domingo, 8 de septiembre de 2024

 RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas 

San José de Nazaret.

No existe mucha información sobre la figura de san José que es referida en la Biblia  en los evangelios de Mateo y de Lucas.  

Según el protoevangelio de Santiago, José nació en el año 90 a. C. en Belén. Existen dudas sobre la identidad del padre de José ya que en la genealogía hecha por Mateo se le llama Jacob y en la de Lucas Helí, pero ambas coinciden al señalar a José como descendiente del rey David (requisito necesario para considerar a Jesús el verdadero Mesías).

Según el Evangelio de Mateo (Mt 13: 55), era de oficio artesano (en el original griego, τέκτων), lo que ya en los primeros siglos del cristianismo se concretó en carpintero, profesión que habría enseñado a su hijo, de quien el Evangelio de san Marcos afirma que era “carpintero”.

El libro apócrifo “La Historia de José el Carpintero” fue escrito en el siglo VI y presentado como una biografía de José dictada por Jesús. En ella se describe cómo José vivió célibe durante cuarenta años, luego tomó a su primera esposa, cuyo nombre no se revela, con la que tuvo cuatro hijos y dos hijas, a saber:  Judas, Justo, Santiago y Simón los varones y Asia y Lidia, las mujeres. Después de cuarenta y nueve años de matrimonio, José enviudó. El Evangelio de Mateo le llama “justo”, lo que se interpreta como ser fiel a la Torá.

Un año después de la muerte de su esposa, cuando los sacerdotes anunciaron por toda la Judea que ellos deseaban encontrar en la tribu de Judá algún hombre respetable para desposar a María, de entonces doce a catorce años de edad, José, quien ya tenía en dicho momento noventa años, fue a Jerusalén entre los candidatos, y un milagro manifestó la elección de José realizada por Dios.

Según el Evangelio de Lucas (1:26-38), Nazaret había sido el lugar de residencia de María, ya desposada con José, cuando acaeció la Anunciación.

En el Evangelio de Mateo​ se muestra el drama que vivió José de Nazaret al saber que María estaba embarazada. Iba a repudiarla en secreto, porque no quería que fuera apedreada según lo dispuesto en la Torá (Deuteronomio 22:20-21). Pero, no quería encubrir con su nombre a un niño cuyo padre ignoraba, y al mismo tiempo estaba convencido de la virtud de María, por lo que se negaba a entregarla al riguroso procedimiento de la ley de Moisés. ​

Este sufrimiento es recordado en la tradición católica en la devoción de los “Dolores y Gozos de san José”.

Según el Evangelio de Mateo (1:20-24), el ángel del Señor le manifestó en sueños que ella concibió por obra del Espíritu Santo y que su hijo “salvaría a su pueblo de sus pecados”, por lo que José aceptó a María. Ella, virgen perpetua, dio a luz a Jesús a quien José cuidó como un padre.

Y así el Evangelio de Mateo (Mt. 13:55) afirma que Jesús de Nazaret era “hijo del carpintero” y el Evangelio de Marcos (Mc. 6:3) considera que a Jesús tenía el mismo oficio: “¿No es éste el carpintero?”.

Por otra parte, la palabra "carpintero" tenía también el sentido figurado de "sabio" para los judíos de la época de Jesús, por lo que el versículo de Marcos podría por un epíteto laudatorio y no una indicación de la profesión de Jesús.

El hecho de que José de Nazaret sea mencionado como padre putativo de Jesús, ha dado lugar a una etimología popular del diminutivo de este nombre: “Pepe”, como acrónimo de ambas iniciales: “P.P.” Aunque es más probable que provenga de “Jusepe”  (forma antigua del nombre en español).

Según el Evangelio de Mateo (Mt 2:13-23), José tomó al Niño y a su madre y huyó a Egipto antes que Herodes I el Grande ordenara matar a los niños menores de dos años de Belén y de toda la comarca. Al morir Herodes, José entró nuevamente con el niño y su madre en tierra de Israel, pero, al enterarse de que Arquelao, hijo de Herodes el Grande, reinaba en Judea, tuvo miedo de ir allí y se retiró a la región de Galilea, a Nazaret. ​

La última vez que José aparece en la Biblia es cuando Jesús tenía 12 años, en el relato de su “perdida y hallazgo en el templo”, posteriormente, ningún evangelista lo menciona durante el “ministerio público de Jesus”, por ello, se presume que José había muerto antes de que este tuviera lugar, pues ya solo se hace referencia a Jesús como su hijo, en Mt 13:55, Lc 4:22, Jn 1:45 y Jn 6:42.

José de Nazaret fue declarado patrono de la familia y es considerado el patrono de la buena muerte por suponer la tradición que habría muerto en brazos de Jesús y de María.

