domingo, 16 de marzo de 2025

 AREA DE REGINA-ENCARNACION-SAN PEDRO

Pontificia, Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad del Santísimo Cristo de Burgos, Negaciones y Lágrimas de San Pedro y Madre de Dios de la Palma

En el comienzo de las Devociones Cristíferas de la Cristiandad, destaca de manera particular la devoción a la imagen del “Cristo de Burgos” que se veneraba en una ermita los Padres Agustinos de Burgos y que posteriormente fue trasladado a la Catedral.

En Sevilla, a finales del siglo XIV y comienzos del XV, surge un auge popular al culto de la Pasión de Cristo, el Crucificado que despertó un fervor más generalizado, es el “Cristo de San Agustín”, que se veneraba en el Convento de San Agustín de Sevilla, con las advocaciones de “San Agustín” o de “Burgos.

A finales del siglo XVI se erige una Hermandad en la Parroquia de San Miguel, en memoria de las Negaciones y Lágrimas del Príncipe de los Apóstoles, San Pedro, que fue conocida popularmente como la de “los Estudiantes”, por pertenecer sus componentes a la Universidad. Cambio sucesivamente su sede canónica, pasando por las Parroquias de San Lorenzo, San Pedro en 1628, San Ildefonso en 1670 y San Miguel en 1687. Durante su estancia en la Parroquia de San Ildefonso dió culto a una Dolorosa con la advocación “María Santísima Señora Nuestra Madre de Dios de Guadalupe”.

En el año 1522 un grupo de burgaleses funda, una Hermandad para dar culto a la Inmaculada Concepción, en una capilla del Convento de San Francisco, Casa Grande de Sevilla, que llega a poseer dos imágenes de la Inmaculada y una con la advocación del Santo Cristo de Burgos, era conocida popularmente como la de los “Burgaleses”.

En el año de 1676 existe una Hermandad del Santo Cristo de Burgos que reside en la Parroquia de San Ildefonso, donde coincide con la Cofradía de “Las Tres Negaciones y Lágrimas del Príncipe de los Apóstoles Señor San Pedro y María Santísima Nuestra Señora de Guadalupe”.

El 22 de noviembre de 1574, el escultor Juan Bautista Vázquez “El Viejo”, finaliza el encargo, del Licenciado Don Juan de Castañeda, de un crucificado, bajo la advocación de Cristo de Burgos, destinado a presidir una de las paredes laterales de su capilla funeraria en la Parroquia de San Pedro.

En el año 1830 el matrimonio formado por Francisco Gil y Narcisa Arias, feligreses de la Parroquia de San Pedro, habilitan unos cuartos que existían debajo de la torre de dicha Iglesia y construyen una capilla para dar mejor culto a la citada Imagen.

A finales del siglo XIX Manuel Gutiérrez-Reyes Cano transforma la fisonomía de la Imagen del Crucificado hasta darle el aspecto actual. La reforma consistió en retirar la peluca natural, moldeando otra de estopa y pasta, al tiempo que sustituye el faldellín tubular de tela suelta por un sudario encolado. Posteriormente el escultor José Ordóñez Rodríguez, a principios del siglo XX, interviene sobre la Imagen, probablemente añadiéndole otra policromía.

La talla de la Dolorosa, “Madre de Dios de la Palma”, es del año 1884, corresponde al mismo autor que ejecutó la gran intervención del Crucificado, como así mismo es el autor  de las otras figuras del misterio que procesionaba al pie de la imagen del Cristo, San Juan y María Magdalena.

En el año 1888 los cofrades de la Hermandad del Buen Fin de San Antonio de Padua, al serles negada por la autoridad eclesiástica la posibilidad de continuar haciendo Estación de Penitencia desde el Convento de San Antonio se trasladan a San Pedro y adoptan al Crucificado que existía en la citada Parroquia con la advocación de “Cristo de Burgos” como, titular de la Cofradía, al no poder traer sus propias imágenes que quedan en el Convento de San Antonio.

En el año 1909, los cofrades de la Hermandad del Buen Fin retornan a San Antonio de Padua, donde volverán a dar culto a  las  imágenes de sus Titulares; por el contrario,  la Hermandad del Cristo de Burgos continuó realizando, ya de manera ininterrumpida hasta nuestros días la Estación de Penitencia desde la Parroquia de San Pedro, si bien sigue ostentando el título “Santo Sudario”, originario de la Hermandad de Buen Fin, hasta el año de 1927 en el que lo perdería a favor de los cofrades de San Antonio.

En el año 1932 la Hermandad del Cristo Burgos encarga al escultor Lorenzo Coullaut-Valera la hechura de un grupo escultórico que representase el momento evangélico de las negaciones del Príncipe de los Apóstoles, para hacer un tercer paso con el misterio. Esta idea se malogró con el fallecimiento ese mismo año del escultor.

Las ultimas reglas se aprobaron por la Autoridad Eclesiástica en el año 2004.

Así, en resumen, la hermandad tiene su origen en una antigua cofradía de estudiantes, extinguida en 1727, restaurada en 1888 por unos hermanos provenientes de la Hermandad del Buen Fin, cuando éstos tuvieron discrepancias con los frailes de San Antonio de Padua. Además de tomar como titular al Cristo de Burgos venerado en San Pedro, eligieron también como titular a una Virgen de otra cofradía extinta, la de Negaciones y Lágrimas de San Pedro. Todos estos títulos fueron incorporados a la cofradía refundada, iniciando su estación de penitencia el Domingo de Ramos, para pasar posteriormente al Miércoles Santo, día actual de su procesión.

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Hermandad de la Virgen del Pilar y Santiago Apóstol. 

La tradición la relaciona con los caballeros aragoneses que vinieron para la reconquista de Sevilla.

Al principio estuvo compuesta exclusivamente por naturales del Reino de Aragón o sus descendientes, hasta que en 1696 se dio entrada a todos los fıeles sin distinción del lugar de nacimiento.

Sus reglas son del siglo XVIII, siendo reorganizada en 1979. Las reglas aprobadas por el Consejo de Castilla en 1789 estipulaban diversos actos de caridad y de culto.

Su capilla, por rescripto del Papa León XIII, dado en Roma el año 1885, está agregada a la Santa Angelical del Pilar de Zaragoza. 

A principios del siglo XX la collación de San Pedro celebraba velá en honor a la Virgen, engalanando la torre parroquial de San Pedro.

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Hermandad Sacramental y de Ánimas Benditas del Purgatorio.

