RUTAS POR SEVILLA: Apóstoles
San Judas Tadeo.
Judas Tadeo nació en Caná de
Galilea,
Palestina y según la tradición, era hijo de María de Cleofás, prima de la
Virgen María, y de Alfeo, que era hermano de San José. Así, San Tadeo estaba emparentado
con Jesús tanto por parte de padre como de madre.
Era
hermano de Santiago el Menor, y su hermana, María Salomé, fue la madre de
Santiago el Mayor y San Juan Evangelista. Su tercer hermano, José, era conocido
con el sobrenombre de “Justo”.
Se
trata, por tanto, de una familia estrechamente vinculada a la de Jesús, por lo que
en ciertos pasajes de la Sagrada Escritura San Judas Tadeo y sus hermanos son
mencionados no como primos, sino como hermanos de Cristo.
Los
Evangelios de Marcos y de Mateo lo llaman
simplemente “Tadeo” o su variante, “Lebeo”, mientras que en el Evangelio de Lucas
y en los Hechos de los Apóstoles se le menciona como “Judas de Santiago”,
que puede entenderse como “hermano de Santiago”, aunque algunos autores,
sostienen que Judas de Santiago y Judas Tadeo no serían la misma persona . Esta forma de mencionarlo se relaciona con
el hecho de diferenciarlo de Judas Iscariote, el apóstol a quien se atribuye
haber traicionado a Jesús.
Después de la muerte de Jesús, evangelizó en Mesopotamia para
luego reunirse con Simón el Cananeo y predicar varios años en Persia, incluyendo
la zona de la actual Armenia, donde el cristianismo se convirtió en
la religión de estado antes que en cualquier otro país (año 301 d.C.), y San
Judas Tadeo fue el primer patriarca de la Iglesia armenia.
Existe
una “Pasión” de
origen latino, llamada “Hechos de
Simón y Judas”, que se atribuye al siglo IV o V, y en la que se narran los milagros, conversiones y
martirios de estos apóstoles.
Según el
relato, convirtieron al cristianismo al rey Acab de Babilonia (actual Irak) y recorrieron
todo el territorio predicando, convirtiendo y bautizando a sus habitantes
En la ciudad de
Suamir, los magos Zaroes y Arfaxat y los
sacerdotes paganos, los detuvieron y los llevaran al “Templo del Sol”, para que
renegaran de su fe, y ante su negativa, a Simón
el Cananeo lo martirizaron aserrándolo por medio, y a Judas Tadeo le
habrían aplastado la cabeza con una maza y se la habrían seccionado con un
hacha o un shamsir (alfanje o sable persa de
hoja curva) o con espada.
Por ello, en la iconografía popular, San Judas es
representado con un libro en
la mano, símbolo de la Palabra de Dios, y una maza o mazo, una alabarda, un sable shamsir, una espada o una especie de
lanza, instrumento de su martirio.
También
se lo representa con una llama de fuego sobre su cabeza, significando su
presencia en Pentecostés, y un rollo en representación de la epístola de
Judas, uno de los libros canónicos, que la tradición eclesiástica tendió a
atribuirle.
San Judas Tadeo.
El greco. 1614. Óleo sobre tela. 100,4 x 80,4 cm. Museo del Greco. (CC BY 3.0)
El rey Acab de Babilonia invadió el lugar y recogió los cuerpos de los dos evangelizadores trasladándolos a Babilonia.
Con la invasión
de los musulmanes estos restos fueron llevados a Roma y se conservan en la Basílica
de San Pedro, en el centro del ábside del
transepto izquierdo dedicado a San José.
En el
año 800, el papa León III le entregó a Carlomagno un conjunto de restos
óseos, que eran las reliquias de ambos santos, fueron conducidas a Francia, y se
veneran en la Basílica de San Saturnino de Tolosa, En Toulouse. Por ello, la
Iglesia Occidental celebra conjuntamente a Judas Tadeo y Simón el Cananeo
Parece que otras reliquias
fueron llevadas por un fraile a Lanciano, en los Abruzos, una de las veinte
regiones que conforma la República Italiana, y aún hoy se conservan en una
capilla del convento de San Agustín de esta ciudad.
Según tradición
oriental, las reliquias habrían sido llevadas a un monasterio del rito armenio localizado
en una de las islas del lago Issyk-kul en Kirguistán, donde habrían permanecido
hasta mediados del siglo XV. Posteriormente,
habrían sido trasladadas a un lugar en la Cordillera del Pamir que se extiende por
Afganistán, República Popular China, Kirguistán y Pakistan.
En
la tradición siria, en la Leyenda del Rey Adgar (ver), se confunde a Tadeo con Addai, el mensajero que, por encargo
de Jesús, le habría llevado una imagen de su maestro al rey Abgaro o Abgar V de
Edessa, con la finalidad de que se curase.
Eusebio,
obispo de Cesarea, recoge
la historia de “Tadeo y el
soberano de Edessa” señalando que, luego de la resurrección y
ascensión de Jesucristo, “el apóstol Tomas, envió a Edessa, con el “Mandylion”, a
Tadeo que pertenecía a los setenta y dos
discípulos de Cristo”, con lo que la promesa de Jesús se completó.
Eusebio
distingue entre Tadeo el Apóstol, miembro del grupo de los doce, y Tadeo, uno
de los setenta y dos, por lo cual la identificación entre ambos derivaría de
una confusión.
Pero
de esta tradición o leyenda deriva que se represente a Judas Tadeo con el
medallón conteniendo el retrato de Cristo.
En una zona montañosa de
Azerbaiyán, en el lugar donde San Judas Tadeo habría muerto, se eleva el
Monasterio de San Tadeo, también llamado Kara Kilise o Qareh Kalisa, “la Iglesia Negra”, incluida en la lista
del patrimonio mundial de la UNESCO en 2008, que es un lugar de peregrinación visitado
cada año por miles de devotos de todo el mundo.
Junto con Santa Rita, Santa
Filomena y San Jorge Taumaturgo, San Judas Tadeo es considerado el patrón de
las causas perdidas y protector de los desesperados. Se desconocen las razones
de esta asociación, pero existe la tendencia a invocarlo en situaciones
desesperadas.
Capilla de San
Andrés (ver)
En la pared del Evangelio, al lado del arco de
medio punto que da acceso a la Capilla Mayor se puede observar una talla de San
Judas Tadeo con sus atributos habituales, el hacha y el libro.