sábado, 19 de octubre de 2024

 AREA DE SAN ANDRÉS

Plaza de Europa.

Entre Divina Enfermera y Amor de Dios.

Plaza Europa

El primer topónimo que parece identificarse con este espacio es el de Costanilla o Costanilla de San Martín, al igual que la actual Divina Enfermera, ya que en ella se encuentra un corral de las Beatas, que se dice próximo a la Europa, en los siglos XVII y XVIII.

En el padrón de 1.705 aparece como Casa de las Beatas y en 1.832 como plaza de la Beata, según González de león (Las calles ... ), por haber vivido e iniciado aquí su itinerario religioso la madre Francisca Dorotea, fundadora del convenio de dominicas de Nuestra Señora de los Reyes, a comienzos del s. XVII, quizás, realmente, la denominación aludiese al citado corral o casa.

En 1.845 se le denomina oficialmente Lerena, y en 1.868 se le cambia por el actual, que hasta comienzos de dicha centuria había correspondido a un espacio colindante, el actual final de Amor de Dios y comienzos de Doctor Letamedi .

Su forma es aproximadamente trapezoidal, con una barreduela en uno de sus lados. 

Barreduela

Destaca por su originalidad en el conjunto de ésta un edificio internacionalista de J. Gali Lassaletta. 

Plaza de Europa 3

Hasta hace unos años abría aquí sus puertas traseras uno de los más célebres bares de la noche sevillana, las Siete Puertas. 

Bar las Siete Puertas
Bar las Siete Puertas

Finales del siglo XIX. Una piara de vacas lecheras abastecedoras de algunas lecherías de la Alameda de Hércules, descansan en la Plaza de Europa. Lucien Levy

Panaderos en la Plaza de Europa durante una arriada

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Calle Divina Enfermera.

De plaza de San Martin y Morgado a plaza de Europa.

Calle Divina Enfermera desde plaza de San Martín

Calle Divina Enfermera desde plaza de Europa

Desde comienzos del s. XV es conocida por Costanilla o Costanilla de San Martin, por la inmediatez de esta iglesia y el pronunciado desnivel descendente hacia Europa.

El primer tramo, más ancho que el resto, es posible que se denomine en algún momento del s. XIX plaza Chica a Chica de San Martin.

También el topónimo de Campana o Campanas, que se encuentra en varios padrones sacramentales de comienzos del s. XVIII, se refiere a esta calle, al elevarse en ella la torre de la Iglesia.

Hasta la segunda mitad del s. XIX comprenderá, además, la actual plaza de la Europa. En 1.845 todos los tramos se rotularon oficialmente Lerena, en memoria de Pedro López de Lerena, asistente de la ciudad entre 1.782 y 1.785 y, posteriormente, ministro. 

Desde 1.996 se rotula como Divina Enfermera.

Rotulo actual

El primer tramo forma una especie de plaza, y el caserío presenta un aspecto cuidado.

El segundo es bastante estrecho y en él desembocan dos barreduelas, para terminar en un recodo hacia Europa.

Barreduela

En la esquina con Morgado existió hasta fines del s. XVI el Hospital de San Lucas.

En su comienzo destaca la fachada de los pies de la iglesia de San Martín (ver), antigua parroquia, con portada ojival y un pequeño fresco con hornacina con la representación del Santísimo. 

Santísimo

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Calle Alberto Lista.

Desde Viriato a Conde de Torrejón.

Calle Alberto Lista

Desde mediados del s. XIV es conocida como Ancha o Ancha de San Martín, por ser de las más amplias de la citada parroquia.

En 1.848 se le denomina oficialmente Lista en memoria del clérigo Alberto Lista (ver), uno de los más importantes representantes de la Ilustración en esta ciudad y que parece murió en una casa de esta calle.

En 1.931 se completó dicha denominación añadiéndole el nombre, aunque en años posteriores aparece, a veces, sólo el apellido.

Está formada por dos tramos separados por la confluencia a derecha e izquierda de Castellar y Saavedra, respectivamente.

El primero es relativamente estrecho y corto, mientras que el segundo es más ancho y recto, características que ya se observan en el plano de Olavide (I.771) y que se completan con alineaciones en el s. XIX. 

Las casas del primer tramo poseen mayor altura que las del segundo, que son de dos y tres plantas, bastantes del s. XIX y algunas del XVIII, una de éstas posiblemente construida como almacén.

En el numero 3, esquina a Saavedra, estuvo hasta los años de 1.920 la casa-palacio de los Arias de Saavedra, al parecer del s. XV; en su lugar se levantó una casa de pisos de Vicente Traver.

