AREA DE SAN LORENZO
Basílica del Gran Poder.
Según algunos autores, la hermandad fue
fundada en 1431 por el Duque de Medina Sidonia en el Monasterio de santa María
y santo Domingo de Silos de la Orden de san Benito, extramuros de la ciudad, en
el sitio llamado la Calzada de la Cruz del Campo y y actualmente conocida como
Parroquia de San Benito Abad.
El monasterio pertenecía a la casa Principal
de Silos y se supone que los fundadores fueron los condes de Niebla, Enrique Pérez
de Guzmán y Teresa Suarez de Figueroa, y su hijo Juan Alonso Pérez de Guzmán,
tercer conde de Niebla que se convertiría en Duque de Medina Sidonia en 1445, por
Juan II.
Otros autores consideran que su fundación es
de 1447 cuando son aprobadas sus primeras reglas por el obispo de Cádiz, Pedro
Fernández Solís, ante el notario Antonio Sanz, con el nombre de Cofradía del
Poder y Traspaso de Nuestra señora y Honra de san Juan Bautista, siendo titular
de la sede sevillana el arzobispo Pedro González de Mendoza.
Desde el Monasterio de santo Domingo de Silos,
durante el gobierno de la diócesis de Sevilla por Gutiérrez Álvarez de Toledo
(1439-1492), se traslada a la capilla de Santiago de la Espada, entre las
calles san Vicente y Guadalquivir, residencia actual del colegio de mercedarias
de la asunción, que tuvieron su sede original en la actual plaza del Museo.
En esta iglesia ocupó la capilla del obispo de
Badajoz, Leonardo Suarez de Figueroa.
En 1544, se traslada a una capilla propia,
concedida por el arzobispo de Sevilla Fray Gaspar de Loaysa, en el convento
franciscano de Nuestra Señora del Valle, situado en la collación de san Román,
entre la puerta del Sol y la puerta del Osario, actual santuario de Nuestro
Padre Jesús de la Salud, de la hermandad de los Gitanos.
Este monasterio, extramuros de la ciudad, quedaba adscrito a la collación de san Roman, según el historiador Morgado. En dicho convento, situado al lado de un viejo santuario donde se veneraba a una Virgen medieval, con la advocación de Nuestra Señora del Valle, inicialmente había residido una comunidad de monjas dominicas, luego fue un beateorio de recogidas y posteriormente lo habitó una comunidad de frailes terceros.
Entre 1575 y 1583 vuelve a Santiago de la
Espada por realizarse obras en el convento franciscano, para la realización de
una nueva capilla, en la nave derecha de la iglesia, junto a la zona del
presbiterio y con fachada a la calle.
Durante el siglo XVI la cofradía se titulaba del "Traspaso de Nuestra Señora" , aludiendo al momento en que la Virgen acompañada de san Juan ve traspasado su corazón al encontrar al hijo en la calle de la Amargura. La escena se basa en una vieja tradición que narraba el pasmo o desmayo de la Virgen, por lo que un ángel que bajó del cielo le dio poder para soportar tan inmenso dolor. Esta leyenda es citada por Bermejo y Carballo. Hay constancia además, que fue también recogida en las devociones primeras de los Santos Lugares , y se sabe que incluso que en Jerusalén existió una capilla dedicada a contemplar el desmayo de la Virgen en la calle de la Amargura. Mas tarde pasó al teatro medieval de los Misterios y tuvo sendas aceptaciones populares.
El 7 de abril de 1694 formalizan una escritura con la comunidad de Trinitarios descalzos, por el que adquirían un local para edificar una Capilla en la iglesia que estos estaban labrando. El solar se hallaba dentro y a la espalda del monasterio, aledaño al cenobio, y entre dos calles, una que iba a san Leandro y otra a santa Catalina.