La figura de José fue contemplada y admirada por diversos padres y doctores de la Iglesia, y es hoy objeto de estudio de una rama particular de la Teología. Los franciscanos se interesaron en José de Nazaret como modelo único de paternidad. Sixto IV (1471-1484) introdujo la festividad de San José en el Breviario Romano. El culto a San José fue especialmente favorecido por el Concilio de Trento (1545-1563), extendiéndose su devoción, especialmente en España, y protagonizando numerosas pinturas.El Papa Gregorio XV en 1621 fijó su fiesta el 19 de marzo. Teresa de Ávila dio gran impulso a la devoción católica a San José en el siglo XVI. El papa Pio IX lo proclamó el 8 de diciembre de 1870 patrono de la Iglesia universal. En 1889, el papa León XIII publicó la encíclica “Quam quam pluries”. El 15 de agosto de 1989, al cumplirse su centenario, el papa Juan Pablo II le dedicó la exhortación apostólica “Redemptoris custos”  ​ que ha sido llamada "la carta magna de la teología de San José".

La iconografía paleocristiana mostró a José de Nazaret como un hombre joven hasta por lo menos el siglo V. Muchos artistas posteriores lo presentaron como un hombre anciano, calvo o canoso, ​por influencia del Protoevangelio de Santiago. 

Museo del Prado

San José con el Niño Jesús. Camilo, Francisco. Siglo XVII. Óleo sobre lienzo. 450 x 287 cm. Museo del Prado. Depósito en otra Institución. (CC BY 3.0)


Sueño de San José. Conca, Sebastiano. Principios del siglo XVIII. Pluma, Aguada agrisada, Lápiz negro sobre papel agarbanzado. 375 x 267 cm. Museo del Prado. No expuesto. (CC BY 3.0)


San José y el Niño Jesús. Ribera, José de. 1630-1635. Óleo sobre lienzo. 126 x 100 cm. Museo del Prado. Sala 009. (CC BY 3.0)


San José con el Niño y San Juanito. Nardi, Angelo. Siglo XVII. Óleo sobre lienzo. 274 x 219 cm. Museo del Prado. Deposito en otra Institución (CC BY 3.0)


Museo de Bellas Artes

San José con el Niño. Murillo, Bartolomé Esteba. 1665-1666. Óleo sobre lienzo. 197 x 116 cm. Museo de Bellas Artes. Sala V.

Cristo Coronando a San José. Zurbarán, Francisco de. Hacia 1640. Óleo sobre lienzo. 250 x 166 cm.  Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VI. Procede de la Desamortización (1840) del Convento de San José


Sagrada Familia. Uceda, Juan de. 16232. Óleo sobre lienzo. 305 x 230 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala IV. Procede de la Desamortización (1840) del Convento de la Merced Calzada


Sagrada Familia. Papagayo, Maestro del. Hacia 1550. Temple sobre roble. 62,50 x 48 c. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala II. Adquisición del Estado (1984)


Capilla del Rosario de los Humeros (ver)

Se sitúan en el muro del evangelio. El patriarca sostiene al Niño (es una única talla) entre sus brazos. El rostro del santo aparece sereno y frontal. El Niño, por su parte, sentado, sostiene con su mano izquierda el Mundo y con la derecha, bendice. Su rostro, tratado con mucho gusto, refleja aun con candor infantil, la majestad de su Persona. Tonos verdes en distinta gradación componen el color de sus vestimentas talladas junto al ocre de la capa de San José. Sobre esta escultura no existe ninguna documentación. No figura en el primitivo inventario de 1784 y parece que su introducción fue a comienzos del siglo XIX cuando la capilla fue durante unos años oratorio de una comunidad de carmelitas, aunque su ejecución parece anterior. Consta ya en el inventario de la segunda mitad del XIX. Sus rasgos denotan un gran valor artístico y parece clara su relación con el círculo de Rivas, de finales del XVII o principios del XVIII, aunque tiene muchos repintes. Tuvo también altar propio en el XIX.

San José y el Niño
Detalle de San José y el Niño

Capilla de Vera Cruz (ver) 

En el altar mayor, en el primer cuerpo, un relieve de San José a la izquierda. 

San José y el Niño

En el cuerpo superior del Altar Mayor una imagen de San José con el Niño en la calle central. 

Cuerpo superior del Altar Mayor

Detalle de San José y el Niño

Iglesia de San Lorenzo (ver) 

En el retablo Mayor de la Capilla Sacramental, en la calle lateral están las imágenes de San José en actitud itinerante con el Niño Jesús. 

San José y el Niño

Detalle de San José 

Detalle del Niño

Pasada la portada de la Epístola, se encuentra el Retablo de San José, de estilo neoclásico y elaborado alrededor de 1790 por Jacinto Pimentel. La escultura del titular se aproxima al estilo de las obras de Cristóbal Ramos, quedando enmarcada por una serie de relieves que aluden a la vida de San José, y en el ático se ubica un relieve en madera de El Descendimiento. 

Retablo de San José

Detalle de San José con el Niño 

Iglesia de Santa Catalina (ver) 

En el límite del Presbiterio, junto a una inmaculada del siglo XVII,  una imagen de san José con el niño en brazos.

