lunes, 10 de junio de 2024

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Flamenca

Café El Burrero.

El café El Burrero hacia 1880. Fotografía de Emilio Beauchy Cano. Las que bailan son La Carbonera, con un matón blanco, y Gabriela Ortega de negro. (CC BY 3.0) 

El Café El Burrero inicialmente estuvo situado en el número 1 de la calle Tarifa, esquina con Amor de Dios.

Anteriormente fue una academia de baile dirigida por Miguel de la Barrera y Quintana, posteriormente se convirtió en Salón del Recreo, bajo la gestión del malagueño Luis Botella y era conocido por el Salón de la Escalerilla porque había que subir por una estrecha escalera de caracol.

Unos años después, en 1875, Botella se marchó y Silverio Franconetti (ver) se hizo cargo de dicho salón, asociándose posteriormente con Manuel Ojeda Rodríguez, conocido como El Burrero, porque se dedicaba a la venta de leche de burra. El salón pasó a ser un café de flamenco, que en seguida se hizo famoso como Café del Burrero, en honor de su dueño.

Silverio Franconetti Aguilar (CC BY 3.0)

En el año 1881 Silverio y El Burrero se separaron, Silverio abre su propio café, el Salón Silverio, en el número 4 de la calle Rosario,

Y Manuel Ojeda mantiene el Café El Burrero hasta 1888 en que se traslada al número 11 de la calle Sierpes, con puertas a la calle Azufaifo y calle de la Pasión, en un local que fue el Casino Militar.

Finalmente, el Burrero cerró sus puertas al comienzo del siglo XX, cuando muere Manuel Ojeda a consecuencia de una gangrena que le sobrevino tras una fractura de cadera.

El Burrero llegó a ser uno de los más famosos Cafés Cantantes de España, con actuaciones tan célebres como la de la mítica Gabriela Ortega, la la madre de los Gallos. También actuaron entre otros El Canario, La Carbonera, La Peñaranda, Juan Breva, la Rubia de Málaga y el rival de Chacón, el cantaor gaditano Francisco Lema Ullet, conocido como Fosforito El Viejo y el mismo Silverio Franconetti (ver)

El Canario a la izquierda del grupo flamenco

 

Concha “La Peñaranda” en un cartel de1885 (CC BY 3.0)


Juan Breva (CC BY 3.0)


Fosforito el Viejo (CC BY 3.0)

RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística  

Fernando Palatín Garfia. 

Fernando Palatín Garfia nació en Sevilla el 11 de septiembre de 1852, en el seno de una familia de tradición musical, puesto que su padre, D. Fernando Palatín Moreno, era profesor de música y director de orquesta, su abuelo, D. Andrés Palatín Palma fue músico mayor de la ciudad de Sevilla y fundador de la Banda Municipal de Sevilla, y su bisabuelo, D. Fernando Palatín y Césari, fue el primer autor del primer diccionario de música en lengua castellana. Su hijo Andrés Palatín Ustriz fue también músico y desgraciadamente fue fusilado en Sevilla durante el Golpe de Estado de 1936. 

Desde su infancia tuvo como primer maestro de violín D. José Coutier, maestro de capilla de la Catedral.

Con 12 años continuó su formación en el Conservatorio Imperial de Música y Declamación de París, teniendo como profesor a Jean-Delphin Alard, maestro también de Pablo Sarasate, y fuera del conservatorio recibió lecciones de violín del famoso violinista cubano White.

En 1867, con 16 años, se le concedió el primer accésit, el primer premio de solfeo, el primer premio de teoría musical y el segundo de violín.

Ese mismo año se convierte en Primer Violín concertino de la Sociedad Symphonista de París y primer violín del Teatro Lírico de la Ópera de París,

El 20 de julio de 1870 consiguió el primer premio de violín del Conservatorio de París entre más de 30 opositores, discípulos todos de Alard, igualándose así a Sarasate que lo había conseguido en 1857.

