sábado, 15 de febrero de 2025

 RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes

Virgen del Subterráneo. Hermandad de la Cena.  Iglesia de los Terceros.

Su advocación proviene de una devoción originada en la Edad Media, relacionada con la veneración de imágenes marianas encontradas en lugares subterráneos, especialmente durante la dominación musulmana en España.

Tal vez proceda de una devoción de gloria de la iglesia de San Nicolás, donde se origina la hermandad en 1580, y que puede asimilarse a otras como Soterraño o Soterreña, haciendo referencia a la creencia de que fue venerada en una gruta o lugar subterráneo en el que fue encontrada en sus orígenes.

Aunque se desconoce la fecha exacta y la autoría de la actual imagen, se considera que fue tallada entorno a los años 1829-1830, debido a que fue en estas fechas cuando la hermandad se reorganiza, volviendo a realizar la estación de penitencia el Miércoles Santo de 1830, en cuya nómina aparece la Virgen del Subterráneo, desfilando bajo el palio de la Virgen de la Encarnación.

Lo cierto es que es una imagen anónima, difícil de atribuir por sus características morfológicas. Tradicionalmente, investigadores consagrados como Félix González de León la atribuyen al escultor Juan de Astorga (ver). Otros autores, sin embargo, han señalado que la imagen podría tratarse de una talla de mayor antigüedad, posiblemente del siglo XVII, que el referido Astorga restaurase en las primeras décadas del siglo XIX.

La imagen recibe culto en un altar del crucero de la antigua iglesia del convento de Nuestra Señora de la Consolación, conocida popularmente como de los Terceros. Se trata de un altar barroco que perteneció a la Hermandad del Amor por su estancia en la Iglesia de los Terceros hasta inicio del siglo XIX. Buena muestra de su origen es el marco de la cruz que se puede ver tras la virgen, pues en él se exponía al culto su Sagrado Titular, el Santísimo Cristo del Amor (ver), y un alto relieve de la “Entrada en Jerusalén” situado en el ático del altar. 

Retablo de la Virgen del Subterráneo

Ático con el relieve de la “Entrada en Jerusalén” 

Nuestra Señora del Subterráneo es una imagen de candelero para vestir, tallada en madera de cedro y policromada.  

Solamente mide 1,55 m de altura, por lo que es la imagen de menor estatura de las que salen bajo palio en la Semana Santa de Sevilla, por eso lleva un suplemento en la peana en forma de nubes angélicas.


Virgen del Subterráneo

Detalle de la Virgen del Subterráneo

La imagen presenta un rostro juvenil y tonos nacarados con la cabeza inclinada hacia la derecha y abajo, a modo de resignación, dirigiendo su mirada hacia el devoto. Su dulce expresión y su ceño fruncido fuertemente acentúa el dramatismo de la Virgen, deja ver un amago de intenso dolor, pero sin restarle una belleza algo idealizada.

Los ojos son de cristal y poseen pestañas postizas, así como seis lágrimas de cristal, aunque existen fotografías en las que podemos apreciar cinco e incluso siete. Actualmente presenta tres en cada mejilla.

La boca entreabierta, con labios delgados y carnosos, deja ver la talla de los dientes superiores, y la comisura de la boca rompe en un sollozo.

El cabello está tallado levemente con la raya en el centro.

Detalle del rostro de la Virgen del Subterráneo

Detalle del rostro de la Virgen del Subterráneo

Sus manos, con dedos alargados y finos, son de expresión compleja y leve dinamismo en su composición. 

Reúnen las características comunes de las imágenes anteriores al barroco; y en sus dedos se puede apreciar un ligero tallado de los nudillos y las uñas. 

En su mano izquierda acostumbra llevar una rosa de pasión, labrada en plata y piedras preciosas, obra de Fernando Marmolejo y donado por los jóvenes de la Hermandad.

Como carácter icónico de la Dolorosa de los Terceros, porta sobre su pecho la cruz pectoral y el anillo, ambos de oro, amatistas y agua marina, perteneciente al cardenal D. Pedro Segura y Sáenz que regaló e impuso personalmente a la Virgen en 1956. 