En 1695 la corporación vende a los frailes la
capilla, licitándose por el arzobispo Juan de Monroy el traslado a la iglesia
del Colegio de san Acasio, entre la calle de las Sierpes y la actual calle Tetuán,
noviciado de la Orden de los Agustinos y actual sede del Circulo de Labradores,
donde se mantiene desde 1697 a 1703.
En 1599 el caballero Alonso Fernández Treviño, labró y tenia dotada una capilla y entierro en la parroquia de san Lorenzo, a la espalda del altar de Nuestra Señora de Rocamador. El 28 de octubre de 1703 los patronos de dicha capilla, Domingo y Pedro Domingo de Peragullano la ceden a la hermandad.
Al año siguiente la hermandad ya se hallaba instalada en esta capilla de la Iglesia de san Lorenzo aunque, por obras, no llegó a abrirse al publico hasta junio de 1710.
La capilla se bendijo el 20 de junio por Prospero de Leza, abad de la Universidad de beneficiados.
En 1728 consta la visita del monarca Felipe V y de su corte, con traje de gala y toda pompa.
Imagen curiosa del Gran Poder en su capilla original el 13 de diciembre de 1931
En 1731 volvió a quedar agregada a la basílica de San Juan de Letrán, para disfrutar del tesoro de gracia e indulgencia que esta posee.
El 23 de octubre de 1823 la hermandad logró el
título de Real al ser admitido, como miembro de pleno derecho de la corporación,
su majestad Fernando VII y su esposa María Josefa Amelia.
En 1847 fueron recibidos como hermanos los duques de Montpensier y 1878 lo hizo la reina Isabel II.
Pero dada la gran devoción desarrollada por el pueblo de Sevilla se planteó la necesidad de crecer para dar cabida a los fieles que, especialmente los viernes, querían venerar al Señor y la capilla de la iglesia de san Lorenzo paso a ser usada por la Hermandad del Dulce Nombre.
Tras un primer intento en 1931 coincidiendo
con el V Centenario de la Hermandad y diversas gestiones en la década
siguiente, en 1953 se solicitó a la Capitanía General de la II Región Militar,
la cesión del cuartel de la Gavidia y las dependencias del antiguo Colegio de
San Hermenegildo.
Aunque la operación estuvo a punto de
fraguarse en un proyecto de grandes proporciones, finalmente en 1958 los
hermanos decidieron mantener su ubicación en la Plaza de San Lorenzo y comprar
el edificio de la Jefatura de Obras Públicas, solar en el que se ubicaría el
nuevo Templo.
Incorporado el solar al patrimonio
de la Hermandad por tres millones y medio de pesetas y siendo Hermano Mayor
Miguel Lasso de la Vega y Marañón, en 1960 se inició el proyecto de
edificación.
1958.
Plaza de san Lorenzo. Edificio comprado para la edificación de la Basílica del
Gran Poder.
1959.
Se inicia el derribo para la edificación de la Basílica del Gran Poder.
El proceso de construcción se demoró por las dificultades económicas por las que hubo de pasar la Hermandad hasta poder concluir su anhelo en 1965.
El proyecto de arquitectura fue
realizado por los reconocidos arquitectos sevillanos Alberto Balbontín Orta y
Antonio Delgado Roig, que aprovecharon para la fachada un diseño neobarroco
inicialmente destinado a la iglesia de san Antonio Abad, sede de la hermandad
del Silencio, inspirándose el conjunto del templo en el Panteón romano.
El 27 de mayo de 1965, festividad
de la Ascensión, fueron trasladados los dos pasos con los titulares a la Santa
Iglesia Catedral en una procesión matutina, haciendo procesión de regreso en la
tarde y entrando por primera vez en el templo al filo de la media noche.
El
16 de abril de 1965, se recoge por última vez en San Lorenzo
El templo
se consagró el día siguiente, viernes, por el Cardenal José María Bueno Monreal
y por Bula Pontificia otorgada en Roma por San Juan Pablo II el 29 de diciembre
de 1992 se le incorporo el título de Basílica Menor de Jesús del Gran Poder.