Las cofradías de las Ánimas Benditas del Purgatorio, tenían como origen la compasión por aquellos que se han quedado a mitad de camino entre el Cielo y el Infierno, en el Purgatorio, para los que, en caso de no tener capacidad económica para fundar una capellanía, la propia cofradía solicita misas y plegarias para así liberar esas almas en pena, para que alcanzasen la Gloria Eterna.

La de la Iglesia de san Pedro es fundada en el siglo XVIII, y da culto, en la capilla Sacramental, al Nazareno de la Salud, y realiza procesión sacramental en junio.

Su progresivo decaimiento se daría tras la desamortización de 1835 de Mendizábal y con el tiempo pasaría a agregarse a la del Santísimo Sacramento en razón de la coincidencia del doble carácter de muchos de los hermanos respecto ambas congregaciones.

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Hermandad de San Pedro Advíncula y Universidad de Curas Párrocos.

La Ilustre y Venerable Hermandad de Señores Sacerdotes Seculares de San Pedro Advíncula fue fundada por don Andrés Segura, Racionero de la Catedral de Sevilla, en 1571, en el Convento de Nuestra Señora de la Paz de Religiosas Agustinas, igualmente establecido en Sevilla por el mismo Racionero, con la misión de cuidar a los sacerdotes viejos y enfermos.

La Hermandad se volvió a reorganizar en 1582 por don Gaspar de Torres, Obispo de Medauro y miembro de la Orden de la Merced.

La Hermandad vive un período de escasa actividad, desde 1592 hasta 1608, como consecuencia de los desastres de la peste y de la falta de medios económicos, celebrando tan sólo reuniones capitulares anuales en las que se toman acuerdos rutinarios básicamente económicos.

En 1609 se aprueba la reforma de las primitivas reglas y se concede licencia para labrar capilla propia para la Hermandad en la Iglesia Parroquial de San Pedro con la condición de pagar a la Fábrica de dicha Iglesia dos mil maravedíes anuales y costear a sus expensas tres habitaciones, una para su sala capitular y dos para uso de la Parroquia, habitaciones que posteriormente serán cedidas a la Hermandad, iniciándose la obra de la capilla a expensas de los hermanos.

La Hermandad fue adquiriendo gran auge siendo muy numerosos y distinguidos los sacerdotes seculares de la ciudad que ingresaron en ella, entre ellos el presbítero don Juan de Roelas, insigne pintor de la escuela sevillana, quien solicitó ser miembro de la Hermandad ofreciendo para ello el 21 de marzo de 1612 el lienzo de “San Pedro en el acto de ser liberado de sus cadenas” que será colocado en el retablo como titular de la Hermandad.

Fue pionera, en la ciudad, en la defensa de la Concepción Inmaculada de María, constituyendo uno de los pilares fundamentales sobre los que esta institución se ha sustentado desde su origen. Así, en el año 1616 los hermanos de San Pedro Ad Víncula realizaron el Voto y Juramento de defender y propagar la devoción a la Inmaculada Concepción de manera solemne, renovando anualmente su voto en la festividad

Dado que sus fines coincide plenamente con los de la Universidad de Señores Curas Beneficiados, fundada en Sevilla en el siglo XIII, en 1988 ambas instituciones se fusionaron por Decreto del Señor Arzobispo Fray Carlos Amigo Vallejo, con el consentimiento unánime de ambas corporaciones

A partir de este momento pasará a llamarse “Universidad de Sres. Curas de la Ciudad de Sevilla y Hermandad de San Pedro Ad Víncula”, con sede canónica en la capilla de San Pedro Ad Víncula de la Parroquia de San Pedro Apóstol.

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Iglesia de san Pedro

La iglesia parroquia de San Pedro está dedicada al principal apóstol de Cristo.

Se sitúa en un lugar que fue área principal de la ciudad musulmana, pues contaba con numerosos mesones, tanto para personas como para animales, por la cercanía de Al-fundaq, la alhóndiga mayor,  que contaba con almacenes para los productos agrarios, y que da nombre a la actual calle Alhóndiga (ver).

Más tarde, este espacio fue el Adarvejo, barrio que san Fernando cedió a los judíos tras la conquista de la ciudad. Posteriormente, los judíos se trasladaron a la ampliación de la antigua judería de San Bartolomé, actual barrio de Santa Cruz.

Tras su desocupación fue habitada por moriscos que fueron abandonando el lugar tras sucesivas conversiones al cristianismo, dejando su rastro en el nombre de la calle Morería.

Por ello, esta Iglesia de San Pedro fue levantada sobre el solar de una antigua mezquita en 1379, aunque la leyenda refiere que se edificó sobre un antiguo templo pagano, aprovechado por el rey godo Recaredo, tras su conversión al cristianismo, para transformarlo en iglesia cristiana.

Según Gestoso (ver) es uno de los templos que ha sufrido más actuaciones a lo largo de los siglos, pero sostiene que la actual Capilla del Sagrario formó parte de la mezquita sobre la que se levantó la iglesia actual.

Para otros autores, no existe demostración arqueológica que justifique la existencia de una mezquita previa.

Es una de las veinticuatro primitivas collaciones o parroquias que el rey Fernando III instituyó tras la conquista de la ciudad

Es de estilo gótico-mudéjar y fue construida en el siglo XIV y reformada en los siglos XVI y XVIII, de tal modo que de la construcción original no queda apenas nada.

Se sabe que en la época bajomedieval constaba de una sola nave y un ábside poligonal que hoy se oculta tras el retablo mayor. Entre los pilares existían altares dedicados a algunas devociones, como Nuestra Señora, Santa Marta, San Roque y Santa Catalina.

Desde mediados del siglo XVI se abrieron las naves laterales, a las que se le añadieron capillas anexas que fueron tomadas en propiedad por particulares y colectivos religiosos, que las utilizaban como lugar de enterramiento.

En época barroca se enriqueció́ el interior del templo con obras de los mejores artífices de la ciudad, destacando el portentoso retablo mayor dorado.

EXTERIOR

La fábrica del edificio está realizada en ladrillo visto, embellecido con un zócalo en piedra en su parte baja.

La fachada principal es la situada a los pies de la iglesia, orientada a poniente,  y con acceso desde la calle de santa Ángela de la Cruz, aunque por lo general no se utiliza. Es atribuida a Vermondo Resta (ver)

Fachada principal

El vano de ingreso se monumentaliza con un arco de medio punto, sostenido por pilastras cajeadas de tradición mudéjar, que sostienen un entablamento con frontón partido. 

A partir del cual nace un segundo cuerpo que enmarca un tondo cuadrado con la heráldica de la parroquia, escoltado por pináculos.

