viernes, 6 de septiembre de 2024

RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas 

San Martín de Tours.

San Martín repartiendo su capa. Wagner, Joseph (Grabador) y Baumgartner, Johann Wolfgang (pintor). 1760. Aguafuerte sobre papel. 142 x 76 mm. Museo del Prado. No expuesto. (CC BY 3.0)

Nació en el año 316 en la actual Szombathely, Hungría, en el seno de la familia de un oficial (tribuno) del ejercito romano.

Al año de su nacimiento, su padre recibió el estatus de veterano y se le concedieron tierras en Ticinum (actual Pavía) en el norte de Italia, donde Martín creció y recibió su educación.

A la edad de 10 años empezó a asistir a la iglesia cristiana, contrariando los deseos de sus padres, y se hizo catecúmeno, en una época en que el cristianismo no era aceptado en los círculos elevados de la sociedad, frente al culto a Mitras que era el favorito de los miembros del ejército.

Con quince años ingresa en la Guardia Imperial Romana, como correspondía al hijo de un tribuno. El historiador Andre Mertens ha afirmado que estuvo bajo el mando del emperador romano Constantino II y de Juliano en el territorio de la Galia.

San Martin compartiendo su capa. Sin datos. Catedral Saint Gatient. (CC BY 3.0)  

La leyenda que cambiaría su vida ocurre en el año 337. Entrando en Amiens, durante un riguroso invierno, encontró cerca de la puerta de la ciudad, a un mendigo tiritando de frio, le pidió limosna. Martín, compadecido de él, sacó su espada y cortó su capa, cediendo al mendigo la mitad, declarándole que no podía dársela entera porque la capa pertenecía al ejército.

San Martin rompiendo su capa con un pobre. Jiménez, Miguel. 1498. Óleo sobre tabla. 159 x 78 cm. Museo de Zaragoza. (CC BY 3.0)

Esa misma noche se le apareció Jesús en sueños, vestido con la media capa y rodeado de ángeles con la exclamación: “Martin, siendo todavía catecúmeno me ha cubierto con este vestido”.

Tras esta experiencia, Martín decide dejar el ejército romano y justo antes de una batalla, en las provincias gálicas en Borbetomagus (actual Worms, Alemania), Martín decidió no participar, afirmando que “soy soldado de Cristo y no me es legal librar batalla”.

Fue acusado de cobardía y encarcelado, pero para responder a los cargos se ofreció a marchar desarmado por delante de las tropas. Sus superiores planeaban aceptar su oferta, pero antes de que pudieran hacerlo los invasores pidieron la paz, con lo que la batalla nunca tuvo lugar, y Martin fue dado de baja del ejercito, posiblemente alrededor del año 356.

Finalizada su actividad en el ejército se bautizó y se unió a los discípulos del obispo Hilario en la ciudad de Poiters, en la provincia romana de Galia (actual Francia).

Posteriormente, se instaló en la isla Gallinara, frente a la costa de Genova en el mar de Liguria, para llevar una vida ascética.  Según una leyenda, estando a punto de morir por haber ingerido eléboro, una planta que no sabía que era venenosa, rezó y fue curado milagrosamente.

Hacia el año 361 con el regreso del obispo Hilario a su sede episcopal, se trasladó de nuevo a Poitiers para reencontrarse con él, que le ordenó diácono y después presbítero.

En el año 371 fue nombrado obispo de Caesarodunum (actual Tours) y su vida pastoral se caracterizó por una intensa labor de evangelización, lucha contra las costumbres paganas con la supresión de los restos de la religión galoromana, y las doctrinas del predicador hispano y después obispo Prisciliano, cercanas al gnosticismo y al maniqueísmo. Pero, cuando Prisciliano fue detenido en el 385 solicitó al emperador Magno Máximo que evitase su sentencia de muerte.

Murió en Candes (Francia) el 8 de noviembre del 397. Se levantó una capilla sobre su sepulcro y, con el tiempo, se construyó una basílica, que fue destruida por los normandos en el siglo V, luego reconstruida, y después nuevamente destruida por los hugonotes en 1526. La actual basílica de san Martin de Tours fue inaugurada en 1925 y contiene sus restos en un espectacular mausoleo.

Suele ser representado vestido de obispo o montado a caballo con uniforme romano y partiendo con su espada la capa que cede al mendigo, que se sitúa al pie de la cabalgadura.

San Martin y el mendigo. El Greco. 1597. Óleo sobre lienzo. 193, 5 x 103 cm. Galería Nacional de Arte. Estados Unidos. (CC BY 3.0)

Curiosamente, numerosas iglesias reclamaron guardar como reliquia un trozo de esta capa y de este hecho se popularizó el denominarlas ”Capillas”.

Su festividad se celebra el 11 de noviembre en conmemoración del día de su Funeral, y se ha extendido en la cultura popular más allá de su origen religioso, coincidiendo, en muchas regiones de España, con la matanza del cerdo, y de aquí el origen de la expresión: “A cada cerdo le llega su San Martin”. 

El vino de la fiesta de San Martín. Brueghel el Viejo, Pieter. 1566-1567. Temple de cola sobre sarga. 148 x 270, 5 cm. Museo del Prado. Sala 055A. (CC BY 3.0)