sobre tela. 103 x 83 cm. Museo del Prado. (CC BY 3.0)


Ocupó en dos ocasiones la Capitanía General de Cataluña entre 1722 y 1725, siendo sustituido en el cargo por Guillermo de Melun, marqués de Risbourg (1725–1735), pero ocupándolo interinamente en 1726 por deseo del rey. En ese mismo año fue nombrado Capitán General de la Costa de Granada.

El 4 de abril de 1731 fue nombrado capitán general de los Reales Ejércitos, y también sirvió como coronel de las Reales Guardias de Infantería Española, así como director general de la Caballería de España desde 1732.

Se le confió el mando de la expedición contra la costa de África, y como general en jefe del ejército reconquistó Orán en 1732.

Ese mismo año de 1732 fue nombrado caballero de la Orden del Toisón de Oro.

En 1734, participó en la Batalla de Bitonto, frente a los austriacos, donde rescató las plazas de Nápoles y Sicilia, que habían pertenecido a la Corona de España, por lo que llegó a desempeñar el cargo de virrey de Sicilia.  En agradecimiento a los servicios prestados en esta batalla, Felipe V elevó el condado de Montemar a ducado, en 1735, añadiéndole la Grandeza de España, por Real Cédula de 20 de mayo de dicho año.

Posteriormente sirvió como secretario del Ministro de Guerra desde 1737 a 1741, y falleció en Madrid el 26 de junio de 1747.

AREA DE MACARENA-SAN LUIS-SAN JULIAN

Calle Cetina.

De Macasta a Duque de  Montemar.

Calle Cetina


Desde 1426 hay referencias a una calle del Peladero (o Perlero) en Santa Marina, que bien podría corresponder a ésta o a Duque de Montemar.

Tanto González de león (Las calles ...) como Moreno y Gálvez (1845), la nombran Peladero, o Peladera de San Julián, para distinguirla de otras de similar denominación.

En 1845 pasan a llamarse Montemar tanto ésta como la adyacente. Finalmente, entre 1868 y 1873 se segrega y recibe la denominación que hoy conserva, en honor de Gutierre de Cetina (ver), poeta, militar y aventurero, que murió de forma violenta en Méjico; autor de sonetos, epístolas, canciones y madrigales, el más conocido de los cuales es “Ojos claros, serenos" .

En algunos documentos y planos (1890) figura con el nombre completo de Gutierre de Cetina.

 AREA DE MACARENA-SAN LUIS-SAN JULIAN

Calle Duque de Montemar.

De san Luis a Cetina.

Calle Duque de Montemar

Según un documento de 1471 podría ser entonces conocida como calle del Peladera, o Peladera de San Julián según Álvarez-Benavides, aunque al menos desde 1665 hay referencias a ella como Encarnación Vieja, por el convento de monjas de Belén, entonces llamado de la Encarnación, mientras que el topónimo Peladera se asigna con claridad desde principios del XIX a Cetina.

En 1845 ambas vías pasan a denominarse Montemar. Entre 1868 y 1873 se segrega Cetina, y en 1875 se acuerda darle a ésta el nombre completo de Duque de Montemar (ver), en memoria de José Carrillo de Albornoz (1671-1747), capitán general del Ejército y ministro de Guerra, a quien Felipe V le concedió el título de Montemar.

También es probable que Cetina y Duque de Montemar hayan sido identificadas con los mismos topónimos hasta 1873, y de aquí la confusión que ha podido crearse.

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística  

Francisco Antonio Ruiz Gijón.

Calle Ruiz Gijón con el Azulejo de Cerámica (ver) 

Su padre era Lucas Ruiz Gijón, natural de la Calzada de Calatrava. Era maestro de enseñar a leer y a escribir y se desconoce porqué se trasladó a Andalucía, donde en 1647 se casó en Utrera con María de las Nieves y se instalaron en la collación de Santa María de la Mesa.

Francisco Antonio, fue el cuarto hijo y fue bautizado el 13 de septiembre de 1653 en la Iglesia de santa María dela Mesa.  

En 1660 la familia se trasladó a Sevilla, a la collación del Sagrario. Es probable que primero tuvieran su residencia en la calle del Aceite, pero luego vivieron en la calle de Las Gradas.

El padre de familia, Lucas Ruiz Gijón, enfermó y murió en 1668. Ese mismo año, Francisco Antonio inició su formación en la “Academia de pintura y escultura” instalada en la Casa Lonja, fundada por Murillo, y donde su profesor de dibujo escultórico fue Pedro Roldán, entre 1668 y 1672.

En 1669 Francisco entró como aprendiz con el maestro escultor Andrés Cansino, que tenía su vivienda y taller en la calle Colcheros. En los contratos, el aprendizaje tenía una duración de tres años y el discípulo se trasladaba a vivir a la casa del maestro. Pero Cansino murió en 1670 y Francisco se casó con la viuda, Doña Teresa de León, y se hizo cargo del taller para concluir los encargos que Cansino tenía pendientes.

Se casaron el 27 de diciembre de 1670, cuando Teresa tenía 37 años y tres hijos y Francisco solo 17 años y tuvo tres hijos con Teresa.