Se corona con una cruz de forja

Portada

Segundo cuerpo

Detalle del escudo

Cruz de forja

Cuenta con tres vidrieras altas circulares, donde la central y más grande representa a San Pedro y las laterales a San Pablo y San José. 

Vidriera central con San Pedro

Vidriera lateral con San Pablo


Vidriera lateral con San José

A la izquierda de la portada hay un azulejo de la Virgen Madre de Dios de la Palma, titular de la Hermandad del Cristo de Burgos, realizado por Antonio Kiernam Flores (ver) en 1960.

Azulejo de Madre de Dios de la Palma

En el jardincillo situado junto a la portada se colocó en 1966 una estatua de Santa Ángela de la Cruz (ver)

Jardincito con la Estatua de Santa Ángela de la Cruz

La fachada de la nave de la epístola es también de ladrillo visto. 

Entre 1623 y 1624 Diego de Quesada construyó su portada que da a la plaza de San Pedro.

Fachada a la plaza de San Pedro con la torre

Detalle de la fachada de la nave de la epístola

La portada consta de dos cuerpos, el primero está integrado por el vano que tiene un arco de medio punto entre pilastras pareadas. Lateralmente, se abren sendas hornacinas exentas actualmente de esculturas.  Sobre el arco central, en el segundo cuerpo, se abre una hornacina en la que se halla una estatua en piedra de San Pedro realizada en el año 1624 por Martín Cardino. A los lados escudos ovoideos con las llaves de San Pedro en relieve.

Detalle de la portada

Hornacina con San Pedro

Detalle de San Pedro

Detalle de las llaves

Entre las dos enjutas del arco de la puerta, debajo del escudo de Jesús, se encuentra una cartela que reza “Tu es pastor ovium, prínceps apostolorum, tibi traditae sunt claves regni coelorum. 1624”. Es decir, “Tú eres pastor de las ovejas, príncipe de los Apóstoles, a ti se han entregado las llaves del reino de los cielos. 1624”.

Detalle de la cartela: "Tu es pastor ovium, prínceps apostolorum, tibi traditae sunt claves regni coelorum"

Detalle del escudo de Jesús

En el ático se sitúa el escudo de la parroquia de san Pedro.

Detalle del escudo

Se corona con una Cruz Papal, con 3 barras que representan las 3 cruces sobre el Calvario, pero más probable es que representen a la iglesia, al mundo y al Cielo.

Detalle de la cruz

En el lienzo de pared situado a la izquierda de la portada se encuentra un retablo cerámico del Cristo de Burgos (Kiernam y Peláez, 1952). 

Retablo cerámico del Cristo de Burgos


En el lado derecho de la portada hay una ventana germinada de arcos escarzanos, o de medio punto. Bajo ella se sitúan dos grupos de cinco azulejos. 

Detalle de ventana

Detalle de primer grupo de azulejos

Detalle del segundo grupo de azulejos

En el extremo derecho de la fachada hay un azulejo de las Benditas Ánimas del Purgatorio, de Juan Oliver, famoso por su característico “pajarito”, que hace que los transeúntes se detengan tratando de buscarlo.

Retablo de las Benditas Ánimas del Purgatorio


Detalle del azulejo de las Benditas Ánimas del Purgatorio


Detalle de la parte superior del azulejo 

Detalle de la parte inferior del azulejo 

Detalle de la lámpara


Detalle de la lámpara

En este mural, como ocurre también en muchos otros, se representan imágenes de las almas del purgatorio, que podrían libarse del mismo gracias a sus donaciones al templo. Y en él se puede leer lo siguiente: "Tened compasión de mí. Al menos vosotros, mis amigos".

Detalle de la leyenda de la parte inferior del azulejo: "Tened compasión de mí. Al menos vosotros, mis amigos"

El retablo se hizo en la fábrica de Ramos Rejano de Triana, de la mano de Juan Oliver Míguez, a quien se le atribuye parte de la leyenda, al ser el culpable de la presencia de un pequeño pájaro oculto en la imagen.

Se trata de un jilguero y se dice que quien se coloque ante la imagen y encuentre el pájaro se casará poco tiempo después, motivo por el que muchos curiosos deseosos de abandonar la soltería pasan por delante de la imagen todos los años. Y, como el jilguero puede pasar desapercibido hace unos años se colocó una placa que explicaba la leyenda. En la misa placa se puede leer también una pista para ayudar a localizar al pájaro.

Detalle de la placa:” Soy de la Sacramental. El artista me pintó y puso aquí un pajarito –que es su forma de firmar- oculto en un rinconcito. Todo aquel que lo encontró, dió su limosna al pasar y a las Ánimas rezó, si se quería casar siempre y pronto lo logró”. 

Para que no cueste tanto pasar por el altar, ni estar mucho rato buscando el jilguero, pero sin que la búsqueda no pierda la gracia ni la satisfacción del descubrimiento, solo se puede decir que la clave se encuentra en la autoría de la cerámica.

Detalle del jilguero


En el chaflán con la calle Doña María Coronel destaca la cabeza de un angelito.

Chaflán con la calle Doña María Coronel

Detalle del angelito


De la fachada que da a la calle Doña María Coronel destaca el azulejo de la Virgen del Pilar (Orce, 1986), los elementos mudéjares de la pared de la cabecera y el paño de azulejería artístico que ornamentan la puerta que da acceso a la sacristía y el retablo cerámico de Jesús entregando las llaves a san Pedro.

Azulejo de la Virgen del Pilar

Puerta de la Sacristía

Detalle del escudo sobre la puerta

Retablo cerámico

Detalle del azulejo. Leyenda: TU-ES-Petrus. Et super hanc petram aedifivabo ecclesiam meam et portae inferí non prevalebunt adversus eam et tibi dabo claves regni coelorum ("Y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos.")

TORRE

La torre es el elemento más identificativo del exterior del edificio, se encuentra situada junto a la puerta lateral, a los pies de la nave de la epístola. Cuando la iglesia era de una sola nave, la torre estaba independiente al edificio, siendo unida a él cuando se añadieron las naves laterales.

Ningún aspecto de su construcción hace pensar en un minarete o alminar antecedente. El primer hueco que se halla en la parte inferior de la cara que mira a la Plaza del Cristo de burgos, es una ventana angrelada que puede dar testimonio de un origen mudéjar, pero no de referencia islámica, pues todo este segmento fue construido en el siglo XIV.

La torre tiene dos cuerpos.

El cuerpo inferior está formado por la antigua torre de estilo mudéjar, ornamentado con ventanas de arcos polilobulados y de herradura, con alfiz, a cuatro niveles (la del segundo nivel es doble).

