jueves, 20 de junio de 2024

 AREA DE MACARENA-SAN LUIS-SAN JULIAN

Calle Padilla.

Barreduela Padilla

Desde 1533 es conocida como calle del Garabato, hasta la reforma general del nomenclátor de 1845, en que se incorpora a San Luis.

En 1868 recibe la denominación que hoy conserva, porque según la leyenda el rey Pedro I conoció allí a doña María de Padilla (ver).

Es una corta barreduela, situada entre los núm. 26 y 28 de San Luis, y posiblemente en tiempos históricos
comunicaba con el adarve que posee Hiniesta en su acera de los impares.

Hay referencias históricas de peticiones para cerrar el callejón:” Careciendo de salida, sólo tiene un huerto con su correspondiente casa, por lo que es a propósito para los excusos e iniquidades que notan, pues se acogen a ella mujeres prostituidas con hombres que le siguen, y en el caso de perseguirles la justicia, se fugan por las tapias del referido huerto, siguiéndole en ello graves perjuicios a su dueño, arrancándole sus frutos ... "

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Calle Moravia.

Desde Juzgado y Pasaje Mallol a Duque Cornejo.

Calle Moravia. Al fondo la pared de la epístola de la Iglesia de san Julián


A mediados del s. XVIII era conocida como plazuela del Campanario o de las Campanas de San Julián, por encontrarse en un lateral de esta iglesia (ver); en 1845 quedó toponímicamente integrada en la calle de San Julián, hasta que en la reforma general del nomenclátor de 1869 se le dio el nombre que hoy conserva en memoria del pintor y arquitecto Andrés de Moravia.


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Calle Juzgado.

Desde Plaza del Pelicano a Lira.

Calle Juzgado

Al menos desde 1592 es conocida como calle de Santa Ana. En tiempos de González de León se alude indistintamente a ella como Santa Ana, Sobrino, y Juzgado. Este último nombre se consolidó durante el XIX y ha permanecido hasta hoy, por la existencia del edificio de los juzgados hasta principios del siglo XX, que se trasladaron a Almirante Apodaca.

Esta calle se divide en dos tramos bien diferenciados. El primero, desde la plaza del Pelicano hasta la confluencia de Moravia y pasaje Mallol es algo más estrecho y el segundo desde esta confluencia hasta terminar en Lira.

Destaca la casa núm. 17, esquina a pasaje Mallol, que es donde estuvieron instalados los juzgados, de tres plantas y torreón y un interesante patio con columnas de mármol.

Juzgado 11

Detalle de la puerta

Detalle del pasillo para el patio

Se conoce que hasta mediados del XIX conservaba alguna huerta. En 1502, cuando todavía figura sin nominar como "la calle que va de Santa Lucia a San Julián", se habla de la existencia de una mezquita.

También se menciona la existencia de la llamada “Tertulia Democrática” de "artesanos honrados", que tenía su sede en juzgados 11, y que en 1868 solicitó que se le cediese la hasta entonces parroquia de Santa Lucia, que había sido incautada por el gobierno republicano.

Nazarenos de la Hiniesta en la plaza de Morabia esquina calle Juzgado, donde se observa la costumbre, ya desaparecida, del plisado de las colas de la túnica. 

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Calle Lira.

De Hiniesta a Duque Cornejo

Calle Lira

Desde 1473, existen una serie de callejas que son denominadas Rascaviejas (o Raspa-viejas), u Horno de Rascaviejas, por un horno existente en este lugar.

En 1845 pasan a denominarse Hiniesta (a veces Iniesta) por la existencia del Hospital y Hermandad de Nuestra Señora de la Hiniesta (ver iglesia San Julián).

En la reforma del nomenclátor de 1869 a algunas de estas callejas se les dio el nombre común de Lira, que es el que ha conservado hasta hoy, si bien en 1930 hubo una propuesta, que no llegaría a
prosperar, de denominarla Juan Manuel Rodríguez Ojeda, quien nació, vivió y murió en esta calle (ver).

El tipo de edificación dominante es la vivienda tradicional de dos plantas, encalada en su fachada y con un pequeño patio en el interior, originariamente unifamiliar y ahora compartida por dos o más familias. 

Lira 27-29

Detalle de una ventana

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Calle Hiniesta.

De Vergara y Plaza de Santa Isabel a Lira.

Calle Hiniesta


Desde 1473, existen una serie de callejas que son denominadas Rascaviejas (o Raspa-viejas), u Horno de Rascaviejas, por un horno existente en este lugar.

En 1845 pasan a denominarse Hiniesta (a veces Iniesta) por la existencia del Hospital y Hermandad de Nuestra Señora de la Hiniesta (ver iglesia San Julián).

Azulejo en Hiniesta 3

Posee un trazado muy irregular, pues está formada por cuatro tramos en ángulo recto, de desigual anchura y longitud, con frecuentes entrantes y salientes, además de una barreduela, que antaño comunicaba con Padilla, y ensanches a modo de plazoleta en la confluencia de algunos tramos.