Esquina a Saavedra

Frontal de Alberto Lista 3

En el número 2 existe otra de Aníbal González.

En otra casa-palacio se estableció en 1.945 una institución de acogida de niñas y jóvenes del Patronato de Protección a la Mujer, que labraría el edificio de nuevo en la década de 1.960.

En 1.883 se cita en esta calle el corral de Monte-Sión.

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Calle Aposentadores.

De la confluencia de Amparo y Viriato a Feria.

Calle Aposentadores

Se llamó calle del Baño de San Juan, topónimo que aparece citado en un acta capitular de 1.581 y que respondía a la existencia de unos viejos baños de la época árabe y a la cercanía de la iglesia de San Juan de la Palma.

Según González de león, se conocía también como Caño de San Juan, quizás por la proximidad a la calle de Caño Quebrado (actual Feria), si bien esa denominación no está documentada.

Ninguno de los dos topónimos anteriores aparece en la planimetría del XVIII, aunque debieron ser de uso común.

Olavide (1.771) y López de Lerena (1.778) dejan el espacio sin nominar, tal vez por sus cortas dimensiones, pero ya el plano de Arjona (1.832) incluye el rótulo Aposentadores, alusivo a ese antiguo cargo de la administración real (dar aposento).

Se ignora la fecha exacta en la que la calle adquirió tal nombre y la razón precisa del mismo, que tal vez respondiera al cometido oficial de algunos de sus antiguos vecinos. 

Se aplicaba tanto a la calle propiamente dicha como a la barreduela llamada hoy plaza de Hita del Castillo, que se consideró en el pasado parte de aquélla.

Plaza de Hita del Castillo

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Calle Amparo.

Desde plaza del Pozo Santo a confluencia de Viriato y Aposentadores.

Es de configuración sinuosa, con una curvatura más pronunciada a partir de la confluencia con Don Pedro Niño. Parten de ella, por la izquierda, ésta última y Viejos.

Calle Amparo

No se conoce con exactitud ni la fecha en que se le asigna el nombre ni las razones del mismo, aunque tanto Álvarez-Benavides como Santiago Montoto lo relacionan convincentemente con la función caritativa del hospital de San Bernardo situado en la calle.

Justino Matute afirma que antes de llamarse Amparo se llamó Vieja de San Andrés, Benavides indica que ya en época árabe se conocía como Paso del Baño, por su proximidad a los baños que existieron en la actual Aposentadores.

También se conoció, al parecer, como Hospital de San Bernardo y Hospital de los Viejos. Ninguna de estas denominaciones está, sin embargo, suficientemente documentada, y es el plano de Olavide (1.771) la primera referencia histórica clara del actual nombre de Amparo, que desde entonces se ha mantenido sin alteración.

Antes de Olavide sólo se encuentran alusiones muy imprecisas a la “calle que va al Hospital de los Viejos" o a la que “va desde el Pozo Santo hasta San Juan“.

Buena parte de la acera izquierda está ocupada por la fachada del Hospital de San Bernardo (ver), en particular la zona correspondiente a la iglesia del edificio (ver)

Como nota curiosa del pasado, hay que reseñar informaciones de prensa del XIX sobre la existencia de casas de prostitución.

Así, El Porvenir del 28-VII-1.857 escribe: "'Nos dicen que hay una en la del Amparo, con la agravante circunstancia de hallarse cerca de un colegio de enseñanza de niñas ... Cuídese, pues, de vigilarla mucho ... para que no continúen las diarias escenas que con disgusto de los vecinos se ven representar"'. Y dos días después: "Antes de anoche se disgustaron dos mujeres de las del honor desgraciado en uno de los colegios del placer que existen en la calle del Amparo".

Abundan en la calle las casas tradicionales sevillanas, algunas de carácter muy popular.

La número 12, que aparece retranqueada, generando una especie de plaza privada con árboles y farolas. 

Barreduela numero 12

En el número 20 estaba la redacción de la importante revista ultraísta Grecia, dirigida por Isaac del Vando, quien tenía un negocio de antigüedades en la cercana Casa de los Artistas (ver)

El ultraísmo fue un movimiento literario iniciado en España en 1918, siguiendo el modelo creacionista de Vicente Huidobro, enfrentado al modernismo y al novecentismo, ​ que habían dominado la poesía en lengua española desde fines del siglo xix

Amparo 20

Amparo cumple funciones preferentemente residenciales, aunque posee pequeños comercios especializados, como una librería y un taller de encuadernación en la casa núm. 20 y otro de dorado en la número 9 (Ac).