Detalle de las manos y del pectoral  

La corona que luce cada Domingo de Ramos fue realizada en 1952 por el orfebre Manuel Seco Velasco. Está realizada en plata sobredorada y piedras preciosas e inspirada en la que ostenta la Inmaculada Concepción de la Sacristía de la Catedral hispalense. Donada por la cuadrilla de costaleros de la Santísima Virgen, con ocasión del cincuentenario de la Proclamación de la Realeza de María, en la que tanto protagonismo tuvo esta Hermandad.

Se compone de un canasto con decoración de roleos encintados y cartelas, del cual se desarrollan ocho imperiales. La ráfaga posee idéntica decoración y se delimita por rayos lisos y flamígeros. Este elemento se encuentra orlado por catorce estrellas y se remata con una cruz latina.

Detalle del rostro con la corona 

En cuanto a intervenciones, la primera se debe a Manuel Gutiérrez Reyes-Cano en 1902. Hacia 1917, el escultor José Ordóñez arregló su mano izquierda. A mediados del siglo XX, en 1948, Sebastián Santos la restaura. Manuel Hernández León le realiza nuevo candelero y brazos articulados en 1989. Su última intervención se fecha en el año 2004, cuando la restaura el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, bajo la dirección de Cinta Rubio, reintegrando la policromía de cuello y manos.

La Virgen del Subterráneo es la única imagen de Sevilla que ostenta el título de "Reina de cielos y tierra", gracias al decreto del Cardenal Carlos Amigo Vallejo, del año 2004, con motivo del Aniversario de la Proclamación Pontificia de la Realeza de la Virgen María como Reina y Emperatriz de Cielos y Tierra, al ser la Hermandad de la Cena promotora y pionera en la defensa del voto de la realeza de nuestra Señora, siendo la primera en proclamarla un 22 de agosto de 1948, durante la Protestación de Fe de la Función Principal de la Hermandad, siendo firme defensor de esta Verdad Fundamental de la Iglesia Católica desde aquella fecha histórica.

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística  

Juan de Astorga Cubero.

Juan de Astorga Cubero nació en Archidona, provincia de Málaga, el 22 de agosto de 1777. Fue el hijo primogénito de Francisco de Astorga y María Cubero y fue bautizado en la Iglesia de Santa Ana de este municipio el 31 de agosto con el nombre Juan Sinforiano José.

Llegó a Sevilla entre 1789 y 1791, y en 1793 comenzó sus estudios, como imaginero y escultor, en la Real Escuela de las Tres Nobles Artes, teniendo como profesor a Cristóbal Ramos (ver).

Entre 1795 y 1803, con la suspensión de la Escuela de las Tres Nobles Artes, vivió con su maestro Cristóbal Ramos, para continuar recibiendo instrucción, en la calle San Acasio (collación de la Magdalena) y en la calle Bolsa de Hierro (collación de San Pedro).

El 8 de junio de 1801 contrajo matrimonio con María Josefa Miranda en la Iglesia de santa Catalina.  En 1804 se trasladó a vivir a la calle Real (hoy Bustos Tavera, 1), en la collación de San Marcos, hacia 1812 residió en la calle Amor de Dios, número 37 y en la década de 1840 se mudará a la calle Trajano, número 6. Su primer hijo, Francisco, se ordenó sacerdote en 1825 y llegó a ser deán de la Catedral de Córdoba en 1865. ​ Su segundo hijo, Gabriel, sería escultor ​ y realizaría importantes trabajos, tanto en imágenes nuevas, como en restauraciones de imágenes ya existentes.

En 1810 fue nombrado profesor ayudante de Escultura en la Escuela de Tres Nobles Artes y desde entonces mantuvo con ella una gran vinculación, como director tras la muerte de Blas Molner, como secretario, tras la enfermedad y renuncia de Joaquín Cabral y Bejarano, y como director de la sección de Escultura tras la muerte de Martín Gutiérrez.

Formó parte de la comisión nombrada para para examinar, inventariar y recoger los archivos y bibliotecas de las instituciones suprimidas por el Real Decreto del 25 de julio de 1835 que ordenó la supresión de algunos monasterios y conventos.

