martes, 17 de septiembre de 2024

 RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes

Virgen de Araceli. Iglesia de san Andrés.

Sobre el monte Capitolio, en Roma, se alza la Basílica de santa María in Araceli la cual está dedicada a la advocación de la Madonna di Aracoeli, que representa la maternidad y la Purísima Concepción de la Santísima Virgen María

Es considerado el primer templo, en tiempos del emperador Augusto, debido a la visión que tuvo de la santísima virgen, que le pidió que construyera un templo dedicado al altar del cielo.

En una visita diplomática a la ciudad de Roma a finales del siglo XVI, el II Marqués de Comares ​quedó atraído por la belleza de la imagen que presidía el altar mayor del templo, por lo que mandó que esculpieran una igual para su palacio en Lucena.

No existen datos de la creación de la imagen, pero si se conoce el recorrido que el noble siguió durante su viaje de vuelta a Lucena portando la imagen de la santísima virgen, y según la leyenda, los caballos se perdieron, durante una tormenta, donde actualmente se ubica la Primera Cruz, y aparecieron al día siguiente donde hoy se encuentran las Tres Cruces, en la cima de la Sierra de Aras, y las bestias no se movieron del sitio, guardando la caja donde se portaba la sagrada imagen. Este hecho se interpretó como que la santísima virgen María quería permanecer en la cumbre de ese cerro.

Actualmente, en la cima de la Sierra de Aras se encuentra el Real Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Araceli, donde la imagen permanece todo el año, salvo en el mes de mayo, que visita Lucena para celebrar las fiestas en su honor, pues es patrona de Lucena desde 1851 y alcaldesa perpetua desde 1955.

Virgen de Araceli patrona de Lucena (CC BY 3.0)

Iglesia de san Andrés

A los pies de la nave de la epístola se encuentra un retablo que preside la Virgen de Araceli, réplica de la patrona de Lucena (Córdoba) que realizó Castillo Lastrucci (ver) en 1944.

Es anécdota conocida que el propio Castillo Lastrucci no quiso cobrar nada por su trabajo, en recuerdo de su madre, que llevaba el nombre de Araceli.

El mismo escultor habría de restaurar posteriormente esta copia suya al quedar afectada por un incendio fortuito en su altar de cultos.

La escultura es una típica imagen mariana de Gloria, que muestra a la virgen de pie, con el Niño apoyado sobre su mano izquierda, y sosteniendo un cetro en su mano derecha. Presenta la clásica ráfaga plateada a ambos lados del cuerpo, y doble corona de parecido diseño, para Ella y para el Niño. 

Retablo de la Virgen de Araceli

Virgen de Araceli

Virgen de Araceli

Detalle de la Virgen de Araceli

RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Pintores  

Juan de Valdés Leal. 

Calle Valdés Leal

Nació en Sevilla en 1622. Hijo de Fernando de Nisa, o Niza, natural de Torres Nuevas (Portugal), de oficio desconocido, y de Antonia Valdés, natural de Sevilla.

Es posible que comenzara su formación como aprendiz en el taller de Francisco de Herrera el Viejo y la completara en Córdoba en el taller de Antonio del Castillo.

No existen noticias documentales del pintor, posteriores a la partida de bautismo, hasta abril de 1647 cuando, cerca de cumplir los 25 años, se publicaron sus amonestaciones matrimoniales en la iglesia de San Vicente de Sevilla, aunque fue dispensado de las ultimas para contraer matrimonio en Córdoba con Isabel Morales de Carrasquilla, hija de Pedro Morales de la Cruz, maestro cuchillero inscrito como Hijodalgo en el padrón de nobles.

De esta época cordobesa son importante conjuntos pictóricos como el realizado para la iglesia de santa Clara y el retablo del Carmen Calzado.

En 1649, año de la peste, abandona Córdoba pero no existe documentación hasta  diciembre de 1650  en que arrienda unas casas en la calle de las Boticas de Sevilla, en la parroquia de Omnium Sanctorum.

De esta etapa es una numerosa producción de obras individualizadas y grandes conjuntos de pinturas, como los del Monasterio de San Jerónimo, la iglesia de San Benito de Calatrava, y la Casa Profesa de la Compañía de Jesús.

En 1654 se le encuentra de nuevo censado en Córdoba, donde el 26 de diciembre bautizó con el nombre de Luisa Rafaela a su primera hija, a la que educó en la pintura y el grabado.

