martes, 20 de agosto de 2024

 RUTAS POR SEVILLA: Apóstoles

San Andrés.

Andrés era el hermano mayor del apóstol Pedro y ambos eran hijos de Jonás y eran pescadores en Cafarnaúm, aunque procedían de Betsaida (Jn 1:44), una localidad junto al Mar de Galilea.

El nombre Andrés proviene del griego “ἀνδρείος” (valeroso/viril) y era común entre judíos, cristianos y pueblos helenizados de la provincia de Judea, pues no hay ningún nombre arameo o hebreo que se corresponda con Andrés.

Era un seguidor de Juan Bautista y fue el primer discípulo que tuvo Jesús (Jn 1: 35-42), por ello los griegos lo motejaron como “Protokletos o Protoclite” (el primer llamado) y los rusos “Pervozvanny”.

Andrés fue también el primero que reclutó nuevos discípulos para el Maestro, así Andrés encontró primero a su hermano Simón y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías. Y lo llevó a Jesús”. Jesús les hizo sus discípulos, cuando pescaban con su red en el Mar de Galilea, diciéndoles que les haría "pescadores de hombres" (en griego ἁλιεῖς ἀνθρώπων, halieĩs anthrōpōn) (Mt 4: 18-22) (Mc 1:16). ​Este hecho se relaciona con un milagro de Jesús, pues Pedro pescó muchos peces con su red cuando llevaba mucho tiempo sin lograr pescar nada (Lc 5:3-7). A partir de aquí, Jesús se fue a vivir con sus discípulos a una casa de la familia en Cafarnaúm, cuando predicaba en esta ciudad.

Por todo esto, en los evangelios se habla de Andrés como como uno de los discípulos más vinculados a Jesús, ocupando el segundo lugar, en la lista de los apóstoles, después de su hermano Pedro (Mc 13:3) (Jn 12:22).

San Andrés. Ribera, José de. Hacia 1631. Óleo sobre lienzo. 123 x 65 cm.  Museo del Prado. Sala 063B (CC BY 3.0)

Andrés presenció la mayoría de los milagros de Jesús y escuchó todos sus sermones viviendo con Él durante tres años.

Según el Evangelio de San Juan, fue Andrés el que presentó a Jesús el joven que tenía comida, pero que solo contaba con cinco panes de cebada y dos peces. Con eso, Jesús obró el milagro de la “Multiplicación de los panes y los peces”, con los que dio de comer a 5000 personas (Jn 6:1-15).  También, es el intermediario de los forasteros que habían ido a Jerusalén y deseaban ser presentados a Jesús (Jn 12:20-22); y cuando con su pregunta hace que Jesús profetice la destrucción de Jerusalén.

Andrés estuvo presente en la Última Cena como los demás apóstoles, y en el día de Pentecostés recibió junto con la Virgen María y los demás apóstoles al Espíritu Santo, en forma de lengüetas de fuego.

Después de la Muerte y Ascensión de Jesús no existe mención a su vida en las Escrituras, por lo que su historia sólo cuenta con la garantía de los “Hechos Apócrifos” y “los Hechos de los Apóstoles” (Hechos; 1:13), pues textos como “Los Hechos de San Andrés y Matías en la ciudad de los antropófagos” y los “Hechos de los santos apóstoles Pedro y Andrés” son totalmente legendarios.

Eugenio de Cesárea dice que Andrés predicó en Escitia, (actual Rusia) y la “Crónica de Nestor” añade que predicó por los alrededores del mar Negro y del río Dniéper hasta llegar a Kiev, y que desde ahí fue a Nóvgorod y por esto es patrón de Ucrania, Rumanía y Rusia. ​

Al tiempo que predicaba en Escitia, un ángel se le apareció y le dijo: “Ve hacia Mateo”. Fue guiado milagrosamente hacia Etiopía donde el apóstol y evangelista san Mateo había sido cegado y metido en prisión. Las puertas de la cárcel se abrieron ante él, se arrodilló junto al mártir, se puso a orar, y al pun­to los ojos reventados de san Mateo volvieron a abrirse a la luz.

Cumplida su misión, llegó a Grecia y luego a Asia Menor, donde consumó una serie de milagros. Expulsó de la ciudad de Nicea siete demonios metamorfoseados en perros, y en Tesalónica apagó un incendio.

