Azulejo
de la calle Divina Enfermera
Retablo
cerámico de la Divina Enfermera
Hornacina
con el Santísimo
TORRE-CAMPANARIO
A la derecha de esta portada se erige la torre
campanario (ver), realizada en ladrillo, que sigue el mismo procedimiento constructivo que la
de Omnium Sanctorum, sin los paños
de “sebka” de
decoración musulmana.
En el primer
cuerpo se abren saeteras, de arco apuntado y alfiz. El último cuerpo es el de
campanas, con dos vanos en cada frente, acabados en arco de herradura
enmarcados en alfiz, y asentados sobre una sencilla imposta.
Sobre un soporte cilíndrico se
presenta una cruz de forja y una veleta
Muy
difícil de fotografiar por la falta de perspectiva debido a la estrechez de la
calle.
Torre
Campanario
Detalle del cuerpo de campanas
Detalle del cuerpo de campanas
Cruz de forja y veleta
INTERIOR
Se trata de uno de los escasos templos góticos de la
ciudad, que han llegado hasta nuestros días, que presenta la singularidad de
contar con una sola nave gótica con cuatro tramos y presbiterio.
El hecho de ser un templo completamente diáfano, sin
columnas o elementos sustentantes, le da un aspecto singular en la arquitectura
sevillana.
Se
cubren con bóvedas nervadas, unidas longitudinalmente por medio de un espinazo
central, que se sustentan lateralmente con grandes contrafuertes.
Tanto los
muros de la iglesia como los tramos de las bóvedas entre los nervios están
construidos en su totalidad en ladrillo.
Vista
desde los pies del templo
Detalle
de la bóveda nervada
Muro de la Epístola
Entramos por la portada de la epístola
y realizamos la visita desde los pies del muro de la epístola y continuamos
siguiendo el sentido contrario de las agujas del reloj.
En el primer tramo encontramos unos
cuadros de la vida de la Virgen, anónimo del siglo XVIII, del circulo de Lucas Valdés, una capilla cerrada y la capilla de la Virgen del Amor (ver), obra del profesor Juan Manuel Miñarro.
El imaginero donó esta dolorosa a la Hermandad de la
Sagrada Lanzada, y la junta de gobierno aceptó dicha propuesta por unanimidad
en el cabildo de oficiales del 26 de abril de 2022, por lo que se solicitó el
consentimiento a la autoridad eclesiástica que ha aprobado la misma en un
escrito remitido en junio de 2022, firmado por el vicario general Teodoro León.
La imagen de María Santísima del Amor fue realizada en
el año 1989 y la hizo para él, pero cuando se encontraba restaurando al Cristo
del Perdón de la parroquia de San Isidoro, José Luis Peinado, su
párroco, le contó que tenía ilusión por tener una Virgen junto al crucificado,
por lo que estuvo expuesta durante unos años en el citado templo.
En dos ocasiones (2002 y 2021) fue rechazada por los
hermanos de las Siete Palabras como nueva imagen de la Virgen de la Cabeza.
Vista
del primer tramo de la Epístola
Detalle
de la capilla cerrada por reja
Virgen del Amor
Detalle del rostro de la Virgen del Amor
Detalle
de la mano izquierda con un rosario y una flor
Detalle
de la mano derecha con un pañuelo
Pasada la
puerta de la plaza de san Martín, encontramos la “Capilla de Nuestra Señora del del Reposo”.
Según
inscripción heráldica fue labrada en 1500 por Juan Sánchez Gallegos para
capilla funeraria de su familia. Su descendiente el Licenciado Diego de
Gallegos la enriqueció en 1614.
Tras el terremoto de Lisboa sufrió diversas
reformas y mejoras a partir de 1756.
También
podemos decir, que antiguamente la imagen de la Divina Pastora de Santa Marina
recibía culto en esta capilla.
Vista del primer
tramo de la epístola
Sobre esta capilla está colocado el órgano de
la iglesia, se trata de un órgano
neoclásico del siglo XVIII, datable hacia 1805 (antiguamente existían dos más
igual que éste, luego había tres), época en la
que se realizó una nueva sillería coral que hoy no se conserva.