Su regreso a Sevilla se relaciona con el 15 de julio de 1656, cuando arrendó una casa en la collación de San Martín, junto a la Alameda de Hércules, actuando como su fiador el arquitecto Francisco de Ribas. En esta casa nació su segunda hija, Eugenia María, bautizada el 13 de septiembre de 1657 en la parroquia de San Martín.

En enero de 1658 solicitó al cabildo municipal la exención de la realización del examen de maestro pintor, alegando que hacía muchos años que practicaba el oficio “en todo lo a el tocante”, pero que “por la estrecheça de los tiempos”, no había podido examinarse aún. El cabildo le concedió la licencia solicitada, por la que se le autorizaba a ejercer libremente su oficio por espacio de seis meses.

Es posible que la urgencia para obtener la preceptiva licencia, respondiese a su deseo de abrir taller contando con la amistad de escultores y retablistas como Pedro Roldan, Pedro de Ribas, y Bernardo Simón de Pineda.

En febrero de 1661, año del nacimiento de su hijo Lucas, fue nombrado examinador del gremio de pintores y ejercía al mismo tiempo el cargo de mayordomo de la Hermandad de San Lucas, cargo al que renunció en febrero de 1663

El 25 de noviembre de 1663 fue elegido por cuatro años presidente de la Academia, cargo que venía ejerciendo Sebastián de Llanos   tras la marcha a Madrid de Herrera el Mozo y la renuncia de Murillo.

Son muy escasa las noticias de los años inmediatamente posteriores, en los que vendió una esclava portuguesa mulata de 26 años, llamada Polonia, casada con un esclavo del jurado Gregorio Rodríguez y madre de una niña de dos meses, por 245 pesos de a ocho reales.

Nacieron sus hijos Lucas (1661), María de la Concepción (1664), que profesaría como monja cisterciense en el monasterio de San Clemente el Real, donde cultivó también la pintura, y Antonia Alfonsa (1667).

En 1672 Valdés Leal ejecutó sus famosas pinturas del Hospital de la Caridad de Sevilla en las que representó las más impresionantes imágenes de la muerte que se han realizado en la Historia, y que han constituido la base de su fama.

En los últimos años de su vida, víctima de achaques y enfermedades, sus necesidades económicas le obligaron a tener que seguir trabajando, en ocasiones en circunstancias poco favorables, subido en altos andamios para pintar bóvedas en la iglesia de la Santa Caridad, en la de los Venerables o en la del monasterio de San Clemente, por lo que en ocasiones hubo de trabajar ayudado por su hijo Lucas.

El 9 de octubre de 1690, hallándose enfermo, otorgó poder para testar a favor de su esposa, Isabel Morales de Carrasquilla, con quien tenía comunicadas sus últimas voluntades. Fue enterrado el 15 de octubre en la iglesia de San Andrés   en la bóveda de la cofradía del Santísimo Sacramento, y dejaba por herederos universales a sus hijos legítimos, con las mandas acostumbradas. 

Placa de Juan Valdés al lado de la portada principal de la iglesia de san Andrés

El más directo de sus discípulos fue de forma casi natural su propio hijo Lucas Valdés (ver), colaborador en algunas de las obras del padre. También fue discípulo Clemente de Torres (c. 1662-1732).  


Museo de Bellas Artes

Aparición de Cristo a san Ignacio camino de Roma. Juan de Valdés Leal. Hacia1662. Óleo sobre lienzo. 217 x 150 cm. Museo de Bellas Artes. Sevilla. Sala VIII. Procede de la desamortización (1840) de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús. (ver)


Asunción de la Virgen. Valdés Leal, Juan de. 1670. Óleo sobre lienzo. 315 x200 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización (1840) del Convento de san Agustín. (ver)


San Francisco recibiendo la ampolla de agua. Valdés Leal, Juan de. Hacia 1665. Óleo sobre lienzo. 204 x 130 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Adquisición de la Junta de Andalucía (1990). (ver)


San Ignacio haciendo penitencia en la cueva de Manresa. Valdés Leal, Juan de. 1660. Óleo sobre lienzo.213 x 142 cm.  Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización (1840) de la Casa Profesa dela Compañía de Jesús.  (ver)


Las Tentaciones de San Jerónimo. Valdés Leal, Juan de . Hacia 1657. 224 X 126 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede del Monasterio de San Jerónimo de Buenavista. Sevilla. (ver)