Igualmente formó parte de la comisión llamada "de museo", presidida por el canónigo Manuel López Cepero, por Real Orden del 16 de septiembre de 1835, para reunir todos los objetos dignos de conservarse.

En 1839 fue uno de los que más contribuyó a la creación del Liceo Artístico sevillano, instalado en el antiguo Convento de San Pablo. El fin de esta institución, además de dar clases, era organizar certámenes y exposiciones.

En 1843 la regente María Cristina, en nombre de su hija, Isabel II, le dio a la Escuela el rango de Academia, pasando a llamarse Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel.  En 1848 donó a la Academia un relieve titulado “Venus saliendo del mar rodeado de ninfas” y fue nombrado académico de mérito.

Muy relacionado con las Hermandades sevillanas, fue hermano de la Sacramental de la Parroquia de San Lorenzo, de las Siete Palabras, del Amor, de la Sagrada Lanzada, de la Sacramental de San Pedro, del Silencio y del Santo Entierro.

Falleció el 10 de septiembre de 1849 y fue enterrado en el cementerio de San Sebastián.

Alumno de Cristóbal Ramos y Blas Molner, llegaría a tener un gran conocimiento de las grandes figuras de la escultura andaluza, como Montañés, Mesa, Roldán o Duque Cornejo. Y es considerado como el artista que realizó algunas de las mejores imágenes de la Virgen Dolorosa.

La labor de Juan de Astorga se puede considerar prolongada por su segundo hijo, Gabriel de Astorga, el cual será para muchos, uno de los mejores escultores imagineros de mediados del siglo XIX, y Gumersindo Jiménez Astorga, hijastro de Gabriel de Astorga, que entre otras cosas, restauró a la Virgen de la Esperanza del barrio de Triana y, el historiador Francisco Amores Martín asegura que a finales del siglo XIX principios del XX hizo a la Virgen de Regla dela Hdad. De los Panaderos (ver)

Entre sus obras en Sevilla podemos mencionar:

De 1810, es su primera obra conocida, la Virgen del Buen Fin de la Hdad de la Lanzada (ver), , pues su antigua titular se perdió en tiempos de la Invasión Francesa (1810).

Algunos autores apuntan que Juan de Astorga en la década de 1810, hizo a la Virgen de la Esperanza del barrio de Triana, otros dicen que solamente la restauró, con motivo de la inauguración de la nueva capilla, no hay ningún documento que lo asegure. 

1809-1811. San Juan Bautista niño.  Convento de santa Paula. ​

1812-1815. San José. Iglesia de San Pedro. Sevilla.

Entre los años 1812 y 1815 algunos historiadores aseguran que realizo la Virgen conocida como la Dolorosa de Capuchinos (ver), que se encuentra en el Convento de Capuchinos de la Ronda Histórica sevillana, en esta imagen podemos apreciar perfectamente los rasgos comunes de este autor. 

1812-1815. Virgen del Subterráneo. Hermandad de la Cena. Iglesia de los Terceros. ​

En 1817 realiza la Virgen de la Angustia, titular hoy día de la Hdad. de los Estudiantes, en la que, a pesar de las restauraciones posteriores, también podemos ver esos rasgos típicos que le otorga el autor.

En 1818, para ocupar el vacío que dejó en la Escuela de Cristo de Sevilla, el Cristo del Calvario, (el cual estaba en ese lugar en préstamo hasta que se procedió a la reorganización de la Hdad) hizo un Cristo Crucificado al cual le dieron la advocación de Cristo de la Providencia (ver), que a los pies se encuentra la Virgen de Consolatrix y Aflictorum que es una obra de su maestro, Cristóbal Ramos (ver)

De 1819 son la Virgen de la Esperanza, de la Hdad. de la Trinidad, de la Basílica de María Auxiliadora y la Virgen de la Presentación del Calvario junto con el San Juan para la misma Hdad.

Con motivo de la visita de Fernando VII a Sevilla, el 8 de octubre de 1823, el Ayuntamiento acordó levantar tres arcos triunfales, el de la calle del Ángel fue encargado a la Real Universidad Literaria, que encomendó su realización a Juan de Astorga.