Vista general de la torre. Cara oriental


Vista general de la torre. Cara occidental

Vista general de la torre. Cara sur

Vista general de la torre. Cara norte

El cuerpo superior es el campanario que data del siglo XVI y que, a su vez, se compone de dos cuerpos, el inferior, de planta cuadrada, que forman arquerías geminadas que custodian las campanas; y el superior, octogonal y de estética parecida al anterior, pero carente de campanas.

Cuerpo inferior del campanario


Cuerpo superior del campanario


Pero también, finalmente y desde 1597, la torre se remata con un chapitel de azulejería realizado por Martín Infante entre 1593 y 1597.

Detalle del Chapitel


Tuvo que ser restaurada por culpa de los destrozos del terremoto de 1756.

Se cree que es la segunda más alta, después de la Giralda y tiene la particularidad de que sus numerosas ventanas son todas diferentes. 

Detalle de ventanas

Detalle de ventanas
Detalle de ventanas

La veleta presenta todos los elementos del escudo del vaticano. La tiara o gorro alto, oriundo de siria, anillada por tres coronas, una por el poder terrenal, otra por el eclesiástico y otra por el poder de reyes y gobernantes. La tiara se remata por un globo con una cruz, símbolo del triunfo de Cristo en la tierra. Y cruzados como dos sables, se ven las llaves del reino de Dios, las llaves que Cristo confió a Simón-Pedro.

Detalle de la Veleta

Detalle de la Veleta

INTERIOR

La planta es de forma irregular, producto de la adaptación del edificio al espacio disponible.

Tiene planta basilical de tres naves, divididas en tres tramos, siendo la central más ancha que las laterales, separadas por arcos apuntados, de traza gótica, sobre pilares rectangulares.

El eje axial que discurre desde los pies a la cabecera no está́ alineado, sino que se tuerce hacia la derecha.

Vista general del templo desde los pies

Detalle de los arcos apuntados sobre pilares rectangulares

Detalle de una nave lateral desde la central


La cabecera es poligonal y presenta dos tramos, el primero rectangular y el segundo ochavado.

Vista del Presbiterio


Las naves se cubren con techumbres de madera. Un magnifico artesonado mudéjar con tirantes en la nave central y cubierta de colgadizo en las laterales.

Detalle de los arcos apuntados sobre pilares rectangulares y cubierta de la nave central y una lateral

Detalle del artesonado de la nave central


El presbiterio está cubierto por una bóveda con crucería gótica de piedra con nervaduras que se sustentan sobre pequeñas columnas adosadas a la pared.

Detalle de la bóveda con nervaduras del presbiterio


A lo largo del perímetro de la iglesia, corren paños de azulejos trianeros de buena factura.

En los pilares cuelgan pinturas de los Doctores de la Iglesia.

San Gregorio Magno

San Jerónimo

San Ambrosio

San Agustín de Hipona


Realizamos la descripción del interior del templo desde los pies de la nave de la epístola para continuar, en sentido contrario de las agujas del reloj, hacia el presbiterio, altar mayor y nave del evangelio, para terminar a los pies del templo.

Nave de la Epístola

Vista desde la cabecera de la nave de la Epístola

Vista desde los pies de la nave de la Epístola

En la parte alta del muro lateral cuelgan diversos cuadros de calidad desigual. 

Resaltan por su valía artística el cuadro de la Virgen de la Esperanza, sobre la capilla de San Pedro ad Vincula, fechable hacia el siglo XVII. Destacan dos lienzos pintados en 1824 por Gutiérrez de la Vega que representan La Oración en el Huerto y la Curación del paralitico. Además, un San Cristóbal, un San Andrés y una Virgen de Guadalupe, de épocas y autores desconocidos. 

Virgen de la Esperanza

La Oración en el Huerto

La Curación del paralitico

San Cristóbal

San Andrés

Virgen de Guadalupe

Desconocido

Desconocido

Al pie de la nave nos encontramos con el Retablo neoclásico de la Crucifixión de Cristo del siglo XVI. Estaba en el altar mayor hasta 1822 que fue trasladado a su emplazamiento actual.  Se trata de tablas pintadas al óleo, cuyo tema central es la crucifixión de Cristo. Lo rodean escenas de la Magdalena, San José con el Niño, Adán y Eva y La Visitación. En el ático el escudo de san Pedro. 

Retablo de la Crucifixión

Detalle de Cristo Crucificado

Detalle de la Magdalena

Detalle de san José con el Niño

Detalle de Adán y Eva

Detalle de la Visitación

Detalle del escudo

Detalle del escudo vaticano


A su lado, entre este retablo y el cajón de entrada de la puerta principal, se sitúa una imagen de la Virgen de Fátima, sobre una peana de madera, y un mármol recordatorio.

Virgen de Fátima

Detalle de las palomas a los pies de la Virgen de Fátima

Mármol: “Este altar y la bóveda que le corresponde para enterramiento de los patronos y su familia, se hallaba colocado en capilla propia, de fundación inmemorial en este templo, contigua al Altar Mayor en el lado del Evangelio, la que en 1822 fue incorporada al Presbiterio. Se trasladó entonces a este sitio para conservar su memoria y la de tres capellanías erigidas en el mismo, siendo patronos del dicho altar y de las fundaciones anejas el coronel D. Gaspar de Torrejón y Valdés Caballero de las R. y M.  Ordenes de S. Hermenegildo y de la de S. Fernando, y la Sra D. María de los Dolores Nieto-Cañete y de Olea su mujer.

Seguidamente la Capilla de San Pedro ad Vincula, cerrada por una reja con el escudo vaticano, por lo que es difícil fotografiar su contenido. 

Capilla de san Pedro ad Vincula

Detalle de la reja

Detalle de la cubierta

En origen era una construcción independiente que se anexionó al edificio cuando se amplió́ sus naves. La licencia para su construcción fue dada por el mayordomo de fábrica de la parroquia el 1 de octubre de 1563. Posteriormente, pasó a propiedad de la Hermandad de San Pedro ad Vincula.