San Ignacio de Loyola exorcizando a un endemoniado. Valdés Leal, Juan de. 1600-1664. Óleo sobre lienzo. 210 x 146 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización (1840) de la casa Profesa de la Compañía de Jesús. (ver)


Flagelación de San Jerónimo. Valdés Leal, Juan de. 1657. Óleo sobre lienzo. 223,50 x 245,50 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede del Monasterio de San Jerónimo de Buenavista de Sevilla. (ver)

Asunción de la Virgen. Valdés Leal, Juan de. Hacia 1680-1685. Óleo sobre lienzo. 36, 5 x 54 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la adquisición de la Junta de Andalucía en 1987. (ver)

Desposorios místicos de Santa Catalina. Valdés Leal. Juan de. Hacia 1685. Óleo sobre lienzo. 127,50 x 99 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización (1840) de la Cartuja de Santa María de las Cuevas. (ver)

La Virgen con las tres Marías y san Juan camino del Calvario. Valdés Leal, Juan de. 1659. Óleo sobre lienzo. 134,5 x 203,5 cm.  Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización de Mendizábal (1840). (ver)

El milagro de las abejas. Valdés Leal, Juan de. 1673. Óleo sobre lienzo. 120 x 107 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede del Palacio Arzobispal. Adquisición de la Junta de Andalucía en 1990 (ver)

Jesús disputando con los doctores en el Templo. Valdés Leal, Juan de. 1661. Óleo sobre lienzo. 107 x 80cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Adquisición del Estado en 2013. (ver)

Las bodas de Caná. Valdés Leal, Juan de. 1661. Óleo sobre lienzo. 107 x 80 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Adquisición del Estado en 2013. (ver)

El mercedario Alonso de Sotomayor y caro. Valdés Leal, Juan de. 1657. Óleo sobre lienzo. 225 x 175 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Adquisición de la Junta de Andalucía en 1990. (ver)

Fray Alonso Fernández Pecha. Valdés Leal, Juan de. Hacia 1657. Óleo sobre lienzo. 249 x 128 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización (1840) del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista. (ver)

Fray Fernando Yáñez de Figueroa. Valdés Leal, Juan de. Hacia 1657. Óleo sobre lienzo. 246 x 126 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización (1840) del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista. (ver)

Fray Juan de Ledesma. Valdés Leal, Juan de. Hacia 1657. Óleo sobre lienzo. 249 x 129 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización del Monasterio de san Jerónimo de las Cuevas (ver)

Fray Pedro de Cabañuelas. Valdés Leal, Juan. Hacia 1657. Óleo sobre lienzo. 250 x 128 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización (1840) del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista (ver)

Fray Pedro Fernández Pecha. Valdés Leal, Juan de. Hacia 1657. Óleo sobre lienzo. 243 x 126 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización (1840) del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista. (ver)

Fray Fernando de Talavera. Valdés Leal, Juan de. Hacia 1657. Óleo sobre lienzo. 249 x 127 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización (1840) del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista. (ver)

RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas 

Fray Pedro Fernández Pecha.

Hijo del matrimonio formado por Fernán Rodríguez Pecha, de familia originaria de Siena, camarero mayor del rey Alfonso XI y Elvira Martínez, camarera mayor de la segunda esposa del rey María de Portugal, señora de Portugal donde tenía grandes señoríos y posesiones.  

Fue educado en el ámbito cortesano, donde desarrolló distintas actividades en la cámara de Alfonso XI junto a su padre, Fernán Rodríguez, y llegó a ocupar el destacado puesto de tesorero regio, implicándose en importantes operaciones financieras, como la explotación de las minas de Almadén y la recaudación del servicio general con motivo de la campaña de Gibraltar.

Con la llegada al trono de Pedro I se vio desplazado de sus cargos y este hecho junto a la muerte de su esposa y su hija Elvira pudieron determinar su decisión de retirarse de la vida cortesana.

Junto a su amigo de la infancia Fernando Yáñez de Figueroa (ver), canónigo de Toledo, se unieron a un grupo de eremitas en la ermita de Nuestra Señora del Castañar, cerca de Toledo.

En 1366, se reunió con él en la ermita de Nuestra Señora de Villaescusa, en las riberas del rio Tajuña, actualmente un despoblado de Orusco de Tajuña (Madrid), a donde se había trasladado buscando mayor soledad.