La tradición dice que fundó una sede episcopal en Bizancio (posteriormente Constantinopla y luego Estambul), en el año 38 d. C., por lo que se considera el Fundador de la Iglesia Ortodoxa, y que nombró como obispo a Estacio. La presencia de Andrés en Bizancio se menciona en unos Hechos de los apóstoles apócrifos conocidos como “Hechos de Andrés”.

Fue encarcelado por el procónsul romano Quirino, gobernador de Macedonia, que lo acusaba de incitar a la destrucción de los templos y apartar al pueblo del culto de los dioses. Fue arrojado a las fieras, pero fue respetado por un jabalí, un toro y hasta un tigre, que, en vez de devorarlo, saltó a la tribuna del circo y trituró la cabeza del hijo del gobernador.

Cuando visitó el Peloponeso, en Patras, capital de la provincia de Acaya, en Grecia, que gobernaba el procónsul Egeas, curó a su mujer, Maximila. No obstante Egeas, le culpaba de predi­car la desobediencia al emperador, por lo que lo hizo azotar con varas, y luego ordenó que lo ataran con cuerdas a una cruz en forma de X (crux decussata), sin cla­varlo, para que la muerte fuera más lenta. Habría agonizado dos días en la cruz y expirado en el tercero. Fue enterrado por Maximila, que se separó de Egeas, que fue estrangulado por dos demonios.

Martirio de san Andrés. Ribera, José de. 1628. Óleo sobre lienzo. 209 x 183 cm. Museo de Bellas Artes de Budapest. (CC BY 3.0)

Esta tradición de la cruz en forma de X no se apoya en ningún texto. La “Patrología griega” refiere que el cuerpo de san Andrés fue “distendido con juncos”, y la leyenda interpretó que el procónsul lo hizo atar a la cruz con cuerdas para hacerle sufrir más tiempo, pero no hay referencias a una cruz con forma de X.

La tradición fecha su martirio el 30 de noviembre del año 63, bajo el imperio de Nerón.

Tampoco existe constancia absoluta sobre la ubicación de las reliquias de san Andrés.

En 357 estas reliquias habrían sido trasladadas de Patras (Grecia) a Constantinopla, pero los habitantes de Patras pretendían haber conservado el cuerpo auténtico del apóstol en la Catedral de San Andrés Apóstol, y hacia 1850 lo cedieron al gobierno ruso a cambio de la financiación de una canalización de agua potable.  

En la catedral de la ciudad de Patras se encuentran varias reliquias, tales como el dedo meñique, parte de la parte superior del cráneo, y pequeñas porciones de la cruz, todo guardado en un relicario especial.

Sin embargo, la Iglesia latina no quería que los griegos cismáticos se apropiaran de un apóstol de primera categoría, por lo que tres países, Escocia, Italia y Francia, hicieron valer sus reivindicaciones con­tradictorias.

En primer lugar, las reliquias habrían sido llevadas desde Patras hasta Escocia dando nombre a la ciudad universitaria de Saint Andrews y a la introducción de una cruz de san Andrés junto a la cruz de san Jorge, en el escudo de armas de Escocia.

Respecto a Italia se afirmaba que los restos del apóstol habría sido transferido, en 1206-1210, desde Constantinopla, durante la Cuarta Cruzada por el Cardenal Pedro de Capúa, a la catedral de San Andrés Apóstol de Amalfi, cerca de Nápoles, donde se expone, en su cripta, la pretendida osamenta del apóstol de la que rezuma un aceite milagroso que se llama “maná de san Andrés”.

Por otra parte, la cabeza de san Andrés (o al menos una de las cabezas de este apóstol policéfalo) fue depo­sitada en Roma en 1462, por el papa Pío II, de tal modo que junto al “Volto Santo” de santa Verónica, la lanza de Longinos y un fragmento de la Vera Cruz, es una de las cuatro grandes reli­quias veneradas en San Pedro de Roma.

Roma le dedicó una de sus principales iglesias bajo la advocación de S. Andrea della Valle.

Respecto a Francia, parte de la cruz de San Andrés fue tomada de Grecia durante las cruzadas por el duque de Borgoña, fue depositada en la Abadía de San Víctor de Marsella, aunque fue devuelto a Patras en 1980. El hueso braquial del santo se conservaba en un relicario de Notre Dame de París.

En Francia, el apóstol se convirtió en patrón de la Casa ducal de Borgoña, porque se lo consideraba evangelizador de la Escitia de la que se creían proceder los burgundos. En 1433, el duque de Borgoña Felipe el Bueno, habiendo recibido de Constantinopla un fragmento de la cruz que se habría empleado en la crucifixión del apóstol en Patras, la con­virtió en la insignia de su orden del Toisón de Oro.