El 21 de marzo de 1612, el pintor Juan de Roelas (ver) ingresó como miembro de la corporación, haciendo el magnífico lienzo de la Liberación de San Pedro, que preside la capilla, sobre un retablo dorado y de jaspes, de Juan de Astorga (ver)

Vista frontal de la capilla

Retablo 

Pintura de la Liberación de san Pedro

Detalle del pie griego del ángel y una de las sandalias de san Pedro

Este cuadro está en relación con el relato del rey Herodes Agripa que mandó apresar a algunos cristianos, entre ellos a San Pedro. En la noche en que Herodes iba a hacerlo comparecer, Pedro dormía entre dos soldados, atado con cadenas, mientras los centinelas estaban de guardia en la puerta de la cárcel.  Entonces apareció un ángel y la estancia se inundó de una luz resplandeciente. El ángel despertó a Pedro, a este se le cayeron las cadenas de las manos, y el ángel le pidió que le siguiera. El lienzo representa el momento en que San Pedro, liberado de sus cadenas que han caído al suelo, avanza siguiendo al ángel y dejando atrás a sus guardianes dormidos, sin terminar de calzarse las sandalias, pues sostiene una en la mano izquierda. Según el texto bíblico la “puerta de hierro” se abrió de forma milagrosa. Destaca, en el lienzo, el asombro expresado en el rostro de San Pedro, que contrasta con la serenidad luminosa del ángel que lo libera.

En las paredes laterales se distribuyen diferentes cuadros de los siglos XVII y XVIII que representan escenas de la vida de san Pedro. 

Detalle de la pared derecha

Detalle de la pared izquierda


Destaca, en el muro derecho de la capilla, un arca de madera dorada con el relicario que custodia unas réplicas exactas de las cadenas con las que fue encarcelado el apóstol, en las que se fundieron limaduras procedentes de estas cadenas originales, conservadas en la basílica Eudoxiana, de san Pedro ad Vincula, de Roma. 

Replica de las cadenas originales (Fotografía cortesía ABC de Sevilla) (ver)(Crédito CC BY 3.0)

Al lado del arca se sitúa un Crucificado en madera, anónimo de principios del siglo XVIII. Otras piezas destacables es la Inmaculada Concepción, de finales del siglo XVII, y en la pared izquierda destaca un Crucificado de marfil de escuela filipina.

Crucificado

Detalle del rostro

Detalle del paño de pureza

Detalle de los pies

Crucificado de marfil

La hermandad, propietaria de esta capilla, fue fundada en 1571, en el ex convento de Ntra. Sra. de la Paz, por el racionero catedralicio Andrés Segura, con la misión de cuidar a los sacerdotes viejos y enfermos. Posteriormente se trasladó a esta iglesia de san Pedro, donde adquirió capilla propia, la más grande del templo. Fue pionera, en la ciudad, en la defensa de la Concepción Inmaculada de María.

A continuación, una puerta de estilo mudéjar, enmarcada con azulejos. Sobre ella, en el muro de la nave los lienzos comentados de Gutiérrez de la Vega de 1824, que representan La Oración en el Huerto, Cristo con la Samaritana y la Curación del Paralitico. 

Puerta mudéjar

Le sigue la Capilla de San José, cerrada por una reja. Era la antigua capilla de la Hermandad del Cristo de Burgos. Está presidida por San José (ver), obra de Juan de Astorga  siglo XIX (ver). Esta imagen se situaba en una capilla en la pared entre las capillas del Cristo de Burgos y la de la Virgen del Pilar, trasladándose a su actual emplazamiento cuando la hermandad ocupó su capilla actual. La permuta se produjo a mediados del siglo XX.

A cada lado las imágenes de los padres de la Virgen, San Joaquín y Santa Ana.

Capilla de san José

San José

Detalle de san José

Santa Ana

Detalle de Santa Ana

San Joaquín

Detalle de San Joaquín

A continuación, la puerta de acceso desde la plaza de San Pedro. Da acceso al zaguán de entrada con cúpula esférica con el escudo vaticano. Dos puertas laterales y una ventana tipo mudéjar. 

Interior de la Puerta de acceso desde plaza de san Pedro

Cúpula 

Puerta lateral derecha

Cordero del Apocalipsis sobre el Libro de los siete sellos, en la puerta lateral 

Puerta lateral izquierda
Puerta lateral izquierda

Ventana

Seguidamente, la Capilla de las Ánimas, de pequeño tamaño, recorrida por un bello zócalo de azulejos y protegida por reja.

Contiene el retablo que preside un gran lienzo de altar que representa las Animas en el Purgatorio, obra de Domingo Martínez (ver) del siglo XVIII.

En el banco del mismo se hallan unas pequeñas tablillas pictóricas que se piensa que pertenecieron al retablo original, atribuidas a Francisco de Herrera, entre 1617 y 1620, muy difíciles de fotografiar por la colocación de jarrones que las cubren parcialmente.

Capilla de las Ánimas

Tablillas del banco

Detalle de las tablillas del banco

Detalle de las tablillas del banco

Detalle de las tablillas del banco

Detalle de la parte superior del cuadro

Detalle de la parte inferior del cuadro y del crucificado

En una visita superior el crucificado se situaba en el altar de la Capilla Sacramental. 

Crucificado que en una visita estaba situado en el altar de la Capilla Sacramental

Detalle del rostro

Detalle del paño de pureza

Detalle de los pies


A continuación, la Capilla del Sagrario. Es la más antigua de la iglesia, conociéndose su equipamiento desde 1379, que en su origen fue utilizada para enterramientos, y en la que puede apreciarse la huella del mudéjar utilizado en los comienzos del templo.

En 1583 adquirieron la capellanía Antonio Petrucchio y su esposa Brígida Brocchi, que costearon el enriquecimiento de la misma, contando con el trabajo de artistas como Juan Bautista Vázquez el Viejo o Vasco de Pereira.

Actualmente es propiedad de la hermandad Sacramental de esta parroquia.

Capilla Sacramental

Detalle de la reja


De planta cuadrada, destaca la cúpula decorada con motivos mudéjares en ladrillo visto y detalles en cerámica con lacerías. 

Detalle de la cúpula


En el siglo XVII estaba presidida por un retablo con la imagen de San Antonio, sustituido por el actual decimonónico. 

Se trata de un retablo de azulejos y ladrillos, imitando el estilo mudéjar. Dispone de una hornacina de arco polilobulado, apoyado en cuatro columnitas y enmarcada por alfiz. El Sagrario es de plata repujada con marfil de 1965.

Detalle del retablo

Sagrario

Detalle de la puerta del Sagrario


Está presidido por el Nazareno Nuestro Padre Jesús de la Salud, obra de 1.636 de Felipe de Ribas (ver)

Nuestro Padre Jesús de la Salud

Detalle del rostro

Detalle del rostro
Detalle del rostro

Detalle de las manos

Detalle de las manos

Detalle del pie izquierdo

Detalle del pie derecho

En las hornacinas laterales se sitúan las imágenes de san Roque y san Sebastián atribuidos a Duque Cornejo (ver).