1965.
El templo fue bendecido por el Cardenal Bueno Monreal
En el año 1992 se efectuaron
reformas de las instalaciones, cerrándose al culto y colocándose las imágenes
en el atrio, en un altar provisional durante unos meses.
En el año 2008 se realizaron
nuevas obras, adecuándose el camarín para la mejor conservación de la imagen
del Señor, así como para el acceso a éste de discapacitados. Además, se dotó a
la Basílica de un columbario y una nueva balconada en el coro para dar cabida
al órgano, que en 1798 había hecho el organero Pablo de Salazar para el
monasterio cisterciense de Vileña, en Burgos, y que le había sido donado a la
hermandad, habiendo llegado a Sevilla tras producirse un incendio en su lugar
de origen.
El edificio es un templo de corte
historicista, construido con materiales contemporáneos y acabado clásico, que
aporta la solución de la planta centralizada para focalizar la atención única y
primordial en el Señor del Gran Poder.
EXTERIOR
La fachada es de estilo neobarroco, inspirada en otro
proyecto que tenían los mismos arquitectos para la Archicofradía de Jesús el
Nazareno.
El resto de la fachada de la Basílica se integra en la Plaza con la edificación de las dependencias auxiliares de la Hermandad y la propia Parroquia.
La portada de entrada mezcla elementos renacentistas y barrocos, con un esquema ascendente.
Una amplia puerta rectangular, con dos columnas salomónicas a los lados, rematadas por capitel corintio, albergan en un frontón partido el escudo de la hermandad rodeado por la inscripción latina “In Manu Eius Potestas et Imperium” (“En su mano el poder y el imperio”).
El conjunto está enmarcado por un arco de medio punto con medallones tallados, flanqueados por pilastras, también talladas, que sostienen una cornisa sobre la que asienta otro tímpano triangular, pero interrumpido por una espadaña muy decorada, con tres campanas, que sostiene un último triangulo rematado por una cruz de forja.
INTERIOR
Tras la portada, recientemente se
ha colocado una gran puerta de madera que permite la entrada y salida al
templo por los laterales, para alcanzar un vestíbulo rectangular.
A los lados, del vestíbulo, hay dos puertas sobre las que aparecen sendas balconadas corridas y dos lápidas nos recuerdan, la primera entrada que hizo Jesús del Gran Poder en la basílica, en el año 1965, y la beatificación del cardenal Marcelo Spínola, hermano mayor que fuera de la hermandad en 1987.
La puerta de la izquierda se corresponde con la zona donde se exponía antiguamente el Tesoro o Museo que actualmente se ha trasladado a la calle Hernán Cortes.
Balconada sobre la puerta del lado izquierdo
La derecha conduce a la
tienda de recuerdos, dependencias administrativas y la salida del pasillo
perimetral.
Este vestíbulo está cubierto por
una bóveda curva de casetones y se comunica con la nave principal por una
segunda portada neobarroca, rematada por una vidriera circular con la Cruz de
Malta.
En el interior de la basílica, la
gran cúpula y la forma de la sala parece estar inspirada en la del Panteón de
Agripa de Roma.
La sala tiene una forma circular
sin elementos sustentantes, y una cúpula de media naranja con grandes casetones,
con una linterna en el centro que le proporciona la luz natural.
La nave es sencilla y sólo se
compone en alzado de un zócalo de gran altura (unos tres metros) de mármol rojo
y negro (Gascó, 1965) y el paramento estriado blanco, ornamentado con una serie
de pinturas con las catorce estaciones del Vía Crucis en otros tantos lienzos,
obras de Antonio Agudo Torrico, 1996.
Vista desde el atrio
Bóveda Semiesférica con linterna central
En el testero de acceso a la nave desde el atrio se ubica la
balconada del coro, reformada para albergar el órgano de 1799, uno de los
instrumentos de esta índole de mayor antigüedad en uso en la ciudad.
