Desde su infancia tuvo como primer maestro de violín D. José Coutier, maestro de capilla de la
Catedral.
Con 12 años continuó su formación en
el Conservatorio Imperial de Música y Declamación de París, teniendo como
profesor a Jean-Delphin Alard, maestro también de Pablo Sarasate, y fuera del
conservatorio recibió lecciones de violín del famoso violinista cubano White.
En 1867, con 16 años, se le concedió
el primer accésit, el primer premio de solfeo, el primer premio de teoría
musical y el segundo de violín.
Ese mismo año se convierte en Primer
Violín concertino de la Sociedad Symphonista de París y primer violín del Teatro
Lírico de la Ópera de París,
El 20 de julio de 1870 consiguió el
primer premio de violín del Conservatorio de París entre más de 30 opositores,
discípulos todos de Alard, igualándose así a Sarasate que lo había conseguido
en 1857.
En 1873 fue requerido desde Pau como
violinista de la corte de Sebastián Gabriel de Borbón y Braganza, Infante de
España, biznieto de Carlos III y nieto de Juan VI de Portugal.
Durante
su estancia en Pau se relacionó con aristócratas y miembros de la realeza, como
la Princesa de Scheweloz-Holstein, y el Príncipe y la Princesa de Oldembrourg,
discípula aventajada esta última de Palatín.
También fue solicitado por la realeza
española y portuguesa, y por la nobleza, concretamente, por la Duquesa de
Medinaceli, y la Duquesa de Montpensier, Dña. Luisa Fernanda.
Como violinista actuó en salas tan
importantes como las Salas Pleyel, Erard y Herz de París, la Sala Bechstein de
Londres, el Teatro San Carlos de Lisboa, el Capitole de Toulouse o el Gran
Salón de la Escuela Nacional de Arte y Declamación de Madrid, con importantes
elogios de la crítica internacional y del público asistente.
Fernando Palatín en su madurez
Otra faceta relevante en su carrera
fue su labor como director de orquesta y así dirigió a las Orquestas de los
Casinos municipales de Pau y Eaux-Bonnes, a las Orquestas Sinfónicas Municipales
de Eaux-Bonnes y Salies de Béarn, y a su regreso a Sevilla a la Banda del
Hospicio Provincial de Sevilla.
Como docente, formó a una importante
generación de violinistas sevillanos que realizaron una notable labor musical.
Algunos de ellos ganaron el premio Sarasate del Conservatorio de Madrid, y
trasmitieron sus conocimientos a las generaciones posteriores. También reactivó
la Sociedad de Cuartetos de Sevilla, en la que tuvo como segundo violín al
importante violinista y compositor José Font de Anta
(ver).
Como compositor escribió 82 obras, 29
de ellas para violín y piano.
“Adiós al Alcázar”, una de las más reconocidas e
interpretadas por él en sus recitales, dan muestra de la presencia de lo que se
conoce como alhambrismo musical en sus obras.
Su Concierto para Violín (1883), es un género que se
puede considerar una rareza en la música española de aquellos años.
Su Obertura Dramática “Reina Regente”, fue escrita en
relación al naufragio del navío de guerra español “Reina Regente”, el 19 de
marzo de 1895, en el que fallecieron más de 400 hombres.
Su “Elegía para Orquesta”, compuesta y dedicada expresamente para la
Infanta Dª María Luisa Fernanda de Borbón, Duquesa de Montpensier, a la que
obsequió personalmente al finalizar la interpretación con la partitura de la
obra.
A lo largo de toda su vida, Palatín
mereció el reconocimiento de varios países en forma de multitud de
condecoraciones y honores. Entre ellos destacan:
Cinco Encomiendas de la Orden de
Carlos III.
Dos Palmas Académicas-Oficial de
Academia de Francia y Oficial de Instrucción pública de Francia.
Caballero de la Orden Nacional de la
Legión de honor francesa, distinción más importante de Francia.
Comendador Ordinario de la Orden de
Isabel la Católica.
Comendador de la Orden Militar Portuguesa de Nuestro
Señor Jesucristo.
Cruz del Mérito Artístico.
Caballero de la Real Orden Militar
Portuguesa de Nuestro Señor Jesucristo.
Académico de la Academia de Letras
Humanas de Málaga,
Miembro honorario de muchas sociedades
musicales y corales.
Calle san Luis numero 107
Detalle de la lápida
Fernando Palatín y Garfia falleció en
Sevilla el 25 de febrero de 1927. El Ayuntamiento le dedicó un homenaje en el
aniversario de su óbito, con la colocación de una lápida, con una lira entre
palmas, en la fachada de su casa en la calle San Luis que reza: “En esta casa
murió el 25 de febrero de 1927 el eminente violinista y compositor Fernando
Palatín”. Al acto acudieron el presidente del Ateneo Sr. Hazañas, Cónsul de
Francia, Sres. Gómez Zarzuela, Piazza (D. Luis y D. Calixto), párroco de San
Gil y varios miembros de la colonia francesa.