San Roque (ver)

Detalle del perro de San Roque

San Sebastián (ver)


También destacan los dos ángeles lampareros que flanquean el retablo, procedentes de la iglesia de los Trinitarios Descalzos que hoy es la casa hermandad del Cristo de Burgos. 

Un ángel lamparero

Detalle del rostro

El otro ángel lamparero

Detalle del rostro


Se exponen diferentes cuadros en las paredes laterales, como el Cristo atado a la columna de Luis de Morales, la Santa Faz, atribuida a Zurbarán; una Inmaculada copia de Murillo, La Negación de san Pedro y la Alegoría de la Eucaristía de Lucas Valdés y los retratos de San Fernando y San Francisco de Asís.

Pared anterior

Pared lateral derecha

Pared lateral izquierda

Cristo atado a la columna

La Santa Faz

Inmaculada

Negación de san Pedro

Alegoría de la Eucaristía

San Fernando

A la derecha del alta, semicubierta por un ramo de flores, se sitúa una Lauda sepulcral, datable en el siglo XVI, de Antonio Petrucio di Calvi, donde aparece esculpido el titular del sepulcro, yacente, vestido con sayo, calzado y con capa corta, portando entre sus manos la espada. 

Laura sepulcral

En la cabecera de la nave de la epístola, entre la Capilla Sacramental y la Capilla Mayor, se sitúa el Retablo de San Antonio de Padua, de estilo neogótico fechado a finales del siglo XVIII o principios del XIX. 

Cabecera de la nave de la epístola

Retablo de San Antonio de Padua

Lo preside una imagen del santo franciscano del siglo XVII (ver), al que se le ha añadido un Niño de factura moderna. Está rodeada por cinco tablas pintadas por Rafael Blas Rodríguez, siglo XIX, que representan a de San Hermenegildo, San Fernando, San Leandro y San Isidoro, con Santa Teresa de Jesús en el ático del altar.

Hornacina de San Antonio de Padua

Detalle de San Antonio de Padua

San Hermenegildo

San Fernando

San Leandro

San Isidoro

Santa Teresa

Presbiterio

De nivel más elevado que el cuerpo de la iglesia. Como hemos comentado, es poligonal y presenta dos tramos, el primero rectangular y el segundo ochavado. Está cubierto por una bóveda con crucería gótica de piedra con nervaduras que se sustentan sobre pequeñas columnas adosadas a la pared.

Presbiterio

Destacan los dos pulpitos de madera que flanquean el acceso al presbiterio y los diez sitiales colocados a ambos lados de la pared.

Pulpito y comienzo de los sitiales del lado de la epístola

Sitiales del lado de la epístola

Detalle del pulpito del lado de la epístola

Detalle del pulpito del lado de la epístola
Pulpito del lado del Evangelio

Detalle del pulpito del lado del Evangelio

Detalle del pulpito del lado del Evangelio
Detalle del pulpito del lado del Evangelio
Detalle del pulpito del lado del Evangelio
Detalle del pulpito del lado del Evangelio

En los muros laterales cuelgan lienzos que nos muestran un apostolado, fechado en la primera mitad del siglo XVII o comienzos del XVII, que podrían ser copias de José Ribera, y cuatro obispos santos.  

Pared derecha (epístola) del presbiterio

San Francisco de Asís

San Pedro

Simón

Felipe

Tomas

Pablo

Mateo

Pared izquierda (Evangelio) del presbiterio

Crucificado







Retablo Mayor

En cuanto al retablo mayor, anterior al actual era el encargado a Hernán Mateo y Nicolás de León, con pinturas de Alejo Fernández y Cristóbal de Cárdenas, terminado en 1554. La obra no gustó y en 1653 se decidió́ cambiar el retablo, desmontándose el que había el 29 de diciembre de dicho año.

El actual fue contratado con Felipe de Ribas, quien entregó los planos el 20 de marzo de 1641. Fue finalizados, en 1657, tras el fallecimiento de éste en 1.648, por su hermano Francisco Dionisio (ver). La obra se da por terminada el 20 de octubre de 1666, cuando el dorador Francisco Terrón recibió́ el finiquito por su trabajo en el dorado y policromía del conjunto.

Se compone de sotobanco, banco con dos puertas laterales, dos cuerpos de tres calles y ático.

Altar Mayor

En el centro del banco se ubica el Sagrario, así como seis grandes ménsulas adornadas con motivos vegetales, agrupadas dos a dos, sobre las que apean otras tantas columnas yuxtapuestas, muy adornadas.

Sobre el Sagrario, un crucifijo y a ambos lados dos ángeles, atlantes sobre los que semeja descansar la hornacina abierta en la calle central del primer cuerpo. 

Sagrario con el cordero del Apocalipsis sobre el Libro de Siete Sellos

Ángel atlante

Ángel atlante

Crucifijo

El primer cuerpo muestra el espacio de sus tres calles delimitado por pares de columnas exornada con abundantes relieves mixtilíneos, por sobre las cuales corre el entablamento rematado por una cornisa.

Este primer cuerpo lo preside la imagen de San Pedro Papa en cátedra, obra de Andrés de Ocampo (ver), siglo XVI, y policromada por Juan de Sauceda. Se representa vestido de pontifical, tocado de tiara, sentado sobre un trono, presentando un libro que abre con su mano izquierda y apoya sobre la pierna del mismo lado, mientras que, con la otra mano, ambas enguantadas, parece impartir la bendición. A su izquierda han incorporado una cruz patriarcal de plata, con decoración vegetal y fechada en 1726.

Se piensa que perteneció́ a la Hermandad de San Pedro ad Vincula, quien la trasladó al altar mayor en el siglo XVII cuando adquirió́ el lienzo que hoy ocupa su capilla, o que formaba parte del antiguo retablo.

San Pedro

Detalle de san Pedro

A ambos lados de la imagen hay dos grandes cuadros en relieve que representan la liberación de San Pedro a la derecha y la Investidura de Pedro como Príncipe de la Iglesia, con la entrega de las llaves del Cielo, a la izquierda.

Liberación de san Pedro

Investidura de Pedro como príncipe de la Iglesia

En el segundo cuerpo, que se configura de manera similar al primero, se encuentra la imagen de la Inmaculada Concepción de la Virgen (ver), datada de mediados del siglo XVII, aunque el contrato original especificaba que debería representar a la Asunción. 

Aunque la historiografía tradicional la ha vinculado a Felipe de Ribas, por su factura no se puede descartar la colaboración de otros maestros vinculados a su taller, como su hermano Francisco Dionisio o como José́ de Arce, quien introdujo el Barroco en la escultura sevillana a mediados de esta centuria. 