En París, la iglesia Saint André des Arts fue edificada sobre el emplazamiento de una capilla dedicada a su casi homónimo san Andeolo, apóstol del Vivarais.

En Alemania, su sandalia es una de las piezas principales del tesoro de la ca­tedral de Tréveris.

Inglaterra le consagró las catedrales de Rochester y de Wells.

Se le representa con libro, pez y con una cruz en aspa, llamada de San Andrés, que los latinos llamaban crux decussata (de decem o decussis: diez, en números romanos, se expresa X), con la que parece ser que fue martirizado, sin embargo, no es hasta el siglo XV cuando la cruz en X se convirtió en parte integrante de la iconografía de san Andrés, posiblemente por la influencia de la insignia de la orden del Toisón de Oro.

Es posible que se haya querido diferenciar la crucifixión de los apóstoles de la de Cristo y que, así como San Pedro había querido ser crucificado cabeza abajo por humildad, se haya tenido la idea de representar a su hermano no sólo atado con cuerdas como los dos ladrones, sino descuartizado sobre la cruz.

Así se puede apreciar, por ejemplo, en el cuadro Martirio de San Andrés De Murillo o en el cuadro del mismo nombre de Rubens, frente a Caravaggio que lo representó con una cruz normal.

El Martirio de san Andrés. Murillo, Bartolomé Esteban. 1675-1680. Óleo sobre lienzo. 123x 162 cm. Museo del Prado. Sala 016 (CC BY 3.0)

El Martirio de san Andrés. Rubens, Pedro Pablo. 1639. Óleo sobre lienzo. 306 x 216 cm. Fundación Carlos de Amberes. Madrid (CC BY 3.0)

El martirio de San Andrés. Caravaggio. 1607. Óleo sobre lienzo. 202,5 x 152,7 cm. Museo de Arte de Cleveland. Clevelad, Estados Unidos, (CC BY 3.0)

Un segundo atributo de san Andrés alude a su oficio, al tratarse de una gran red de pescador de la cual a veces emergen cabezas de peces o simplemente un pez como nos muestra José de Ribera.

San Andrés. Ribera, José de. Siglo XVII. Óleo sobre lienzo. 127 x 100 cm. Museo del Prado. Deposito en otra Institución (CC BY 3.0)

Museo de Bellas Artes

Martirio de San Andrés. Roelas, Juan de. Hacia 1606-1610. Óleo sobre lienzo. 520 x 346 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala V. Procede de la Desamortización (1840) de la Capilla de los Flamencos del Colegio de Santo Tomas de Aquino

Capilla de San Andrés

En el centro y por encima de la portada, en una hornacina, se aloja una imagen tallada en piedra del cuerpo completo del apóstol San Andrés, de autor desconocido y fechable en el segundo tercio del Seiscientos.

San Andrés

En el muro de la Epístola, el retablo del apóstol San Andrés. Es una escultura de talla completa que representa a San Andrés con sus dos símbolos más característicos, con la mano derecha sostiene el libro que lo caracteriza como Apóstol y con su mano izquierda soporta uno de los extremos de la cruz aspada en la que fue martirizado. Aunque su autoría permanece en el anonimato, por sus rasgos estilísticos y morfológicos debe considerarse como una obra sevillana de la segunda mitad del siglo XVII, atribuido a Pedro Roldan.

San Andrés

Iglesia de San Andrés

La portada, presenta una hornacina central, sobre la clave de los arcos, con la representación en piedra de Dios Padre y dos peanas, una a cada lado. La del lado derecho presenta la imagen de San Andrés, la de la izquierda está vacía. Estas imágenes son datables en el siglo XV. 

San Andrés

En la Capilla de santa Marta, situada en la nave de la epístola,  se dispone parte de los sillares del coro del desaparecido convento de las Dominicas de Pasión de la calle Sierpes (ver), y uno de ellos presenta un relieve de San Andrés

San Andrés

En el ático del retablo de la Capilla Sacramental, situada a la cabecera de la nave de la epístola, se sitúa un medallón que nos muestra “El Martirio de San Andrés”.

Martirio de San Andrés

En el altar mayor, San Andrés está situado en la calle central, en la transición del cuerpo principal al ático. Está realizado en madera con las técnicas de tallado, estofado y policromado. Mide 1,40 metros de altura. Es de finales del siglo XVIII y su estética es barroca.

San Andrés