Amparo 9 (Ac)

El número 9, es la “Casa del Tigre” con una curiosa historia:

Sobre su fachada un curioso azulejo hace alusión a la antigua existencia de un tigre en el interior de dicha vivienda.

La casa se mandó edificar en el año 1898 por el que fuera Gobernador Militar de la ciudad de Sevilla y Caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, don Pedro Parias González, destinándola a su residencia particular.

La construcción se realizó sobre el solar de una vieja posada del siglo XVI, llamada de Santa Teresa, por haber pernoctado en ella Santa Teresa de Ávila, así como sobre una antigua casa particular del siglo XVII.

En el año 1943, tras el fallecimiento del Gobernador Parias, el edifico fue adquirido por don Isacio de Contreras, un conocido aristócrata y político de la ciudad de Sevilla, natural de Alcalá la Real, en la provincia de Jaén.

Posteriormente, la familia Contreras alquiló el edificio a la familia del poeta Sáenz de Andino, durante unos años, tras lo cual se alquiló a don Javier Lasaleta del Clos, Director del Zoológico de Jerez de la Frontera.

Don Javier Lasaleta del Clos era propietario de dos tigres, que había cazado en uno de sus frecuentes viajes a África. Al criarse en cautiverio los tuvo durante más de diez años como animales domésticos en el edificio, y fue, entonces, cuando comenzó a llamarse popularmente “La casa del Tigre”.

Tras pasar de nuevo el uso del edificio a la familia propietaria se inicia una nueva reforma en el año 1977 para reconvertirla en residencia familiar, y han procurado mantener viva la historia y singularidad de la casa colocando este azulejo que recuerda la historia del tigre del Director del Zoológico de Jerez.

Numero 9

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Calle Don Pedro Niño.

De la confluencia de Amparo y Viejos a la de Cervantes, Angostillo y Plaza de san Andrés.

Calle Don Pedro Niño
Azulejo de Olavides

La primera referencia documental a la calle es de 1.441, y se menciona como “la que va de San Juan a San Andrés”.

A mediados del s. XV pudo conocerse como calle de Juan Agudo.

En otro documento de 1.510 como “la que va desde el barrio de San Juan (actual Aposentadores) hasta San Andrés'".

Y en otro de 1.636 parece otorgarle el nombre de Vallejos, que hace pensar en el apellido de alguna familia que habitaba o tenía dependencias en ella, pues habla de “la calle que va de San Andrés a los Viejos, que se dice de los Vallejos".  

Desde 1.665 está documentada como Don Pedro Niño, aunque no hay unanimidad sobre el origen de este último topónimo.

Para González de León se refiere a un hermano del cardenal don Fernando Niño de Guevara, veinticuatro de Sevilla y propietario de casi todas las casas de esta calle.

Justino Matute lo atribuye a otro don Pedro Niño, caballero sevillano que en 1.403 llevó a cabo una larga y arriesgada expedición marítima.

Y Santiago Montoto considera que el nombre alude a un don Pedro Niño de Herrera, que vivió en la calle a fines del s. XVI y que aparece citado en ciertos documentos notariales.

De las tres atribuciones la más aceptada parece ser la primera. Así se deduce, al menos, del dictamen municipal que en 1.868 acuerda rotular la calle con el nombre de Guevara, en evidente alusión al apellido cardenalicio. Esta denominación debió ser muy fugaz, pues en la planimetría de finales del siglo aparece como Don Pedro Niño.

Según Álvarez- Benavides, con anterioridad al XVII se llamó Pila del Tesorero, pero se trata de un error. Y al parecer también Pajería, de lo que tampoco hay clara constancia.

En algún documento del XIX se la llama asimismo calle de Montelirio. Es, sin duda, una inexactitud pues en esa fecha existía todavía la llamada plaza o plazuela de Montelirio (o Montelirios), que era sólo el espacio delantero a la casa del conde del mismo título, situada hacia el centro de la calle. Formaba una barreduela que, al derribarse la casa en los años cuarenta de nuestro siglo, quedó incorporada a Don Pedro Niño.

Tiene gran interés artístico la fachada lateral de la casa núm. 1 de Viejos (ver), cuyo torreón se proyecta hacia Don Pedro Niño. 

Viejos 1

También resulta curiosa, por su desajuste con el resto de las edificaciones, la fachada de corte clásico de la casa núm. 3, en estado ruinoso, donde se ubicaba la librería de viejo El Desván, que celebraba reuniones y lecturas poéticas.

Don Pedro Niño 3

Librería el Desván

La delantera de la casa número 18 ofrece un jardincillo en rejados. 

Casa número 18

En el s. XVIII había en la calle un corral de vecinos llamado del Dormitorio.