Inmaculada

Detalle de la Inmaculada

A los lados de la Virgen los lienzos en relieve de la caída de Simón el Mago a la derecha, y en la contraria el tema de ¿Quo vadis, Domine?.

¿Quo vadis, Domine? 

Caída de Simón el Mago

Un nuevo entablamento y cornisa, de aspecto más sencillo, ejerce de línea divisoria sobre la que se superpone el tercer cuerpo o ático, de configuración similar a las anteriores.

Este tercer cuerpo está presidido por el Crucificado, de una gran expresividad, atribuido Francisco Dionisio de Ribas (ver). A los lados, otros dos relieves que representan a san Pedro caminando sobre las aguas (Última aparición de Cristo a sus discípulos) y la visión de san Pedro en la ciudad de Gafa o Joppe.

Crucificado

Pedro caminando sobre las aguas

Visión de san Pedro en la ciudad de Gafa


Nave del Evangelio

Nave del Evangelio desde la cabecera de la nave

Nave del Evangelio desde los pies de la nave


En la parte alta del muro lateral cuelgan diversos cuadros de calidad desigual, fechables   entre los siglos XVI al XVIII. La Adoración de los Reyes, que emula el estilo pictórico de Rubens. Destaca una pintura de la Virgen con el Niño y ángeles, del tercer cuarto del siglo XVII, atribuida a Lucas Valdés. Cristo con la Samaritana de Gutiérrez de la Vega de 1824.

Sagrada Familia


Jesús nazareno con la Cruz a cuesta

Cristo con la Samaritana

Virgen con el Niño y ángeles


La Adoración de los Reyes

San Juan Bautista niño


En la cabecera de la nave, en el lado izquierdo del altar mayor, junto a la puerta de la sacristía, se sitúa el Altar de la Inmaculada.

Se trata de un retablo neogótico, gemelo del situado en el lado contrario del presbiterio, del mismo autor y época.

Está presidido por una imagen de la Purísima de taller mesino a la que se le ha añadido un cuerpo de telas encoladas.  

La Virgen está rodeada por tablas, pintadas por Rafael Blas Rodríguez en el siglo XIX, representando a los arcángeles San Miguel (ver), San Gabriel (ver) y San Rafael (ver), junto al Santo Ángel de la Guarda en los lados y una escena de la Sagrada Familia, en el ático.

Altar de la Inmaculada

Inmaculada

Detalle de la Inmaculada

Arcángel San Miguel

Arcángel San Rafael

Arcángel San Gabriel

Santo Ángel de la Guarda

Sagrada Familia

Seguidamente, la Capilla de Nuestra Señora del Pilar, erigida a mediados del siglo XVIII, de planta rectangular, cubierta de cúpula de media naranja con linterna y protegida con reja de forja con bellas labores ornamentales.

Capilla de Nuestra Señora del Pilar


Cúpula de media naranja con linterna

El retablo es sencillo y de estilo neoclásico, de 1.922, presidido por una pequeña imagen de candelero de  la Virgen del Pilar, fechable entre 1741 y 1748, al estilo sevillano, de 1,15 metros, sobre una nube con querubines, atribuida a Benito Hita del Castillo (ver). A los pies dos apóstoles dormidos que fueron agregados en 1763, y Santiago rezando. En el ático del retablo hay una imagen de san Cayetano (ver). Se corona con un escudo y en el banco se expone el Santísimo en el Sagrario.

Retablo de Nuestra Señora del Pilar

Camarín de Nuestra Señora del Pilar

Nuestra Señora del Pilar

Detalle de los querubines

Detalle de los apóstoles dormidos

Detalle de Santiago rezando

Detalle de Cayetano

Detalle del escudo

Detalle del Sagrario


A los lados vemos las imágenes de san José con el Niño (ver) y san Nicolás de Bari (ver), y la pintura de Santiago en la batalla de Clavijo (ver) en el muro derecho.

San José con el Niño

Detalle de san José

San Nicolás de Bari

Santiago en la batalla de Clavijo


Esta Virgen tiene hermandad propia y tomó posesión de la capilla el 19 de noviembre de 1695 tras comprar los derechos a la familia Casaus.

La tradición relaciona esta hermandad con los caballeros aragoneses que vinieron a la conquista de Sevilla. Sus reglas son del siglo XVIII, siendo reorganizada en 1979, estando agregada a la capilla del templo de la Virgen en Zaragoza. Hasta 1696 solo se permitía el ingreso de los nacidos en el reino de Aragón, abriéndose en esa fecha las inscripciones al resto de la población.

Esta capilla, por rescripto del Papa León XIII, dado en Roma el año 1885, está agregada a la Santa Angelical del Pilar de Zaragoza para goce de sus gracias e indulgencias.

Realiza los cultos y procesiona en octubre y celebra la festividad de Santiago.

A continuación, en la pared de la nave cuelga un mármol que nos indica que en este templo fue bautizado el pintor Diego Velázquez de Silva (ver), vecino de la calle Moreria, el 6 de junio de 1599. En 1899 el ayuntamiento de Sevilla colocó en su interior una lápida conmemorativa de este hecho.

Mármol de Diego Velázquez de Silva

La siguiente es la Capilla del Cristo de Burgos, cerrada con reja de hierro forjado. Es de planta rectangular, cubierta por una breve bóveda ovoide dotada de linterna.

Capilla del Cristo de Burgos

Bóveda ovoide dotada de linterna

Sobre un retablo dorado de factura moderna, preside la capilla el Santísimo Cristo de Burgos, imagen de Juan Bautista Vázquez el Viejo, de 1572-1573.

Es el más antiguo de los titulares de las Cofradías sevillanas, a excepción, quizá, del Cristo de la Vera Cruz (ver), de autor y fecha desconocidos.

Fue encargada por Juan de Castañeda para su capilla particular, siendo policromado por Juan de Zamora.

Es copia del que existía en el convento agustino y en su monasterio de Burgos, de gran devoción en Sevilla, España y Hispanoamérica.

En 1894 Manuel Gutiérrez Reyes Cano le añadió́ el sudario, cabellera y barba de pasta y telas encoladas.

En ocasiones se le ponen huevos de avestruz a los pies, simbolizan el nido de gaviota que tenía la cruz del Cristo cuando fue encontrado flotando sobre las olas por un mercader burgalés.

Cristo de Burgos

Detalle del rostro

Detalle del rostro
Detalle del rostro

Detalle de los brazos

Detalle del paño de pureza

Detalle de los pies

Detalle de los pies
Detalle de los pies

A cada lado, los otros titulares de la hermandad, la Virgen Madre de Dios de la Palma, atribuida en principio a Juan de Astorga, es considerada actualmente obra de Manuel Gutiérrez Reyes Cano del siglo XIX, 1884. 