En algún momento se les incorporó también el hermano menor de Pedro,  Alonso Fernandez Pecha (ver), que renunció al obispado de Jaén para hacerse anacoreta.

En 1367 se trasladan a la ermita de san Bartolomé de Lupiana (Guadalajara) propiedad de la familia Pecha, donde construyen celdas para hacer vida eremítica, y donde se constituyó el primer monasterio de la Orden Jerónima.  

Para solicitar la aprobación papal Pedro Fernández Pecha marchó con Pedro Román a Aviñón, residencia del papa, donde Gregorio XI concedió la bula “Sane petitio o Salvatoris humanae generis” de 15 de octubre de 1373, fijándoles como constitución y norma de vida la regla de la orden de san Agustín, según la observancia que de ella se hacía en el monasterio eremítico de Santa María del Santo Sepulcro de Florencia. ​

De regreso a España, entre el 16 de abril y el 9 de septiembre de 1374 Fray Pedro Fernández Pecha, que en adelante se llamó fray Pedro de Guadalajara, se convirtió en el primer prior del monasterio de san Bartolomé de Lupiana, el primero de la nueva orden, aunque nunca llegó a ordenarse de sacerdote, y en su primer bienhechor, pues todos sus bienes fueron a parar a los jerónimos.

En 1374 se marchó a Toledo para fundar el monasterio de Nuestra Señora de Sisla, el segundo de los cuatro monasterios que le autorizaba a fundar la bula de Gregorio XI

En 1400, siendo ya muy anciano y enfermo, renunció a este nuevo priorato y se fue a Guadalupe, donde estaba de prior fray Fernando Yáñez. Murió en Guadalupe en 1402, “no se sabe el mes, ni día, tanto descuydo huvo en esto”.

Fray Pedro Fernández Pecha. Valdés Leal, Juan de. Hacia 1657. Óleo sobre lienzo. 243 x 126 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización (1840) del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista

Valdés Leal lo representa recibiendo la inspiración del Espíritu Santo, al que vuelve su rostro, para su ardua labor de fundador de varios monasterios. 

Detalle del rostro del fraile y el Espíritu Santo

En sus manos porta la maqueta de uno de los monasterios y a sus pies unas llaves parecen aludir a san Pedro, por su nombre y por su condición de primer Papa, como él fuera primer prior de la orden. 

Detalle de la maqueta de un monasterio

Detalle de las llaves

La escena secundaria, enmarcada por un fondo arquitectónico, describe el momento en que fue revestido con el hábito por el Papa Gregorio XI en Aviñón, cuando obtuvo la bula fundacional para la Orden Jerónima. 

Detalle de la escena secundaria

 RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas 

Fray Pedro de Cabañuelas.

Nació en Valladolid en el siglo XIV, por eso también era llamado fray Pedro de Valladolid

Ingresó en el monasterio jerónimo de Nuestra Señora de Guadalupe (Cáceres) a la edad de quince años, cuando aún vivía fray Fernando Yáñez (ver), su fundador, muerto en 1412.

Estuvo empleado en casi todos los oficios de la casa, distinguiéndose especialmente en el de maestro de novicios.

Fue el quinto prior del monasterio de Guadalupe, cargo que ocupó durante ocho años y medio (1432-1441) hasta su muerte en Guadalupe el 20-III-1441

Su fama de santidad provocó que 1435 fuera visitado por los reyes Juan II y su esposa María de Aragón, con su hijo el príncipe Enrique y que la Reina lo eligiera como su “padre de confesión”.

Fue muy devoto del Santísimo Sacramento distinguiéndose por su devoción a la Eucaristía, pero al mismo tiempo se mortificaba por sus dudas y vacilaciones.

Fray Pedro de Cabañuelas. Valdés Leal, Juan. Hacia 1657. Óleo sobre lienzo. 250 x 128 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización (1840) del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista

La escena narra el pasaje milagroso por el que, durante la celebración de la misa, ante el misterio de la encarnación de Dios en la Eucaristía, y ante sus dudas sobre la presencia de Cristo en la Sagrada Forma, una nube elevó el cáliz y la hostia consagrada para descender posteriormente, goteando la sangre de Cristo en el interior del cáliz.

Detalle de la elevación de la hostia consagrada

Al fondo, en una pequeña y esquemática escena secundaria, se describe otro episodio de la vida de este fraile, en el que gracias a su intercesión se salvó un barco del naufragio.

Detalle del naufragio