Órgano Detalle del Órgano
En los laterales de la puerta de acceso a
la capilla, encontramos una foto de Santa Ángela de la Cruz (ver), muy vinculada con
esta parroquia y, sobre una repisa, se nos presenta una imagen pequeña que podría
ser de Santa Rita de Casia.
Santa Ángela de la Cruz
Breve historia de Sor Ángela y las Hermanas de
la Cruz
Santa Rita de Casia
Su interior está decorado con azulejos de
1614 de autor anónimo y atribuido a Hernando de Balladares. Frescos en la
bóveda, de 1756, igualmente de autor anónimo pero atribuidos a Vicente Alanís.
Cuadros de Juan Guy de 1608. Muy difícil de fotografiar a través de la reja.
Detalle del fresco de la bóveda
Detalle de las pinturas de las paredes
A su izquierda el retablo barroco
rococó dorado de la Piedad, datado en 1765. En el centro un
cuadro anónimo del siglo XVIII, que representa al Descendimiento,
donde la Virgen sostiene amorosamente la mano izquierda de Jesús. A los
lados, cuadros de la Resurrección y la Ascensión de Cristo, junto con representaciones
de San Lorenzo y San Esteban, pinturas del pintor flamenco Juan Guy Romano
de 1608.
Muy difícil de fotografiar por
situarse en la pared izquierda de la capilla cerrada por una reja.
Retablo
Detalle del cuadro de la Piedad
En ella se encuentran habitualmente las
imágenes secundarias del paso del misterio de la Lanzada, María
Magdalena (Blas Molner y Juan de Astorga 1810), María Salomé (Cristóbal Ramos 1786 (ver), María de Cleofás (Juan de Astorga 1810) y San Longinos, soldado romano autor de la lanzada.
Imágenes secundarias
María Magdalena
María Cleofás
María Salomé
San Longinos
Seguidamente, un retablo neoclásico de 1827, ejecutado por
Francisco de Acosta y policromado por José María González, en cuya hornacina se
encuentra una talla anónima de 1787 de San Francisco de Paula (ver), atribuido a Juan
Bautista Patrona y Quartín.
En el ático una pintura anónima de la Santa Faz, atribuida a
José María González.
Retablo
de san Francisco de Paula
San
Francisco de Paula
Detalle
de san Francisco de Paula
Santa
Faz
En la cabecera de esta nave se alza el
altar de la Virgen de la Esperanza, titular de una histórica hermandad de
gloria hoy fusionada con la penitencial.
El altar, de columnas salomónicas, está
fechado en 1667 y se atribuye a Francisco Dionisio de Ribas o a Cristóbal de
Guadix.
Retablo de la Virgen de la Esperanza
La titular, conocida como la Divina
Enfermera (ver), es talla del siglo XVI, transformada en el XVIII para ser vestida, y
en el siglo XX por Castillo Lastrucci (ver).
Procede del antiguo hospital de Nuestra Señora de la O (ver), en la calle Correduría (ver), actualmente desaparecido, cuando en 1587 el cardenal
Rodrigo de Castro decretó la reducción de hospitales.
Divina Enfermera
Detalle de la Divina Enfermera
En la
festividad de la Expectación el Niño Jesús se cambia por otra imagen más
pequeña sobre su vientre.
Divina
Enfermera con el Niño Jesús en el vientre
En el ático un relieve en el que se
representa a Dios Padre.
Dios Padre
Corona el retablo las imágenes de las virtudes
teologales, Fe (cruz), Esperanza (ancla) y Caridad (corazón).
Esperanza
Caridad
A los pies se enterró el afamado
historiador Ortiz de Zúñiga (ver), que en el siglo XVII publicó los “Anales de Sevilla”.
Presbiterio
El
presbiterio es de planta cuadrada, está cubierto con bóvedas de nervaduras
sexpartitas, y se ilumina por medio de vidrieras de lacería.
Presbiterio
Dentro
del presbiterio, hay dos retablos en cada uno de sus muros.
En el muro de la derecha, de la epístola,
destaca el retablo de la Sagrada Familia de la Virgen, conocido popularmente
como el “Paseíto”, con un
grupo escultórico central con imágenes de Santa Ana, San
José, la Virgen Niña atribuido al escultor
Benito Hita del Castillo, siglo XVIII, rodeadas de pinturas sobre tabla
del siglo XVI de los apóstoles.
