RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Poetas
Baltazar de Alcázar.
No son muchos los datos biográficos de Baltasar del Alcázar que nació en Sevilla en 1530.
Era el sexto hijo de Luis del Alcázar, jurado del cabildo municipal de
Sevilla, y Leonor de León, y que tenía su casa solariega en la
actual Santa Ángela de la Cruz, en lo que hoy
es residencia de las Hermanas del mismo título.
En su familia existieron relevantes personalidades en la vida administrativa y comercial de la Sevilla del tiempo.
Así, destaca su
abuelo Pedro de Alcázar que llegó a ser armado caballero por su participación
en la defensa de Alhama.
El cronista
Ortiz de Zúñiga (ver), relacionado con
la familia Alcázar por rama materna consideró que el apellido derivaba de Pedro Martínez del Alcázar, uno de los caballeros que participaron en el repartimiento
de Sevilla. Pero, Ruth Pike (1967) ha podido demostrar documentalmente su
carácter de judío converso.
Estudió Humanidades en León, y su maestro pudo ser
Pedro Fernández de Castilleja, preceptor de Juan de Mal Lara y su referente poético
debió ser el sevillano Gutierre de Cetina.
En su juventud, ejerció
la carrera de las armas a las órdenes del Marqués de Santa Cruz y Álvaro de
Bazán (ver) y parece que fue especialmente renombrada su participación en la batalla de
Muros (1544), contra los franceses, de los que fue prisionero en una ocasión.
Se casó en 1565
con su prima hermana María de Aguilera, hija del mariscal de León y del
matrimonio nació una única hija, llamada
Leonor, que fue monja profesa en el convento de San Leandro.
Al retirarse del ejército, ejerció como alcaide de la
villa de Morales, al servicio de Fernando Enríquez de Ribera y Juana Cortés, segundos
duques de Alcalá de los Gazules, importantes mecenas de las artes y las letras
sevillanas. En este pueblo se desarrolló una parte importante de su producción poética,
relacionada, en ocasiones, con sucesos acontecidos en él.
En 1583 vuelve a Sevilla para
convertirse en administrador del conde de Gelves, otro relevante mecenas
sevillano, hasta la muerte del noble en 1589.
En 1588 otorga testamento a favor de su sobrina
Leonor, hija de su hermano Melchor, ya que su hija ya había profesado.
En los años siguientes se agravan sus dolencias de
gota, enfermedad que arrastraba desde hacía tiempo. Acaso también estuviera
enfermo de sífilis, o del mal francés, como se denominaba entonces la dolencia,
a juzgar por la atención que recibe por parte del doctor Ancona, reconocido
especialista en la materia, además de por las continuadas referencias en sus
versos.
Falleció el 16
de enero de 1606, a los setenta y seis años, y debió ser enterrado en el
monasterio donde había profesado su hija.
Baltasar del Alcázar es un autor ignorado por la crítica literaria ya que no hay muchos estudios acerca de su obra, además de que en su tiempo no tuvo fama ni aun después de su muerte.
En toda su obra, demuestra una versatilidad en sus composiciones al abordar temas que van desde el antipetrarquismo hasta los poemas de carácter religioso. No obstante, sus composiciones que más destacan son las que se mueven en la línea de lo burlesco y paródico. Por ejemplo, sus epigramas retratan la vida cotidiana de los siglos de oro y se burla de ciertas actitudes de la sociedad, sobre todo de las mujeres, destacando su físico y su moral ya que el prototipo de la mujer descrita por Alcázar será la de una persona sin escrúpulos.
Sus
obras se conservan gracias a las copias de un solo manuscrito, hoy perdido, que
confeccionó el pintor Francisco Pacheco, quien también dibujó el único retrato
que se conoce de él.