En su espacio frontal se sitúa el
presbiterio que alberga un retablo camarín, obra de Manuel Guzmán Bejarano de
1965, copiado de los retablos de la Capilla de San Lorenzo (s. XIX).
En él se ubican las imágenes del
Señor ante la venera central, sobre el mismo pedestal de mármol en el que
estuvo en la Capilla, más la Santísima Virgen del Mayor Dolor y Traspaso y San
Juan, en las calles laterales.
Retablo Mayor
El Sagrario (Orfebrería Triana,
2000), representa la fachada de la Basílica de San Juan de Letrán, a la que la
Hermandad se encuentra por dos veces agregada.
Como
hemos comentado, en la venera central se ubica la imagen del Señor del Gran Poder, que es una de las imágenes
más singulares de la imaginería sevillana (ver).
La cabeza de Jesús del Gran
Poder atraer la atención del espectador por su aspecto sobrecogedor.
La corona de espina no es
independiente, sino que está tallada en el mismo bloque craneal, y es una
serpiente con la cabeza visible.
En el cuerpo se muestra la
cabeza hacia delante y hacia el lado derecho, flexionando el tronco por la
cintura.
En la imagen de Nuestro Padre de Jesús del
Gran Poder, es digna de mención la gran separación de los pies, la gran zancada que da
ese aspecto de fuerza y de poder a toda la imagen. La distancia de talón a
talón es de
El talón derecho está
levantado (dando el paso) pero se apoya en un suplemento de la peana y ha sido
necesario colocar una pieza nueva en el talón desgastado por los continuos
besos de los devotos.
La Virgen del
Mayor Dolor y Traspaso, es una talla de 1798 (aunque su realización no
está documentada), de autor anónimo, costeada por el mayordomo Manuel Benjumea
que reemplaza a otra anterior y que a lo largo de los años ha sufrido algunas intervenciones
que han alterado su apariencia original, pues se le cambió la cabeza,
colocándole también la corona de plata sobredorada que luce actualmente
De tamaño natural (mide 1,74
metros), es una talla en candelero de madera de cedro
policromada, candelero al que van adheridos el busto y los brazos de la Virgen.
Representa el momento en que sufre el cuarto de sus dolores al traspasársele el corazón viendo el sufrimiento de su hijo camino del Calvario.
“A ti una espada te atravesará el
corazón” es la profecía evangélica del anciano Simeón que da título a la
Dolorosa de la hermandad y durante mucho tiempo a la propia corporación.
Por ello, está representada en una actitud llorosa, con la cabeza inclinada hacia su izquierda para, “adecuarse a San Juan del que recibe indicaciones y consuelo en el momento posterior al cruce de miradas entre Cristo y María en la Calle de la Amargura”.
Su rostro expresan tristeza, con su boca entreabierta y de sus ojos caen hacia sus mejillas unas lágrimas de cristal.
En el pecho, entre la prenda que lo cubre (pecherín), se clava un
puñal, símbolo del dolor clavado en su corazón, mientras que en su cabeza porta
una corona, atributo de su divinidad.
Ha sufrido
diversas restauraciones. Así, en el año 1954, Antonio Illanes afianzó la cabeza
al candelero, pero también alteró sus facciones de manera leve para acercarla
al gusto de la época. Más adelante, la intervención de Peláez del
Espino consistió en alterar de una manera llamativa la policromía de la obra,
al tiempo que la dotaba de un candelero metálico en 1978. Luis Ortega Bru en
1979, la encarnaría con colores claros, además de sustituir de nuevo el
candelero por otro realizado en madera.
La figura de San Juan, de 1620 es obra
de Juan de Mesa, pero tuvo que existir otra imagen de San Juan anterior, pues
en el siglo XVI, las reglas de la hermandad de 1570 ya recogían la celebración
destacada de la Fiesta de San Juan Evangelista.
Como ya ocurriera con la talla de Jesús del Gran Poder, era
otorgada a Martínez Montañés, hasta que apareció la documentación que
acreditaba su autoría a Juan de Mesa.