En 1873 fue requerido desde Pau como violinista de la corte de Sebastián Gabriel de Borbón y Braganza, Infante de España, biznieto de Carlos III y nieto de Juan VI de Portugal.

Durante su estancia en Pau se relacionó con aristócratas y miembros de la realeza, como la Princesa de Scheweloz-Holstein, y el Príncipe y la Princesa de Oldembrourg, discípula aventajada esta última de Palatín.

También fue solicitado por la realeza española y portuguesa, y por la nobleza, concretamente, por la Duquesa de Medinaceli, y la Duquesa de Montpensier, Dña. Luisa Fernanda.

Como violinista actuó en salas tan importantes como las Salas Pleyel, Erard y Herz de París, la Sala Bechstein de Londres, el Teatro San Carlos de Lisboa, el Capitole de Toulouse o el Gran Salón de la Escuela Nacional de Arte y Declamación de Madrid, con importantes elogios de la crítica internacional y del público asistente. 

Fernando Palatín en su madurez

Otra faceta relevante en su carrera fue su labor como director de orquesta y así dirigió a las Orquestas de los Casinos municipales de Pau y Eaux-Bonnes, a las Orquestas Sinfónicas Municipales de Eaux-Bonnes y Salies de Béarn, y a su regreso a Sevilla a la Banda del Hospicio Provincial de Sevilla.

Como docente, formó a una importante generación de violinistas sevillanos que realizaron una notable labor musical. Algunos de ellos ganaron el premio Sarasate del Conservatorio de Madrid, y trasmitieron sus conocimientos a las generaciones posteriores. También reactivó la Sociedad de Cuartetos de Sevilla, en la que tuvo como segundo violín al importante violinista y compositor José Font de Anta (ver).

Como compositor escribió 82 obras, 29 de ellas para violín y piano.

“Adiós al Alcázar”, una de las más reconocidas e interpretadas por él en sus recitales, dan muestra de la presencia de lo que se conoce como alhambrismo musical en sus obras.

Su Concierto para Violín (1883), es un género que se puede considerar una rareza en la música española de aquellos años.

Su Obertura Dramática “Reina Regente”, fue escrita en relación al naufragio del navío de guerra español “Reina Regente”, el 19 de marzo de 1895, en el que fallecieron más de 400 hombres.

Su “Elegía para Orquesta”, compuesta y dedicada expresamente para la Infanta Dª María Luisa Fernanda de Borbón, Duquesa de Montpensier, a la que obsequió personalmente al finalizar la interpretación con la partitura de la obra.

A lo largo de toda su vida, Palatín mereció el reconocimiento de varios países en forma de multitud de condecoraciones y honores. Entre ellos destacan:

Cinco Encomiendas de la Orden de Carlos III.

Dos Palmas Académicas-Oficial de Academia de Francia y Oficial de Instrucción pública de Francia.

Caballero de la Orden Nacional de la Legión de honor francesa, distinción más importante de Francia.

Comendador Ordinario de la Orden de Isabel la Católica.

Comendador de la Orden Militar Portuguesa de Nuestro Señor Jesucristo.

Cruz del Mérito Artístico.

Caballero de la Real Orden Militar Portuguesa de Nuestro Señor Jesucristo.

Académico de la Academia de Letras Humanas de Málaga,

Miembro honorario de muchas sociedades musicales y corales.

Calle san Luis numero 107

Detalle de la lápida

Fernando Palatín y Garfia falleció en Sevilla el 25 de febrero de 1927. El Ayuntamiento le dedicó un homenaje en el aniversario de su óbito, con la colocación de una lápida, con una lira entre palmas, en la fachada de su casa en la calle San Luis que reza: “En esta casa murió el 25 de febrero de 1927 el eminente violinista y compositor Fernando Palatín”. Al acto acudieron el presidente del Ateneo Sr. Hazañas, Cónsul de Francia, Sres. Gómez Zarzuela, Piazza (D. Luis y D. Calixto), párroco de San Gil y varios miembros de la colonia francesa.