En el centro del segundo cuerpo se presenta un crucificado y en el ático una escena de la Piedad.
Retablo de la Sagrada Familia
Detalle del grupo escultórico
Detalle del Niño
Detalle de la Virgen
Crucificado del segundo cuerpo del retablo
Detalle de la Piedad del ático
Detalles de los Apóstoles en los laterales del retablo
Le
sigue un retablo en mármoles, obra anónima de finales del siglo XVIII, cuya
parte central fue rehecha en estilo neoclásico a finales del siglo XIX, con
notable talla central de San Antonio de Padua (ver), del siglo XVII, donado en 1810
a la Hermandad Sacramental por un sacerdote de la parroquia de la Magdalena.
Retablo de San Antonio de Padua
San Antonio de Padua
Además, en el muro
podemos ver una copia a escala del Santo Sudario de
Turín, donada por el escultor imaginero Juan Manuel Miñarro, y una placa de
mármol en recuerdo del historiador sevillano Diego Ortiz
de Zúñiga (ver) gran devoto de la Divina Enfermera y enterrado
bajo el altar de la misma.
Copia del Santo Sudario de Turín
Mármol de Diego Ortiz de Zúñiga
Igualmente, dentro del presbiterio, en el muro
izquierdo del Evangelio, junto al
retablo del Altar Mayor, se abre una puerta mudéjar de interesante decoración geométrica
que da acceso a la, hoy cerrada, primitiva capilla sacramental, sobre ella un cuadro de la Trinidad y después dos retablos de gran
interés.
Se enmarca con
una decoración epigráfica con una cita eucarística del Evangelio de San Juan.
Puerta mudéjar
Trinidad
El altar de la Piedad es un
altorrelieve, de finales del siglo XVI. Presenta dos áreas diferenciadas. La superior es un calvario y la inferior una
escena del Santo Entierro.
Remata el conjunto el relieve de Dios Padre.
Oscurecidos por el tiempo y la suciedad,
se ha relacionado su estilo con el de Isidro de Villoldo, Jerónimo Hernández e,
incluso, con el de Andrés de Ocampo.
Perteneció a la familia Cervantes,
algunos de cuyos miembros aparecen representados en la zona del banco.
En los
laterales aparecen san Pedro y san Pablo.
Sobre el altar, en una primera visita se observaba una pequeña imagen y en una segunda visita han colocado el Ecce Homo tras su restauración.
Altar de la Piedad
Calvario en la zona superior
Detalle del crucificado del Calvario
Detalle de la zona inferior del Calvario
Detalle del Santo Entierro de la zona inferior
Detalle del Santo Entierro de la zona inferior
Detalle del Santo Entierro de la zona inferior
Relieve de Dios Padre en la zona superior del intradós
Lateral derecho del intradós
Lateral derecho del intradós
Lateral derecho del intradós
Lateral izquierdo del intradós
Lateral izquierdo del intradós
Lateral izquierdo del intradós
Al lado se
levanta el retablo de san José del XVIII, que preside una magnifica talla de San José de
1800, cercana al taller de Roldán y
repolicromada con posterioridad, que tiene la particularidad de situarse en un
retablo dieciochesco con decoración chinesca.
En el ático una pequeña imagen de la virgen de Fátima.
En una segunda visita, la imagen de san José ha sido sustituida por otra imagen no identificada.
Altar de San José
Altar de San José, sin san José
Detalle de San José
Ático con la Virgen de Fátima
Detalle de la Virgen de Fátima
Esta rodeado, en el intradós, por doce medallones en relieve que representan escenas de la vida de la Santa Familia.
Altar Mayor
El retablo mayor es de estilo tardorenacentista y fue
proyectado por Vermondo Resta en 1606, siendo realizado por Diego López Bueno.
Completaron la participación en la obra Juan y Diego Salcedo, autores del
dorado y la policromía, entre 1606 y 1611, encargo traspasado por la viuda de Gaspar de Ragis, con quien se contrató
inicialmente la tarea.
Posteriormente
fue modificado en los últimos años del siglo XVII, cuando se colocó el camarín
central.