Se trasladaron a vivir juntos en la calle Peladero (hoy Boteros), en la collación del Salvador y posteriormente, en 1674, a la calle Conde de Castellar, en la collación de San Juan de la Palma.

Pero, Teresa falleció en 1677 y Francisco contrajo segundas nupcias con Isabel de Ascensión, hija de Jorge Caballero y Juana Bautista.

En 1693 enfermó y redactó su testamento, pero posteriormente sanó y se desconoce la fecha de su fallecimiento. Algunos estudios establecen la fecha de 1720 y que fue enterrado en la Iglesia de santa Marina, pero estos hechos no pueden ser confirmados ya que los archivos fueron destruidos durante el incendio provocado de esta iglesia durante los tristes sucesos de 1936.

Félix González de León establece que hacia 1703-1704 vivía en la plazuela del Herrador, en la collación de Santa Marina, y Antonio Gómez Aceves asegura que vivió hasta 1720 en la calle San Luis número 57, en esquina con las calles Macasta y Arrayán, donde se colocó en su honor un azulejó de cerámica en 2003.

Azulejo en recuerdo de Francisco Antonio Ruiz de Gijón

Su primera obra documentada es la talla de Jesús Nazareno encargada en 1671 por la Hermandad de Pescadores de Alcalá del Rio. 

Jesús Nazareno de Alcalá del Rio

Detalle de Jesús Nazareno de Alcalá del Rio

Otra obra de estos años son la talla de Santa Ana y la Virgen Niñade la iglesia de la Magdalena en Sevilla (1675), en la que trata el tema de la educación de la Virgen. La figura de santa Ana, aparece sentada, en actitud solemne, concebida como una robusta matrona, de rasgos avejentados. La figura de la niña tiene un mayor dinamismo y un rostro más expresivo. Esta acompañada de una imagen anónima de san Joaquín fechable en el siglo XVIII

Retablo de Santa Ana y la Virgen Niña con San Joaquín

Detalle del conjunto escultórico


Detalle del rostro de Santa Ana

Detalle de la Virgen Niña

Imagen de San Clemente para la Sacramental de La Magdalena, recientemente identificado por Roda Peña.

En la Iglesia de San Antonio Abad, una imagen de San Antonio Abad de 1676.

En la Iglesia de san Nicolás de Bari, el retablo de San José y de Santa Rosa de Lima de 1678

Su obra más importante es el Cristo de la Expiración, conocido con el nombre popular de El Cachorro, que se venera en la Capilla de la Virgen del Patrocinio de Sevilla, comenzada en 1682 y terminada siete años después. La talla está hecha en pino de Flandes y mide 1,89 metros.

Con este Crucificado, Gijón alcanzaría una de las más perfectas simbiosis de la escultura religiosa universal al unir agonía con ingravidez y espiritualidad con una genial interpretación anatómica del sufrimiento de Jesús.

La impresionante imagen del Cristo de la Expiración representa el instante de su muerte, el momento de la expiración, el último suspiro, su rostro mira al cielo con la boca entreabierta destacando la palidez corneal. El paño de pureza de tres fragmentos se sujeta con una cuerda, y parece agitarse sacudido por un intenso viento.

Según una leyenda muy difundida, el rostro del Cristo de la Expiración está tomado del de un gitano apodado el “Cachorro” que murió como consecuencia de las heridas sufridas en una reyerta. El incidente habría sido presenciado por el escultor, el cual plasmaría en el Cristo las facciones del herido en el instante de exhalar su último suspiro.

Imagen completa del “Cachorro”

Detalle del rostro 

Detalle del rostro 

Detalle del paño de pureza

Detalle de los pies


En 1687 ejecutó la figura de Simón Cirineo, que posee la Cofradía de Jesús Nazareno de las Tres Caídas, de la parroquial sevillana de San Isidoro. Se presenta encorvada y con ropajes tallados al estilo del campesinado medieval. Es una representación extraordinariamente veraz de un hombre de pueblo, por lo que pudiera tratarse también de un retrato. Ruiz Gijón ha logrado expresar con un agudo naturalismo, el esfuerzo del hombre que ayuda a Jesús a cargar con el peso de la cruz. 

Simón Cirineo, de la Cofradía de Jesús Nazareno de las Tres Caídas, de San Isidoro


Entre los años 1688 y 1692, Ruiz Gijón realiza las andas procesionales (ver) de la imagen sevillana de Jesús del Gran Poder, cuyas dimensiones son 2,36 por 4 por 1,52 metros.

De fuerte dinamismo compositivo, han servido de modelo de cuantas en madera tallada, dorada y policromada se han hecho con posterioridad. Ensamblados en la talla, se hallan varios relieves: la Destrucción del Templo por Sansón, Moisés tocando con su vara la peña, la entrada de los animales en el Arca de Noé, la vuelta del hijo pródigo, Jesús es ayudado a llevar la cruz por Simón de Cirene, el prendimiento de Jesús, Jesús atado a la columna y golpes que le dieron los soldados de Jesús en el Pretorio.

Paso procesional Jesús del Gran Poder


Cuatro evangelistas, realizados entre los años 1695 y 1700, de la Hermandad del Museo, para las esquinas del paso del Señor.