Virgen Madre de Dios de la Palma

Detalle del rostro

Detalle del rostro

Y San Juan Evangelista de Antonio Illanes 1965 (ver).

San Juan Evangelista 

Detalle del rostro

A los pies una talla de Niño Jesús, datable en el siglo XVIII.

Niño Jesús


Destaca la portentosa mesa de altar labrada en orfebrería con el escudo de la corporación.

Mesa de altar

Detalle del escudo en la mesa de altar

Seguidamente, sobre una peana de madera, se sitúa una imagen de Santa Ángela de la Cruz (ver).

Santa Ángela de la Cruz

Detalle de Santa Ángela de la Cruz

Un mármol dedicado al cura Cruces.


Alabado sea Jesucristo. En testimonio de gratitud a D. Francisco Cruces Martin a los cincuenta años de su sacerdocio y treinta como párroco de esta Iglesia, sus feligreses de San Pedro y San Juan de la Palma. 20 de diciembre de 1987


Le sigue la Capilla de la Virgen del Rosario, de planta similar, pero de planta más reducida que las anteriores, cubierta de pequeña bóveda ovoide con linterna y cerrada con reja de forja, que perteneció́ a la Hermandad de San Juan Nepomuceno, fundada en Sevilla en 1730.


Capilla de la Virgen del Rosario


En 1868 se popularizó el culto de san Caralampio, asociado a la sanación de epidemias y enfermedades, colocándose su retablo en esta capilla, del que solo queda un relieve que se ubica en el exterior de la capilla.

Cuando la hermandad desapareció́ se vendió́ su retablo, dedicándose la capilla al culto de la Virgen de Consolación con el retablo actual, de estilo neoclásico, de principios del siglo XX.

Finalmente, se colocó́ la talla de la Virgen del Rosario (ver) en dicho retablo. Es una imagen de vestir, que podría datarse en torno al siglo XVIII y retocada en el siglo XIX.

Retablo

Virgen del Rosario

Detalle de la Virgen del Rosario con el Niño

Detalle de la Virgen del Rosario con el Niño

Detalle de la Virgen del Rosario

La Virgen tiene a cada lado a San Rafael (ver) y al Ángel de la Guarda, y en el ático persiste la imagen de San Juan Nepomuceno (ver), así́ como dos ángeles tenantes del siglo XVIII, que podrían ser del retablo de la primitiva hermandad de San Juan Nepomuceno.

San Rafael 

Ángel de la Guarda

San Juan Nepomuceno

Uno de los ángeles tenantes

En el tabernáculo inferior del retablo se alberga una pequeña Inmaculada, de autor desconocido, fechable a final del siglo XVII. 

Pequeña Inmaculada

Detalle de angelitos

A los lados del retablo hay dos grandes lienzos que representan las muertes de San Fernando y San Juan Nepomuceno, muy difícil de fotografiar a través de la reja. 

Muertes de San Fernando

Muerte de San Juan Nepomuceno

A la izquierda de la capilla se ha colocado la imagen de la Magdalena.

Magdalena

La ultima, de la nave del Evangelio, es la Capilla Bautismal. Presenta una planta cuadrada, con revestimiento cerámico de todo el paramento y bóveda de crucería de estilo gótico-mudéjar. En el centro se dispone la pila bautismal y sobre ella un pequeño crucificado.

Al fondo, tres puertas de estilo gótico-mudéjar. En el lado izquierdo, una vidriera que representa El Bautismo de Jesús y una talla de un ángel con un cirio.

Capilla del Bautismo

Vista general de la capilla

Detalle de la bóveda

Pequeño crucifijo y detrás las tres puertas de estilo gótico-mudéjar

Detalle de la vidriera

Detalle del ángel con cirio

Finalmente, a los pies de la nave del Evangelio se sitúa el Retablo de Santa María de la Paz.

Está compuesto por tablas con pinturas de Pedro Campaña (ver) del siglo XVI, hacia 1540, que fue feligrés de esta parroquia durante su estancia en Sevilla, y le fue encargada por Pedro de Santiago Ferriol.

En la tabla central se sitúa una de mayor tamaño de la Virgen, a cuyos pies corre una filatelia con la siguiente leyenda: “Santa María de la Paz”. Esta tabla presenta la firma del autor “PETERVUS-KAMPANIA-FACIEEBAT”.

Las tres tablas rectangulares del sotobanco muestran la escena de la Anunciación de la Virgen, en el centro, y a los lados los retratos arrodillados del donante, el jurado Pedro de Santiago Ferriol, y su familia, que falleció el 3 de enero de 1600, según la lapida de su sepultura que allí estuvo situada.

Otras escenas son las del Camino al Calvario, san Jerónimo penitente, las Lágrimas de san Pedro, y san Sebastián.

El retablo fue restaurado, en 2017, por Enrique Hernández Tapias.

Retablo de Santa María de la Paz

Escudo del ático

Santa María de la Paz

Detalle de la filatelia

San Jerónimo penitente

San Sebastián

Camino del Calvario

Las lágrimas de San Pedro

Anunciación de la Virgen

Detalle de la filatelia de la Anunciación

El donante y su mujer

La familia del donante

Entre este último retablo y el cajón de entrada, se sitúa una imagen del Sagrado Corazón de Jesús (ver), sobre una peana de madera, que se encontraba expuesto anteriormente en la Capilla Sacramental.

Sagrado Corazón de Jesús

Detalle del Corazón de Jesús

Detalle de los angelitos a los pies del Corazón de Jesús

Y una placa funeraria.

Esta sepvltura y retablo es del jurado Pedro de Santiago Ferriol. El qval de esta iglesia vna capp y patronazgo para obras pías. Falleció en 23 de enero año 1000

Pies

En los pies de la iglesia destaca el cajón de la puerta principal, de madera tallada y adornada con lacerías a la manera mudéjar. Encima se sitúa el órgano y el Coro, decorados de madera tallada, con baranda de la misma materia y adornada la parte inferior de su voladizo, a modo de artesonado, con azulejos integrados en la geometría de sus casetones. 

Vista de los pies desde la cabecera

Detalle del cajón de la puerta principal y encima el coro y el órgano

Detalle del órgano

Detalle del coro en la nave de la epístola

Detalle del artesonado del voladizo del coro

Vidriera central con San Pedro

Vidriera lateral con San Pablo

Vidriera lateral con San José

Vía Crucis

I y II

III y IV

V y VI

VII y VIII

IX y X

XI y XII

XIII