El cuerpo central del retablo fue labrado de nuevo por
Fernando de Barahona en 1691, por encargo de la hermandad sacramental,
realizándose también los camarines centrales y la nueva decoración barroca. Su
dorado corrió a cargo de Antonio Gallardo.
Consta de banco, dos cuerpos y ático, compartimentados
mediante columnas corintias de fuste estriado, y en él se alternan tanto la
escultura como la pintura. Las pinturas son obra del italiano Gerolamo Lucente
de Corregio, mientras que las tallas son obra de Andrés de Ocampo.
Por encargo de Diego Gallegos, clérigo de San
Martín, otro pintor italiano activo en Sevilla, Juan Gui, proporcionó un “Descendimiento de la Cruz” rematado
en medio punto.
Retablo Mayor
En el banco, a los lados del
tabernáculo, podemos contemplar dos relieves de san Juan Bautista (ver) y san Marcos.
San Juan Bautista
San Marcos
En el primer
cuerpo, y de izquierda a derecha nos encontramos:
Un lienzo de la caridad de San
Martín.
Una escultura de San Pedro.
En la parte central se abre el camarín
donde se halla una escultura de la Virgen con el Niño, Nuestra Señora Divina
Maestra, obra del siglo XVII (ver).
A la derecha del camarín se encuentra una talla
de San Pablo
Después un lienzo con el Sueño de San Martín.
Debajo de la
Virgen se sitúa un Niño Jesús.
Lienzo "Caridad de san Martín"
San Pedro
Detalle de San Pedro
Nuestra Señora Divina Maestra
Detalle de la Virgen con el Niño
San Pablo
Detalle de San Pablo
Niño Jesús sobre cabezas de querubines
En el segundo cuerpo, y en el mismo orden de izquierda
a derecha:
Un lienzo con la Resurrección de un neófito.
Una escultura
de la Virgen María anónima.
San Martín, una imagen del Santo vestido de obispo talla original de la primera mitad del siglo XVII,
identificada en su base como el obispo Andrés Corsino, que cumple la función de
representar a San Martín.
San Juan Lloroso.
Y una pintura de San Martín resucitando a un niño.
Resurrección de un neófito
Virgen María
Detalle de la Virgen María
San Martín
San Juan Lloroso
Detalle de San Juan San Martín resucitando a un niño.
En el ático
destaca un Calvario atribuido a Ocampo.
Calvario
Detalle del rostro del Crucificado
Detalle de los pies del Crucificado
Finalmente, el retablo se corona con cuatro figuras, dos a cada lado del Calvario.
Muro del Evangelio
En la cabecera del lado del
evangelio, el Retablo de la Inmaculada Concepción (ver), imagen de vestir de Cristóbal Ramos, realizada en barro
cocido, policromada y con cabellera de pelo natural, del año 1.794, titular
de la hermandad Sacramental del Santo
Crucifijo del Amor, que procedía del convento desaparecido de
Regina Angelorum, cuyo crucificado se conserva
hoy en una parroquia de El Viso del Alcor.
Retablo de la Inmaculada Concepción
Inmaculada Concepción
Detalle de la Inmaculada Concepción
Detalle de la Inmaculada Concepción
Le sigue un magnífico retablo estilo
rococó obra de Juan Calero (1784). Está presidido por la devota imagen de
Nuestra Señora de la Europa (ver), talla de Felipe Martínez (1686) repolicromada en
época posterior.
Iconográficamente
se podría tratar de una talla medieval, pues la Virgen aparece sedente y
coronada a modo de reina antigua, es decir sin las diademas de perlas, globo y
cruz de las coronas reales modernas, pero, como hemos comentado, es una talla
del siglo XVII, obra de Felipe Martínez, de talla completa, que tiene el Niño
al brazo izquierdo, mientras que en la otra mano sujeta un cetro.
Antiguamente
la Virgen de la Europa tenía capilla propia, ya desde el siglo XVII, en la
plaza que está al final de la calle Amor de Dios y comienzo de la de Doctor
Letamendi, su desaparecida hermandad fue fundada
por los habitantes del Peñón de Gibraltar tras ser expulsados por los ingleses.