San José con el Niño 

Iglesia de Ómnium Sanctorum (ver) 

En el muro de la Epístola, el retablo barroco de San José, del siglo XVII, procedente de la localidad de Osuna, con un arco abocinado, en cuyo centro se abre una hornacina donde se sitúa el titular con el niño. 

Retablo de san José

Detalle de San José con el Niño

Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús (ver)

En la fachada principal que da a la calle Jesús del Gran Poder, podemos observar un azulejo con San José y El Niño.

Azulejo de San José con el Niño

El retablo mayor se ordena en un banco, dos cuerpos con tres calles y ático. Lo preside una gran escultura del Sagrado Corazón de Jesús, y a cada lado San José y la Virgen de la Victoria siglo XVIII, obra de Benito Hita del Castillo, procedente del antiguo convento de los Mínimos. 

San José con el Niño

Iglesia de San Antonio de Padua (ver)

En la nave derecha de la Epístola. Retablo barroco de gran calidad la Virgen de los Ángeles, del siglo XVIII. A su lado San José. 

Retablo de la Virgen de los Ángeles

San José

En la nave derecha de la Epístola. Retablo neoclásico de Santa Ana, la Virgen y el Niño, siglo XVII, curiosa iconografía de origen centroeuropeo conocida como Santa Ana Triplex, flanqueada por San Sebastián, obra de Hita del Castillo y San José siglo XVIII y sobre ella la Virgen de Guadalupe Extremeña.

Retablo de Santa Ana
San José con el Niño

Iglesia de San Clemente (ver)

En el muro de la Epístola. Retablo de la Virgen de los Dolores, barroco y muy decorado, del siglo XVIII. Bajo ella una imagen de San José.


Retablo de la Virgen de los Dolores

San José con el Niño

Iglesia de San Juan de la Palma (ver)

En la nave de Epístola. La “Capilla de Nuestra Señora de la Cabeza”. En el ático la imagen de san José. 

Retablo de Nuestra Señora de la Cabeza
San José en el ático

Detalle de San José 

En la nave de Epístola. L“Capilla de san José”, cerrada por una magnifica reja, con un retablo barroco de finales del XVII presidido por una imagen de san José en un primer cuerpo, le acompaña el Niño Jesús, San Joaquín y Santa Ana con el niño, y en el ático la Virgen de Fátima. 

San José con el Niño

Al final de la nave, un retablo del siglo XVIII, en cuyo centro se venera una imagen de vestir de “Sor Ángela de la Cruz” de tamaño natural. 

En el ático una imagen de san José del siglo XVIII. 

Retablo de Santa Ángela de la Cruz

San José en el ático

Iglesia de San Vicente (ver)

Nave de la Epístola (derecha). En el interior de una hornacina, encontramos la imagen de san José Itinerante con el Niño en brazos, anónima y fechada en el siglo XVIII, aunque muy retocada por sucesivas restauraciones.

San José Itinerante

En la nave del Evangelio (izquierda). Un cuadro de san José con el niño.

San José con el niño

Iglesia de Santa Ana (ver)

Retablo mayor. Fue realizado en el año 1675 por el escultor y retablista Fernando de Barahona (Sevilla, 1669-1709) y procede del antiguo Convento de Belén. Está presidido por la imagen de la Virgen del Carmen, del siglo XVIII, rodeada de ángeles. A su lado, lateralmente, las imágenes San José y San Joaquín.

Altar Mayor

San José

Iglesia de Santa Rosalía (ver)

En la cabecera del muro del Evangelio (muro izquierdo), el Retablo de San José. 

Retablo de San José
Detalle de san José

Capilla de San Andrés (ver)

En el Muro del Evangelio, formando chaflán, está situado el grupo escultórico de San José con el Niño Jesús. 

Grupo escultórico de san José con el Niño

San José

Detalle de San José con el Niño

Iglesia de san Martín (ver).

En el muro de la derecha, de la epístola, dentro del Presbiterio, destaca el retablo de la Sagrada Familia de la Virgen, conocido popularmente como el “Paseíto”, con un grupo escultórico central con imágenes de Santa Ana, San José, la Virgen Niña atribuido al escultor Benito Hita del Castillo, siglo XVIII, rodeadas de pinturas sobre tabla del siglo XVI de los apóstoles. En el centro del segundo cuerpo se presenta u crucificado y en el ático una escena de la Piedad. 

Retablo de la Sagrada Familia
Detalle parcial del grupo escultórico

En el muro del Evangelio de la Epístola, se levanta el retablo del XVIII, que preside una magnifica talla de San José de 1800. cercana al taller de Roldán y repolicromada con posterioridad, que tiene la particularidad de situarse en un retablo dieciochesco con decoración chinesca. 


Altar de San José


Detalle de San José

Iglesia del Buen Suceso(ver).

La fachada cuenta con 3 cuerpos, está realizada con ladrillo avitolado y decorada con óculos, y presenta una portada con un arco de medio punto.
En una de las hornacinas laterales se sitúa la imagen de San José con el Niño. 

San José con el Niño

En uno de los lados del retablo de Santa Ana con la Virgen Niña se presenta una imagen de san José con el Niño.

San José con el Niño