A comienzos de la calle, esquina a Vergara y plaza de Santa Isabel, se encuentra el convento de Santa Isabel (ver); tras la exclaustración de 1835, el convento fue convertido en cárcel de mujeres, y en 1869 cedido a la congregación fundada unos años antes por el padre García Tejero y la madre María Dolores Márquez para la instalación de una casa de arrepentidas; hoy continúa regentado por las mismas religiosas y acoge el Centro Tutelar de Menores femenino y un centro de enseñanza general básica para niñas.

Portada del Convento de Santa Isabel

 ALGUNOS HECHOS HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA

El abrazo de Vergara.

Da nombre a la calle Vergara que va desde San Luis y Plaza de san Marcos a Hiniesta y plaza de santa Isabel (ver).

Carlos María Isidro de Borbón, proclamado por sus seguidores como Carlos V

El carlismo aparece con las pretensiones de Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII, a sucederle en el trono al no engendrar un hijo varón. 

Después de tres matrimonios sin descendencia, Fernando VII logró que su cuarta esposa María Cristina quedara embarazada a principios de 1830. Ante la posibilidad de que fuera mujer, debido a que estaba en vigor la Ley Sálica de 1713 (Felipe V), decidió promulgar la Pragmática Sanción que anulaba está ley y permitía a las mujeres reinar siempre y cuando no hubiera hijos varones.

Con la derogación de la Ley Sálica y tras el nacimiento de su hija Isabel, futura Isabel II, al hermano del rey se le frustraba su acceso al trono.

Isabel II se convirtió en reina de España tras la muerte de su padre Fernando VII en 1833, lo que fue el comienzo de las Guerras Carlistas

En septiembre de 1832 ocurrieron los “Sucesos de la Granja”, donde el rey, que se encontraba muy enfermo, fue “obligado” a firmar un decreto que anulaba la Pragmática Sanción y por tanto los derechos de su hija a reinar. Pero a finales de año, y casi milagrosamente, el rey se recuperó y anuló el decreto.

Fernando VII falleció el 29 de septiembre de 1833 y a los pocos días los carlistas ya habían comenzado a organizarse. Talavera, aunque brevemente, fue el primer lugar donde se sublevó el carlismo al grito de “Viva el Rey Carlos”.

Durante la minoría de edad de Isabel, se dieron dos periodos de regencias. En primer lugar, desde 1833 su madre María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, y posteriormente desde 1840 el general liberal Bardomero Espartero hasta 1843, año en que la reina fue declarada mayor de edad.

Al frente de los carlistas se situó Tomás de Zumalacárregi (1788-1835) y la expansión de los carlistas por el norte fue importante pero no lograron ninguna de sus grandes capitales, San Sebastián, Bilbao o Pamplona permanecieron en el bando isabelino y durante el asedio a la capital vizcaína falleció el propio Zumalacárregui.

Tomás de Zumalacárregui, el más famoso líder carlista

El general en jefe del Gobierno liberal era el general Baldomero Espartero, que se puso al frente de los isabelinos en tanto que el general que comandaba las fuerzas carlistas en el País Vasco y Navarra era el general Rafael Maroto.

General Espartero

General Maroto

Después de siete años de una sangrienta guerra civil, el ejército carlista partidario del pretendiente al trono Don Carlos de Borbón se encontraba en una situación muy difícil. Los carlistas permanecían encerrados en las zonas montañosas del País Vasco, de Navarra y de Cataluña y el maestrazgo de Castellón y Teruel; pasaban hambre, no recibían sus pagas y carecían de los medios materiales imprescindibles para seguir combatiendo.

En esta situación se llega al Convenio de Vergara, que fue un tratado que daba fin a la primera guerra carlista de 1833 a 1839.  Se firmó en Oñate (Guipúzcoa) el 31 de agosto de 1839, ​ entre el general isabelino Espartero y trece representantes del general carlista Maroto. El convenio quedó confirmado con el abrazo que se dieron Espartero y Maroto, este mismo día, ante las tropas de ambos ejércitos reunidas en las campas de Vergara, razón de su nombre popular.

Abrazo de Vergara

El "Abrazo de Vergara" según litografía de época

Sus preparativos fueron lentos y laboriosos, interviniendo como mediador el comodoro inglés Lord Hay, jefe de la escuadra de observación británica con base en Bilbao, asesorado por su ayudante y secretario Joaquín María de Satrústegui, que permitieron la permanencia de los Fueros, en cuanto fueran conciliables con las instituciones y leyes de la nación.

Convenio de Vergara

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta de la Tauromaquia

Generalidades.



Entre las muchas frases célebres de Pablo Picasso hay una que ilustra a la perfección lo que representa esta serie de litografías sobre la figura de un toro. Picasso dijo: “Me llevó cuatro años pintar como Rafael, y toda una vida pintar como un niño”. 


Pablo Picasso. Picador y toro. 1959. Linograbado. 32,5 x2 7 cm. Ediciones círculo de arte París

“El picador amarillo”, uno de los primeros cuadros conocidos de Pablo Picasso (1890)


Pablo Picasso. Litografía de la serie "Toros y toreros". Edición limitada fechada 10.3.59 XI

Corrida de Toros. Picasso, Pablo. 1934. Óleo sobre lienzo. 54 x 73 cm. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid.





Nicolás Gemio

Nicolás Gemio

Nicolás Gemio


Nicolás Gemio


Bar Corral Rey de la Milonga





Bar el Manijero






Bar Estrella






Bar los Cantaros