Esta capilla fue derribada, por motivos urbanísticos, a
mediados del siglo XIX, y la imagen fue trasladada a san Martin.
La acompaña las imágenes del siglo XVIII de
Santa Rosalía (ver) y Santa Isabel de Hungría.
En el ático una pequeña imagen de un fraile.
Retablo de la Virgen de la Europa
Virgen de la Europa
Detalle de la Virgen de la Europa
Santa Rosalía y Santa Isabel de Hungría
Ático
Seguidamente, se abre la Capilla del
Sagrario, que pertenece a la Hermandad de la Sagrada Lanzada.
Fue la Capilla de san Juan, propiedad
de la familia Jácome, que la cedió a la Sacramenta de san Martin en 1792, año
en que se inició su reforma para transformarla en Capilla Sacramental,
estrenándose como tal el 25 de marzo de 1811.
Lo presidía el retablo neoclásico
que la hermandad de la Concepción poseía en el Convento de Regina. Entre 1878 y
1881 el párroco Castor Montoto sufragó diversas mejoras en la misma.
Está cerrada con reja, que procede de la Capilla de la Concepción de
Regina, y en el muro a cada lado dos cuadros del pintor flamenco Cornelio
Schut siglo XVII, la Inmaculada y San Luis Rey de Francia, y sobre ella el
cuadro de la Sagrada Cena.
Capilla del Sagrario
Inmaculada
San Luis, Rey de Francia
En su interior, el altar está presidido por la imagen del Santísimo
Cristo de la Lanzada (ver), obra contemporánea de Antonio Illanes (ver) del año 1929, inspirada en el crucificado de la Clemencia de Montañes ,
realizada en pino de flandes, mide 1,67 metros de altura.
Altar
Santísimo Cristo de la Lanzada
Detalle del rostro
Detalle de la herida de la lanzada y el paño de pureza
Está flanqueado por la Virgen de Guía (ver), devoción
de la casa de Medina Sidonia y del Condado de Huelva, también de Illanes
(1931), tallada en madera de ciprés. La primitiva imagen de Illanes no fue del
agrado de los hermanos que encargaron su remodelación a Rivero-Carrera, que
realizó una modificación tan profunda que puede considerarse que la imagen
actual es obra suya.
Virgen de Guía
Detalle de la cara de la Virgen de Guía
Detalle de la cara de la Virgen de Guía
Detalle de la cara de la Virgen de Guía
La de San Juan es una notable talla
anónima del siglo XVII, cercana al estilo de Pedro Roldán.
San Juan
Detalle de la cara de San Juan
Detalle de los pies de San Juan
El sagrario es obra de Dionisio Gutiérrez
de 1798, con la orfebrería de José Guzmán.
Sagrario
La capilla estuvo originalmente
decorada con frescos de Antonio Mohedano, de la primera mitad del siglo XVII.
La vidriera es de Baldomero Álvarez.
La bóveda que cubre la capilla es del
siglo XV.
Los Ángeles Turifarios son tallas
anónimas de 1786.
Ángeles Turifarios
En la pared lateral se presentan dos
lienzos difíciles de fotografiar por el tema de luz y la oblicuidad de realizar
la fotografía desde la reja. Se trata de Jesús y los Doctores, anónimo del
siglo XIX y las Animas Benditas y san Martin, igualmente anónimo del siglo XIX.
Jesús y los Doctores
Animas Benditas y san Martin
La última capilla de la nave, de la Virgen del Buen Fin (ver), antiguamente de la Santa Espina, fue erigida en 1898
sobre el cuarto de campanas cedido por la parroquia a la Sacramental de san
Martin.
Está presidida
por un retablo barroco anónimo de 1811, instalado inicialmente en la Capilla Sacramental
trasladándose en 1896 a su emplazamiento actual.
En su
tabernáculo se venera la reliquia de Santa Espina, hallada hacia 1421 en el interior de una caja descubierta durante
las obras de cimentación de este templo, y está presidido por Nuestra Señora del Buen Fin, cotitular de la Hermandad
de la Lanzada.
La
advocación del Buen Fin alude a María como Madre y dispensadora de favores, y
el buen fin que se pide a la Medianera de todas las gracias.