De 1827 es el Relieve de la Asunción de la Virgen. Boceto en barro cocido policromado que se conserva en la Catedral de Sevilla. Este diseño iba a ir en el tímpano de la portada principal de la catedral, pero por motivos económicos el proyecto no se realizó en aquel entonces. Finalmente, la portada fue decorada a finales del siglo XIX por Ricardo Bellver.

De 1827 es el Retablo de San Juan, de la Nave de la epístola de la desaparecida Iglesia de San Miguel (ver).

De 1827 es el San Jerónimo del Convento de Santa Paula. Copia del original de Torrigiano (ver). Se conserva un boceto de barro en el museo del convento y la versión terminada en el coro bajo.

De 1829 es Retablo Mayor de la desaparecida Iglesia de San Miguel (ver).

Los trabajos de Astorga y otros artistas para la Hermandad del Santo Entierro se acometieron bajo el impuso del asistente de Sevilla Jose Manuel de Arjona (ver), teniente hermano mayor de la cofradía, y bajo el patrocinio de Joaquín Llorente. Así, en el año 1829 realiza la que será una de sus obras más relevantes para la Semana Santa de Sevilla, son las imágenes que acompañan a la Virgen de Villaviciosa en el paso conocido como “el Duelo” de la Hdad. del Santo Entierro, son las imágenes de los Santos Varones y las tres Marías y San Juan Evangelista.

De 1830 son las estanterías de madera de pino para el Archivo General de Indias.

De 1834 es el Retablo Mayor y de la nave de la Epístola del desaparecido Oratorio de san Felipe Neri (ver).

De 1839 es la Virgen de la Presentación y San Juan Evangelista de la Hermandad del Calvario de la Iglesia de la Magdalena.

De 1840-1843 es la Virgen de la Soledad de la Iglesia de san Ildefonso. ​

De 1845 es la “Venus saliendo del mar rodeada de ninfas”, relieve desaparecido, en yeso,  para la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel.

Una obra firmada  por Juan de Astorga, pero sin fechar, son los Ángeles lampareros realizados para iluminar dos cuadros de Herrera el Viejo que existían en la capilla del desaparecido Convento de san Agustín (ver).  

Y es atribuida la imagen de la Virgen de las Nieves de la Iglesia de santa María la Blanca.

En el capítulo de restauraciones, la primera de la que podemos hablar, en 1801 es de una Virgen con el niño en brazos, con la advocación de Virgen del Valle, la cual está en el Santuario del Señor de la Salud, sede de la Hermandad de los Gitanos, a esta imagen como aporta el profesor Roda Peña, se le encarga una “remodelación”de una Virgen con orígenes medievales.

Tras esta, el profesor Roda Peña también asegura que, en 1803, restauró a la Virgen del Socorro, de la Hdad. del Amor y a la Virgen de la Victoria de la Hdad. de las Cigarreras, ambas imágenes popularmente atribuidas a Juan de Mesa, a las cuales parece ser que les cambió los ojos por unos de cristal y a la Virgen de la Victoria le puso una cuña en el cuello para rectificar la inclinación de la cabeza, acto muy popular en este momento histórico, para hacer que las dolorosas mirasen más al frente. 

En la Hdad. del Amor, restaura y elabora candeleros nuevos para los Santos Apóstoles (San Pablo y Santiago, San Juan fue vendido en el año 1946) en el año 1803. Al año siguiente hay constancia de que hizo cuatro ciudadanos hebreos para el paso de la Sagrada Entrada en Jerusalén. 

En 1810, la Hdad. de la Sagrada Lanzada le encarga a restaurar y rehacer las imágenes de las tres Marías y San Juan Evangelista, las cuales habían quedado destrozadas en los sucesos de 1810, por entonces encontrándose los titulares en la Convento de San Basilio. En este caso, el profesor Roda Peña asegura que, la imagen de María de Cleofás es autoría de él, mientras que a la de María Salomé, le hizo el candelero, a la Magdalena le hizo candelero y manos y al San Juan le realizó un cuerpo nuevo.