La finalización de ambas imágenes, según la carta de liquidación
del contrato firmada entre Mesa y la Hermandad, sería el 1 de octubre de 1620.
Pero, en el año 1972 se llevó a cabo una reestructuración del cuerpo por los
imagineros José Pérez y Adolfo Castillo, y en su interior, hallaron un
documento que menciona que la imagen de San Juan fue finalizada el 31 de agosto
de 1620, siendo Juan de Mesa el maestro escultor y el hermano de la cofradía
Francisco Fernández de Llexa quien la encarnara.
La escultura, mide 1,78 metros de alta, y presenta su cuerpo, su cabeza y su mirada giradas a su derecha, en sacra conversación con la Virgen.
Su cara está dotada de peinado, perilla y bigote, lo que muestra que Mesa quiso reflejar en él la imagen propia de un joven caballero de la época, pues sigue los modelos de la España de Felipe III.
Su cabeza
porta un nimbo contando con dos preseas, una de 1771 en estilo rococó, y otra
de 1929 que representa una flor de pasión rodeada por rocallas de las que
emanan haces de luz.
La talla viste una túnica verde, símbolo de la regeneración de las
almas a través de las buenas obras, y un mantolín rojo, alegoría de los
sentimientos puros, como es en este caso acompañar a la Virgen en su dolor por
la pérdida de su hijo.
Basa su iconografía especialmente en un escrito apócrifo, las
Actas de Pilato, que narra cómo san Juan indicaba a María el camino hacia el
calvario de su hijo y sostenía a la Virgen al encontrarse con el Señor en la
calle de la Amargura.
Según muestra un grabado del siglo XVIII, su cuerpo anatomizado
permitía que tomara la mano de la Virgen.
Mesa obvió otros símbolos del Evangelista, como la pluma, la copa
de veneno del que salió indemne o la palma para acompañar al tránsito de la
Virgen, para centrarse en ese encuentro en la calle de la amargura.
Se han realizado varios trabajos de restauración. En 1954, Antonio Illanes, que en el mismo año había intervenido en la figura de la Virgen, trató las facciones del rostro de San Juan, alterando además la policromía original que entonces se conservaba.
En 1972, como hemos mencionado, le fue colocado el cuerpo anatomizado con que ahora cuenta, por parte de los ya mencionados José Pérez y Adolfo Castillo, pues originalmente estaba diseñada como un candelero de vestir, de modo que la talla original de Juan de Mesa incluía sólo la cabeza y las manos.
Entre los años 1985 y 1986, sufre una actuación integral de los hermanos Raimundo y Joaquín Cruz Solís.
Finalmente, en 2014 vuelve a ser restaurado, esta vez de la mano de Pedro Manzano Beltrán.
A los lados del retablo se
disponen dos puertas, la del lado izquierdo de acceso a las escaleras del camarín, cubierto
de mármol rojo, como al resto de dependencias auxiliares del templo, mientras
que en el lado de la Epístola se evacua el camarín, se accede a la Capilla
Sacramental y al Columbario, y se circunvala la Basílica por el conocido como pasillo de
los beatos.
Entre estas dependencias
auxiliares a la nave, destaca la Capilla del Sagrario, de planta rectangular y
presidida por la Santísima Virgen, una talla de busto de la Dolorosa colocada
en un retablo-hornacina que también alberga el tabernáculo de plata.
El retablo vitrina, transparente en sus tres de sus frentes,
aparece cerrado por vidrios, mientras que el testero del fondo presenta
elementos estofados en bajo relieve y contiene el busto de una imagen dolorosa,
anónimo del siglo XVIII, de estilo granadino, obra donada para esta dependencia
por la familia Charlo, en la representación de la Santísima Virgen Dolorosa. Presenta
rasgos muy afilados y policromía anacarada, con aspecto lloroso y la mirada dirigida
al cielo.