Se trata de una Virgen de Candelero de 1,60 metros
tallada por Juan de Astorga el año 1810, siendo la
primera dolorosa que labró el famoso imaginero.
La cabeza es de papelón
mientras que el busto esta realizado en madera de cedro.
La policromía se debe
a Joaquín de la Peña.
Esta imagen
actual sustituye a la primitiva de 1670 destruida durante la invasión francesa,
en el asalto al convento de san Basilio donde radicaba la Corporación.
Conserva entre
sus enseres la saya más antigua de las hermandades sevillanas, pues fue
ejecutada por Concepción León en 1852.
Del taller de
Ramón León, de 2006, procede la nueva corona de plata sobredorada que sustituye
a la anterior de Rangel de 1955, elaborada con metal sobredorado.
Capilla de Nuestra
Señora del Buen Fin
Nuestra
Señora del Buen Fin
Detalle de Nuestra Señora del Buen Fin
Detalle de Nuestra Señora del Buen Fin
Los ángeles lampareros, tallados en 1789
por Dionisio Gutiérrez, proceden del retablo de la Hermandad de la Concepción de Regina.
Ángel lamparero
De sus muros cuelgan una pintura de la
Virgen de Guadalupe obra de José Cruz de 1788, la Virgen con el Niño y un lienzo anónimo de Nazareno
del siglo XVII.
Virgen de Guadalupe
Virgen con el Niño
La Capilla Bautismal (Cerrada) está
cerrada con una reja, junto a la Pila
Bautismal, de mármol del siglo XVII, se puede ver un cuadro del Bautismo de Cristo, de la
escuela de Murillo del siglo XVIII, una imagen de San Juan Bautista, de Diego
López Bueno de 1617, un relieve del Bautismo de finales del siglo XVII, anónimo del Circulo de Francisco A. Gijón.
En ella se bautizaron entre
otros, los siguientes sevillanos ilustres, Diego Girón, Juan de Mal Lara, Juan
Ramírez de Guzmán, Diego Ortiz Zúñiga y Benito Hita del Castillo.
Pies del Templo
Vista de los pies del templo
Detalle de los sillares del coro
En el fondo
de la nave junto a la puerta y el coro, obra anónima entre 1881 y 1883, el cuadro
de Nuestra Señora de la Concepción de Regina, perteneció a su hermandad
que residía en este convento desaparecido, fusionada a la hermandad Sacramental
y la Lanzada.
Nuestra Señora de la Concepción de Regina
Una Cruz de madera y un cuadro de Nazareno y de san José con
el Niño.
Cruz
Nazareno
San José con el Niño
Finalmente, podemos ver la
imagen del Ecce Homo de la Santa Espina, anónimo siglo
XVII, encargado por la Hermandad en 1652, para colocarlo sobre el tabernáculo
en el que se veneraba la reliquia de la Santa Espina.
A principios del XIX fue trasladada a la
Capilla Bautismal, con intención de que pudiera ser contemplado desde el
exterior, a través de una ventana, de forma semejante al Cristo del Buen Viaje
de san Esteban.
Fue retirado del culto en 1889 y colocado
en esta capilla después de su restauración.
Capilla del Ecce Homo de la Santa Espina
Ecce Homo de la Santa Espina
Detalle del rostro
Detalle de las manos
Detalle de una de las manos
EXPOSICIÓN DE LA RESTAURACIÓN DEL PATRIMONIO
Paso de Nuestra Señora de la "Divina Enfermera"
Lateral derecho
Trasera
Detalle de un angelito
San Luis de Francia. Anónimo. Siglo XVII. Óleo
sobre lienzo
Santa
Cena. Anónimo. 1734 (copia de un lienzo del XVI). Óleo sobre lienzo
Inmaculada
Concepción. Anónimo. Atribuida a Cornelio Schut. Siglo XVII. Óleo sobre lienzo
Jesús Nazareno. Anónimo. Atribuido a Juan del
Castillo por Antonio Romero Dorado. Siglo XVII. Óleo sobre lienzo
Detalle del pie derecho (Morfología griega)
San Cristóbal.
Anónimo. Siglo XVIII. Óleo sobre lienzo
Ecce
Homo. Anónimo. Siglo XVII. Talla de bulto redondo