En los laterales, las imágenes de
los beatos benefactores de la devoción a Nuestro Padre Jesús del Gran Poder,
Diego José de Cádiz (Castillo Lastrucci, 1967) y el Cardenal Marcelo Spínola
(Navarro Arteaga, 2003).
Beato Diego José de Cádiz
Se trata de una escultura de cedro de talla completa policromada,
que es encargada en 1967 a Antonio Castillo Lastrucci, quien fallece antes de
concluirla y deja el encargo a José Pérez Delgado.
Es de tamaño natural y se encuentra en la actualidad en la sala de
los Beatos, sobre peana dorada a la salida del camarín del Señor en el
deambulatorio de la Basílica.
En la representación de Fray Diego José de Cádiz, del que se conocieron sus facciones por haber sido retratado.
Beato Marcelo Spínola y Maestre
El Obispo de los pobres, miembro de Junta de Gobierno primero y
Hermano Mayor Honorario y Perpetuo después, forma parte de las imágenes
vinculadas a la Historia de la Cofradía del Gran Poder que se veneran en su
Basílica.
La imagen se hace como agradecimiento a su beatificación por Juan
Pablo II en Roma el 29 de marzo de 1987.
La actual escultura es neo barroca, de gran realismo, tallada en
madera y policromada en 2003 por el imaginero sevillano José Antonio Navarro
Arteaga, y vino a sustituir a otra anterior, donada por un hermano.
Se encuentra ubicada sobre peana tallada y dorada en el llamado
pasillo de los Beatos, a la salida del camarín del Señor, junto a la Capilla
del Sagrario en el deambulatorio de la Basílica.
Aparece revestido del cargo de Príncipe de la Iglesia que le fue
otorgado en el Consistorio de 11 de diciembre de 1905 e impuesto en Sevilla por
el Rey Alfonso XIII el 31 de diciembre del mismo año, sólo unos días antes de
su muerte.
La escultura sigue las premisas de su iconografía como los
retratos que presiden la Sala Capitular, el propio sepulcro del Cardenal, el
relieve de la Parroquia de San Lorenzo o el azulejo conmemorativo de la
fundación del Correo de Andalucía.
Porta el hábito cardenalicio, tocado con el solideo, con la
esclavina púrpura sobre los hombros y la cruz pectoral que sostiene con la mano
izquierda en un claro gesto de condescendencia y piedad, con mirada fraternal y
entrañable.
Frente a los Beatos, la Cruz del Señor y una
vitrina con busto y reliquia de San Juan Pablo II.
Anexo al Sagrario se haya el Columbario para depósito de los restos de los hermanos que pertenecieron a la corporación, en cuyo acceso se haya el azulejo del Señor, hermano del ubicado en la Plaza y una fotografía del Señor no dañada tras un incendio.
Niño Jesús
En 1967 se encarga la
realización de una imagen del Niño Jesús, que sería la que se venerara,
conforme a la tradición, en las solemnidades de Navidad.
El encargo se realiza a Antonio Castillo Lastrucci, quien a su avanzada edad concibe la pieza en tamaño natural y reposando sobre un lecho o cuna, desnudo, dialogante con los fieles a los que, con la mano derecha alzada levemente parece dispuesto a bendecir.
La imagen fue realizada en madera de cedro para asemejarlo a la propia talla de Jesús del Gran Poder.
La mascarilla y talla de la escultura fueron completadas
en el taller de Castillo por su seguidor José Pérez Delgado.
Las dependencias de la Basílica se completan con el espacio anejo al lado de la Epístola, en la que se distribuyen la Sacristía, despachos del rector y capellán con sus viviendas en planta alta y el Tesoro, gran sala con acceso desde la calle Pescadores y desde el atrio de la Basílica en el que se dispusieron en origen los bienes artísticos de la cofradía y sus dos pasos. En la actualidad este espacio alberga algunas piezas artísticas de uso litúrgico, así como las dependencias de la Bolsa de Caridad.
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